01. – Ámame como tú lo haces…
El deber ante todo, la obligación, la lucha interna, flaquear no está permitido, durante todo este tiempo me mantuve aislado de los sentimientos, ante un mundo hostil que denigra y pisotea cualquier muestra de bondad hacia el prójimo, para un ser humano común vivir así es imposible, hasta el hombre de acero es vulnerable, cae ante la debilidad de la carne y la compañía, no soporta la soledad, pero al mismo tiempo se aísla, cuando la salvación del mundo se le escapa de las manos. Él cree en la gente, aunque los hechos le muestren lo contrario, por mi parte tal vez crea, tal vez ese cielo soleado, con las calles limpias y la gente saludándose sin reservas, tal vez, solo tal vez, Gotham algún día alcance ese sueño imposible.
_ Tonterías…
Cada vez se hunde más en la miseria.
_ Prostitutas, pedófilos, asesinos, drogadictos…
Carmine Falcone entre otros están ganando terreno nuevamente, el bajo mundo se agita ante la llegada de los viejos líderes de la mafia, el mal enraizó ocultándose, fortaleciendo los lazos con los peores criminales que la ciudad ha tenido. Se acerca un fin, no solamente mío, sino de todos.
_ Bruce… Tal vez Gotham merece ser destruida…
Mientras la pelea acaba y el Joker sonríe desquiciado en el suelo con múltiples golpes que su enemigo de toda la vida le propino, sonríe y mira al cielo con atención.
_ ¿Qué opinas de fuegos artificiales mi querido Batsy?
Batman estaba absorto sin terminar de creer lo que sus ojos le muestran, un misil nuclear se dirige hacia Gotham sin aviso, sin piedad.
_ Lo que hagas, lo que creas, todo lo que te importa esta ciudad miserable olvidada de Dios nunca será salvada, ni todo el esfuerzo que derrames con tu sangre significara mucho para unos cuantos vejestorios militares. Ellos han tomado la decisión, sino destruyen la ciudad el virus se esparcirá… han acorralado tu preciada Gotham, no hay alma que se salve, todos están infectados y son insignificantes ante el mundo que los observa.
La risa estridente, la última canción fúnebre que escucharan los habitantes. Batman corre hacia su nave para tratar de hacer algo, pero solo el destello de lo impensable borra cualquier vida en esa parte del mundo.
_ Bruce… despierta tienes de nuevo pesadillas…
Estaban aumentando en esos últimos días, pero al sentir los brazos que lo estrechan a la calidez de ese cuerpo perfectamente esculpido, ese cariño que su compañero le profesa sin condición y del cual el caballero de la noche se negaba rotundamente, sus pesadillas se disolvían, se sentía protegido y al mismo tiempo vulnerable. Extrañamente no le molestaba estar en Kansas en la granja de los Kent. Clark había ahorrado para enviar a su madre de vacaciones a Florida mientras al mismo tiempo tomo sus vacaciones responsabilizándose de los deberes de la granja, en realidad le resultaba agradable, mas ahora cuando tomo la decisión de llevar a Bruce o mejor dicho de secuestrarlo.
_ ¿Una pesadilla?
Se cubre el rostro con una mano, las cortinas estaban deslizadas la luz del sol entra iluminando todo, las ventanas abiertas permiten que el aroma del campo y el maizal entren, diferente a Gotham, una tranquilidad imposible de tener en su ciudad.
_ Solo una pesadilla
Murmura tranquilizando su mente, Clark lo estrecha con más fuerza sin llegar a lastimarlo, el murciélago entiende el gesto, le da a entender que hasta de sus pesadillas lo protegerá.
_ Ya es hora de salir de la cama…
Trata de escapar de esos brazos fuertes que lo sostienen, pero su compañero se aferra a él.
_ No… aun no… quiero estar así unas horas más…
El fortachón hunde su nariz en el cabello negro de Bruce, aspira el aroma mientras sus manos acarician no solo la espalda cubierta de cicatrices sino la cintura hasta los glúteos, aprovechando cada instante que lo tiene.
_ Oye… oye… necesitamos comer algo, hacer nuestros deberes… y…
Clark lo silencia con un profundo beso donde lo sofoca con su lengua, sonríe lascivo al mirar ese rubor que cubre de vida a su amante, algo nunca visto en Batman.
_ Mi almuerzo está listo… ahora deja lo como…
Bruce esta por detenerlo, pero solo lo provoca mas, Superman lo envuelve en esa hambre de consumirse, está perdido en el gula de ese cuerpo perfecto, en esos labios que lo llenan de placer, en el roce placentero de sus cuerpos, ¿Cuántas veces lo ha tomado desde que lo trajo? Se pregunta, ha perdido ya la cuenta, sus ojos se abren al sentirlo de nuevo dentro de su cuerpo, no con dolor, pues su entrada ya se amoldo a la perfección, Clark lo monta embistiéndolo una y otra vez mientras frota el miembro del murciélago que jadea sin poder silenciarse ya no hay pudor, el hombre de acero lo ha llevado al límite.
_ Bruce…
No hay tregua, lo quiere solo para él, si fuera uno de los villanos, no lo dejaría ir, todos los días estaría sobre el murciélago, consumiéndolo, marcándolo. Se sorprende por esos pensamientos.
_ ¿Desde cuándo? ¿Desde cuándo enloqueció por Batman?
En la consumación inminente, en el orgasmo, Bruce había caído nuevamente exhausto, en un profundo sueño en los brazos de su amigo. Esta vez el superhombre tomo consciencia al notar las marcas nuevas que le estaba dejando.
_ Lo siento…
Lo besa en la frente.
_ Es tiempo de volver a la realidad… Seré yo quien te mate si seguimos así…
Susurra poniéndose de pie, acobijando a su compañero.
_ No seas tonto… no es que me vaya a morir por tener sexo salvaje con Superman… no soy débil…
Clark se sonroja, lo observa con preocupación, Bruce aun estaba medio dormido pero con una sonrisa que lo distingue cuando es el Play Boy de Gotham, lo miraba.
_ Es solo que me siento cansado… es todo…
Bosteza y abraza la almohada para caer en un profundo sueño, donde murmura:
_ Quiero comida de verdad o le diré a Alfred que superman intento matarme de hambre.