1978:
La calurosa tarde de verano estaba haciendo estragos en el buen humor de Kyungsoo, incluso si la ropa que llevaba era ligera, el calor no era evitable.
—Relájate, Kyungsoo. Piensa en esta noche ¡nos vamos a divertir, seguro que sí! — Exclamó Suho con excitación.
—De eso no hay duda —Comentó Lay, que estaba de copiloto en el auto de Suho, quién no hace mucho se había convertido en su pareja. —Ya hemos tenido un buen momento en la heladería. ¿Lo has visto, Kyungsoo? Ken no paró de mirarte en todo el rato, incluso parecía que te desvestía con la mirada. —El chico soltó una pequeña y agradable risa y Kyungsoo suspiró desde los asientos traseros.
—No es que me desagraden los chicos del equipo de fútbol, pero, en serio, de todos los chicos en la escuela, ¿tiene que ser él? No es muy de mi tipo. —Se quejó con aburrimiento.
—No entiendo el tipo de Kyungsoo, es decir, eres atractivo. —Señaló Suho mientras conducía. —También eres popular en la comunidad escolar y nunca te faltan invitaciones de chicas y algún chico valiente, pero te niegas a una relación y luego te quejas de no tener una. Deberías intentarlo. —Suho sonrió y apartó un segundo su vista del frente, mientras posaba su mano en la pierna de Lay, acariciándole y sonriendo con complicidad. —Es fantástico. —Finalizó y su novio le devolvió la sonrisa coqueto.
—Lo voy a pensar. —Kyungsoo comentó con indiferencia y bajó del auto de su amigo cuando estuvo frente a casa. — ¡Nos vemos más tarde!
—Vendremos a buscarte a las 7, así que procura estar listo. —Suho advirtió con una sonrisa mientras al fondo, Lay se despedía con la mano.
—Eso haré. Adiós chicos. —Kyungsoo caminó a casa y al abrir la puerta le recibió la música de su madre. El sonido del animado Rock n' roll le hizo sentirse en su hogar.
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— ¡Hola cariño! —Su madre apareció de pronto, llevando una blusa amarilla, ajustada y con mangas anchas, sus pantalones eran de mezclilla clara, pero sin duda, lo que más llamaba su atención, eran aquellas zapatillas rosas y su rizado y bien esponjado cabello, tal y como lo llevaban la mayoría de las mujeres, a su madre siempre le gustó estar a la moda.
—Hola, mamá. ¿Estarás fuera? —Kyungsoo interrogó con curiosidad.
—Sí, iré con unos colegas del trabajo, pero descuida, aún tienes mi permiso para salir esta noche. —Su madre guiñó un ojo.
— ¡Genial, iré a buscar mi ropa! —Kyungsoo sonrió a su madre y subió a su habitación. A pesar de que su madre era todo "Suzy Quatro" él prefería la música disco, un ritmo pegajoso y por supuesto, lo más importante, muy bailable, algo que lo llenará de buena vibra.
Accionó su propia toca discos y pronto, su espacio fue invadido por ritmo mientras miraba su clóset, moviendo sus caderas un poco.
Estaba listo para bailar, no porque fuera un grandísimo bailarín, pero bailar era liberador y muy divertido, a veces, resultaba revelador después de alguna pastilla o sustancia. El movimiento después de eso, se volvía desenfrenado y ni hablar de las luces, él lo probaba de vez en cuando.
Había perdido todo el día con sus amigos, así que le quedaban unas cuantas horas antes de que Suho lo recogiera.
Se sentía cansado, pero, ¡allí estaba el verano que tanto esperaba!
Ya que la tarde aún era calurosa, a pesar de que en un par de horas el sol se escondería abriendo paso a una brillante y grande luna, obviamente acompañada por sus fieles seguidoras, las estrellas; Kyungsoo se decidió por una camisa negra que llevaba mariposas estampadas por todas partes en una tela negra llena de brillo y un pantalón de campana del mismo color, sumamente ajustado, resaltando la forma de sus piernas y caderas. Normalmente usaba más color. Otro día habría elegido pantalones amarillos y camiseta verde, quién sabe. Pero esa era "la noche" y el color negro le daría algo de madurez, algo que por fin gritaría a todo el mundo su mayoría de edad.
Kyungsoo y sus amigos no asistían a las discotecas de renombre, nunca a las más populares y no porque fueran menores, es decir, eso fácilmente se arreglaba y lo sabían. Ellos hacían incluso, cosas que la sociedad decía que no debían hacer pero ¡¿qué más daba divertirse un poco más?! Cuando eres joven, tienes otras prioridades, además todos eran de la misma edad, estaba bien entre ellos.
La única razón por la que no asistían a lugares muy aclamados y llenos hasta reventar... Era la diversidad de gente, chicas y chicos mayores, lo que ellos llamaban "adultos"... Pero ése verano, resultaba ser que, ahora ellos podían ser llamados así también. ¡Estaban listos para probar porque esa era su noche!
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Kyungsoo peinó su cabello con dedicación, sus pequeños rizos subían naturalmente, así como su emoción.
Ese sería un buen sábado por la noche, estaba seguro de que habría tanta gente que sería difícil respirar, pero sin calor, aquello no podría llamarse una pista de baile.
Sonrió a su reflejo y detuvo la toca discos, tomó su billetera, sus llaves y se dirigió piso abajo.
Su madre se había marchado treinta minutos antes, así que no se encontró con nadie, apagó todas las luces a excepción de esa que iluminaba la entrada principal y cerró su hogar con llave.
Los botines que llevaba puestos resonaron en el asfalto cuando comenzó a caminar en dirección al auto rojo brillante que recién se aparcaba frente a él.
El auto de Suho era bonito, sin embargo lo que lo hacía diferente de los demás era el fantástico equipo de sonido que en ese momento estaba reproduciendo "Stayin Alive". Su amigo era de los pocos hombres que él conocía con un auto con radio y un gran equipo de sonido incluidos. Era genial.
Mostró una sonrisa a su amigo que llevaba un alucinante peinado hacia atrás, una camiseta azul claro que estaba desabotonada, dejando ver su pecho y resaltando su gran cadena de oro.
Kyungsoo entró por la puerta trasera y se llevó una sorpresa cuando descubrió que esa noche, no estaría solo en los asientos traseros.
— ¡Hola! —Kyungsoo los saludó con entusiasmo y Lay inmediatamente se giró, para mirar a los otros chicos.
— ¡Hola! —El chico desconocido le saludó con una sonrisa brillante, Kyungsoo lo miró pausadamente, admirándolo.
Era bastante genial, llevaba un suéter color mostaza bajo una chaqueta de dos tonos de azul, su cabello largo y sus patillas bien marcadas, sobre su rostro descansaban unos lentes de cristal amarillo. Se miraba fabuloso, sin contar que su rostro era atractivo.
— ¿Kyungsoo? —La voz de Lay lo devolvió a la realidad. —Él es mi amigo Luhan, pensé que sería una buena idea invitarlo también.
—Lo siento..., pero... ¡Amo tu estilo! —Kyungsoo soltó con fascinación y Luhan río un poco.
— ¡Gracias! Tú también luces genial. —Luhan respondió con sinceridad, y con el mismo entusiasmo que el chico frente a él.
—Bueno... ¡Vamos! —Suho gritó mientras subía el volumen y pisaba el acelerador, los Bee Gees sonando con fuerza, los cuatro chicos comenzaron a cantar con entusiasmo.
Luhan y Kyungsoo congeniaron al instante.
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Su destino era la discoteca "Dance Fantasy" una de las más grandes y famosas de la ciudad, no sólo por su inmensa pista de baile, el entretenimiento principal del lugar, era que se andaba por allí con patines. Muchos chicos y también chicas eran excelentes bailarines en patines y contaban que era divertido cuando toda la pista de baile se ponía de acuerdo para ir a una misma dirección.
Claro que estar con ruedas era opcional, pero si iban a ir allí por primera vez, tenían que probar.
Quince minutos completos se cumplieron cuando llegaron a las afueras de la discoteca. Todo lucía colorido, había un montón de gente en la entrada, esperando para pasar. "Dance Fantasy" se leía en grandes y onduladas letras rodeadas de pequeños focos y la música disco podía escucharse hasta dónde se encontraban.
El sol ya estaba fuera de turno cuando bajaron del auto y sólo bastó que Suho se acercará a los grandulones de seguridad para que los cuatro chicos tuvieran un rápido acceso que provocó el revuelo de las personas que tenían más tiempo esperando, tener un amigo como él tenía sus grandes ventajas.
Caminaron por un largo y oscuro pasillo, iluminado de vez en cuando por unas cuantas luces estroboscópicas de color rosado y verde.
Suho y Lay caminaban tomados de la mano a paso apresurado, mientras Luhan y Kyungsoo caminaban uno junto al otro luciendo despampanantes.
La aclamada canción "Get down tonight" sonaba a todo volumen y para cuando visualizaron la enorme pista de baile, y la bola de espejos girando, muchas parejas se movían al ritmo de la música, dando vueltas y sonriendo con actitud.
El piso llevaba pequeños mosaicos iluminados por luces de todos los colores a un ritmo similar, causando un magnífico espectáculo visual.
La barra estaba casi vacía, mientras unos bailaban, otros daban vueltas con los patines, algunos tomados de la mano de sus parejas, otros simplemente lo hacían solos, precipitadamente, sintiendo adrenalina pura.
Los chicos se miraron entre sí y con una pequeña carrera, Suho y Lay entraron al centro de la pista de baile, el primero dando una vuelta a su pareja para posteriormente moverse a ritmo de la música.
Kyungsoo no era tímido y sabía que esa noche era para bailar, pero se preguntaba si Luhan pensaba lo mismo. Lo miró antes de preguntar, pero no logró abrir la boca antes de que el otro chico tomara su mano y comenzara a correr en dirección al apartado en dónde podrían pedir unos patines.
Kyungsoo comenzó a reír con alegría, el castaño fabuloso además de ser guapo, leía su mente.
Luhan los ordenó después de preguntarle su talla y enseguida le fueron entregados; un par de patines color rosa brillante y para el otro chico unos color amarillo.
Luhan comenzó a colocarse los patines y Kyungsoo le observó un poco antes de sentarse junto a él y proceder.
— ¿Sabes patinar? —Luhan preguntó una vez que terminó.
—Un poco, sí. Puedo patinar, pero la verdad, dudo que pueda bailar. —Kyungsoo sonrió mientras el otro chico había comenzado a colocarle los patines amablemente.
—Bueno, no creo que sea tan difícil, intentémoslo. —Luhan sonrió y se puso de pie, tendiendo la mano a Kyungsoo para entrar por fin a la pista.
Su llegada a la pista los recibió con el hit del momento mientras todos en el lugar gritaban con euforia y se disponían a bailar el nuevo éxito de "Rod Stewart". Luhan mostró una gran sonrisa y guío con suavidad a Kyungsoo.
— ¿Bailas? —El castaño preguntó cerca de su oído debido al volumen de la música y Kyungsoo asintió.
Pronto encontraron un lugar y se dejaron llevar por el ritmo, Luhan era bueno bailando y de vez en cuando rodeaba a Kyungsoo, con movimientos rápidos debido a los patines, a veces le ayudaba a dar vueltas mientras se apoyaban el uno en el otro para no caerse.
La pista se encontraba animada, todos movían su cuerpo al ritmo y sobresalían aquellos más apasionados. A las orillas de la pista de baile, las parejas patinaban en círculo, rodeando a los demás mientras llevaban sonrisas brillantes en el rostro, esas que sin duda eran la característica principal del amor.
Luhan estaba cantando, pero Kyungsoo sólo podía escuchar la canción original y mirar los labios del otro chico moverse. Aun así, aquello no dejaba de lucir sexy.
El amigo de Lay era llamativo, con más estilo del que muchas personas a su alrededor en la pista tenían. Se encontraron totalmente divertidos y ni siquiera llevaban nada encima, nada cómo alcohol o polvo mágico, sólo su compañía y nada más.
a4;a4;a4;
Tras una media hora bailando Kyungsoo comenzó a sentir la necesidad de sentarse y beber algo, preguntó a Luhan y éste lo acompañó inmediatamente.
Una vez más, se deleitaron con música de los "Bee Gees" pues era la agrupación de moda, todos querían bailar sus éxitos a como dé lugar.
Se sentaron frente a la barra mientras la mayoría de la gente continuaba dándole brillo a la pista.
— ¿Qué quieres beber, Kyungsoo? —El castaño retiró sus lentes amarillos mientras preguntaba.
— ¡Doble V! —El más bajo respondió con entusiasmo y Luhan sonrió.
—Whisky ¿uh? —Soltó una risa y se dirigió al hombre que atendía el bar. —Dos copas de Doble V, por favor. —Kyungsoo estaba por usar su billetera cuando el otro chico ya había pagado.
—Disculpa, toma el dinero, por favor. —Kyungsoo ofreció y Luhan negó.
—Ni hablar.
—Gracias...—El más bajo murmuró sin quitarle la vista de encima, el otro chico se colocó los lentes otra vez. —Tú..., no estudias en dónde yo ¿verdad? Estoy seguro de que te habría visto.
—No. Yo soy universitario. —Luhan río.
— ¡¿Qué?! ¿En serio? —Kyungsoo se sorprendió, pues Luhan no parecía ser mayor o tal vez era que estaba acostumbrado a ser más bajito que la mayoría de chicos y que algunas chicas.
—Tengo veintidós y supongo que tú tienes dieciocho recién cumplidos. —Luhan comentó.
— ¿Cómo...?
—Lay me contó un poco. —Kyungsoo hizo un gesto de comprensión y bebió de su copa que recién le había sido entregada.
La música continuaba y al parecer Suho y Lay seguían bailando, pues Kyungsoo no fue capaz de volverlos a ver. Se mantuvo conversando con Luhan, pero en un momento de la noche, una chica se acercó al mayor para preguntarle si le gustaría bailar.
— ¿Te importa?—Luhan comenzó.
—No, no, adelante, ve y diviértete todo lo que quieras. —Kyungsoo lo animó.
Los sintetizadores estaban fuera de control, llenando los sentidos de todos en el lugar, Kyungsoo estaba por terminar con su tercera copa y quiso echar un vistazo a su alrededor, sólo para asegurarse de que hubiera alguien disponible para bailar.
En el transcurso de la noche se había encontrado con varios conocidos de la escuela, pero no fue hasta aquel momento que se dio cuenta de que algunos chicos del equipo de fútbol estaban allí también, más precisamente, acercándose a él en la barra.
Kyungsoo volvió su vista a la copa, esperando pasar desapercibido, pero cuando la siguiente canción comenzó y con ella el barullo de la gente, fue capaz de sentir una mano en su espalda y un "Deberías estar bailando" que provenía de Ken, su acosador más reciente y quién ciertamente no le agradaba mucho.
En momentos cómo esos, Kyungsoo odiaba vivir en una comunidad tan pequeña.
Ken era atractivo, era popular y educado. Su cabello rubio, casi blanco, lo hacía resaltar de entre muchos chicos y ni hablar de la ropa que usaba, lucía tan costosa cómo la de Suho. Sin duda, era un hombre que atrapaba muchas miradas.
Era tan egocéntrico... A Kyungsoo no le gustaba.
Aquella se convirtió en la canción más larga de la vida, Kyungsoo trataba de ser cortés y sonreía de vez en cuando a lo que sea que su compañero Ken estuviese comentando sobre su chaqueta o sus lentes, pero había negado sus invitaciones a la pista de baile.
—Lo siento, no puedo evitar decir que te ves espectacular. —Ken continuó. —En serio, Kyungsoo, tú deberías estar bailando. —Ken continuó con su intento de coqueteo.
Esa era la tercera vez que escuchaba eso, estaba por perder el control, pero antes de que pudiera salir corriendo lejos de ese chico molesto, una tercera voz entró en medio de la "casi conversación".
—Volví. —Una palabra simple, que mostraba confianza, nadie tendría por qué cuestionarla.
—Sí que tardaste, ¡vamos! —Kyungsoo aprovechó la oportunidad para huir y se enrolló al brazo de aquel desconocido que lo había salvado.
Cruzaron por la pista de baile, sin embargo, no tuvieron mucha suerte para llegar al otro extremo, como Kyungsoo esperaba y se vio rodeado de cuerpos bailando y chocando contra el suyo otra vez.
Miró por segunda vez a su salvador y esta vez le prestó atención, llevándose una sorpresa.
Era más alto que él, por lo que debía mirarlo hacia arriba, su piel ligeramente morena, cómo si tuviera un perfecto bronceado y llevaba su cabello rubio y rizado, su cuerpo tenía buen molde, espalda ancha, piernas anchas, llevaba una camiseta blanca, simple, que se amoldaba bien a él y que se mantenía ajustada bajo sus pantalones coral, bien ajustados también. Pero sin duda, tenía algo en sus ojos, algo que hizo estremecer a Kyungsoo.
Sus ojos lucían dormilones y desinteresados, pero aquello sólo lo hacía más atractivo, estaba parado frente a él, mirándolo fijamente mientras mordisqueaba su cadena de plata, Kyungsoo habría dicho que aquel gesto era adorable, pero en ese momento, aquello lucía más como un gesto demasiado sensual.
El chico moreno hizo el gesto casi imperceptible de levantar sus hombros, restando importancia a la situación y se acercó más al chico que lo miraba perplejo.
Kyungsoo no se apartó y aquel extraño bailó con ritmo preciso cerca de su cuerpo, pronto sintió también la necesidad de moverse y recibió sin problema algunos roces con el chico rubio que de vez en cuando le sonreía o le miraba con autosuficiencia.
Pronto el corazón de Kyungsoo comenzó a acelerarse un poco más, mientras la sensación de encontrarse sólo con aquel chico aumentaba, incapaz de enfocar a alguien más, simplemente, él.
Estaba seguro de que perdería el control si el chico continuaba mirándolo así y de pronto, sintió una gran fuerza en su muñeca derecha, el chico estaba guiándolo fuera de la pista de baile, a una buena velocidad, que estaba dejando a Kyungsoo sin aliento.
Y reconoció aquel lugar como el gran pasillo de la entrada de la discoteca, el que estaba oscuro con una que otra luz que de vez en cuando parpadeaba y fue puesto contra la pared con suavidad.
Pronto, aquello perdió más el control, cuando el chico moreno atacó sus labios con salvajismo.
Primero busca oscuridad con prisa y ahora esto. "Travieso" Kyungsoo pensó, mientras devolvía el beso.
El rubio se separó para tomar más oxígeno.
— ¿Cómo sabías...?—Kyungsoo susurró.
—Estaba observándote, hasta que ese se puso enfrente. —El moreno habló cerca de sus labios, provocándole un cosquilleo intenso con su aliento, despertando aún más sensaciones dentro de Kyungsoo.
—He estado sentado allí, solo, por un buen rato ¿sabías?
—Soy algo... tímido. —Respondió y Kyungsoo soltó una estruendosa carcajada.
—Cariño, no juegues, por favor.
—Creí que querías jugar un poco. —El más alto acarició la mejilla de Kyungsoo y descansó su palma en la flexionada pierna del otro chico.
— ¿Cómo te llamas? —Kyungsoo no se quedaría sin un nombre que recordar aquella noche.
—Jongin. Y tú eres Kyungsoo. —El rubio completó, divertido. —Escuché a ese insistente y pobre tipo, perdona. —Kyungsoo volvió a reír.
—Bueno... creo que podemos jugar un poco más. Te lo debo. —Kyungsoo estiró los brazos y rodeó el cuello ajeno, para otro beso sin sentido, el más alto lo arrinconó más y lo elevó un poco del suelo, para tener mejor acceso y tocar con mayor libertad.
Jongin desabotonó su camiseta de flores y besó su cuello, lo probó con entusiasmo y se tomó la libertad de succionar un poco.
"Travieso y sucio" pensó Kyungsoo "Pero me gusta".
La cordura del más bajo volvió cuando las manos de su nuevo conocido comenzaron a tocar en todas partes y por más que le habría gustado, aquel no era un lugar adecuado para continuar.
Lo apartó con lentitud y el otro pareció darse cuenta.
Ambos arreglaron sus atuendos.
—Pensaba impresionarte con mi baile, pero todo sucedió un poco más improvisado. —Jongin comentó con una sonrisa en los labios hinchados.
—Después de que hemos hecho de, casi todo aquí... ¿hablas sobre bailar? —Kyungsoo aceptó la mano del chico rubio y volvieron a la agitada pista de baile.
—Eso es porque tú deberías estar bailando. —Jongin comentó con ironía, repitiendo las palabras que sin querer había escuchado y Kyungsoo se sintió halagado esta vez. Viniendo de ese chico, aquella frase sonaba a un increíble cumplido.
WG sonó por toda la discoteca y la manera en la que él lentamente soltó la mano de Kyungsoo y caminó al centro de la pista fue alucinante para su acompañante.
Todo su cuerpo parecía tener, naturalmente, el ritmo.
Kyungsoo notó cómo las personas creaban un circulo alrededor de él, mirándolo bailar, incluso las personas en patines se frenaban de vez en cuando y el más bajo pudo ver desde lejos a sus amigos; Suho y Lay aplaudiendo y, a una distancia más considerable, Luhan bailaba con un chico, castaño, más alto que él.
El chico rubio, Jongin.
Él era admirado por todos, las luces parecían brillar debido a él, la música parecía estar hecha sólo para que él bailara y ni hablar de su expresión facial al hacerlo. Era visualmente placentero. Kyungsoo experimentó aquella fantasía en su baile.
Y de pronto, deseó que el moreno volviera a tomarlo, quería esconderse en la oscuridad, no más luces, quería mantenerse en la oscuridad de la noche, así, el mañana sería incapaz de encontrarlo.
El más alto volvió a su lado y le invitó a bailar una vez más.
Kyungsoo se sintió agitado, mareado y maravillado.
Pero logró visualizar a Suho y Lay acercándose y segundos después Luhan y su acompañante estaban frente a Jongin y él.
— ¡Que pillado! —Suho exclamó frente a la pareja de baile de Kyungsoo y éste sonrió.
— ¡Me tomo el cumplido! —El rubio respondió.
—Kyungsoo y... —Lay comenzó, pero notó que de hecho, aquel chico era un desconocido y lo miró con más curiosidad.
—Jongin. —El moreno se presentó ante el pequeño grupo de amigos.
—Bueno, Kyungsoo y Jongin... ¡Nos vamos de rotation! —Lay comentó, mientras Suho mostraba una pequeña pastilla ante todos, sonriendo. — ¿Vienen?
Los chicos estaban expectantes a la respuesta del par, pero Kyungsoo negó.
—Está bien, vayan, yo afilaré un rato por ahora. —Kyungsoo les guiñó un ojo mientras Jongin levantaba una ceja en sorpresa.
Todos rieron y salieron de la pista de baile, buscando una pequeña mesa para cuatro, mientras Kyungsoo era agitado por Jongin, viviendo la música tan bien.
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Finalmente. El cuerpo de Kyungsoo quiso descansar un poco, claro, pues su razón podría seguir con la fiesta, si pudiera.
Caminaron hacia la barra y ordenaron algo para beber.
— ¿Vas a decirme que has venido solo? —El más bajo interrogó. Sorprendido.
—Siempre vengo solo. —El moreno respondió y de pronto, Kyungsoo no quiso saber la razón, pero el otro continuó. —Pero, nunca deseé bailar con alguien, así como lo he deseado contigo. —Jongin lo miró, con esos ojos adormecidos y profundos.
Kyungsoo no temió que aquella fuera la fantasía de la noche. Algo que llegaría, pero que debía irse de cualquier manera.
Allí estaba él, deseando que aquel momento no se acabara.
Con fuego en su mente debido a ese chico que resplandecía como una estrella en la oscuridad.
Kyungsoo comenzó a sentirse con fiebre. ¡Y tenía que ser la fiebre de la noche!
El sentimiento era sumamente brillante.
— ¿Quieres pasear en mi auto? —Jongin preguntó y Kyungsoo pudo sentir el viento en ese preciso momento, mientras asentía seguro y era halado con impaciencia entre la multitud y los pasillos, esquivando a chicos y chicas en ruedas.
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¿Debería estar bailando?
Tal vez sí, debería.
Pero el simple contacto que aquel chico le da, lo hechiza, lo agita, lo hace ir más alto y lo embarga con fiebre de sábado por la noche.
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El viento golpeaba con suavidad el rostro de Kyungsoo y la sensación de estar volando permanecía latente en la atmósfera que Jongin creaba estando cerca de él.
Pasear en un Camaro z28 del '69 nunca fue parte de su lista de cosas por hacer aquella noche, pero sin duda, tampoco sería parte de su lista de cosas por las cuáles se arrepentiría.
La radio de aquel auto plata que carecía de techo, emitía una balada dulce.
Jongin hablaba con naturalidad, reía de manera sincera y lo miraba directo a los ojos.
El viento de noche y las luces de la pequeña ciudad nunca le parecieron tan agradables... hasta ese momento.
Aquello era nuevo, algo nuevo que recordaría del verano de sus dieciocho.
r13; ¿Kyungsoo?r13; Preguntó el chico rubio.r13; ¿Me darías tu dirección? Te llevaré a casa. Yo... Necesito alguna forma de volverte a ver.
Kyungsoo sonrío con complicidad porque... Esa noche se suponía que, él definitivamente... Debería estar bailando.
r13; Seguro que sí. r13; Afirmó.