Su casa era enorme, su padre solo de vez en cuando los visitaba, su hermano mayor a pesar de que se la pasaba mayormente junto a él…la mayoría de las veces era arrastrado fuera de su casa por sus amigos
“Me llevan, me llevan” gritaba la mayor parte del tiempo aunque no hacía nada para soltarse, Misono se sentía triste ¿Por qué él no tenía amigos? Si bien jamás salió de su jardín debido a su mala condición física, pero ya había cambiado, tanto que su padre le permitió asistir a una escuela lejos de su casa.
En pocas palabras, Misono era lo contrario a su hermano, él no tenía amigos que le obligaran a salir
Suspiro por quinta vez en esa hora, el profesor ya le había llamado la atención pero el simplemente podía ignorarlo, después de todo jamás le hacían algo. Todos le miraban con respeto y se acercaban con la intención de ganarse la amistad del heredero de los Alicein, el los ignoraba, no quería y no tenía la intención de tener amigos de ese tipo.
…
Mikuni era un hermano mayor ejemplar, amaba a su hermano y por el haría cualquier cosa, y sus amigos tenían bien establecido ello, ellos al igual que pocos humanos sabían la existencia de los Servamps, pero debían callar esa información con los “Amos” actualmente amnésicos, después de todo la amenaza del Servamp era algo que debían toma en cuenta…y más si el de la amenaza era alguien normalmente calmado y perezoso
Tsurugi Kamiya con actualmente 28 años era por mucho el más “cercano” a Mikuni, ambos tenían cierta similitud con sus personalidades, aunque a veces actuaran como si se quisieran matar.
—Bien, ahora ¿Para qué me querían con tanta urgencia?—
Miro aburrido a los tres chicos frente a él, nuevamente le habían llevado a su tienda de antigüedades alejándole de su adorado hermano
—Como que “¿para qué te necesitamos?” ¡Esta es tu estúpida tienda y siempre la dejas sola!—las quejas de Fausto le entraban por un oído y le salían por el otro
—Tu siempre entras a pesar de que cambio la cerradura ¿Eso no te transforma en un acosador?—Tsurugi tuvo que sujetar al loco científico antes de que experimentara con el rubio, balbuceando “¿Quién te acosaría?”— ¿Qué es eso detrás de ustedes?—pregunto un tanto aterrado, los tres hombres ingenuos miraron atrás, encontrándose con la puerta del local— ¡Nunca me atraparan con vida!—grito a la distancia Mikuni
Shuhei se acomodó sus lentes—Sabia que pasaría esto, por eso estuve preparado—alzo su mano mostrando una cuerda atada a su muñeca, al momento que la cuerda llego a su límite rasgo ligeramente su camisa de manga larga—Sabia que pasaría esto, por eso traje hilo y ajuga—mientras tanto Tsurugi se acercaba al rubio con sombrero de vaquero quien mordía la cuerda atada a su pie ¿Cómo es que no se dio cuenta?
—Si te suelto ¿Saldrás corriendo?—el rubio asintió dejando al pelinegro tieso—Pudiste haber mentido—susurro sorprendido, el rubio se encogió de hombros restándole importancia
—Misono está en la escuela a estas horas, no llegara hasta las 3:35, y Dodo está de vacaciones junto a Mitsuki, ya sabes…tenían que pedir su luna de miel—susurro lo último con un berrinche—Yo también quiero una luna de miel—
El mayor rio al tiempo que ayudaba al menor a levantarse, los otros dos ya se habían acercado
—Oye MikuMiku, déjame experimentar con tu cerebro—El de sombrero se ocultó tras los dos chicos pelinegros
—Aléjate de mí Johan—la amenaza detrás de su sonrisa hizo temblar ligeramente al científico, quien cedió…por ahora—Tengo hambre ¿Quién va por la comida?—volvieron a la tienda de antigüedades para tener una ronda de cartas…
Después de que Shuhei perdiera en el juego de cartas
—Sabía que esto ocurriría, por eso pedí Tallarines a domicilio—se acomodó sus lentes pensando “¿Cuándo seré yo quien gane?” en eso la campanilla que anunciaba un nuevo cliente sonó, dejando ver al repartidor.
…
Misono había salido de su escuela, normalmente esperaría a Dodo en la entrada, pero este estaba de vacaciones
—Bastardo afortunado—gruño, aunque estaba feliz por la pareja, detuvo sus pasos al ver a su Hermano en la entrada saludándole alegremente, sonrió ligeramente conteniendo el impulso de correr hacia él como un niño de 5 años
Mikuni era alguien espontaneo cuando se le requería, tal vez por ello Misono no podía entenderlo del todo, ambos habían planeado caminar tranquilamente hasta su hogar…pero no contaba con que su hermano mayor llevaría tocino guardado en su ropa…mucho perros le siguieron en todo el camino
—Tu maldito bastardo ¿¡Cómo diablos llevabas eso en tu ropa!?—Estaba molesto y la risa despreocupada de su hermano le cabreo más— ¡Mi condición física no es buena! ¡Casi muero!—Mikuni se disculpó sacando el poco tocino que no tiro para despistar a las bestias del averno
— ¿Quieres?—Misono suspiro rendido aceptando el tocino, su hermano era un caso
…
La noche había llegado pronto para los hermanos Alicein, el menor había caído dormido a las 11 pm, mientras el mayor decidía que vestir esa noche, normalmente no salía, pero viendo que Tsurugi le había invitado a “divertirse” bueno…Mikuni necesitaba cualquier cosa para olvidar que había olvidado, así que ¿Por qué no?
Salió con vestimenta normal, su cabello rubio era decorado por una trenza para y de hombres que solo era para decorar una parte de su cabello, no es como si tuviera mucho tiempo para hacer una trenza completa, además, si tardaba en llegar era un hecho de que el mayor le iría a recoger, y eso era algo que Mikuni no aceptaba.
El centro nocturno era especial, normalmente evitaba los lugares espaciosos, pero como siempre Tsurugi insistía mucho
…
Estuvo ¿Cuántas horas ahí metido? Definitivamente debía llegar antes de que Misono se levantara y por lo visto, abandonar a Tsurugi a su suerte era una gran posibilidad
— ¡Oye Kuni-Chan!—el grito del mayor le dejo sordo…pues con semejante grito y él estando a su lado. Miro al mayor sintiendo que perdería la paciencia— ¡Tengamos sexo salvaje en el baño!— y con eso basto para dejarlo solo.
Sus mejillas ligeramente sonrojadas y alejándose del mayor quien ya estaba hablando con el aire, tan ensimismado estaba en su batalla interna que choco con alguien, tanto fue el “impacto” que el sujeto desconocido tuvo que sujetarle para que no callera, quedando prácticamente en los brazos del sujeto, de cara frente al fuerte pecho…y con su corazón latiendo salvajemente.
—Lo siento—se disculpó nerviosamente, el desconocido no le soltó provocando en Mikuni miedo ¿Sera uno de esos que secuestran? ¡Él era demasiado bello para dejar que le pasara!—De-debo volver con mi…—
El desconocido era alto…demasiado para el gusto de Mikuni, su cabellera era larga y negra, Mikuni se sintió desesperado por mirarle el rostro, sus ojos se abrieron como platos, olvidando como respirar
—Lo lamento—susurro el desconocido apartándose de él, si Mikuni no estuviera en shock definitivamente le hubiera reprochado el hecho de que el joven desconocido se cubriera el rostro rápidamente
— ¿Estas bien?—el menor parpadeo varias veces, se sentía perdido y su piel había adquirido un tono pálido, miro extrañado a Tsurugi ¿Cuándo es que había llegado a él?
El mayor no era alguien que se emborrachara rápido, en realidad se la había pasado fingiendo para sacar de quicio al menor, solo que no espero que algo malo le pasara por alejarse de él…pero ¿Qué diantres le había pasado?
— ¿Dónde está?— su voz salió débil, tan frágil que pensó que se soltaría a llorar ahí mismo— ¿Por qué, porque él…?—Tsurugi no pudo más y lo abrazo, el rubio correspondió el abrazo casi de enseguida, ocultando su rostro en el pecho ajeno
El mayor odiaba eso, no. Odiaba al Vampiro que le había hecho eso, el rubio era alguien alegre, atrevido, espontaneo y un tanto sombrío, casi malvado…pero sobre todo fuerte, y esa fortaleza se había ido desde hace dos años, siendo ahora solo un joven que se esforzaba en sonreír para no caer, Mikuni era alguien que no quería romperse, solo porque sabía que su hermano padecía lo mismo, si Mikuni se rompía ¿Quién le aseguraba que Misono no le seguiría?
…
Misono se levantó en la madrugada debido a un mal sueño, las pesadillas que normalmente le seguían ¿Quién era esa niña rubia? ¿Por qué le decía insistentemente que le quería? Su pecho siempre dolía al verla preocupada
Camino hacia la habitación de su hermano, se sentía infantil pero dormir con su hermano mayor le agradaba…solo que él no se encontraba en su cuarto
— ¿Habrá salido?—se preguntó en voz alta, miro la habitación del mayor, una habitación llena de muñecas, Misono no comprendía el fetiche de su hermano, había empezado a coleccionar muñecas desde hace dos años y tenía como unas cien…y todas ellas se llamaban “Abel” ¿Acaso había tenido una novia llamado así durante su viaje por el mundo?
Unos pasos detrás de él le alertaron, viendo como uno de los amigos de su hermano llegaba con Mikuni en brazos ¿Estaría inconsciente o dormido?