Dime que me amas…
Dime que me amas como lo has hecho un sinfín de veces,
Dime que me amas cuando me besas, cuando acaricias mi mejilla, cuando me vez a los ojos…
Repítelo sin cansarte… dime que amas para tener la seguridad de que eres mía.
_ ¿Qué es lo que necesitas Kara?
¿Por qué me ve con esos ojos de niña? ¿Qué es lo que he hecho para que me odie de esa forma? Bueno si lo pienso bien entenderé que quizá me odia por esa vez que la arrebatamos de su primo. Aun recuerdo cuando Lyla me hablo de ella del peligro que corría así que decidí llevarla a Temiscira para entrenarla, aun contra su voluntad, Kal-El no la quería entregar, para mí fue como un reto, la ultima hija de Kryptón entrenada por las amazonas, por mí.
Debo admitirlo, me sorprende la fuerza que tiene, es más fuerte que su propio primo incluso más noble, solo que en aquel entonces era una niña perdida en un planeta que desconocía; sé lo que se siente cuando llegas a un mundo desconocido, pero en realidad nunca sabré lo que es perder todo, ella recuerda su planeta, sus padres, el cataclismo que lo destruyo, sí, lo recuerda todo, pero trata de vivir, vivir por sus padres, vivir por todos aquellos que ella perdió en su planeta. Vivir.
Kal-El y yo nos dimos cuenta que Kara le tomo confianza a Bruce, algo raro en eso porque cuando se conocieron desconfiaban el uno del otro y al final hicieron las paces, tal vez por la misma situación de que perdieron todo lo que amaban de niños, él la comprendía más y acepto esas charlas con ella. Creo que llegue a pensar que esos dos tenían una química especial, llegue hasta creer que el Play Boy de Gotham la seduciría, mala idea si el otro quería mantenerse con vida, lo que me sorprendió fue que Kal confiara tan ciegamente en él, ahora que lo veo de este ángulo soy yo la que tiene celos de que Kara no confiara en mí como una amiga como lo hizo con Lyla que sacrifico su vida por ella.
_ ¿Celos?
Murmura con seriedad Wonder Woman que observa meditabunda su té, se encontraba perdida en sus pensamientos, Kara la escucha la mira fijamente.
_ Celos de ¿Quién?
Diana alza la vista sonríe discretamente al mirar esos ojos celestes del color más limpio del cielo, tan puros como esa alma tan transparente que es esa joven que la mira con curiosidad.
_ Lo siento Kara es solo que me perdí en los recuerdos…
Kara hace un puchero de niña.
_ ¿Me estabas ignorando entonces Diana? Porque te estaba hablando de algo importante…
La princesa abre sus ojos apenada, no escucho nada, se sorprende de sí misma por ser tan mal educada con la chica.
_ Cuanto lo siento querida, no era mi intención dejarte hablando sola, pero mis pensamientos están contigo, con nadie más.
Kara abre sus ojos, trata de entender las palabras de la princesa.
_ Explícame Diana ¿Cómo están tus pensamientos conmigo si me ignoraste?
La joven la observa con fijeza pero baja su mirada, se siente intimidada por esa mujer que es igual de fuerte que su primo, cohibida por la elegancia de la princesa, por esa guerrera que no dudo ni un segundo cuando fueron por ella a Apokolips a rescatarla de Darkseid, ya hace tanto tiempo de eso y la sigue admirando.
_ Solo pensaba… que envidia de Bruce… a pesar de que se llevaron mal desde el inicio terminaste confiando en él, aun con su difícil carácter y esa cara de pocos amigos.
Kara sonríe, toma un sorbo de su té helado.
_ En realidad el señor Wayne es amable… muy atento… los chicos Tim, Damián, Stephanie y Cassandra tienen mucho de él… así que también lo aprecio por aceptarme en su entorno.
La mayor no comprende el porqué se siente molesta cuando Kara habla de Bruce con ese semblante tranquilo.
_ Pero Diana no deberías de sentir envidia del señor Wayne…
La princesa reacciona, la mira a los ojos.
_ Es cierto… no debería sentir eso…
Kara se ruboriza, con un tono de voz infantil le habla.
_ No princesa de Temiscira, no sientas celos de él, la verdad es… que te llame para decirte que te amo, quiero que seas mi novia… lo que siento es sincero… y yo…
La amazona sonríe, la mira.
_ Kara… no estés jugando conmigo…
La joven se torna seria, con la mirada decidida le habla.
_ Tienes tiempo que ya no andas con mi primo… me dio gusto que se separaran, así que no volveré a cometer el mismo error de sentirme intimidada por tu semblante, de esperar a que me mires… me estoy haciendo ver y quiero que seas mi novia… que me ames… princesa de Temiscira quiero que seas mía.
La mayor se queda en silencio procesando cada palabra, siente las miradas de la gente de la cafetería, no hay mucha porque es temprano, pero la joven no bajo su tono de voz y todos voltearon por la declaración de amor o de locura que la chica gritaba.
_ Creo que estas confundida pequeña…
Habla pausadamente Diana, trata de ser amable pero en su interior también crece una emoción que no creyó sentir después de tanto tiempo, una adrenalina al escuchar tan atrevida confesión sin el menor decoro. Con voz firme y con esa mirada tan limpia y sincera que tiene Supergirl grita.
_ ¡No estoy confundida! Lo que siento es de mucho tiempo… también sentía celos de que vieras al señor Wayne con esos ojos de admiración y a mi primo con esa pasión… y ¿Dónde quedaba yo?
Al sentir las miradas de la gente de la cafetería poco a poco baja su tono de voz, nuevamente se siente cohibida.
_ Yo… donde ¿Dónde quedo?... me… siento… tonta…
Se cubre el rostro con vergüenza al sentir todas las miradas.
_ No debí… no debí dejarme llevar… lo siento princesa…
Diana se había quedado sin palabras, el silencio crece, la menor se siente incómoda finalmente se pone de pie, paga su cuenta y se disculpa.
_ Lo siento, no era mi intención… cielos… bueno… no…
Kara le da la espalda se dirige a la salida, sale de la cafetería con un nudo en la garganta.
_ Soy una estúpida…
Murmura, aquel nudo que siente comienza ahogarla, admira a la mujer maravilla, pero esa admiración va mas allá de lo que pensó, esa devoción con la que se entrega en cada batalla, el fuego en esos ojos fieros cuando pelea. Todo ella la estremece de pies a cabeza.
_ Es obvio que ella no se fijara en alguien como yo…
Camina sin rumbo, puede irse volando y perderse, pero desea caminar, pensar, lo más humano posible, se acerca a un parque donde termina por sentarse en una de las bancas cercanas. Cubre su rostro y sin desearlo llora.
_ Que tonta me vi… ¿Cómo pude animarme y confesarle eso a alguien como ella? Tan inalcanzable…
Siente como sutilmente una mano familiar acaricia su cabello con ternura.
_ Kara… no soy inalcanzable… para ti no.
La joven oculta su rostro en sus manos, entre sollozos murmura.
_ No lo hagas por lastima, el silencio otorga, así que déjame en paz...
La mayor se sienta a un lado de ella la abraza.
_ Es solo que me sorprendiste, eres tan joven, te mostraste tan segura y pasional que me quede sin palabras… pero la verdad temo querida…
La chica se limpia el rostro, alza su mirada para encararla, lo que ve en la hermosa mujer guerrera es un semblante triste, de duda.
_ ¿A que le temes princesa?
La mujer cierra los ojos niega con su cabeza dejando caer esos mechones negros como la noche en su rostro.
_ Temo tomarte en serio y que lo tuyo sea algo inmaduro que con el tiempo se agote y te alejes…
Kara arrebatadamente la toma del rostro y la besa, Diana se sorprende los labios de la joven le demandan que sea suya, que la acepte. Mientras que Superman era tierno y caballeroso, la prima es todo lo contrario, atrevida sin medirse en la fuerza que emplea la doblega, puede la menor mostrarse insegura, tímida, pero cuando se plantea algo y lo quiere, lo consigue. Es como el mismo Sol abrazador. La acepta permitiendo que sus labios sean uno, se olvidan del resto, finalmente se separan por un momento, la joven la mira fijamente, con voz firme le dice:
_ Lo que siento no es algo inmaduro… no estoy jugando y no es algo pasajero, ya estuve esperando por mucho tiempo para tener la oportunidad y ahora me hare ver, quiero que me veas, que me tomes en cuenta.
En realidad está hablando en serio, nunca había visto esa determinación en ella
Repítelo sin cansarte… dime que amas para tener la seguridad de que eres mía.
¿Cuánto tiempo llevamos juntas? Kara empezó a trabajar, lo de ella va mas allá de lo que imagine, nunca termina de sorprenderme. _ Nunca…
Es atraída nuevamente por la demandante boca de la menor, la cual no se mide en su fuerza, la azota en la pared de la habitación donde se hospeda la embajadora de Temiscira.
_ Wow… tranquila Kara o destruiremos el hotel…
Me mira con esos ojos de cachorro desesperado.
_ Lo siento, pero tenemos dos semanas sin hacerlo, has estado ocupada con tus asuntos y yo con mi nuevo trabajo… créeme cuando te digo que ya no aguanto…
Diana se agita, su cuello es marcado por los dientes de la joven, esas manos se deslizan hasta sus pechos que son acariciados por encima del vestido de gala que utilizo en una de sus reuniones. Al mismo tiempo la princesa desabotona la camisa de vestir para besar el hombro blanco, el aroma dulce que desprende hace que pierda la cordura, enredan sus piernas rozando la pelvis, el calor de Kara la sofoca agradablemente.
_ Yo… también te extrañe… Kara...
Poco a poco van dejando un camino de prendas, hasta llegar a la cama donde la piel de la una con la otra se acarician con total desesperación como si hubieran sido años de no verse, la menor venera en cada beso cada parte de ese majestuoso cuerpo de diosa que se estremece en sus brazos. Que da encima de la mujer, toma y besa una de las piernas mientras se pierde en medio de ellas.
_ Te amo Diana…
La guerrera se sujeta a las sabanas se arquea al sentir la lengua de su amante frotar ese punto de placer que la lleva a tocar el cielo.
_ Ah…
Un leve grito, se muerde los labios es muy pronto para terminar, la menor se en bebe en ella como una mariposa que succiona el néctar de la mejor flor, su lengua presiona con intensidad provocando que la princesa se retuerza de placer, las piernas morenas son alzadas para tener mejor entrada, aquella parte esta sensible ante cualquier roce, Kara se incorpora, lame sus labios saboreando el sabor de su diosa, besa el vientre encaminándose hasta tomar los labios de la morena, está en medio de las piernas, con fuerza presiona su pelvis con la de la mujer mientras toma con desesperación esos labios para saciarse una vez más. La enviste nuevamente con su pelvis sintiendo ese placer mutuo donde su cuerpo desnudo se fusiona con la de la morena mujer, un vaivén tras otro sintiendo su intimidad cubierta de fluidos, entregándose sin tregua. El cabello de la rubia acaricia el rostro de la princesa que en medio del éxtasis la observa con atención.
_ También… te amo Kara…
Ambas llegan a ese punto sin retorno, donde sus cuerpos sienten esa eléctrica sensación de entrega, esa fusión de dos almas. Ambas se besan, se estrechan en un abrazo para continuar con la segunda ronda. Esta vez la amazona la tira a la cama quedando arriba de la joven que la mira sorprendida.
_ No querida, esta vez quiero ser yo la que este arriba…
La menor sonríe desliza uno de sus dedos en el pecho de la mujer presionando el pezón.
_ Sabes que soy tuya…
Diana sonríe, se excita.
_ Y lo serás siempre…
Dime que me amas como lo has hecho un sinfín de veces.
_ Mmm… no puedo, por más que quiera vengarme de Diana y Clark no puedo traicionar la confianza de Kara.
Estaba un Bruce pensativo observando el hermoso paisaje de la granja de los Kent, tramando su venganza hacia sus amigos.
_ Demonios…
El sol se estaba ocultando, Clark sale de la casa.
_ ¿Estás listo?
El superhombre se queda con la boca abierta, Bruce estaba vestido de lo más sencillo e informal si alguien lo viera no lo reconocerían, su cabello impecable estaba alborotado, la camisa estaba por fuera del pantalón, esos Jeans estaban rotos de las rodillas, unos tenis negros, unas gafas redondas le quitaban ese aire de hombre de sociedad.
_ Clark cierra la boca…
El hombre alto obedece.
_ Había olvidado tu habilidad de disfrazarte para perderte entre la gente… pero aun así…
Lo abraza besándolo en el cuello.
_ Te vez bien…
Bruce hace gesto de solo observar cómo se oculta el sol.
_ Oye… acepte ir a la feria del pueblo, si quieres que me retracte lo hago… así que quita tus manos de ahí…
Clark sonríe y obedece, ambos se encaminan a la camioneta para dirigirse a la feria de primavera de Smaville.