Liú Xiàn Huá, talentoso profesor de música de una de las academias más importantes del ramo está en graves problemas; tal vez no tan literalmente pero, desde hace unos cuantos meses la mente de este hombre de 29 años de lunes a viernes está hecha un lío a la hora de impartir su clase y los fines de semana nada mejora sino todo lo contrario ya que sus pensamientos vuelan hacia una “cosa” en específico incluso en sueños.
Pero ¿Qué es lo que tortura a este hombre de tal manera?; pues la pregunta correcta seria ¿Quién? Todo se resume en 1 metro con 70 centímetros de estatura, con cabello negro brilloso, piel nívea y delicada, más un par de ojos obscuros más grandes de lo normal que cuando te miran te pierdes en ellos…cielos del solo verlo en su clase el hombre sufre de una taquicardia y un colapso mental que lo noquean por segundos que parecen horas.
En los años en las que imparte clases en la Real Academia de Artes de Toronto, Canadá; jamás se había sentido de ese modo con nadie, en su vida nunca hubo espacio para sentimientos profundos hacia algo más que no fuese la música. Pero todo cambio precisamente este año en el nuevo inicio de clases, al principio solo fue una mera atracción desde que vio a aquel chico entrar a su clase, pero al darse cuenta de sus pensamientos se vio obligado a desechar de su mente aquellas vagas ideas y funciono o al menos eso creyó hasta aquel día en que escucho aquella voz tan suave y aterciopelada en una de las pruebas de rango vocal que decidió hacer, para terminar con todos sus esquemas de profesor correcto hecho añicos.
A su edad jamás pensó en nadie de una forma carnal ni mucho menos amorosa, era una persona seria; lo es desde que su adolescencia acabo y fue convirtiéndose en un adulto hecho y derecho; bien…de acuerdo si tuvo sus encuentros meramente sexuales en su juventud pero solo era eso, sexo…simple y llanamente sexo sin compromisos, pero ya no es un chiquillo hormonal, ahora es un hombre…un hombre adulto que vive de y para la música…no necesita nada más, es feliz así se repite a si mismo en su mente una y otra vez intentando de convencerse de una verdad que hace meses dejo de existir…porque quiera admitirlo o no ahí estaba ahora en su salón de clases, suspirando como colegiala enamorada del chico popular; dando vueltas en su silla giratoria esperando por verlo entrar en cámara lenta por la puerta de entrada de su aula; soñando despierto…pensando en hacerlo suyo una y otra y otra vez hasta que se agotase y le sangrara la nariz. Definitivamente está perdiendo la cabeza.
10:30 a.m.
El sonido del timbre anuncia que su hora de clases dará inicio; el señor Liú trastabilla en su asiento, se acomoda en su lugar como si nada hubiese pasado y se pone sus anteojos, necesita ver en todo su esplendor al alumno “que no lo deja en paz”.
Así pasan unos minutos de pura frustración por cada vez que la puerta se abre dejando ver a cualquier alumno menos al que espera…4 minutos son exactamente los que transcurren cuando él aparece y >>mierda…mierda…mierda…mierda<<; es la única palabra que se repite en su mente cuando por fin lo ve; pero esta vez es diferente… Su cabello teñido de un rojo vino lo hace ver malditamente sexy, resaltando cada una de sus hermosas y perfectas facciones obligándolo a sujetarse del posa-brazos de su asiento que se esconde tras su escritorio. Bendita sea la hora en la que no se deshizo del mueble que en su primer momento le pareció innecesario, porque ahora estaba en problemas…en un serio, semi-apretado y muy vergonzoso problema bajo sus pantalones; traga duro y desvía la mirada de su alumno a la lista con el nombre de cada estudiante en un desesperado intento por relajarse y evitar todo tipo de pensamientos impuros que atraviesan su mente en la que el ahora pelirrojo chico es protagonista.
- Byun Baekhyun… ¡Presente profesor!
- Cho Kyuhyun… ¡Presente!
- Choi Siwon… ¡Aquí!
- Choi Soo Young… ¿Qué? Oh ¡aquí!
- Choi Minho… mmjjjhh
- Do Kyungsoo… Presente señor Liú… y ahí estaba él, Do Kyungsoo con su inconfundible grave voz llamándole “señor Liú”, ¿Cómo era posible que esas simples palabras obliguen al mayor a levantar la vista y observar por unos segundos al menor? Encontrándose con esos obscuros orbes que se apartan rápidamente de su campo de visión y centra su atención en aquel cuaderno en el que siempre escribe.
Termina de pasar lista y se centra en dar su clase, esta vez de canto con acompañamiento de algún instrumento, dando furtivas miradas a su alumno favorito.
Una hora de calentamiento vocal, y ya todos estaban listos para hacer una “presentación sorpresa”, idea que se le paso por la mente porque en este momento necesitaba oírlo cantar, pero claro que primero hizo pasar a uno o dos alumnos antes que a él.
Ya era el momento tomo su móvil, tecleo una que otra cosa, lo dejo sobre su escritorio y lo llamo.
- Joven Do, ¿podría pasar al frente por favor? – Kyungsoo asiente, levantándose de su asiento y pasando al frente, pero el profesor no contaba con lo que el menor estaba a punto de hacer.
- D-disculpe señor Liú – susurra tomando la mano del mayor y mirando al suelo – u-usted ¿po-podría tocar la guitarra…por favor? –el hombre no sabe qué hacer más que asentir y tomar el instrumento.
El bajito carraspea un poco y comienza a entonar Billionaire de Bruno Mars en una perfecta pronunciación de inglés; el mayor se pierde un poco en la melodiosa voz tardando un poco en ejecutar los acordes correspondientes pero termina lográndolo; la canción termina, el hombre se levanta teclea unas cosas en su móvil otra vez y continua con su clase hasta terminar con ella.
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Cuando todos los alumnos se retiran el profesor suelta un muy audible suspiro que lo mantuvo guardado hasta el momento; jugueteo en su silla mientras observaba su mano derecha como si fuera la cosa más interesante del mundo y lo era; esa era la mano que el menor le había tomado…recuerda la sacudida que su cuerpo sintió con el simple contacto convirtiéndose en una especie de descarga eléctrica que erizo los vellos de su brazo.
Se levanta de su silla y junta sus cosas para luego dirigirse a la salida del salón para apagar las luces y marcharse, pero en su trayecto su pie izquierdo patea algo acción que obliga al mayor a dirigir su vista al objeto encontrándose con un cuaderno que estaba seguro de conocer y así era, aquel cuaderno pertenecía a Do Kyungsoo, el alumno que lo traía más que loco; sonrió de lado tomando aquella libreta, guardándola en su maletín, apagando las luces del aula y yéndose de ahí a buscar su coche aparcado e ir rumbo a su casa.
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Estando libre de sus obligaciones como maestro el hombre entro a su hogar, se quitó los zapatos, fue a su habitación y cambió su ropa formal de educador por una más cómoda, un simple pantalón de buzo gris semi gastado y una camiseta blanca holgada, ya listo y descalzo fue a por unos papeles de su maleta que debía revisar encontrándose con aquel cuaderno el cual tomo junto a los papeles y lo dejo sobre el pequeño escritorio, ojeo los documentos y luego centro su atención en la libreta que tenía en sus manos otra vez, debatiéndose entre abrirlo o guardarla nuevamente…quería saber los secretos que tal vez este guardaba, quizás exageraba pero algo dentro de él quería saber que había allí escrito; al final su lado sensato le dijo que no era correcto y lo volvió a dejar en la mesilla.
Se levantó de donde estaba yendo a la cocina dedicándose a preparar su almuerzo, unos simples huevos revueltos con tocino junto a un vaso de jugo y dos rodajas de pan lactal; nada del otro mundo además de ser una de las pocas cosas decentes que es capaz de preparar por sí mismo. Sentado en una de las banquetas cercanas a la isleta en medio del cuarto de cocina comenzaba a comer y a pensar en su vida, su monótona y solitaria vida… ¿siempre había sido así? ¿Cómo es que después de conocer a aquel chico comenzaba a replantearse aquella idea de solo dedicarse y enseñar música? ¿Cómo era posible que un chiquillo de entre unos 19 a 21 años se colara hasta en sus sueños provocando estragos en él? Llevándolo a pensar en ser pareja del menor por un tiempo, luego proponerle matrimonio y quizás más adelante adoptar a uno o dos niños, sin mencionar la más de una idea impura y meramente sexual con el cuerpo ajeno…suspiro…esto era demasiado para cualquiera, no sabe en qué momento su plato quedo vacío, lavo la vajilla y se dirigió a su cuarto a descansar un rato, tantas cosas en su cabeza lo agotaban más que dar clases.
Ya en su habitación su cuerpo cayo rendido en su cama, miro el reloj digital 14:23p.m. Tomo el aparato programando la alarma para dentro de dos horas, lo dejo sobre la mesilla de noche y se acomodó para descansar quedando casi instantáneamente en los brazos de Morfeo…
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Una presión suave en su entrepierna lo hacía moverse levemente para conseguir más fricción, mas contacto que lograba despertar a su hombría cada vez más…seguido de un manso tacto sobre su camiseta que serpenteaba de arriba hacia abajo llegando de su cuello al elástico de su pantalón donde jugueteaba sutilmente dejando luego un rastro de calor cosquilleante cuando el toque se alejaba nuevamente en dirección a su pecho y clavícula.
Un gemido casi gruñido se amortigua en sus labios fruncidos cuando la presión en su zona baja se hace más fuerte a cada momento, haciendo que su hombría duela deliciosa y tortuosamente. Sin más remedio y sin poder ya soportarlo el profesor abre sus ojos y se encuentra con aquella mirada y esa sonrisa que por poco y hace que se corra, porque ahí esta…Do Kyungsoo a horcajas sobre él, moviéndose en círculos en su ya mas que dura y despierta entrepierna viéndolo fijamente a los ojos.
De un momento a otro el profesor intercambia posiciones comenzando a besar con desenfreno y pasión aquellos labios de un rosado tentador, mordisqueando el labio inferior logrando así que estos se abran y le den así el permiso que tanto anhela. Su lengua profana aquella húmeda y tibia cavidad, saboreando cada rincón; enredando su lengua con la del menor en una danza tranquila que luego se transforma en una batalla frenética en la que adulto es vencedor.
Con el chico debajo de su cuerpo gimiendo y jadeando bajito el hombre poco a poco comienza a desvestir ambos cuerpos, se siente asfixiado con la poca ropa que lleva puesta y no puede esperar por ver aquel cuerpo desnudo en todo su esplendor, con prisa las prendas vuelan por los aires cayendo en cualquier lugar de la habitación. Con algo de brusquedad voltea a Kyungsoo sobre la cama para que este le dé la espalda, relamiéndose los labios al ver la parte trasera del menor y sin perder más tiempo el mayor humedece dos de sus dedos los cuales después de unos segundos lleva hasta la entrada del más bajo introduciéndose lentamente hasta que sus falanges entran por completo, moviéndolos en círculos y simulando movimientos de tijeras dilatando los estrechos anillos de músculos ajenos.
Kyungsoo suelta suspiros entre dolor y placer mientras inconscientemente mueve sus caderas al compás de los dedos contrarios para terminar soltando un gimoteo medio molesto por la repentina sensación de vacío, inmediatamente ese sonido de molestia se transforma en un alarido gutural amortiguado por una almohada cuando su estrecha entrada se expande y recibe la atención de algo más grueso y caliente que un simple par de dedos.
El mayor se queda quieto un par de segundos, disfrutando aquel cálido y apretado interior para después comenzar a moverse de forma lenta pero certera robándole gritos placenteros con el sonido de su nombre mientras él lo penetra una y otra vez adentrándose cada vez más profundo en el interior del menor; una fina capa de sudor cubre ambos cuerpos creando un roce exquisito entre ambas pieles. Una fuerte estocada es acompañado de un grito del más bajo que le hace saber al profesor que ha encontrado aquel manojo de nervios ultrasensibles llevando al hombre a golpear sin piedad una y otra y otra vez aquel punto, robándole así más gemidos a un Kyungsoo que se aferra a las sabanas y se deja llevar por completo al placer que está sintiendo.
Un cosquilleo comienza a hacerse presente en el bajo vientre del profesor, toma el cuerpo de su menor mientras acomoda su peso y el del contrario sobre las rodillas apegando así la espalda de Kyung a su firme torso, comenzando a hacer sus movimientos cada vez más rápidos mientras sostiene el cuerpo ajeno con un brazo y con la otra mano libre bombea en la zona intima de su alumno…unos cuantos movimientos más y el menor suelta su semilla logrando que en los espasmos de su orgasmo aprisione la hombría contraria. El hombre siente esa presión en su pene y con unas estocadas más baña el interior del joven mientras muerde su hombro dejándole una marca roja en aquel lugar, cayendo ambos agotados sobre el colchón…
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La alarma suena sobresaltando al hombre que se encuentra a si mismo mordiendo fuertemente la almohada bajo su cabeza, sudado, con su entrepierna semi-despierta sumada a una tibia humedad en su ropa interior. Suspira mirando al techo de su alcoba…otra vez sucedió…desactiva el aparato, se levanta de la cama y va directamente a la ducha, se quita la ropa dejándola en el cesto de ropa sucia, abre la llave y se mete directamente bajo en chorro de agua tibia sintiendo sus músculos un tanto menos tensos, toma el jabón haciendo algo de espuma pasándolo por su cuerpo, limpiando cada parte. Cierra los ojos y las imágenes de su alumno inundan inmediatamente su mente, su voz…su sonrisa…su cabello…sus ojos…su cuerpo perfectamente proporcionado…
- Que me estás haciendo – gimotea el hombre apoyando su frente sobre el frio azulejo y soltando todo el aire que guardan sus pulmones.
Toma una toalla, seca su cuerpo para luego enredarla en su cintura y buscar ropa limpia, se cambia y va a la sala para ver algo de televisión. Enciende la pantalla haciendo zapping hasta centrar su atención en una película en la que una chica pierde su memoria todos los días y un hombre la enamora con algo nuevo cada mañana…o algo así entendió. El filme termino 17:30 p.m., por todos los cielos ¿Qué hacía todo el tiempo antes de conocer a ese chico? Ni siquiera lo recuerda.
Aun sentado en su sofá una fuerza lo obliga a voltearse encontrándose con ese bendito cuaderno una vez más, se recuesta sobre el sillón cubriendo su rostro con un brazo intentando pensar en cualquier otra…entonces lo recordó, tomo su móvil conecto los auriculares y se dedicó a oír música, pero no cualquier música…son grabaciones de las canciones que Kyungsoo canto en sus clases; así pasaron unos 20 minutos, pero en su cabeza solo rondaba una cosa y por más que intentaba distraerse nada parecía funcionar; la curiosidad aumentaba en su interior conforme los segundos pasaban. De un salto se levantó y fue a la cocina en busca de algún pasatiempo…cualquier cosa, lo que sea…pero no había nada…
Y ahí estaba paseándose por la sala de hogar como león enjaulado debatiéndose consigo mismo…
>>No…no es correcto…<< >>pero sería solo una miradita<< >>¡Aléjate de ese cuaderno!<< <<Yah, nadie se enteraría<< >>no…no no no no no no…<< >>bien…solo una hoja<<
Tomo la libreta, volvió al sofá, miro hacia otro lado como quien no quiere la cosa y abrió el cuaderno volviendo lentamente su atención al objeto entre sus manos…
Viernes 10/06/2016
Ya llevo 5 meses en esta academia y adoro cada momento que paso en este lugar, aun no puedo creer que haya podido llegar hasta aquí a través de una beca y hacer lo que más amo en este mundo.
Estoy en mi última hora de clases (ya sabes mi favorita con el señor Liú), él es increíblemente talentoso y muy guapo…si, sé que llevo escribiendo esas palabras todo el tiempo pero es cierto y lo compruebo cada vez que dicta sus clases y sobretodo hoy…me he quedado unos minutos extras después de que sus horas finalizaron porque debía hablar con el director Kim. Cuando salí su despacho oí una hermosa melodía…seguí aquel precioso sonido y termine frente a su salón; no podía creer lo que veía ¿Cómo alguien puede ser tan asombroso? Jamás pensé que alguien pudiera tocar el violín de una manera tan magnifica y además de eso bailar al mismo tiempo…me siento alguien afortunado en estos momentos, de poder verlo así, sintiendo la música en todo su cuerpo, desbordando talento en cada nota que le quita al instrumento y en cada paso de baile que da.
Cierro los ojos dejándome llevar por aquella melodía tan encantadora, siento mi cuerpo vibrar y por un momento pienso que ese cosquilleo es el resultado de sus dedos sobre mi piel…dios sé que no debería pensar de ese modo y mucho menos con un profesor pero desde que lo vi no puedo dejar de pensar en él de un modo más allá de una relación alumno/profesor aunque ante sus ojos no soy más que un chiquillo, un simple estudiante más…
El hombre se queda boquiabierto, ¿todo eso pensaba aquel muchacho sobre él? Su pecho se infla de orgullo ante aquellas palabras tan halagadoras, para luego darse cuenta que el menor se siente atraído por él y luego acaba sonrojándose un poco tras las palabras escritas por su alumno >>siento mi cuerpo vibrar y por un momento pienso que ese cosquilleo es el resultado de sus dedos sobre mi piel<<
Sin poder evitarlo dejo a la suerte el leer otra página, cerro la libreta y repitió la acción anterior encontrándose con un escrito corto…
Martes 02/04/2016
Por todos los cielos ¡sus fosas nasales tienen forma de corazón! ¿Es eso posible? Comienzo a creer que estoy observándolo demasiado como para darme cuenta de ese detalle tan “pequeño” en su persona, ¿me pregunto si otras personas se dieron cuenta de este hallazgo tan tierno e inus […]
Soltó el cuaderno y corrió hacia el espejo más cercano que tenía, ¡era verdad! Ahí estaban dos corazones se formaban en los hoyos de su nariz, ¿Cómo es que nunca se dio cuenta de ello?…es decir, es SU cuerpo.
Ya sin poder resistirlo tomo el cuadernillo y leyó la última pagina
Lunes 08/08/2016
A veces desearía ser un instrumento, tal vez un violín…un saxo…lo que sea…
¿Para qué? Simple…si fuera un violín, una guitarra o un piano el señor Liú me tocaría; pondría sus manos sobre mí y si fuera un saxo, una flauta o cualquier instrumento de viento el me besaría, claro que no directamente pero sus labios estarían en contacto conmigo. Aunque si lo pienso con claridad sería contraproducente ya que no sentiría nada, demonios, creo que ya estoy perdiendo la cabeza.
Pero no me culpes por pensar de ese modo, he soñado demasiadas veces con él como para pensar las cosas claramente. En mis fantasías el me pide que hagamos…ya sabes... En una de mis sueños él me toma desprevenido del brazo y desordenamos su escritorio, es todo lo que voy a decir el resto es demasiado personal como para escribirlo, del solo pensarlo siento que todo el calor de mi cuerpo se agolpa en mi rostro…soy tan patético.
Sé que debería fijarme en chicos de mi edad, pero solo con verlo pasar por ahí mis ojos se van directamente hacia su persona, mi mente se llena de imágenes con su sonrisa y mi corazón late errático cuando estoy en su clase.
Hoy lo tome de la mano; no sé de donde saque el valor para hacerlo pero lo hice…fue increíble, es tan suave y la vez tiene ligeros rastros ásperos, no pude evitar tartamudear como un tonto al hablarle pero aun así nada me quita aquella satisfacción de haber tenido cierto contacto con el señor Liú.
Pero ya es suficiente de sueños que jamás se harán realidad, de ideas en donde en un futuro el me note y “seamos felices”, es por eso que esta es la última vez que escribiré sobre él, intentare olvidarme del señor Liú y comenzare todo otra vez, solo seremos profesor y alumno sin sentimientos unilaterales que me llevan a ningún sitio, es tan injusto pero ¿desde cuándo la vida es justa? Supongo que así las cosas deben ser…
Adiós sentimientos…Adiós señor Liú
- ¿Crees que después de esto te dejare ir? – susurra para si mismo y con una leve sonrisa en el rostro. >>ahora más que nunca iré por ti pequeño<<
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A la mañana siguiente en el aula de música un profesor espera pacientemente el inicio de su clase; mentiría si dijera que no está condenadamente nervioso también pero lo disimula.
El timbre suena como cada vez anunciando que su hora va a comenzar y esa es su señal de entrar en acción. La situación se repite, varios alumnos pasan al salón hasta que Do Kyungsoo ilumina el lugar con su presencia…pero esta vez es diferente, bajo sus bonitos ojos se formas unas pequeñas bolsas, símbolo de que algo no lo dejo descansar correctamente, se preocupó al verlo así pero se obligó a desviar la mirada y empezar con su clase.
Las horas se le hacian largas al mayor, pero soportaría hasta el final…sonreía para sus adentros cuando veía a su tierno alumno cabecear y dormitar de vez en cuando o se derretía por las expresiones de su rostro al despertar sobresaltado, era la cosa más adorable de ver; y eran por cosas como esas por las que su decisión aumentaba.
El sonido del timbre anuncia una vez más que las clases han terminado por hoy, los alumnos se precipitan en abandonar las aulas e ir a su casa o a cualquier lugar que no sea el establecimiento escolar. El profesor veía a sus estudiantes levantarse y retirarse casi en completo orden, excepto a él que se había quedado dormido sobre su pupitre, uno de sus compañeros lo despertó y le aviso que ya la clase había finalizado. Kyungsoo se apresuró en guardar sus pertenencias amagando con levantarse y retirarse.
- Joven Do, necesito hablar con usted un momento – el chico detuvo sus pasos y arrugo su rostro creyéndose en problemas, sus últimos compañeros se retiraron dándole una mirada de misericordia.
Cuando todos se hubieron retirado Kyung se giró lentamente encontrándose con el rostro de su educador a centímetros del suyo. Su rostro enrojeció y un jadeo de sorpresa escapo de sus labios cuando el mayor lo tomo en brazos llevándolo hasta su amplio escritorio…el silencio se hizo presente dejando escuchar solo la respiración agitada del menor. El hombre se separó un poco de su alumno y tomo de entre sus cosas aquel cuaderno; los ojos de Kyungsoo se ampliaron en sobremanera fijando su mirada en el objeto que su maestro sostenía haciendo más evidente su sonrojo.
- Lo que escribiste aquí…¿es cierto? – pregunto susurrante ganándose un simple asentimiento titubeante – genial…- el bajito desvió su atención del cuaderno centrando su atención en el educador sin entender mucho lo que estaba sucediendo
- ¿C-cu-cuanto ha leído?
- Lo suficiente como para saber que me gustas tanto, como yo a ti…Kyungsoo – el nombrado trago duro, jamás en su vida había escuchado el sonido de su nombre dicho de una manera tan sensual pero su sorpresa fue mayor al caer en cuenta de las palabras anteriores a su nombre y su respiración se agito aún más al verse en una situación bastante familiar – cálmate…no desordenaremos mi escritorio…no aun pequeño, es muy pronto…pero necesito que sepas que me estoy volviendo loco…cada vez que te veo o te oigo cantar caigo ante ti y ya no puedo resistir lo que siento por ti, lo que provocas en mi... – suspira –pero antes de dar el siguiente paso debo saber si estarías dispuesto a…
Y sus palabras se cortaron…quedando apresadas en su garganta cuando los labios de Kyungsoo reclamaron la boca del profesor en un beso casto, solo era movimiento de labios…entonces ya nada había que decir, eso fue todo lo que necesito para perder la cordura y obtener su respuesta. Aquellos labios sabían tan dulces, eran tan suaves que el hombre no pudo soportar más y profundizo el beso profanando la cavidad ajena con su lengua…un sonido de sorpresa por parte del pelirrojo se ahogó en la boca de ambos pero aun así correspondió y su lengua también participo. Así se mantuvieron hasta que el aire les hizo falta obligándoles a separarse…
- Haré…lo que quiera…señor Liú…- contesto entrecortadamente
- Bien…solo tengo unas cuantas condiciones…primero de ahora adelante me llamaras Henry…segundo aquí tienes mi número telefónico – dijo dejando un papel en las pequeñas manos de su alumno – y tercero desde el día de hoy en adelante eres mío, me perteneces Do Kyungsoo y yo te pertenezco a ti y tienes prohibido mirar a otros, ahora vete…te veré mañana en clases y después de clases bebe…- susurro en el oído ajeno para luego terminar besando al bajito ferozmente, tomando el cuerpo ajeno y guiándolo cerca de la puerta de salida del aula – hasta mañana mi lindo Soo…
La puerta del curso se cerró dejando a profesor y alumno volando en una nube individual…Kyungsoo tomo aquel papel y agendo el número que estaba ahí anotado en su móvil, rápidamente escribió un texto y con el rostro sonrojado lo envió…corrió hasta salir del instituto y encontrar un cesto de basura público, tomo entre sus manos aquel cuaderno en el cual había dejado todos sus pensamientos y lo lanzó a la cesta, ya no lo necesitaba. Ahora escribiría una nueva historia con su profesor.