Su mañana había estado normal, todo estaba bien, su taza de café caliente estaba reposada en una mesilla a su lado, mientras que el tirado en un sillón, ojeaba el periódico leyendo un artículo sobre el mismo, nada egocéntrico, sonriendo a la foto de el mismo que para su gusto había salido con un cuerpo y cara de Adonis... Pasó a la siguiente página. —Sip, 4 de Julio, el Día de la Independencia de los Estados, la estaba celebrando, ¿No ven mi taza con bandera americana?— Comento para sí mismo con sarcasmo, las calles siempre estaban llenas de patriotas por esos días, era algo que lo mareaba, tantos colores, solo podía pensar en alguien con una calle como esa.
Rojo, azul y blanco, se sobo la frente. Paso a la siguiente página, “Feliz cumpleaños al héroe de escudo patriota” o así lo leyó el, en realidad era un título más lindo, pero Tony no estaba para leer títulos lindos de “él”, siguió leyendo por “no tenía nada más que hacer” lo que era una cruel mentira para sí mismo.
Preparo la garganta para leer en voz alta, si, para el mismo. —“Steven Grant Rogers nació en Brooklyn, Nueva York, el 4 de julio de 1918, como el hijo de Sarah y Joseph Rogers. Su padre fue un soldado que luchó y murió en la Primera Guerra Mundial. Su madre, una enfermera, murió por tuberculosis. Como un joven huérfano, Steve es atacado por bravucones en Hell’s Kitchen, sin embargo, la resistencia de Steve, a pesar de su pequeña estatura, inspira a un joven llamado “James Barnes” —Remarco el nombre en tono burlón. Siguió leyendo. —para ayudarlo a pelear contra los bravucones. Los dos entonces se hacen...aAaa...migOosss...—Dijo lo último sin ganas de por medio y tira el diario al basurero dando un bostezo más falso que las nalgas de Taylor Swift.
Se sentó en el sillón viendo con disgusto infantil el diario, parecía niño de primaria cuando le quitaban a su mejor amigo, pero el problema es que él y Steve antes de la Guerra Civil era más que amigos, o eso creía el... eso creía el, ¿Y si siempre fue todo una idea del?
Se puso a pensar... Vaya que estaba viejo, ¿1918? ¡Le faltaba poco por cumplir 100 años! Si, Stark no era de los que celebraban los cumpleaños sabiendo cuanto cumplía dicha persona y además, ¿Nacer en 4 de Julio? Es como si la madre de “ese” hubiera planeado todo su nacimiento como una patriota convulsiva, si fuera así, allí el dicho “De tal palo, tal astilla”, ¿Era así no?
Se rio pensando en eso. Decidido a dar un paseo por la ciudad, a ver qué tal las cosas con la gentecita bonita que celebraba la libertad y todo eso. Se puso de pie, se arregló los zapatos y se puso una camiseta casual, con obviamente unos lindos lentes de sol. —Jarvis, ¿Por qué no he recibido información de Rogers? Ya sabes... porque él es como el jefe y bueno... eso.— Comento, tomando un sorbo de su café, el cual ya estaba frio por lo que su mueca de disgusto estaba presente.
—Buenos días señor. Usted me dio la orden de rechazar cada llamada y aviso del señor Steve Rogers.— Comento la maquina mitad sirviente.
Se sobo la nuca, probablemente estaba borracho. —Si... Borra eso de tu memoria, ¿Cuantas llamadas perdidas tengo?— Comento, sonriendo como si eso fuera a arreglar algo.
—Tiene 5 llamadas de Steve y hay una noticia actual de él.—
—¿5 solamente? Son muy pocas.— Otra mueca de disgusto mas pasado a berrinche se presentó en su cara, sin pensar en que el americano rubio aun no entienda del todo la tecnología, probablemente siempre le pedía a alguien que lo hiciera por él, era bastante torpe en eso y Tony siempre se le olvidaba que era como tratar con un abuelo. —Bueno, tampoco es que importe tanto... ¿Cuál es la noticia actual? Si no sale algo de que murió todo bien con mis días de inactividad.— Se encogió en hombros haciendo como si poco le importara.
—Está celebrando su cumpleaños con su amigo, James Barnes.—
Apunto de salir de la puerta por unos segundos se quedó tieso como piedra y termino por cerrar la puerta, camino y camino hasta por fin salir de su gran torre. Ya no tenía ganas de celebrar, mejor se iba a ir donde Bruce, para hablar de ciencia y cosas, eso probablemente lo distraería, los nerds siempre distraen, como Spider-Man, ese niño mete conversación de todo tipo.
Se fue caminando, bastante raro siendo que tenía como 10 autos diferentes, incluso para su gusto él estaba raro, normalmente no se hartaba de sí mismo, pero su personalidad lo sofocaba, ¿Era eso posible? Él no era celoso, para nada, o eso quería creer, ¿Por qué tenía ideas estúpidas si él era un genio?
La multitud estaba feliz, el también debería. Inhaló aire por la nariz y exhaló por la boca y decidido a parecer americano feliz de la libertad dio un paso, chocando con el bien formado torso de alguien, si, bien formado por que poso sus manos en él, para simple equilibrio.
—Tony, ¡allí estabas! Cuanto tiempo, por fin llegue de Asgard.—
Así que a eso se debía el cuerpo totalmente formado, era el grandulón de Thor, acompañado de su hermano, Loki. —Hey viejo, cuanto tiempo, veo que tu pelo está más largo.— Sonrió ligeramente dejando que el Dios del trueno tomara su mano como saludo, algo brusco, pero que más se podría esperar de un grandulón.
—¡Si! Si preguntas traje a Loki porque si lo dejaba solo por haya quizá lo maten.— Afirmo posando su mano en el hombro del azabache.
—No me quieren mucho por allí.— Comento, ensanchando una sonrisa, quitando la mano del rubio de su hombro.
—¿Vas yendo para allá verdad?— Thor sonrió como un niño luego de que le entregan un dulce.
No le extrañaba el por qué estaba tan feliz, sabia a que llegaba esta conversación. —Si, a Burger King para un linda y sabrosa hamburguesa de— Fue interrumpido.
— No, ¡Steve está haciendo una fiesta por su cumpleaños! Y tú sabes que las fiestas son nuestro fuerte.— Comento posando su mano en la cabeza de Tony.
—Bueno si, me gustan las fiestas y todo, pero yo iba donde Banner.— Comento forzando una sonrisa.
—Eso es espléndido, porque Banner estará allá.— Exclamo y prácticamente arrastro al multimillonario a la casa del otro rubio.
Mierda, hubiera dicho a Peter Parker, al muchacho nunca lo invitaban a nada, para la próxima. Escucho las risas de Loki, se reía a lo bajo, pero lo suficientemente fuerte como para que él lo escuchara, malditos nórdicos, hacen lo que quieren, suspiro. Simplemente se dejó llevar, si estaba Banner allí no estaría tan aburrido.
Llegando a la ni muy pequeña ni muy grande casa del americano patriota, al primero que vio fue a Clint tirado en el pasto del jardín, dejando que Natasha le pisara el torso sin fuerza, nada fuera de lo normal, era como ver dos hermanos jugando y Bruce como abuela en una silla riendo ligero viendo a los dos “pelearse”.
Normal, suponía, se quedó en la entrada de la puerta viéndolos a todos de reojo, también vio desde la ventana a Bucky dentro de la casa, no dejo de verlo hasta que el americano entro a la misma sala, abrazando al de cabellera más larga por la espalda. Chasqueo la lengua y frunció el ceño y notando que el americano había notado su presencia, se fue a sentar a lado de Banner y le sonrió, siendo correspondido también con una sonrisa.
—Vaya, creí que no ibas a venir, antiguamente eras el que siempre llegaba primero a este tipo de celebraciones.— Comento arreglando sus lentes.
—Bueno, es que he estado algo...— Fue interrumpido... ¡nuevamente!, la gente ya no tiene respeto.
—Tony, ¿Podemos hablar?—
Miro a Steve a la cara y con una sonrisa tan pequeña como lo que le quedaba de orgullo exclamo. —¿Habría problema si digo que no?—
—Tony...—
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