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Memorias confusas por Arenka

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Lo habían decidido, los ocho votos decían lo mismo

“Volver con sus Eves”

Claro que se tomaron su tiempo, primero debían mantener vivo a Kuro sino querían que cierto castaño los odiara eternamente

Habían mandado a Sleepy Ash a vivir momentáneamente con Ira, después de todo siempre quiso vivir en el campo, no era una cabaña, pero algo era algo.

Lo segundo era “Avanzar” con los Eve

El sexto hermano ya había partido a Italia, donde su Eve residía…el pequeño Servamp no conocía la palabra “Pasar Inadvertido” todo mundo se había dado cuenta de su partida…sus hermanos debieron inventar algo.

El Quinto hermano ya había partido a buscar empleo con la ayuda de Kranz…gran sorpresa le daría a su Ángel-chan ¿Quién mejor guardaespaldas que un vampiro? Simplemente nadie

El séptimo hermano seguiría en su guardería, pediría ayuda a sus sub-clases para atraer a Misono, tal vez, si las cosas iban bien, ambos podrían vivir normalmente sin necesidad de volver a activar el contrato

El octavo hermano no le dio importancia al asunto…él tenía a su pareja y solo debía de preocuparse de ese mago excéntrico, definitivamente no entendía al amor ¿Por qué se enamoró de ese loco y no de la calmada Otogiri? ¿Él tenía derecho a llamar loco a su pareja? Sí, claro que sí.

La cuarta hermana simplemente se encargaría de mantener a su hermano mayor a raya, ese gato imprudente debía aprender a no hacer todo lo que quiera…pero podía consentirlo un poco…solo un poco.

El tercer hermano era el problema, ya había hecho movimientos pero todo quien lo viera lo tomaría como un acosador, oculto en la oscuridad de los callejones, observando a la distancia a su Eve, siguiéndole a todo los lugares que su rubio visitaba…incluso tuvo que interceder con los perros que una vez le siguieron ¿Porque diablos Mikuni llevaba comida en sus ropas?

Solo había tenido un acercamiento y fue únicamente porque no aguanto los celos ¿Por qué rayos Mikuni tenía a tantos tras él? ¿Le tenía que dar una bolsa para que ocultara su belleza? ¿Él tenía derecho a sentir eso? ¿Realmente un monstruo como él podía acercarse al rubio? No debía, pero deseaba estar cerca…no lo merecía, no después de lo que provoco.

¿Mikuni le odiaba por ello? Temía saber la respuesta

Por otro lado estaba Orgullo, el Segundo más antiguo…y el de apariencia más joven, él era el Servamp que nunca se enamoraría, incluso si lo hacía de una niña, esta crecería y él se mantendría igual, su primer regla era “No enamorarse” por siglos no lo había hecho, había incluso envidiado a su hermano Lawless por la facilidad que tenía para encariñarse

Pero ahora lo único que quería era olvidar también a su Eve, por primera vez se había encariñado con alguien…y no precisamente de una bella joven de inteligencia como los vampiros de su clase normalmente hacían

Sino de un niño de apariencia adulta, Tetsu Sendagaya, el humano que poseía la mejor sangre de todos, simple y tonto, amable y le complacía en todo, un niño tonto que le había cautivado, un chico simple con un fuerte sentido del deber

En pocas palabras…nunca habría alguien igual a ese rubio…ni Mahiru le superaba.

Kuro por su parte ya estaba planeando como escapar de esa cómoda casa y…no mentira, jamás se iría de ahí, fingiría eternamente estar Semi-muerto, podría olvidarse de MahiMahi después de un siglo, encerraría su recuerdo en una de esas cajas negras que tenía dentro de su mente…ni siquiera “su oscuro yo” entraría en ese lugar

Todo sería perfecto, no más “Feliz cumpleaños”

“¿A quién engañas?” esa pequeña y para nada adorable parte de si era una molestia, siempre hablándole, siempre intentando sacar su dolor y pena…siempre queriendo salir

Los ocho hermanos eran diferentes, cada uno representaba algo, todos habían sido creados en diferente época, siglo o milenio, sus poderes no eran iguales…sus transformaciones tampoco lo eran, pero todos tenían ahora una motivación en común.

Todos menos Tsubaki quien anuncio que iría a pescar

Hugh tuvo que despedirse del oso con quien convivio mucho tiempo, prometiéndole llevar algo el día de San Valentín, intento ser fuerte y no soltar lagrimas enfrente de su gran amigo, el peludo que le había ofrecido alimento, el que le servía como calentador en la época de frio

…Hugh ignoraba que el oso era un oso…y él había sido un murciélago todo ese tiempo.


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