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Vecino por Daymin VIP

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Notas del fanfic:

¡Hola gente, Daymin is back! Ya saben que no puedo estar sin escribir cosas en vez de estar actualizando mis fics xD

Les traigo un OS random. Mi hermana opina que mis títulos son tontos, y yo también xD Pero no me importa jaja

Notas del capitulo:

Muchas gracias por todo el apoyo que me dan, siempre leyendo y comentando y en algunas otras situaciones que se dan con mis historias C:

Sé que alguien plagió una de mis historias, pero no se angustien, esa persona parece sólo querer molestar no creo que realmente quiera adueñarse de mi trabajo. Gracias por su apoyo con eso también ♥

Vecino

Gtop

Seung Hyun abrió los ojos sorpresivamente temprano ese día, intentó seguir durmiendo pero su cerebro se lo negó. Se levantó malhumorado y pasó de largo del gran calendario de dulces gatitos que adornaba su pared, sólo para dirigirse a la ducha y deseando, con suerte, resbalar y morir, así podría faltar a la reunión de ese día.

Para su desgracia, salió de la ducha con tiempo de sobra y más que vivo, el calendario seguía marcando el mismo día. Suspiró derrotado, empeñándose en secar su cabello con la toalla, al menos tomaría un largo desayuno.

Inclinó un poco más la taza llena de café sobre sus labios, bebiendo un gran trago del amargo líquido. Sus dedos se deslizaban audazmente sobre la pantalla de su celular buscando algo de su interés cuando sorpresivamente se vio interrumpido por un ruidoso recordatorio que le bloqueó la pantalla. Refunfuñó con fuerza mientras intentaba hacerle saber al aparato que estaba al tanto de que era un día importante.

—Tercera sesión de autoayuda. —Leyó lentamente, adivinando inmediatamente que su madre había escrito aquello.

« ¿Por qué siempre es así? » Nadie mejor que él estaba al tanto de su problema. No entendía porque todo el mundo parecía querer orillarlo a buscar una solución.

Cuando miró la hora, nuevamente, descubrió que era tiempo de marcharse.

—De cualquier manera ya no tengo hambre. —Murmuró volviendo a su mal humor, asegurándose de cerrar bien la puerta de su apartamento.

Entonces su respiración se detuvo, su corazón se aceleró furiosamente y su mal humor se disipó, justo en el instante en que miró a su dolorosamente hermoso y encantador vecino.

Oh sí, Kwon Ji Yong era lo más cercano que Seung Hyun conocía del cielo, o del infierno, según el punto de vista. Cuando Seung Hyun decidió mudarse a ese edificio no sabía que tendría la suerte de tener ese flamante vecino justo en frente, siempre luciendo la perfección que poseía, presumiendo sus tintes nuevos en su cabello y lo inalcanzable que siempre era.

Seung Hyun constantemente le observaba, sin atreverse a decir algo. Durante los tres años que ha vivido en ese lugar sólo una vez cruzaron palabra, fue durante la mudanza cuando Seung Hyun llevaba una caja llena de su ropa, ésta cedió antes de tiempo y terminó esparciendo las prendas en todo el pasillo, y por arte del destino uno de sus calzoncillos terminó debajo del zapato de Kwon.

Fue una situación tremendamente vergonzosa que prefería dejar en el olvido.

Cuando volvió en sí pudo ver que su vecino esperaba justo frente al elevador, con notable impaciencia, presionando una y otra vez el botón. Seung no pudo hacer más que sonreír, sin dejar de ver la delgada figura, dirigiéndose a las escaleras. Era una verdadera pena no poder ir en el ascensor con Ji Yong.

Repentinamente detuvo su pie, dejando que flotara sin bajar al siguiente escalón. ¿Qué tanto duraba el paseo en un elevador? Escasos segundos ¡Desde luego que podía ir con Ji Yong!

Regresó rápidamente, sintiéndose aliviado al ver al despampanante rubio aun esperando. Respiró con calma y caminó en su dirección hasta colocarse a un lado de éste.

«Con calma, Seung Hyun» Aclaró su voz.

r13; ¿Has esperado mucho? r13;Ji Yong entonces le miró unos instantes confundido, Seung se sintió nervioso preguntándose si debía salir corriendo.

— ¿Disculpe? —Kwon retiró uno de los auriculares.

—Ah…El elevador…no viene. —Sus palabras salieron una tras otra de manera confusa.

Esperó que Ji Yong le mirara extraño, sin embargo éste sólo sonrió retirando el otro auricular guardando su reproductor de música en su bolso.

—Sí, creo que no funciona… ¿Llevas prisa?

—No realmente. —Mintió. —¿Y tú?

—Un poco…mi clase de yoga está por comenzar.

Realmente estaba pasando, estaba hablando con Kwon Ji Yong. Ya que estaba pasando quizá podría aprovechar un poco.

—Quizás deberíamos ir por las escaleras. —La dulce mueca de fastidio que puso Ji Yong sólo hizo reír a Seung.

—Son demasiados escalones…Pero está bien. —Sujetó con fuerza su bolso. Ambos comenzaron a andar hacía las escaleras. —¿Cuál es tu nombre?

Por supuesto, era evidente que Ji Yong no parecía saber nada de su existencia, pero eso ya no importaba, estaban hablando y lo mejor era que fue lejos del ascensor.

—Soy Choi Seung Hyun, vivo en el apartamento que está frente al tuyo.

—¿De verdad? Vaya ¿Eres nuevo en el edificio? Mi nombre es Kwon Ji Yong. —El rubio se detuvo para poder estrechar sus manos.

Seung Hyun sintió su cuerpo vibrar cuando pudo tocar la suave mano del otro, Ji Yong era especial.

Pero la vida era cruel, sobre todo con Seung Hyun. De un instante a otro el elevador hizo su característico sonido y abrió sus puertas.

—¡Funciona! —Ji Yong corrió como un pequeño niño al ascensor.

Seung le siguió. Podía hacerlo, sólo serían unos pequeños segundos y todo estaría bien, simplemente no quería despegarse de Ji Yong ahora que estaban conversando.

Cuando ambos estuvieron dentro del cubículo, Ji Yong presionó el botón con el número uno, y las puertas finalmente se cerraron. Seung Hyun sintió su pecho comprimirse.

—Entonces… ¿Cuándo te mudaste, Seung Hyun? —A Seung le costó un poco escuchar con claridad, mientras sentía el ligero movimiento del ascensor, y se obligó a sonreír.

«Sólo serían breves instantes»

—Hace tres años. —Murmuró manteniendo la extraña mueca en sus labios.

Fue entonces que las mejillas de Kwon se tiñeron de un suave carmesí y mordió su labio inferior removiéndose con nerviosismo. Y sí, superando todas las expectativas que alguna vez tuvo Seung Hyun sobre la belleza y el arte.

—Pero si soy el peor vecino de la historia, realmente lo lamento, yo no sabía que…!

Tras un leve estruendo y una fuerte sacudida, ambos se aferraron con fuerza a las paredes, completamente confundidos cuando todo se oscureció e instantes después una leve luz rojiza alumbró sus cuerpos.

— ¿Qué pasa? ¿Qué está pasando? —Balbuceó notablemente angustiado, pasando sus dedos entre sus negros cabellos, intentando no perder el control.

—Mmmh…Parece que se detuvo…—Comentó, presionando varios botones esperando alguna reacción.

—¿Se…detuvo?

«Las pesadillas se hacen realidad»

Las piernas de Seung Hyun finalmente flaquearon y se derrumbó sobre el piso, su cabeza comenzó a punzar y los botones de su camisa nunca le parecieron tan molestos.

—¡Ey, ey, Seung! ¿Estás bien? —En un parpadeo Ji Yong ya estaba arrodillado a un lado del otro. Su rostro estaba completamente pálido, sus labios resecos y, a juzgar por sus ojos cristalinos, parecía querer romper en llanto. —Seung Hyun ¿Te sientes bien?

—No…no puedo…respirar…—Logró articular entre fuertes jadeos desesperados, mientras jalaba con insistencia el cuello de su camisa.

Ji Yong no demoró en llevar sus manos a los botones del otro, separando los primeros dos. Seung tomó una fuerte bocanada de aire con desesperación sujetándose de la mano de Ji Yong.

«Tenía miedo»

—Vamos, Seung, no me hagas esto. —Suplicó con angustia, sacudiendo su celular con desesperación al ver que no le daba señal.

La temperatura de Seung Hyun estaba descendiendo por lo que su cuerpo daba ligeras sacudidas, sin embargo ahora podía respirar un poco mejor. Ji Yong siguió intentando lograr contactarse con alguien, sin embargo su celular seguía sin permitírselo, y el presionar el botón de emergencia tampoco parecía funcionar.

— ¡Joder! —Gritó con furia, dando una fuerte patada a las puertas potentemente cerradas del ascensor, Seung Hyun lucía como si pudiera morir en cualquier momento.

—Ji Yong…basta…estoy bien. —Habló con calma, intentando ignorar el hecho de que estaba encerrado en un lugar tan pequeño.

—¿Bien? ¡Luces terrible, no puedes decirme que estás bien! —Sí, Kwon Ji Yong estaba histérico.

—Estoy bien. —Enfatizó. r13;Esto…suele pasarme seguido.

Ji Yong detuvo su escandaló, agudizando su mirada.

—¿Eso qué significa? —Ahora actuaba de la manera en que lo hacía una madre, una muy molesta.

—Sufro de…sufro de claustrofobia.

Y sí, Choi Seung Hyun había sido un imbécil.

— ¿Qué? —Preguntó incrédulo, dejándose caer en una esquina del ascensor. —Estás diciendo…que eres claustrofóbico y aun así subiste al ascensor…—La idea simplemente no cabía en su cabeza.

—Sí, bueno no, bueno sí…—Seung Hyun soltó un largo suspiro, no podía arriesgarse a perder el control o terminaría teniendo un verdadero ataque. Y no iba a permitir que Ji Yong creyera que era un idiota, no más de lo que ya pensaba. —Asisto a unas reuniones de autoayuda contra la claustrofobia, justo iba a una, y me recomendaron que debía enfrentar mis miedos…sólo serían unos instantes…no contaba con…esto. —Sintió la opresión nuevamente.

No le gustaba decir mentiras, pero la situación lo ameritaba, además no era del todo falso. Eso de enfrentar sus miedos era el trabajo final después de tomar el curso completo, pero podía omitir ese dato.

—Oh, vaya…lo lamento. —Murmuró apenado, soltando todo el aire contenido. —No sabía que hacen esas cosas…creo que eres un tipo con muy mala suerte. —Sonrió entonces.

Seung Hyun curvó sus cejas y comenzó a reír. Bueno, Ji Yong parecía conocerle un poco.

—Está bien. Ahora debo buscar la manera de salir de aquí, pronto.

Ji Yong abrazó sus piernas sin despegar la mirada de un desaliñado Seung Hyun. Su voz se había normalizado, sin embargo su rostro aún seguía pálido y la angustia todavía estaba en sus ojos. Su vecino era bastante apuesto, le resultaba extraño nunca haberle visto. Volvió a revisar su celular, llevaban cerca de quince minutos encerrados y la recepción seguía sin funcionar. Lo mejor sería mantener entretenido a Seung Hyun.

—Y dime… ¿Qué edad tienes? —Tanteó abrazando con más fuerza sus piernas, al menos debía agradecer quedar atrapado vistiendo ropa cómoda y teniendo compañía.

—¿Por qué quieres saber eso? —Sonrió Seung Hyun, realmente sólo quería mantener el hilo de la conversación de la mejor manera posible.

—Sólo quiero conversar, he tenido un vecino durante tres años del cual no sé nada…Quiero remediarlo. —Añadió el rubio.

Seung Hyun había esperado una situación así durante esos tres largos años, sin embargo no de esa manera tan lamentable, sintiendo ahogarse a cada instante. Debía aguantar, al menos estaba cerca de él.

—Veintiocho años.

—Yo veintisiete, hyung. —Ambos sonrieron, el ambiente comenzaba a sentirse tranquilo.

Para sorpresa de Seung Hyun no se sentía tan mal como en otras ocasiones, tenía una estupenda compañía que se esforzaba en mantener su mente ocupada. Sólo debía asegurarse de pensar en cualquier otra cosa y esperar que las puertas se abrieran rápido.

Además era el momento perfecto para observar completamente a Ji Yong y aprender algunas cosas. Después de esa situación sería imposible que se ignoraran.

—Por favor…sigue hablando. —No quiso sonar desesperado, pero necesitaba seguir escuchando la voz de Kwon y, con suerte, lograría calmar su ansiedad.

Sus manos estaban comenzando a humedecerse en sudor y la ropa se sentía cada vez más ajustada.

—Ah…Bueno, he vivido aquí desde hace cinco años debido a que mi empleo me queda cerca. —Era evidente que el rubio se esforzaba por seguir hablando. —Vivo solo y tomo clases de yoga, justo me dirigía a una. Yo…—Ji Yong nunca entendería la razón del porque su cerebro era egoísta cuando más lo necesitaba. —Tengo un perro que se llama GaHo, es tan ruidoso y desastroso, pero es un encanto cuando quiere…

Seung Hyun tuvo que agudizar sus sentidos, el no estar respirando adecuadamente ya le estaba cobrando factura y estaba comenzando a marearse. Ji Yong continuó hablando de su perro durante largos minutos, Seung estaba verdaderamente interesado pero era una lástima no poder prestar la atención necesaria, al menos se sentía un poco reconfortado porque sabía varias cosas que Ji Yong mencionaba.

A diferencia del rubio despistado, Seung Hyun era tremendamente observador. Desde el primer momento en que ese fino y dulce rostro apareció frente a él nunca más pudo despegar su mirada, en un principio sólo le miraba con discreción, sin querer ser descubierto, esquivando el encontrarse directamente con su vecino. Con el paso del tiempo aprendió que podría pasar gritando por todo el pasillo y Kwon ni siquiera le notaría, pues siempre parecía tener cosas que hacer.

Y así comenzó a aprender cosas del menor. En una ocasión miró a la madre del rubio llamar a su puerta con insistencia diciendo “Ji Yong” una y otra vez, así aprendió su nombre. Desde luego que sabía que tenía un perro ¿Quién no escucharía esos ladridos insistentes por las noches? También sabía de lo mucho que a Ji le gustaba ir a fiestas, el cómo disfrutaba cantar a todo pulmón cuando limpiaba su apartamento y a aquellos amigos extraños y tremendamente homosexuales que tenía.

Sabía que Ji Yong era homosexual, o al menos eso pensaba, el verle besarse apasionadamente frente al ascensor con un chico meses atrás le decía que sí, pero no le gustaba dar por hecho todo lo que sospechaba.

—¿Tienes una…bolsa? —Murmuró bajito, mirando como el rubio detenía su amena charla sobre la última travesura que GaHo hizo a las plantas del balcón.

Ji Yong se sintió confundido, aquello había sido una petición extraña.

—Lo siento, no tengo.

—Creo que…voy a hiperventilar. —Poco después los jadeos de Seung Hyun regresaron, al igual que la angustia de Ji Yong.

«Todo era un asco»

—Seung, Seung…tranquilízate, por favor. —Ji Yong gateó hasta sujetar los hombros de Seung Hyun. —Vamos, respira conmigo…Inhala…Exhala…—Se aseguró de respirar profundamente guiando al otro, no le gustaba el tono morado que estaban adquiriendo sus delgados labios.

Ji Yong nunca había visto un ataque de claustrofobia, y tampoco sabía que tan grave era, sólo era consciente de que Seung Hyun debía salir pronto de ahí o su vida correría peligro.

¿Qué iba a hacer si el mayor se ahogaba? No estaba listo para ver morir a alguien. Rápidamente negó, dispersando esos oscuros pensamientos de su mente, debía ayudar a Seung Hyun.

Prosiguió guiando la respiración del otro mientras frotaba sus frías manos para hacerlas entrar en calor.

—Ya…estoy mejor. —Murmuró Seung Hyun.

Se sentía terrible, no sólo por la insistente y horrible opresión en su pecho que no le dejaba obtener el oxígeno necesario, ni por el terror que se apoderaba de él cada cinco segundos, sino por ser visto en ese estado tan lamentable.

¡Joder! Kwon Ji Yong, el rubio hermoso de sus sueños estaba ahí, en ese lugar tan pequeño e íntimo, dónde podían hacer miles de cosas indecentes, pero no, el cerebro de Seung Hyun se empeñaba en recordarle que podía morir encerrado en ese lugar y sus pulmones le recordaban que necesitaba más aire.

«Estaba jodido»

—Todo va a salir bien, Seung…Sólo espera un poco más. —Las delgadas cejas de Ji Yong se curvaron y temblaron levemente, mientras se obligaba a sonar confiado, cosa que no logró.

Estaban muy cerca, por lo que Seung pudo ver claramente el color marrón de los ojos del menor, brillantes y hermosamente dulces. También podía percibir el exquisito olor de su fragancia y sentir su calor corporal.

Después de todo estarse ahogando no era tan malo. Sonrío un poco por mero optimismo.

—Lo sé, gracias.

—Bueno…es tu turno, háblame sobre ti. —Esta vez no se alejó, sólo se sentó a un costado, manteniendo su hombro rosando el brazo del más alto. Lo mejor sería mantenerse cerca para ayudarle si colapsaba de nuevo.

Seung Hyun pensó un poco que decir, no había mucho que contar. Lo más emocionante de su vida era estar muriendo dentro del elevador en compañía de su amor platónico, y eso no parecía poder ser dicho.

—Bueno…Vivo aquí desde hace tres años porque el edificio es lindo y mi empleo queda a una distancia considerable. Vivo solo y en mi tiempo libre soy un ermitaño hogareño. —Pudo ver la sonrisa de Ji Yong.

—¡Di algo más! Yo dije un montón de cosas, no es justo.

Hablar le estaba costando horrores, pero Ji Yong estaba ahí pidiéndole hablar de esa manera dulce, no se iba a negar.

—Me gusta el vino. —Murmuró, sí, el vino parecía ser el equivalente de GaHo en ese momento. —Bueno, quizá me gusta mucho. Tengo una colección de vinos de la mejor calidad.

—Así que gustos exigentes.

—También me gustan las sillas.

Cuando el entrecejo de Ji Yong se curvó y sus esponjosos labios rojizos se separaron con duda, Seung Hyun supo que debió haberse guardado ese dato para si mismo.

Ya tenía suficiente con quedar como un imbécil por sufrir de claustrofobia y meterse a un ascensor, no necesitaba ser un raro ahora.

—Vaya…es la primera vez que escucho que a alguien le gustan las sillas. —Dijo Ji Yong, manteniendo una mueca incrédula. —No malentiendas, es decir, las sillas son cómodas, son geniales…yo tengo cuatro en casa.

Seung comenzó a reír, Ji Yong estaba burlándose en su cara y aun así parecía volverse más encantador.

—No hablo de cualquier silla, sino de las artísticas ¿sabes? Hablo de la perfección que hay en el que una silla sea hermosa y cómoda a la vez.  ¿Entiendes? —Elevó sus pobladas cejas, manteniendo la emoción en su voz, agitando innecesariamente su respiración.

Ji Yong sonrió, asintiendo.

—No, pero puedo ver que estás loco. —Después comenzó a reír fuertemente.

—Ríe todo lo que quieras, no te permitiré que te sientes sobre mi colección cuando bebas la copa de vino que te invitaré.

De acuerdo, sí, estaba arriesgándose, pero que más daba. Estaba ahogándose cada vez más, entre el llanto y la risa, podía aventurarse un poco.

—¿A si? Bueno, no me culpes cuando termines solo con cuarenta gatos. —Seung Hyun presionó sus labios de manera traviesa revelando el par de hoyuelos, que a los ojos de Ji Yong parecieron hermosos. —Seung…—La idea fue tan fugaz que salió de sus labios sin pensarlo. —¿Tienes novia?

Ambos se miraron en silencio, Ji Yong contuvo su respiración y mordió su labio inferior, quizás estaba siendo demasiado indiscreto, pero necesitaba saberlo. Seung Hyun comenzó a respirar con más fuerza, pero no por el miedo, sino por no saber que responder exactamente. Esa era su oportunidad de confirmar sus sospechas.

—Ji Yong…yo no soy de la clase de hombres que tiene novias…—Ji Yong arrugó su entrecejo nuevamente.

Poco después abrió los ojos con sorpresa.

—Así que… ¿Te gustan las aventuras?

—¿Qué? ¡No, no! Eso no quise decir. —Podía jurar sentir sus mejillas enrojecer. —Yo no tengo novias…sino…novios…

Huyó cobardemente de la mirada chocolatosa, clavando los ojos en aquellas rebeldes puertas metálicas que le asfixiaban.

— ¡Oh! Eres gay. —Poco después el pequeño cubículo se llenó de su risita traviesa. —Cada vez tenemos más en común.

Finalmente Seung Hyun regresó a mirarle. Tan tranquilo y amable.

Sin lugar a dudas Ji Yong era mucho más de lo que había pensado alguna vez.

—Así es, eso soy yo…un homosexual claustrofóbico.

—E idiota, por meterte al único elevador de Seúl que se detendría.

Seung sonrío una vez más, y es que la mueca se negaba a irse de sus labios.

—Me agradas demasiado, Ji Yong.

Parecían estar bajo alguna clase de hechizo, llenos de una tranquilidad inexplicable en la situación menos adecuada, hundiéndose en la mirada del otro, y en lo que producían estando juntos.

Ji Yong mordió ese afortunado labio inferior por enésima vez, llevando sus propios ojos a los delgados labios del otro. Seung Hyun se estaba volviendo cada vez más apuesto y él estaba perdiendo la cordura al parecer, pues en lo único que pensaba ahora era en besarle.

Sus corazones agitados sólo les aturdían más, mientras esa voz en su cabeza parecía haberse quedado sin palabras, dejándoles la duda de si debían continuar o no.

Ji quiso inclinarse un poco más, como señal de que estaba bien, sin embargo su cara terminó estrellándose sobre el pecho de Seung Hyun, a causa de la fuerte sacudida que dio el ascensor.

— ¿Qué demonios? —Soltó, sujetándose de Seung, intentando mantener el equilibrio. —¿Seung? —Preguntó asustado.

—Creo que me voy a desmayar. —Murmuró bajito, comenzando a temblar.

El momento fue arruinado de manera épica.

— ¡No, ey, Seung, despierta! —Exigió, dando pequeñas palmaditas en las mejillas pálidas del mayor.

Seung Hyun estaba cerca de quedar inconsciente y de dejar de respirar.

«No estaba bien, nada estaba bien»

Paulatinamente Seung dejó de respirar, y Ji Yong dejó de pensar adecuadamente. ¡El hombre frente a él estaba asfixiándose!

Intentó pensar que hacer, sin embargo el ascensor no dejaba de moverse y no lograba concentrarse ni sujetar a Seung Hyun para ayudarle a respirar.

—¡Vamos, Seung! —Gritó con enojo, golpeando la mejilla del otro, fue entonces que logró reaccionar para tomar una fuerte bocanada de aire.

Ji Yong sintió que comenzaría a llorar en cualquier momento cuando miró las lágrimas descender por las mejillas del mayor, el miedo estaba pintado en su rostro.

Y cómo alguna especie de salvación, la puerta se abrió por la fuerza, revelando a varios hombres de seguridad y paramédicos del otro lado, que forzaban las puertas con una palanca de metal. La blanca luz que venía del exterior bañó sus rostros desechos y los demás corrieron a ayudarles.

Todo pasó tan rápido para Seung Hyun, en un momento se estaba asfixiando, al siguiente Ji Yong parecía romper en llanto y después estaba sobre una camilla, rodeado de paramédicos, respirando con un tanque de oxigeno.

«Sin duda ya no podía joderlo más»

—¿Él va a estar bien? —Preguntó Ji Yong al hombre que revisaba con insistencia los reflejos del agitado Seung.

—Eso parece…—Murmuró. —Sólo está agitado, lo llevaremos a una revisión general de cualquier manera. —Agregó, disculpándose después para retirarse a hablar con uno de los técnicos.

—Así que…vas a vivir eh. —Intentó bromear, palmeando levemente el hombro de Seung, éste sonrió, retirándose el oxígeno un momento. — ¡No hagas eso, pontelo!

—Espera…—Su voz salía con dificultad. —Cuando regrese… ¿Tomarás esa copa de vino conmigo?

Ji Yong no pudo hacer más que sonreír, estrujando levemente la fría mano de Seung Hyun. Sin duda él era especial.

—¿Dejarás que me siente en una de esas sillas costosas?

—Tal vez. —Dijo travieso, sintiéndose menos mal.

—Si es así, entonces vuelva pronto, vecino. —Hizo un travieso guiño para después hacerse a un lado y dejar que se llevaran a Seung Hyun.

Su vecino era demasiado apuesto, lo suficiente como para no dejarle escapar. 

Notas finales:

¿Qué les pareció? Creo que después de toda ésta aventura dejaran de ser sólo vecinos :3

Disculpen si hay alguna falta o error ortográfico, no soy tan mágica como quisiera xD

Gracias por leer y comentar ♥ ♥


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