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Ladrón de Corazones por Ellie Blanch

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Notas del fanfic:

Bueno este escrito estuvo en mi mente durante mucho tiempo pero finalmente vio la luz del sol!!

Espero sea de su agrado y demas esta aclarar que los personajes pertenecen a Fujimaki-sensei.

Sin mas pasen a leer.

El joven corría tan rápido como sus piernas se lo permitían, pero el agotamiento en su cuerpo estaba haciendo de las suyas, sentía como su respiración cada vez se hacía más pesada impidiendo que nuevo oxígeno llenara sus pulmones... ese era su fin. No quería que lo volvieran a encerrar en aquel lugar, miro a su alrededor asustado, le había costado bastante encontrar una oportunidad para escapar como para que en menos de diez minutos estuviera de vuelta con sus opresores.

 

 

— ¡Maldición! — Exclamo frustrado observando hacia todas las direcciones y fue entonces cuando encontró lo que sería su salvación, un barril… ¡Un endemoniado barril!  Rápidamente entro y puso la tapa. Fue en el momento exacto cuando pasaban los hombres que lo perseguían.

 

— ¿Dónde rayos se habrá metido ese escurridizo? — Pregunto uno de ellos.

 

—No tengo la menor idea, pero te aseguro que el capitán nos tirara por la borda si no lo encontramos.

 

—Ni siquiera lo pienses, busca por aquel lugar y yo iré por acá — Ordeno uno de ellos luego se escuchó el sonido de las botas alejarse a toda velocidad.

 

 

El muchacho  prefirió quedarse escondido durante un momento en caso de que se les ocurriera regresar, pero eso le costó caro, ya que pasados unos minutos se escucharon otras personas acercarse.

 

 

—Al parecer este será un largo viaje — Dijo la voz de un chico.

 

— ¿Porque lo dices novato? —  Se escuchó una voz más grave.

 

—Bueno es mucha comida ¿No cree?

 

—Jajajaj se nota que eres un novato, si fuera por el capitán se comería él solo todo lo que está aquí en un día — El de voz grave no podía parar de reír.

 

— ¿¡¡¡Que!!!? – Exclamo sorprendido.

 

 

Esto también sorprendió al chico que se mantenía escondido, imaginando que aquel capitán tendría que ser un gordo si alguien se sorprendía al ver la carga de comida, estaba intentando imaginarlo cuando algo lo saco de sus pensamientos y fue el hecho de que alguien comenzó a mover el barril, esta situación lo espanto, esto significaba que se había metido justamente en uno de los barriles de abastecimiento del barco, quiso salir pero el miedo de ser capturado por los otros hombres era peor, así que guardo silencio esperando que aquel barco fuese de mercaderes y no de piratas ni de la marina.

 

Algunas horas pasaron y el ruido afuera era impresionante, al parecer estaban en los últimos preparativos para zarpar. Quería salir pero aún era muy pronto, se escuchaban muchos pasos en los alrededores, mientras esperaba la oportunidad perfecta en algún momento cayo rendido por el cansancio, cuantos minutos pasaron jamás lo supo, y lo único que logro sacarlo de los brazos de Morfeo fue un fuerte grito.

 

 

— ¡Tenemos a un polizón! Avísenle al Teniente.

 

 

Al abrir sus ojos, se encontró con uno de los tripulantes, se caracterizaba por tener uno de sus ojos tapado con un mechón de su pelo el cual era negro.

 

 

— ¿Por qué has ingresado en nuestro barco? — Interrogo serio el azabache.

 

—…Yo…bueno…verás… — Las palabras no salían, veía con horror el lugar en el que estaba, para su horrible desgracia había caído dentro de un barco pirata.

 

—Sal ahora mismo, si esas son las excusas que le dirás a nuestro Teniente te aseguró que serás la comida de los tiburones esta noche.

 

 

Su corazón por un momento se detuvo, ¿Qué pasaría con él de ahora en adelante? La verdad es que ahora la idea de estar encerrado con los otros piratas no era tan mala, al menos sabía que no podían hacerle nada por orden del capitán aunque su vida haya sido una tortura durante dos años.

 

 

— ¿Qué sucede aquí? — Pregunto un moreno acercándose al grupo que se había formado en ese momento.

 

 

Solo escuchar la voz de aquella persona hizo que su piel se pusiera de gallina, era bastante intimidante su piel morena, ceño fruncido con unos penetrantes ojos azul eléctrico y una sonrisa malévola que adornaba su rostro “Estoy muerto” — Fue su pensamiento

 

 

—Encontramos este polizón entre los barriles de comida — Informo el chico de pelo negro.

 

—Vaya, vaya sí que tendrás que darle una gran excusa a nuestro capitán, nadie…y realmente te aseguro que nadie puede meterse con su comida.

 

—Creo que eso también va para ti Aomine-kun – Un pequeño peliceleste de ojos de igual color había hecho acto de aparición.

 

—Tú no te metas Tetsu — Hablo enojado el moreno, pero este lo miro tan molesto que el otro decidió quedarse callado — Bueno, nos hemos desviado del tema…Quiero que lleven a este intruso a los calabozos, el capitán está ocupado en este momento.

 

—Lo que usted ordene —  Fue el pelinegro quien tomo la orden, acercándose al chico que miraba aterrorizado —  Ahora por favor sígueme.

 

 

Aquel pelinegro lo guío hasta lo que al parecer seria su celda provisoria,  sin decir nada ingreso a  aquel espacio, el otro chico lo observo durante unos segundos, para después cerrar la puerta con llave y salir del lugar. Pensó en ocupar la habilidad que tenía, ya que como aquí no lo conocían no habían tomado ningún resguardo, es más, podía notar que lo habían dejado completamente solo en la habitación, pero ese sería un riesgo bastante grande, porque ni siquiera sabía cómo estaba estructurado el barco, por lo cual escapar en alguno de los botes estaba fuera de discusión, así que se sentó tranquilamente a esperar lo que le deparaba el futuro, cerro sus ojos esperando poder descansar unos minutos.

 

 

—No es bueno espiar a la gente — Hablo abriendo los ojos para después encontrarse con el mismo chico de cabellos celestes.

 

—Tampoco es bueno entrar escondido en barcos ajenos — Se defendió el muchacho quien era unos centímetros más bajo que él.

 

—Está bien lo lamento, es cierto solo estaba arrancando y creo que fue para peor, jamás quise meterme aquí — El chico miró con tristeza al peliceleste.

 

—Al menos deberías darnos una oportunidad antes de hablar — Fueron las serias palabras del chico, pero antes de que el otro pudiese reclamar volvió a hablar — El capitán quiere verte, por favor sígueme.

 

 

El joven abrió la puerta, para el pelinegro esta sería la oportunidad perfecta para ver la distribución y planificar su escape. No era muy distinto al resto de los barcos en los cuales se había subido, pero si podía sentir una leve diferencia en el ambiente, no estaba seguro de que se trataba, pero de cierta forma le gustaba. Quedo entretenido viendo como dos de los hombres mantenían un duelo de espadas y el resto se reía animadamente, al parecer este tipo de eventos era algo normal.

 

 

—Nee — Dijo dando media vuelta para hablar con el peliceleste, pero fue entonces que se percató que el chico ya no se encontraba a su alrededor — Vaya, vaya jamás pensé que esto sería tan fácil.

 

 

Caminaba observando a  los tripulantes a su alrededor, muchos de los cuales ni siquiera lo tomaban en cuenta y los que sí, lo saludaban alegremente, al parecer solo uno pocos sabían que era un polizón.

Fue entonces cuando pudo divisar a la distancia a aquel moreno que había visto en un principio y decidió esconderse, aquel joven sí que había infundido bastante temor en él, cuando volteo para ocultarse no pudo evitar chocar con un gran chico.

 

 

— ¿Qué estás haciendo? — Preguntó él.

 

 

El pelinegro quedo impresionado por un momento antes de reaccionar, quien se encontraba frente a él era un hombre de cabello bicolor, era una mezcla de rojo y negro, su piel era de un color tostado y lo que más llamo su atención eran aquellos ojos color rubí, el chico no fue capaz de responder.

 

 

—Oh, ya veo eres nuevo en este barco ¿Estabas viendo los alrededores? — Comento observando a los tripulantes quienes lo saludaban con cortesía.

 

—Bueno…

 

—Si quieres puedes venir, yo te mostrare como es aquí, pero antes debo ver unos asuntos con mis hombres al parecer un chico se ha metido al barco — Interrumpió lo que iba a decir el azabache.

 

— ¿Eh?

 

 

 

~*~

 

 

Por otro lado el chico llamado Tetsuya se había dado cuenta de que el pelinegro ya no se encontraba a su lado y se regañó mentalmente por la situación, decidió volver tras sus pasos para encontrarlo, pero justo en ese momento se encontró con el moreno.

 

 

—Tetsu ¿Qué estás haciendo? — Pregunto pasando su mano por los hombros del menor.

 

—Aomine-kun yo…

 

—Tu cara me dice que tienes problemas ¿Qué hiciste esta vez? – Pregunto con una mirada inquisidora.

 

—Na-nada… - Tartamudeo mirando a los alrededores.

 

—Si no me lo dices te lo haré duro esta noche — Susurro en su oído haciendo que un escalofrío recorriera su cuerpo.

 

—Deja de decir esas cosas en público — Lo regaño el peliceleste haciéndose el desentendido.

 

—Pero si todos saben que me perteneces no se puede evitar — Hablo mientras cambiaba de posición tomando al pequeño por la cintura.

 

—Basta Aomine-kun…no es el momento — Intentaba zafarse del agarre, pero el moreno estaba comenzando a colar las manos entre las vestimentas del pequeño.

 

—Pero Tetsu cada vez que estoy cerca de ti me pones cali… — El chico quedo a mitad de la frase puesto que el peliceleste le había dado un gran golpe en el estómago dejándolo sin aire.

 

— ¿Por qué has hecho eso? — Se sobaba el sitio golpeado con una cara llena de dolor.

 

—Para que te tranquilizaras por supuesto — Comenzó a arreglar sus ropas.

 

—Vaya, vaya ese sí que fue un gran golpe — Se escuchó a la distancia, ambos voltearon inmediatamente viendo que su capitán se acercaba a ellos — Deberías dejar de ligar con él en sitios abiertos, jamás entiendes Ahomine.

 

—Pero si es Tetsu quien me seduce, es un lobo disfrazado de oveja.

 

—Eres un idiota — Hablo molesto el peliceleste.

 

—Bueno deja los insultos, ya sabes que esta noche lo cobrare con sobras, pero por el momento… ¿Qué hace aquí nuestro capitán? — Pregunto mirando al pelirrojo.

 

—Iba a ver al prisionero que habían atrapado, pero Tatsuya me había dicho que tú lo llevarías Kuroko ¿Aun lo has ido a buscar? — Cuestiono intrigado, ya que sabía que el menor siempre cumplía con las órdenes entregadas.

 

—Bueno…vera…lo que pasa — El chico no sabía cómo explicar la situación, fue en ese momento en el cual se percató de la persona que se encontraba junto a su capitán y quedo en silencio.

 

— ¿Qué pasa Tetsu? — Pregunto el moreno mirando hacia el lugar donde los ojos del chico se perdieron, entonces se dio cuenta que aquel polizón se encontraba junto a ellos — Creo que te has metido en un buen problema Tetsu — Le dijo colocando la mano sobre sus cabellos y revolviéndolos.

 

— ¿A qué te refieres? — Esta vez fue el turno del capitán preguntar.

 

—…

 

— ¿Kuroko?

 

—Lo siento capitán yo… — No encontraba las palabras para pedir perdón por lo ocurrido.

 

—Fue culpa mía — Salto el pelinegro — Yo me quede observando la pelea de espadas y…

 

—Así que no eres nuevo — Lo observo enojado el pelirrojo.

 

—Lo siento, no quise entrar sin permiso es solo que…

 

—Acompáñame necesitamos hablar y tu Aomine castiga a Tetsuya por dejar solo al prisionero, pero ten en cuenta que lo necesito en un momento más… ¿Vamos?

 

 

Antes de caminar ambos chicos se miraron con algo de preocupación, bueno el peliceleste más que nada agradeció el intento de ayuda, además sabía cómo era su capitán nada malo le sucedería al chico, por otro lado estaba consciente que su integridad comenzaba a peligrar con la orden que su capitán había dado,  así que trago duro cuando observó el rostro de lobo hambriento del moreno. “Será un largo día” – Pensó resignándose a la idea de lo que vendría.

 

 

~*~

 

 

Mientras tanto en el despacho del capitán…

 

 

—Toma asiento — Ordenó acercándose al bar personal que tenía y sirviéndose un trago, para luego mirar al pelinegro detenidamente — ¿Cuál es tu nombre?

 

—Takao Kazunari — Respondió al instante.

 

—Ya veo y dime ¿Qué te trajo hasta aquí?

 

—Bueno verá yo era prisionero de un barco pirata, estaba cansado de los abusos me escape y escondí en uno de sus barriles, no fue mi intención incomodar ni molestar – Explicaba mirando el suelo.

 

 

El pelirrojo lo observó con ternura, la verdad es que había algo en aquel muchacho que le había llamado la atención, quizás era lo mismo que había sentido su Teniente Aomine cuando había recogido a Kuroko, el hecho de querer proteger a alguien.

 

 

— ¿Quieres ser parte de nuestra tripulación? — Pregunto sin rodeos mientras tomaba asiento.

 

— ¿Eh? — Realmente la pregunta lo descoloco bastante.

 

—Bueno no tienes a donde ir ahora ¿O me equivoco?... No pido que me des una respuesta ahora, pero piénsalo, no te obligare a permanecer aquí — A pesar de decir aquello pudo sentir por alguna razón un dolor en el pecho.

 

—Muchas gracias, lo pensare.

 

—Si quieres puedes ir a ver el barco, ya no hay nada que puedas hacer hasta que lleguemos a tierra, puedes escapar pero el viaje en bote es largo.

 

—De verdad se lo agradezco…mmm…

 

—Kagami Taiga, ese es mi nombre — Se presentó leyendo el pensamiento del chico.

 

—Oh muchas gracias Kagami-sama.

 

—Es solo Kagami o capitán queda claro — Le indico, la verdad le gustaba más que lo llamaran por su nombre pero varios de su tripulación no lo aceptaban, así que existían solo esas dos formas de llamarlo.

 

— ¡Sí, capitán! – Exclamo el pelinegro parándose firme y una mano en su frente.

 

 

El capitán Kagami sonrió con ternura al ver este gesto, al parecer este chico estaba destinado a llegar junto a ellos y traer aún más felicidad a su extraña tripulación, las mejillas de Takao se tiñeron de rojo al ver la hermosa sonrisa que aquel tigre le mostraba agradecía que su imaginación lo hubiese traicionado cuando pensó en como seria ese capitán de buen comer.

 

 

— ¿Puedo ir a conocer los alrededores? – Hablo mirando el suelo.

 

—Es lo que te he dicho ¿O tienes algún problema en los oídos? – Pregunto para molestarlo. Vio al pelinegro hacer un pequeño mohín antes de salir del lugar lo cual ocasionó que volviera a sonreír divertido.

 

 

 

~*~

 

 

Los tripulantes de la nave veían como su Teniente llevaba a su autoproclamada esposa al hombro mientras este se quejaba por la forma de ser tratado, a nadie le importó mucho ya que sabían desde que el peliceleste llegó el tipo de relación que tenían, eso fue porque el mujeriego número uno dejo de frecuentar burdeles y eso era mucho que decir, por lo cual todos se dieron cuenta de lo que pasaba.

Llegó hasta la habitación que compartía con su chico y lo dejó en el suelo, este casi en forma instantánea dio unos pasos hacia atrás sintiéndose amenazado por esos ojos azules.

 

 

—Sí que la has hecho esta vez Tetsu — Sonrió divertido mientras se acercaba al chico hasta dejarlo acorralado a la pared.

 

—Yo... lo lamento — Volvió a disculparse.

 

— ¿Qué hubiese pasado si te hubiese tomado como rehén? — Acercó su rostro hasta el cuello y lo mordió.

 

— ¿De qué estás hablando? — Intentaba apartarlo poniendo sus manos en el pecho del moreno.

 

—Eres un debilucho, dime que hubiese sido de mí si algo malo te llega a pasar — Esta vez apoyo su cabeza en el hombro del pequeño quien casi de inmediato bajo la guardia acariciando los azules cabellos.

 

—Yo no soy un debilucho y sabía que ese chico no era malo, pero debo admitir que cometí un error al perderlo de vista — Explico con pesar.

 

—Y por eso mismo el idiota de Bakagami me pidió que te castigará — Levantó la vista para observar al peliceleste con esa mirada lasciva de hace unos minutos atrás.

 

—Si escuchará como lo llamas el castigado sería Aomine-kun — Nuevamente intento apartarse viendo las intenciones del moreno.

 

—Puede ser pero al que mandaron a castigar es a este pequeño fantasma — Sin más palabras tomo al joven en brazos hasta llevarlo a la cama la cual sería fiel testigo de los castigos infligidos hacia el menor.

 

 

 

~*~

 

 

Takao miraba asombrado como todos los tripulantes se divertían no había ningún ápice de envidia, se notaba que su capitán les dejaba hacer todo lo que quisieran ¿Qué pasaría si aceptaba la oferta del pelirrojo? Al fin y al cabo era cierto eso de que no tenía ningún lugar al cual volver.

Perdido en sus pensamientos llegó hasta la proa del gran barco sintiendo la cálida brisa, observando a las gaviotas viajeras y los delfines que se entretenían jugando a las carreras con la embarcación.

Que distinto era todo, ahora se sentía libre no como años atrás donde lo único capaz de ver era la habitación del capitán o en el mejor de los casos según él los barrotes de la prisión cuando hacía algo que lograba enfurecer al mismo mencionado.

Un escalofrío recorrió su cuerpo al sólo pensar en las cosas sucias que tuvo que pasar, acarició sus muñecas recordando los grilletes que la mayoría del tiempo llevaba puestos, de hecho una marca rojiza se encontraba en ellas al igual que sus tobillos.

 

 

— ¿Te sientes bien? — Pregunto una voz a su espalda, al voltear se dio cuenta que se trataba de un chico peliverde bastante alto con gafas, sus ojos eran de un hermoso color esmeralda — ¿Quieres que te revise?

 

— ¿Que? — Se extrañó el azabache.

 

—O lo siento quizás  me expresé mal — Llevo una mano hacia sus gafas arreglando que no se cayeran.

 

— Yo soy el médico de esta tropa, mi nombre es Midorima Shintarou.

 

—Oh~ Mucho gusto — Sonrió el azabache — Gracias por el ofrecimiento, pero no hay nada que puedas arreglar por cierto mi nombre es Takao Kazunari.

 

—Está bien — Dijo mirando el cielo azul.

 

—Disculpa Mmm ¿Me podrías decir cómo es aquí?

 

— ¿A qué te refieres? — Quito la vista de las aves para observar al chico a su lado.

 

—Bueno... como es el ambiente... es decir veo que todo es bastante animado y...

 

—Midochin te estoy esperando hace mucho — Otra voz se hizo presente aunque  esta era la más perezosa que hubiese escuchado, pero al voltear se impresionó al encontrarse con un peli morado de más de dos metros acercarse a ellos.

 

—Monstruo — Fueron las palabras que salieron de sus labios lo cual hizo sonreír al peliverde, no fue algo notorio pero definitivamente no pasó desapercibido para el gran chico.

 

—Creo que tendré que aplastar a este enano — Comento mientras acercaba una mano lentamente a la cabeza de Takao.

 

—Basta Murasakibara — Ordenó con el ceño fruncido el de ojos esmeraldas.

 

—Pero Midochin sólo debe sonreír para mí — Explico esta vez acercándose al peliverde y abrazándolo con fuerza.

 

—Basta — Intentaba zafarse en vano con el rostro completamente rojo.

 

—Creo que aquí estorbo será mejor que los deje solos — Dicha estas palabras cerro un ojo a la parejita y se marchó para darles privacidad.

 

 

 

~*~

 

 

— ¿Que hace el polizón dando vueltas por aquí? ¿No deberías estar encerrado en el calabozo? — Pregunto alguien tomándolo del hombro mientras seguía con la inspección.

 

—El capitán me ha dado permiso para hacerlo — Respondió notando que se trataba de aquel chico que tenía su ojo tapado.

 

—Ya veo, bueno si él ha dado permiso no soy quien para cuestionar sus decisiones — Soltó el agarre que tenía — Por cierto mi nombre es Himuro Tatsuya ¿Cuál es el nombre de nuestro polizón?

 

—Soy Takao Kazunari — Vio que una mano se extendía frente a él, al parecer para estrecharla en modo de saludo por lo cual correspondió, pero se llevó una gran sorpresa cuando el pelinegro la tomo como si una dama se tratase y la beso.

 

—Un gusto tenerte entre nosotros — Mostró una sonrisa de príncipe.

 

—Eres un idiota — Una voz alerto al chico del ojo tapado soltando la mano de Takao.

 

—Es sólo un saludo — Informó acercándose al chico que acababa de llegar, también era pelinegro con ojos platinados, la diferencia entre ambos era el flequillo que tenía el recién llegado, en cambio Takao tenía una partidura al medio.

 

—Si claro ¡Aleja tus sucias manos! — Grito enojado apartando las manos que acababan de posarse en sus hombros.

 

—Pero si es cierto para el único que tengo ojos es para ti — Lo tomo por la cintura.

 

— ¡Basta aléjate de mí! Esta noche ni siquiera se te ocurra hacer nada — Se liberó del agarre y regresó sobre sus pasos.

 

— ¡Izuki espera! — Corrió tras él — No puedes hacerme esto.

 

 

El pelinegro comenzó a reír tras ver aquella escena de celos "Si, que hay parejas en este barco ¿Algún día seré capaz de estar así con alguien?" — Pensó el muchacho llevando una mano hacia sus cabellos.

Después de un momento  decidió descansar sentado en las escaleras observando como los demás miembros se reían de las locuras que hacían a bordo.

 

 

— ¿Que te ha parecido tu estancia? — Pregunto el capitán, lo cual no lo alarmó ya que pudo sentir su presencia cuando llegaba junto a él.

 

—Es reconfortante hace mucho no me sentía de esta forma — Sus brazos estaban  sobre sus rodillas, por lo cual aprovechando esto se inclinó un poco hasta reposar su cabeza en ellos.

 

—Enserio me alegra oír eso — Llevo una mano hacia su cabeza acariciando esos mechones negros, una sensación bastante cálida los invadió a ambos. El capitán estaba listo para decir algo cuando una campanilla lo interrumpió — Es hora de la cena, sígueme — Explico poniéndose de pie.

 

—Ok — Aceptó cabizbajo ¿Qué era lo que esperaba que pasará?

 

 

Él fue aceptado para comer junto al capitán en la mesa con todos sus marineros de más confianza, se encontró con todos aquellos con los cuales tuvo la oportunidad de hablar durante su reconocimiento de la nave.

 

La mayor sorpresa fue descubrir que el cocinero era ese gran sujeto de pelo violeta su nombre era Murasakibara Atsushi, quien al verlo no le puso muy buena cara.

 

Al que no pudo encontrar fue al pequeño peliceleste, el moreno por su parte junto al capitán no daban tregua a la comida era impresionante ver cómo desaparecía la comida en cosa de segundos ahora entendía todo, por otro lado el chico del ojo tapado tenía una mejilla colorada y el peliverde una marca de dudosa reputación en su cuello.

 

 

—Oye Ahomine te dije que necesitaba a Kuroko ¿Qué demonios le has hecho? — Pregunto el de ojos rubí mordiendo un trozo de pan.

 

—Solo lo castigue un poco, sabes lo debilucho que es — Explico llevando un trozo de carne a sus labios

 

— Murasakibara necesito que hagas una de esas cosas dulces que le gustan.

 

— ¿Sera tu forma de disculparte con Kurochin? — Pregunto el gigante.

 

—Sabes que eso es imposible. Fue el quien cometió un error — Se llevó otra ración a su boca — Además recibí permiso del capitán ¿No es así?

 

—Pero dije un poco — El pelirrojo frunció el ceño enojado.

 

—Capitán Bakagami cuando encuentres a tu media naranja sabrás lo que significa el hecho de querer tenerlo bajo tu cuerpo cada vez que sea posible — Comento Aomine tomando un poco de vino, estas palabras hicieron que un peliverde se atragantase, un pelinegro se pusiera bastante rojo y que el capitán sin pensar observará al otro pelinegro que se encontraba a su lado.

 

 

Este se avergonzó bastante y como si un resorte se tratase se levantó de su asiento, ya que justamente había terminado su plato.

 

 

— ¿Puedo ir a ver a Kuroko? — Pregunto nervioso.

 

— ¿Por qué deberías ir a ver a Tetsu? — El peliazul era celoso y no le gustó para nada la solicitud.

 

—Quiero pedirle disculpas por perderme.

 

—Ve a ver a Kurochin y de paso le llevas su malteada — El peli morado estaba feliz de deshacerse de su enemigo, bueno él era el único que lo veía de esa forma.

 

—Yo también quiero ir — Se levantó Izuki.

 

—Yo sólo iré a ver que Aomine no le haya hecho nada malo — Expresó el peliverde mientras arreglaba los lentes en el puente de su nariz estaba a punto de levantarse cuando una mano sobre su hombro se lo impidió.

 

—Midochin se quedará aquí — Ordenó serio.

 

—No lo haré olvídalo... como médico de este barco debo velar que todos los tripulantes estén sanos y salvos — Aclaro levantándose del lugar por lo cual al gigante no le quedó más remedio que hacer caso de mala gana.

 

 

Cuando el cocinero tuvo preparada la bebida los tres jóvenes fueron hacia la habitación del pequeño guiados por el médico.

 

 

— ¿Te gusta ese chico nuevo? — Pregunto Himuro una vez que los chicos salieron, el pelirrojo quien estaba tomando un poco de vino se atraganto y comenzó a toser.

 

— ¡Claro que no! — Exclamó cuando se recuperó mientras el peli morado le daba palmadas en la espalda — ¿Como de te ocurren esas cosas?

 

—Bueno creo que todos nos hemos dado cuenta de la forma en que lo has mirado capitán~ — Hablo con burla el moreno.

 

—Ustedes están imaginando cosas — Expresó levantándose de la mesa rojo de vergüenza, a pesar de ser uno de los piratas más fieros en el mar en estos momentos pasaba por un adolescente con su primer amor.

 

—Sería bueno que Kagachin tuviera a alguien — Más que nada eso lo decía para que así no hubiera nadie entre su peliverde y él.

 

—Dejen de hablar idioteces... Me iré a acostar — Se levantó para salir del alcance de las burlas de sus chicos.

 

— ¿Después lo mando a dormir contigo? — La sonrisa de burla en el rostro del moreno hizo que todos los presentes también sonrieran exceptuando a su capitán.

 

— ¡Váyanse al demonio! — Exclamó saliendo del lugar azotando la puerta en el proceso.

 

—No le doy más de tres días — El pelinegro también llevo un poco de vino a sus labios.

 

 

 

~*~

 

 

— ¡Pase! —Se escuchó una voz al interior de la habitación después de haber golpeado la puerta el peliverde.

 

—Perdón por molestar — Fue Takao el primero en hablar tras haber ingresado encontrándose con el chico sentado en la cama llevando la camisa que anteriormente llevaba el moreno.

 

—No hay problema ¿Que sucede? — Pregunto inexpresivo mirando a todos los presentes.

 

—Quería saber cómo te encontrabas — Aclaro el pelinegro acercándose y pasándole la bebida a lo cual los ojitos celestes se iluminaron como niño recibiendo su regalo más preciado.

 

—Gracias — Una hermosa sonrisa adorno sus labios.

 

—Aomine es un bruto, no sé cómo puedes estar a su lado — Midorima se apoyó en la pared viendo al joven seriamente.

 

—Midorima-kun eso no debería decirlo alguien que tiene una marca en su cuello — Sorbió un poco de su bebida a lo cual el peliverde llevo una mano al lugar rojo hasta las orejas.

 

—Es cierto iba a decir lo mismo — Esta vez hablo Izuki sentándose al lado de Kuroko.

 

 

Le gustó ver la forma tan familiar en la que todos se trataban, en el otro lugar el jamás vio algo parecido o quizás si existía pero él nunca fue parte de ello, ya que sólo era tratado como un objeto.

 

 

— ¿Qué les parece si hoy mandamos a los chicos lejos y nos apropiamos de esta habitación para hacer de las nuestras? — Sonrió pícaro Izuki.

 

—Me parece bien además así compartimos con ¿Cuál es tu nombre? — Kuroko recordó el hecho de que aún no se presentaban.

 

—Takao Kazunari — Sonrió divertido la verdad es que había algo en ese ambiente que le gustaba bastante.

 

— ¡Bien hoy todos los idiotas afuera! — Exclamo Izuki levantando su mano dando por hecho que esta noche era solo para ellos.

 

 

Continuara...

Notas finales:

Si has llegado hasta aqui debo decir que me siento bastante agradecida y si quieren dejar algun review son mas que bienvenidos solo queda una parte mas que sera subida la proxima semana :)

 

Un saludo grande a todos y nos estamos leyendo.


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