Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Haz realidad nuestros sueños por Paz

[Reviews - 123]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Hemos llegado al final de este fic... Con un poco de pena me despido de ellos.

  Haz realidad nuestros sueños

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

By Paz

Capítulo 23: Una familia feliz y unida

Epílogo

 

Masao con tres añitos fue capaz de identificar el olor del humo en su guardería y tomando de la mano a su hermanita se dirigió a los demás niños diciéndoles.

-Agarraos de la mano y venid conmigo.

Como si se tratara de un juego, los doce niños que se encontraban en aquella sala así lo hicieron.

Una de las maestras se los encontró en el pasillo a punto de salir del edificio.

-¿Qué significa esto? -preguntó plantándose delante del niño.

-Papá dijo si hay humo, hay fuego... salir rápido.

La maestra le iba a tomar de la mano para llevarles nuevamente a su aula, cuando su olfato percibió el olor a humo.

-¡Salid rápido! Quedaos en el jardín lo mas lejos posible, pero no salgáis a la calle.-les recomendó apresurándose a  avisar a todo el personal y dar la voz de alarma al servicio de bomberos.

-Sigamos... -dijo Masao y continuó su camino hacia el jardín.

En pocos minutos tres eficientes maestras fueron desalojando a todos los niños del edificio, cuando llegaron los bomberos las primeras llamas comenzaban a dejarse ver.

No solo llegaron los bomberos, también los padres de los niños, cuando el incendio fue apagado, llego el momento de las explicaciones.

-No ha habido victimas gracias a Tanaka-san. Ella dio el aviso. -Comentó una de sus compañeras- Su actuación fue muy eficiente.

-No... no fui yo -se apresuró a negar- Fue Sakuragi-Rukawa-san.

-Me consta que no había ningún padre en el edificio -comentó la directora de la guardería que había salido para reunirse con una supervisora del ministerio.

-Me refiero a Masao-kun, le encontre junto a la salida, llevaba de la mano a su hermanita y también a los niños de su sala. Fue él me dijo que había fuego.

Todas las miradas se volvieron alrededor buscando al niño. No tardaron en ver a los gemelos, rodeados de sus padres y otros adultos que no conocían.

-¿Ese niño?!!! ¡¡¡Pero... si no levanta un palmo del suelo!! -exclamó asombrado el jefe de bomberos.

Entretanto Masao-kun se dejaba abrazar por su mamá y su papá, después que su hermanita les dijera que él los sacó de allí.

-Solo hice lo que me indicó papá -se justificó- ¿Lo hice bien? -preguntó mirando a su padre.

-Si, muy bien -dijo estrechándole en sus brazos, dejándose llevar por la emoción acarició su carita y revolvió sus cabellos negros, sus hijos eran su bien más preciado, no sabía que podía ser de él si le faltaran, Kaede, Masao-kun y Masae-chan eran lo más importante en su vida, por eso desde muy chiquito inculcó en su hijo una serie de normas a modo de juegos para que protegiera a su hermanita, pensaba que cuando crecieran fueran capaces de defenderse solos en la vida, no podía saber que tan pronto iba a ser puestos a prueba, sus chiquitines eran muy valientes, pensaba sin dejar de abrazarles.

-No tuve miedo, porque sabía que Masao-kun estaba conmigo -dijo la niña- por eso hice lo que me pidió.

-Nunca dejaré que te pase nada malo -dijo el niño agarrándola de la mano, como si así quisiera demostrarle que siempre la protegería.

Fue en ese instante cuando los flashes de las cámaras se centraron en el grupo, especialmente en el pequeño héroe como ya se oía mencionar a su alrededor.

-Nada de fotos... -pidió Kaede protegiendo a los gemelos escondiendo sus rostros contra su pecho, evitando así que fueran fotografiados.

Y como si su gesto no fuera suficiente, inmediatamente como aparecidos de la nada unos seis o siete hombres de constitución robusta rodearon a los padres y a los gemelos, apartaron nada amablemente a los fotógrafos que vieron, sin poder evitarlo, como les arrebataban las cámaras y les eran devueltas cuando sus carretes fueron expuestos a la luz, velando todas las imágenes, aquellos que llevaban cámara digital vieron como les eran borradas las impresiones.

Sus protestas de poco sirvieron.

Hiroshi entregó su tarjeta a los aturdidos fotógrafos.

-Pásense por mi oficina, les será retribuido esos carretes. -dijo a modo de despedida.

Mirándole con cara de pocos amigos, todos se alejaron del grupo.

Durante esa misma noche, los rotativos de una pequeña gaceta, vió incrementadas sus ventas cuando a la mañana siguiente presentó la noticia del incendió a la guardería infantil, en primera página, con un gran titular, ilustrando la noticia con una imagen de los gemelos tomados de la mano.

Rukawa-sama estuvo gritando en su oficina durante más de media hora al teléfono, intentando enterarse quien era el autor de esa fotografía. A todas vistas se notaba que fue obtenida con un móvil.

Al parecer el autor, alguien ajeno a la gaceta, llamó a la redacción diciendo que tenía en su poder una fotografía para vender, lo que les contó llamó su atención y accedieron a pagarle si la imagen merecía la pena, a través de una webcam vieron la foto, les pareció aceptable y le pagaron una sustanciosa cifra tras confirmar que la noticia era cierta. Esa misma noche uno de los reporteros, llevó en mano un sobre con el dinero recibiendo a cambio un disco con la imagen que compraban. El lugar de la cita era un parque, en un lugar oscuro lo que impidió que pudiera ser identificado. Tampoco se puso en contacto con ellos.

Ese individuo debió comprender que había encontrado una manera de conseguir dinero fácil y en ocasiones excepcionales, desde aquella tarde y siempre en distintas publicaciones, fotografías de los gemelos eran conseguidas ilegalmente y publicadas, ya fuera saliendo de su guardería, en el parque, o paseando con sus padres. El acoso se hizo tan persistente que fue necesario doblar la vigilancia alrededor de los gemelos. Hanamichi y Kaede, deseaban que sus hijos tuvieran una infancia libre de vigilancia, sin embargo, tuvieron que transigir cuando durante el cumpleaños de los gemelos, en el interior de su hogar, a través de una ventana, consiguieron fotografiarlos en el instante de apagar las velas.

Rukawa-sama se sentía impotente ante ese constante acecho a sus nietos, tomó una drástica decisión, cada vez que por algún motivo especial, ese alguien conseguía fotografiar a los gemelos y sus fotos continuaban apareciendo en los periódicos o revistas, les enviaba a sus matones para que hablaran claramente con los dueños haciéndoles saber que sus ventas podían sufrir un inesperado bajón como volvieran a aparecer los gemelos en sus portadas, haciendo correr la voz en el ramo de las publicaciones que los gemelos eran intocables, a partir de entonces ceso la persecución hacia sus nietos y todos pudieron respirar tranquilos por ningún editor se atrevía a publicar una foto, nunca supieron que el acosador continuaba enviando sus llamadas a los periódicos, pero eso, era algo que no les incumbía, solo deseaban que los gemelos tuvieran una infancia tranquila.

Hanamichi supo que su vida se había normalizado cuando salió a pasear con los gemelos y no miró a su alrededor para cerciorarse que no había desconocidos, tampoco estaba a la vista el coche negro que les seguía continuamente.

-Papi... papi...  -llamó su atención su hija.

-¿Qué pasa? -aunque su tono de voz no era de alarma creyó que la pasaba algo.

-¿Me compras un helado? Hace mucho que no nos invitas...

-Muy bien, ¿de qué lo quieres?

-Chocolate, y una bola de fresa, y té verde con anko y también con mucho....

-Masae-chan, tú madre me reprenderá si te dejo tomar todo eso -la interrumpió con una sonrisa- Me dice que te dejo comer dulces y luego no quieres cenar porque no tienes hambre. -se volvió hacia su hijo- Masao-kun ¿tú qué vas a querer?

-Una copa de chocolate con frutas.

Cuando cruzaron la calle para atravesar el parque permitió que corretearan por delante de él sin perderles de vista ni un segundo.

No dejo que advertir que los gemelos dirigían sus pasos seguros de no equivocar el camino, se detuvieron cuando salieron del parque, esperando por él para cruzar. Se tomaron de la mano los tres.

Frente a ellos estaba el local que solía frecuentar con los gemelos desde que eran chiquitos, porque en Danny's era el único lugar donde se sentía a gusto, donde podía encontrarse inesperadamente con sus amigos, aquellos que no veía desde Shohoku para hablar entusiasmados con los buenos recuerdos que guardan del pasado.

Ocupan una mesa junto al ventanal, los gemelos sentados frente a él miran detenidamente hacia el exterior.

-¿Qué va a ser? -se escucha una voz femenina.

-Para mi una copa de chocolate con... -miró hacia su papi que parecía distraído. Un golpecito de su hermanito, le hizo mirar hacia el reflejo del cristal, su papi sonreía- Una copa de chocolate con frutas.

-Para mí también -pidió Masao-kun.

-Y usted señor... -no pudo evitar una mirada de admiración cuando pudo ver su rostro, esos cabellos pelirrojos y su dulce mirada color miel, la dejaron impactada al reconocerle. Le había visto jugar a través de un partido televisado. Recordó su nombre Sakuragi-san. Desde que pueda recordar siempre se ha sentido fascinada por los deportistas, por las proezas que eran capaces de realizar. Le dirigió una encantadora sonrisa pensando que no le importaría conocerle mejor.

-Mi papi toma soda -dijo Masae-chan haciéndole saber con su desparpajo que su padre no esta disponible.

-Una soda... -pidió Hanamichi dirigiendo a su hija una mirada divertida.

La joven se apresuró a marchar hacia el mostrador para hacer el pedido.

-Pareces sofocada? -dijo su compañera al verla.

-¿Te has fijado que tipazo tiene ese cliente? -preguntó dirigiendo una mirada de soslayo hacia donde estaba sentado.

-Te refieres al que esta entrando? -se trataba del amigo de Sakuragi-san, al que no veía desde hacia bastante tiempo.

-No!! ¡¡El pelirrojo!! Esa niña dijo que era su padre, me parece muy joven. -dudó.

-Ah, te referías a Sakuragi-san...

-Le conoces?

-Llevas casi un año trabajando aquí y no te has fijado en las fotografías. -le dijo con una sonrisa.

Llegó su pedido y fue a llevarlo a la mesa. Dejó los helados frente a los niños, la niña se había quitado su gorrito mostrando el mismo tono de cabello que el hombre joven, cuya soda dejo a su alcance, pensó que no cabía duda que era su hija, esos cabellos rojos la identificaba como tal.

-¿Va a tomar algo? -preguntó al hombre que se había sentado junto a los hermanitos.

-Una soda....

Al oírle se preguntó si también era un deportista, aunque su rostro no le resultaba conocido.

w34;w34;w34;w34;w34;w34;w34;w34;w34;w34;w34;w34;w34;w34;w34;w34;

Los gemelos tienen seis años y la familia pronto aumentara sus miembros.

Kaede ha vuelto a quedar embarazado y esta próximo a dar a luz. Esta vez no ha querido llevarse una sorpresa, ha querido que le hicieran una ecografía para conocer el sexo de su hijo. Sabe que será un niño.

Yohei y Hanamichi unidos por lazos de parentesco, al estar casados con los gemelos Rukawa se sienten felices mientras contemplan como platican a escasa distancia sobre como están llevando sus respectivos embarazos y dándose consejos mutuos.

Hiroshi ante su familia ya no oculta lo que siente por Gidayu y los dos permanecen muy juntos sentados en un mismo sillón mientras escuchan la platica de su padre, quien de tanto en tanto vuelve la mirada alrededor, fijándola en su numerosa familia, lamentando en el fondo de su corazón que no pueda estar presente su esposa para ver la felicidad de sus hijos, y sentir las alegrías que le proporcionan sus nietos, dos diablillos adorables que en esos instantes corretean por el jardín, ajenos a los adultos.

Ve acercarse a Ono-san con aspecto ceremonioso e inclinándose junto a él le comunica.

-Komiya Masamichi y su esposo Anglade-san han venido.

-Qué esperan para venir... -dijo levantándose para salir a su encuentro.

Apenas los gemelos les vieron, corrieron a su lado, llamándole con alborozo.

-Tío Luciens has venido como prometiste -y los dos se enredaron en sus piernas.

-¿Cuando no he cumplido mis promesas? -preguntó posando sus manos en sus cabecillas y revolviendo sus cabellos con cariño.

-Ahora si estamos todos....ya podemos pedir nuestro deseo -dijo tomando de la mano a su hermana y llevándola hacia la mesa donde están distribuidos todo tipo de dulces y bebidas, donde en medio dos tartas de cumpleaños esperan por los gemelos.

Ono-san enciende las velitas, en tanto, la familia se reúne alrededor de los gemelos

Agarrados de la mano y con sus ojitos cerrados, los gemelos piensan, luego abren los ojos  y tomando aire soplan con energía apagando las velitas, su satisfacción se frustra cuando inesperadamente, vuelven a encenderse por si solas, cesando los aplausos.

-Do'aho... -le recrimina Kaede.

-Lo siento... no he podido evitarlo..., perdonadme -mira como compungido a sus niños, quienes ríen felices, su padre siempre encuentra el modo de divertirles.

Sus risas son acompañadas por muchas otras, en tanto, Hanamichi sostiene la cintura de su koi junto a él, Kaede se apoya en su hombro, toma su mano y la mantiene unos instantes sobre su abultado vientre, para que sienta como el niño se mueve impaciente en su interior.

-…l también se alegra -murmura.

-Este será basquetbolista.-dice acercado sus labios a su boca que se abre a su contacto.

Masao-kun codea a su hermanita para que vea como sus padres se están besando.

-Mamá dice que nuestro hermanito llegará antes de fin de año y podremos jugar con él.

-Todavía será muy pequeño, tendremos que esperar más tiempo.

-¿Mucho más? -preguntó.

-Por lo menos tres o cuatro años -intervino Anglade-san que les escuchaba.

-Para entonces ya no querré jugar -dijo con profundo pesar.

-Seguro que encuentras otras actividades que serán de tu gusto para compartir con él. -dijo con una sonrisa.

-Vamos Masae-chan... pensemos en ello... -y riendo feliz se llevó a su hermanita.

-Te gustan los niños... -era una afirmación más que una pregunta.

-Si..., son adorables.

-Pensarías igual si fueran tuyos y míos.

-¿Estas pensando en adoptar? -se volvió para mirar a Masamichi.

-No..., solo que pensé que sería hermoso tener una familia, niños propios a los que amar.

-No me estarás diciendo que tú... -él ya estaba curado de espantos.

-Creo que estoy embarazado... los síntomas son los mismos que le he oído comentar a Kaede-kun y Kae-chan.

Le abrazó con infinita ternura y le dio un suave beso.

-Tendré que rendirme ante la evidencia, uno de vuestros dioses debe de estar riéndose de nosotros y alzando la voz llamó la atención de todos, cuando la obtuvo se limitó a mirar a todos- Masamichi acaba de darme una noticia extraordinaria. Esta embarazado.

Tras un silencio de sorpresa, todos les rodearon dándoles sus parabienes.

-Yo también quiero un hijo tuyo... -dijo Hiroshi al oído de su koi- ¿me complacerás?

Gidayu se ruborizó, y sus mejillas compitieron en color con el pelirrojo, que mirándole creyó saber lo que Hiroshi debió de decirle.

Se fue a sentar junto a su madre, un nuevo tratamiento había conseguido reforzar sus huesos, si bien su silla seguía siendo imprescindible para ella.

-¿No te parece extraño?

-Alguno de nuestros dioses se esta divirtiendo -comentó sin saber que eso mismo pensaba Anglade-san.

-Si nuestra familia y conocidos sigue creciendo así, esto no podrá seguir ocultándose.

-Por de pronto solo son dos... -dijo su madre- No te anticipes a preocuparte.

Hanamichi miró hacia su cuñado... no le gustaba nada ese brillo que tenía su mirada... si creía y convencía a su pareja, no quería ni pensar en los posibles embarazos que habría, tenía razón su madre, no iba a adelantar acontecimientos, considerando que desde que quiso volver a tener un hijo, estuvo intentándolo durante los dos últimos años. Seguro que Hiroshi lo tenía más difícil, pero Masamichi ¿Cómo era posible?

-No pienses tanto? -dijo Kaede rodeándole con sus brazos. También él se había dado cuenta de su estado anímico. Hoy es un día de alegría, nuestros hijos cumplen seis añitos.

-Tienes razón... me olvidaré de todo... pero tu hermano.

-Déjale que lo intente...

-¿Tu también te diste cuenta?

-¿No querrás que solo nosotros tengamos la exclusiva? -Preguntó con una tierna sonrisa- Imagina si a todas las parejas que desean tener hijos y les son negados, pudieran tener nuestra misma posibilidad. Ten por seguro que todos aceptarían gustosos pasar por estos nueve meses, porque es indescriptible saber que vas a ser madre.

-¿A pesar de los muchos inconvenientes?

-Si uno lo piensa detenidamente no son tantos, porque las alegrías son más.

-Entonces dejemos que los dioses jueguen con nosotros.

Fin

18 de diciembre de 2009

Paz

Notas finales:

Se acabo..., próxima actualización Ni mías, ni tuyos, sino nuestros....


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).