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Memorias confusas por Arenka

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Era de mañana y Mahiru simplemente estaba acostado en su cama…mostrando una mirada cansada y unas visibles ojeras adornando sus bellos ojos

No había dormido nada en toda la noche ¿La razón? Sus pesadillas habían aumentado y con ello el número de personas…todas con el rostro deformado, lo único claro era él rodeado de esas personas.

Y lo peor de todo es que debía ir a la escuela

Misono caminaba difícilmente por la acera, maldecía a su hermano y a la vez le preocupaba, había intentado no hacer lo pedido…pero ya estaba cerca del lugar y definitivamente aun no comprendía porque accedió, y mucho menos sabiendo que debía trasladarse desde su casa hasta el lugar indicado A PIE…él con la peor condición física debía ir a pie hasta el lugar con un gran saco siendo arrastrado por todo el trayecto, agradecía que el maldito saco no se haya roto…o definitivamente asesinaría a su hermano y compañía.

La guardería “Snow Li” era sin duda un lugar del que no había escuchado nunca, pero su hermano fue específico con el lugar, como si hubiera ido muchas veces antes

—“Da todas mis muñecas…no dejes ninguna”—

Si bien al escuchar de dicha guardería provoco que su corazón se acelerara alarmantemente, Tsurugi había sonreído de una forma un tanto enigmática que le erizo la piel ¿Habrá hecho bien en dejar a su hermano con él? Sintió un escalofrió bajar por su espina dorsal

¿Y si intentaba hacerle cosas lujuriosas?

Imposible…Mikuni parecía enfermo; Tsurugi no se aprovecharía de su hermano ¿O sí?

Dio media vuelta, boto el gran saco donde estaban las muñecas, se limpió el sudor de su frente e iba a dar marcha hacia su casa…pero dos niñas paradas frente a él mirándole extrañadas provoco que parara. Sintiendo una punzada en su cabeza ¿Por qué se les hacía tan familiar?

— ¿Eh? ¿Hola?—un tenue sonrojo se apodero de sus mejillas, era mejor comportarse bruscamente y largarse del lugar…pero la sonrisa en las dos niñas provoco que su corazón se detuviera momentáneamente

— ¿Buscas algo?—pregunto la niña de cabello corto, muy dentro de él sabía el nombre de ambas niñas

— ¿Eres Santa Claus?—pregunto la otra de cabello largo

— ¿¡Pero que tonterías dicen!? ¡Santa Claus vive en el polo norte! Sin contar que solo viene en navidad—

Ingenuo y hermoso Misono, eso es lo que pensó el hombre parado frente a la guardería, dos años habían transcurrido y Lily ya no podía evitar pensar que el menor de los Alicein se había transformado en alguien realmente hermoso, aunque el siempre había pensado eso.

Sonrió melancólico adentrándose al lugar, no había pensado en lo mucho que le echaba de menos, la puerta fue abierta dejando ver al susodicho, y las dos gemelas, Yuri y Mari a sus costados

—Bu-Buenas—saludo tímidamente, el Servamp no pudo evitar su sonrisa de completa felicidad, haciendo sonrojar más al menor—Yo-yo—Misono aparto su mirada rápidamente, miro a las gemelas que le brindaban una sonrisa alegre… ¿Por qué diablos quería salir corriendo? Carraspeo un poco ignorando el dolor de cabeza y las ganas de masacrar al joven alto, extrañamente familiar y atractivo y si preguntan -Él nunca pensó eso-

—Muy buenas tardes ¿Se le ofrece algo?—la voz del rubio le quito el aliento, su corazón tendría un paro si esto seguía así, había intentado no mirarlo a la cara porque simplemente se sentía cohibido

—Yo, este…vengo a hacer entrega de algunas muñecas—anuncio con tono cortante y ni bien supo la razón, la suave risa de algunos niños le hizo parpadear ¿Por qué no se dio cuenta antes? Era una guardería bien, eso ya estaba claro, pero ¿Realmente había tantos niños? Se sintió nervioso de repente, estaba rodeado de muchos niños que querían que jugara con ellos, el sonrojo volvió y él fue incapaz de negarse

Lily volvió a sonreír y se encontró deseando que jamás se fuera, sintió el tirón en sus pantalones, miro abajo viendo a las gemelas “Ve a jugar con nosotros” fue la clara petición en los ojos infantiles, suspiro ¿Realmente debía?

Mikuni estaba sentado en su cama

— ¿Cuándo es que te iras?—pregunto cortante al pelinegro, este rio ligeramente

— ¿Quieres que me vaya?—

—Si—

Mikuni se paró sintiendo el mareo y volviendo a su lugar, no estaba en buenas condiciones ¿Lo habían drogado? ¿Estaba enfermo? Deseaba tanto la compañía de alguien…de alguien que no fuera Tsurugi…y por supuesto que no quería a Misono cerca, apostaba a que se veía fatal, no dejaría que su hermano le viera en esas condiciones.

—Deberías tomarlo con calma, de repente te desmayaste y no te vez muy bien que digamos—el suave tacto del mayor en su mejilla le hizo suspirar rendido, se tensó al sentir al mayor subirse a la cama con él

Podía haberse quejado, podía haberlo alejado y gritarle, pero no lo hizo…su mente se nublo al sentir los labios del mayor sobre los suyos, sintió las manos juguetonas de Tsurugi tocar su piel por debajo de su playera, sentía lejanos las caricias que le brindaba, los besos que le robaba…y después de eso nada.

Se sumergió en esa oscuridad al que ya estaba acostumbrado, pronto gimió con fuerza, sintió su cuerpo calentarse por el rose a su miembro, pero…Tsurugi ya no era quien estaba frente a él, miro a su alrededor observando todo, esa era su habitación…era su cama pero ¿Quién era el sujeto frente a él?

Mikuni—susurro el desconocido y todo su cuerpo sintió una descarga eléctrica, sin pensarlo dos veces le beso…beso con tanta urgencia que se sorprendió a él mismo, se estremecía con cada ligero tacto que el sujeto le daba, quiso reír por lo mal que estaba todo ¿Acaso estaba teniendo una fantasía mientras dejaba que Tsurugi le tocara?

Gruño por lo bajo al ver que no importa lo que hiciera…no podía sacar la sombra del rostro ajeno ¿Por qué no podía ver su rostro?

Tsurugi por su parte solo pudo gruñir frustrado, Mikuni había vuelto a caer inconsciente.

Tetsu caminaba despreocupado hacia su casa, había vuelto a salir temprano y eso le extrañaba ¿Por qué razón ocurría eso? No era algo que le importe realmente…pero desde hace rato el Onsen se le hacía depresivo…tanto que le había pedido a su padre una propuesta.

Si bien al principio su padre se había negado, al final había aceptado, y es que hacer un concurso donde solo hubiera 10 boletos ganadores era una buena forma de ganar dinero extra, sin contar que habría más propaganda para su hotel

— ¿Pero qué mierda?—se preguntó Licht al borde del colapso, solo se había ido por dos horas al estúpido karaoke mientras el estúpido Kranz seguía con sus estúpidas entrevistas ¿Cuántos días llevaba? No sabía y le valía una hectárea de…

— ¡Licht-Kun!—el abrazo asfixiante del mayor le dejo K.O—Me tenías tan preocupado ¿¡Dónde estabas!?—si bien, el rubio desconocía que el menor se escapaba para ir al karaoke…el pelinegro como era de esperarse no pudo contestar y la policía solo se miró entre ellos, si el desaparecido apareció ¿Ya podían irse?

—Me lo mataras antes de tiempo—se quejó una voz detrás de ellos

Kranz volteo a ver, sonriendo enormemente

—Ya comenzaba a creer que no vendrías, estuve a punto de contratar a alguien más—la policía se retiró del lugar lentamente sin ser notados…después salieron corriendo al ver al extraño pelinegro con barba de chivo, Guldenstern se despidió de ellos agitando la mano

El rubio de cabellos de erizo sonrió arrogante al tiempo que Kranz dejaba al inconsciente en el sofá

—No hay nadie mejor que yo para el puesto—una patada le mando a volar varios metros de distancia, Kranz se congelo

—Cállate de una maldita vez—rugió Ángel-chan…después se rasco la cabeza no comprendiendo la situación— ¿Quién mierda es?—pregunto confundido mirando al rubio, si bien se acababa de despertar por el trato brusco que recibió al ser botado en el sofá, así que no comprendía porque quiso golpear al dueño de esa atrayente, molesta y familiar voz.

—Tu nuevo guardaespaldas—anuncio nervioso

— ¿Ese debilucho será mi guardaespaldas? Me niego—

—Bueno veras Licht-tan—un nuevo golpe mando a volar al rubio vampírico

Kuro ya no lo pensó más, debía dar marcha a sus planes, sus heridas ya no le sangraban así que ya estaba bien ¿No? Sus ojos cansados y la maña que ahora tenía para esconderse de su hermana quien ferozmente le obligaba a beber sangre ¿Por qué estaba pasando por eso? Y sobre todo ¿Cómo lo encontraba?

—No puedo con esto—susurro cansado—Soy un lindo gato…no debería tomar sangre—salió corriendo dispuesto a volver a esconderse y si tenía suerte, tal vez…

—Tu sangre la puedo oler hasta aquí, así que ya deja de esconderte, debes curarte por completo—

—Si el gran Sleepy Ash se esconda tan mal…entonces sabemos que algo malo pasa—se burló Old Child acomodándose su sombrero—Partiremos dentro de varias horas, no es necesario que sanes por completo…pero no saldrás de aquí sino pruebas la sangre de alguien—

—Ah, que molesto—su transformación fue nuevamente al humano

—Yo iré solo cuando se metan en problemas, nuestros números están en los celulares que les entregue…no los pierdan—la suave advertencia de la hermana les hizo asentir, incluso el segundo hermano se ahorró su comentario de “Un verdadero vampiro no necesita eso”

—Bien—anunciaron ambos mirando esos aparatos que ninguno de los dos sabia utilizar, podían prender el televisor, jugar los aparatos de videojuegos…entre otras cosas. Jamás habían intentado con un celular.

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Contactos…

1-. Nii-San

2-. Enano

3-. Poste

4-. Mamá

5-. El único e inigualable

6-. El más feo

7-. Pervertido

8-. Loco

Kuro y Hugh se miraron ¿Quién había sido el que puso los contactos? Además ¿Por qué sus números también estaban registrados?

 

Notas finales:

¡Premio para quien adivine!

Pista única ¡Es uno de los ocho hermanos!


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