Sentí mis ojos hacer un gran esfuerzo para no cerrarse. No había dormido nada bien y me sentía fatigado y exhausto. Añadiendo los problemas que tenía con Kyungsoo en casa. Odiaba que frecuentara a ese Jongin para clases de baile, tenía miedo de que volviera a suceder lo mismo que años atrás. Pasé ambas manos por mi cara y decidí ir por un café, quizás sería mi opción para estar un poco más despierto el día de hoy.
Me levanté a pasos lentos y perezosos del escritorio rumbo a la cafetería pero un pequeño alboroto en la recepción me llamó la atención. En cualquier otra situación solo pasaría de largo y me iría a la cafetería pero esa voz, la conocía muy bien. Ni en miles de años podría confundirla.
—¡¡Debe ayudarme señora, mi mano está roja y siento que voy a morir!!
¿Ese era... Byun BaekHyun? Me acerque con cautela a curiosear y efectivamente era él. Avancé hasta ellos y me paré frente a la enfermera, llamando su atención con mi diestra. La pobre ya estaba tirando su paciencia al cesto de basura.
—¿Cuál es el problema, MinAh?
— Quemadura de primer grado, al parecer. Podría atenderlo pero el señor Jung está esperando por mí y debo retirarme ya. ¿Puede ocuparse usted, doctor Park?
Así que era una simple quemadura. BaekHyun no había cambiado, seguía siendo igual a cuando lo conoció. Dramático y extremista. Nadie muere por una quemadura de primer grado. Asentí sin tener muchas opciones, de todas formas era un paciente más. Le indiqué con voz calmada que me siguiera. BaekHyun debería aprender a disimular, podía sentir cómo su mirada me quemaba en la nuca.
—Acérquese a la camilla, por favor.
Le indiqué a la vez que entrábamos. Fui hasta el lavabo y limpié mis manos, poniéndome los correspondientes guantes minutos después.
—¿Su nombre?
Aunque realmente no necesitaba su respuesta, ya lo sabía perfectamente. ¿Cómo olvidar a mi primer amor? BaekHyun me dejó una gran marca en el corazón que hasta el día de hoy no podía borrar.
—¿No me recuerdas... Chanyeol?
Y me congelé en el lugar, me recordaba. Me recordaba, joder. Aclaré la garganta y me acerqué hasta la repisa a un lado de la puerta, sacando gasas, un recipiente para agua y antibiótico.
—Voy a limpiar, no dolerá mucho porque no es una quemadura grave. Por favor, mantenga la tranquilidad.
Ignorando toda pregunta y miradas, tomé la mano de BaekHyun con gran cuidado y me sentí débil. Sus manos siempre fueron una de sus características más bellas y también, una de mis más grandes debilidades.
BaekHyun ni siquiera tenía inflamado, sólo estaba un poco rojo y nada más. De verdad que era un exagerado. Empape un pedazo de gasa en agua y lo pasé con extremo cuidado sobre la pequeña y rojiza mancha sobre la mano de mi primer amor. BaekHyun contrajo el rostro y se quejó del dolor tal como ya lo había hecho anteriormente. Estaba exagerando de nuevo. No pude evitar soltar un bajo suspiro, tratando de mantener la calma y el profesionalismo.
—¡Ah! ¡¡Duele, duele mucho Chanyeol!!
No quería escuchar mi nombre saliendo desde sus venenoso y adictivos labios, sentí ganas de restregar con rabia el lugar y que quizás así sintiera el dolor que yo sentí cuando se fue y me dejó con el corazón partido en dos.
—Quédate quieto de una puta vez y déjame trabajar, BaekHyun.
Bien, me había salido un poco del papel de doctor pero los recuerdos dolorosos del pasado se estaban haciendo mucho más presentes a cada segundo. Intenté terminar rápidamente la curación para que se fuera de una puta vez, ya la poca emoción de volver a verlo había desaparecido, siendo cambiada por el rencor y odio que sentía alguna vez por él.
Pude sentir a BaekHyun tensarse y guardar silencio, seguro se sorprendió. Sólo una vez le hablé duramente, sólo cuando lo encontré besándose con Sehun y confesó que lo amaba a él y no a mí.
Ese día reí estúpidamente, tratando de convencerme de que sólo era una broma de su parte y ese beso que ambos habían compartido un pequeño desliz en nuestra relación. Pero Baek hablaba en serio, y lo supe cuando con sus maletas bajo sus brazos me contó que se iría a vivir con Sehun.
—Cha-ChanYeol...
Me estaba mirando fijamente, con esos bellos ojos aguantando las lágrimas. Seguro era por su mano, dudo mucho que Baekhyun tenga un corazón. Tomé una venda desde el botiquín y la envolví en su mano.
—Puede bajarse de la camilla, señor Byun.
Saqué mis guantes y los mandé directo al basurero con un montón de rabia acumulada. No quería mostrarme afectado por su presencia pero era inevitable. ¿Cómo no odiar al bastardo ése?
—No debes ser formal conmigo Chanyeol... Fuimos amigos, ¿Lo recuerdas?
Quería creer que sólo estaba bromeando cuando dijo 'amigos', de verdad quería creerlo. ¿Amigos? ¿Estaba hablando en serio? Los jodidos amigos no se besan ni duermen juntos, los amigos no hacen el amor. Los jodidos amigos no involucran como nosotros lo habíamos hecho. Solté una carcajada impregnada de rencor mientras metía ambas manos en los bolsillos de mi delantal y me acercaba a la puerta.
—Puede retirarse señor Byun. Cualquier cosa puede consultarla con el doctor Kim, no tendrá problema alguno en atenderlo. Tenga buen día.
Sonreí fingiendo amabilidad, sólo quería que ese pequeño cabrón se fuera de una vez por todas, y para siempre.
Aunque como era usual en mi vida, nada salía como yo esperaba. Baekhyun se acercó hasta la puerta y la cerró con su mano buena, afirmando su cuerpo en ella. Cerré los ojos porque ver a ese imbécil no me hacía bien.
—Mírame Chan, quiero pedirte perdón.
¿Cómo se atrevía? Después de tanto tiempo sin saber de él, sólo se aparecía por la clínica haciendo escándalo por una puta quemadura de primer grado, afirmaba que sólo éramos amigos y ahora me pedía perdón.
Eres ridículo, Baekhyun.
—Cuatro años BaekHyun. Cuatro malditos años esperé para que volvieras y me explicaras porque me dejaste por mi jodido primo.
Llevé mi índice hasta su pecho, golpeando y marcando cada palabra que salía desde mi corazón. BaekHyun me miraba con los ojos aguados, haciéndose cada vez más pequeño en su lugar.
—Pero nunca volviste BaekHyun, no mandaste un maldito mensaje ni llamaste. ¿No te quedaba un poco de dignidad, gran hijo de puta? Vete.
Lo tomé del abrigo que usaba y abrí la puerta, obligándole a salir. Trató de desistir pero no era momento para eso, tenía que irse y no volver más. No quería verlo más.
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Esa noche al volver a casa discutí con Kyung. Él estaba insoportable y yo también, así que lo dejé pasar y no le di importancia.
Cuando nos fuimos a dormir intenté abrazarlo pero se negó, apartándose con la excusa que estaba cansado por sus clases de baile. Me senté en la cama y lo miré de reojo antes de levantarme al baño.
No me falles tú también, Kyung...