Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una vida sin ti (Shaka x Mu) por Camuscita de Aquario

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: O.O hace mucho que no posteaba. Espero que les guste ^^ muchos besos!!! nxn nxn
-“culpable…”-caigo de rodillas. Mi mundo perfecto destruido se encuentra.

Dos fornidas y morenas manos me agarran, me sostienen antes de que mis rodillas logren rozar el piso tapizado del juzgado.
Muevo mi cara, para verte al menos por última vez. Tus manos cubren tu blanca cara. Sollozas, tratando de comprender a la par mía, este suceso que nunca vimos venir.

Aquellas pardas palmas jalan hacía arriba, haciendo por inercia que me reincorpore. Aun te observo, aun miro tu dolor.
Y el golpe de aquel mazo, impactando con el buró, hace que saltes de susto. Tus manos caen resignadas y antes de que yo pronuncie algún vocablo, giras en talones y escapas del salón.

Solo alcanzo escuchar la puerta cerrarse para que baje el rostro y clave mis pupilas celestes en el suelo.
Una pequeña e inusual gotilla sale del surco de mis ojos; me rindo, no hay solución.

Resignado y con las retinas acuosas salgo del estrado para subir a una camioneta de alba fachada y dirigirme al reclusorio.
Jamás había imaginado tales cosas, nunca entendí el por que de esta situación.

Y mientras el motor calienta; de la ventana con rendija logro verte aunque con cierta dificultad.
Tus pupilas verdes esmeralda fijadas en esta achicada ventanilla.
Trato de levantar mi mano, sin embargo recuerdo que estoy esposado. Dos aros de metal evitan que me despida, al menos, zarandeándote la mano.

Consternado tomo asiento en las incómodas sillas…
Cierro mis ojos y mis manos, forman una señal de plegaria. Rezó… rezó por ti, rezó por mí.

… … …

Sin darme cuenta, me quede dormido en aquel automóvil y ahora, bajo lentamente. Desganado y perezoso me apersono a la puerta de aquella cárcel cual tenuemente emana rencor.
Uno de los tantos hombres de seguridad, nuevamente, me agarra del brazo y me lleva presuroso al cubículo de donde extraeré mi nueva investidura.

Y cuando cumple aquella “proeza” sacó mi nueva ropa; un camisón de sombríos colores y un pantaloncillo de similar color.
Suspirando y con un puchero dibujado en mis labios, me encamino a mi celda.

Desgastada, mugrienta…un ¡asco de lugar! Y todo por defenderle… ¡Dios, cuánto mal nos ha provocado este sujeto!
Carraspeo. Lanzo al aire mi nuevo ropaje y con el semblante molesto, me siento en la colchoneta; mis largos dedos suben hasta agarrar mi quijada, exactamente mis yemas: pulgar e índice.

Aplico masajes a mi mentón, mientras que reflexiono el cómo llegué aquí.
Una única e inoportuna imagen se refleja en mi cerebro. Sin embargo, para que recordar, para que dar paso a la remembranza… ¿para qué?

Un sonido insistente, me hace salir de mi ensimismamiento, giro el rostro y clavo mis pupilas en su ser de talante molesto.-“tiene visita”-comenta mientras guarda un garrote, con el cual provocaba ese fastidioso ruido.

Con el ceño fruncido y con el semblante hastiado, salgo de mi nueva “casa” para embarcarme a la sala de visitas en donde logró divisar tu larga y sedosa cabellera malva.
Sonrió. Corro desesperado hasta llegar a la puerta de cristal y espero nervioso a que abran la misma.

El custodio de aquella sección, me mira anonadado y cuando quita el seguro de la portezuela me lanzo hacía ti.
Sorprendido y con la sonrisa que logra caracterizarte, me abrazas; siento alegría, tranquilidad, sentimientos tan confusos, que recorren cada vena de mi cuerpo.

Atinas a darme pequeñas palmadas en mi espalda y yo por mi parte, hundo mi cara en tu bello y alba pecho.

Los segundos pasan tan rápido que no logramos calcular el tiempo en el que, nos abrazamos con tanta efusividad.
Y es cuando un despampanante sonido, anuncia que es hora de volver, es tiempo para retornar y comenzar a guardar rencor hacía esa campañilla.
Con la ayuda de tus manos, tratas o intentas separarme de tu ser y sin embargo no lo acepto, ya que, cuanto mas intentas, mas hundo mi cara en ti.

Y es hasta que el custodio de dicha sección se acerca y con un brusco movimiento me separa de tu cuerpo. Me quita el calor de tu ser, me roba todo lo que me hace feliz.
Extiendes tu mano a la vez que te acercas y colocas tu nívea palma en mi mejilla, la acaricias a la vez que en suave voz comentas:-“tengo que viajar, en tres meses volveré a visitarte…”-mis ojos se abren como platos-“iré a buscar a Saga Lacoste, el mejor abogado de Grecia…”-y sustituyes tu alba mano, por tus carnosos labios.

El tacto de tus rosadas carnosidades, hacen que mis pómulos adquieran un color rojizo…
No tardas mucho para alejarte y en aquel momento en un susurro comunicas, la palabra cual cada día antes de abrir los ojos y dirigirme al trabajo, decías: ‘te amo’

Prácticamente, mis pupilas tildan por esos vocablos. Mientras intento contestarte reiteradamente giras en ti y sales a zancadas agigantadas de este lugar, y yo, simplemente quedo otra vez, solo…

… … …

El intercomunicador, nos hace escuchar el sonido a unas cuantas trompetas dando a conocer la hora de levantarnos y comenzar un estúpido y agotador trabajo.
Con pereza, abro mis pupilas para admirar el raso techo gris, las grietas que cubren a esta… y una triste emoción invade mi ser.

Mis manos se sustentan en la colchoneta y sintiendo los resortes chocando contra mis nalgas, logro sentarme.
Ladeo mi cara, fijo mi celeste mirada en la pared mar molada y notó los regulares trazos que cada día hice, anotando mi ponderosa instancia, en este cuchitril lugar.

Tres largos meses han pasado, un lapso de profunda tristeza, y aquel dolor acrecentó al saber que en dichos tres meses, no te vería.
No obstante, con este día, se cumplen exactamente los noventa y tres días y con ello mi larga y funesta espera.

Esbozando una jovial sonrisa, me reincorporo y comienzo está jornada.

Salgo de la celda a la que miro con repugnancia. Camino nervioso hasta llegar a la sala de visitas y notar tu larga melena.
Mi sonrisa se amplia. Como una vez hice, corro con nervios traspasando cada facción de mi cuerpo, hasta llegar a la puerta hecha de vidrió y notar que no estas solo.

Te abraza por la cintura y refleja una innata belleza; tú, por tu lado, continuas con el rostro hacía un lado, ocultando el pudor que emana tu ser.
Con la frente arrugada y con el rostro pálido me acerco titubeante hacía ti.

-“mucho gusto”-me estrecha su mano y yo por inercia actuó igual.-“soy Saga, su abogado”-comenta, aunque, ciertamente tengo mis ojos clavados en tu perfil.

-“Mu…”-menciono a la par que mis dedos agarran tu mentón.-“¿por qué te abraza?”-optas por negar con el rostro, sin embargo aquella acción no logras realizarla ya que, mis yemas sostienen tu quijada.-“¡dime!”-dicto en chillido.

-“Shaka, lo lamento…es que Saga, no sé”-replicas y dejo a mis dedos caer.

-“no importa”-sonrió con ironía, ya nada agarra tu cara por eso vuelves a ladear tu rostro-“es tu vida”-mis pupilas rotan hasta ver el cuerpo un tanto consternado de aquel abogado-“buen trabajo”-agrego con sarcasmo antes de girar en mi y dirigirme hacía mi celda.

-“Death…”-murmuro, recordando que fue por tu primo Death Mask, por lo cual ahora me encuentro enjaulado.

Si no hubiera sido el hecho de que fue por tu familia… ten por seguro que nunca habría aceptado…
Nunca me creí capaz de tratar de llevar drogas por contrabando, y como nunca lo había imaginado, tampoco dibuje este destino.

Quedar encerrado por cinco, penosos y largos años…
Parece que jamás habrá un fin pero, ¿qué importa?
Si aun seguía con esperanzas era por ti y sin embargo has pecado a nuestro amor y ¿sabes? No te culpo.

Tienes el derecho para hacerlo y ahora, ahora me resigno a una vida sin ti.

… … …

Mi cara demacrada, mi cabello un tanto desastroso. Cinco años han pasado, sin noticia alguna por supuesto. He negado cada una de tus peticiones de visita, he orado para que te vayas de mi corazón y parece que lo he logrado.
La monótona vida ha gobernado. Abrir los ojos, sentarme en la litera y girar mi rostro admirando los días que he logrado resistir.
Por fin, después de tanto tiempo…al fin a llegado el día de mi retiro.

Con una sonrisa hipócrita, me reincorporo y me acerco a los barrotes cuales cinco años escucharon mis lamentos, furias y hasta alegrías.
Con aquella sonrisa enmarcada en mi rostro, me despido de todos los reclusos o al menos, de aquellos con quienes logre cruzar unas cuantas palabras.

Y entre suspiros llego al cubículo de donde recuperó todas mis pertenencias. Aun con alongados resoplos, ingreso al asqueroso baño para por fin despojarme de esta repugnante vestimenta y por fin volver a utilizar mi sutil investidura.

Me despide con unas cuantas palmadas en mi espalda. Abre la puerta y con un inusual abrazo me despacha del reclusorio.
Atino a zarandearle la mano, cuando ya estoy alejado del lugar.

Ladeo mi cuerpo por completo y doy mis primeras zancadas después de cinco desesperantes y ponderosos años.
Camino sereno, admirando cada detalle de la ciudad hasta sin querer toparme con tu característica sonrisa.

La luz del sol, te alumbra con tenuidad realzando aquella belleza que, aunque cinco años han pasado, sigue vigente.
Has cambiado, tu largo cabello se cambió por uno corto y sensual.

Algunas marcas de vejez se han hecho presente en tu frente; mas sin embargo sigues tan bello, tan inocente…

Con las pupilas acuosas trato de girar en mi y embarcarme en una dirección opuesta, no obstante escuchar mi nombre salido de tus labios me petrifica en aquel lugar.-“Shaka, espera”-dices por lo bajo.

Logras acercarte y sustentas tu mano en mi hombro, haciendo que yo suba mi mirada acuosa hasta la tuya. Dejas a tus parpados la custodia de tus esmeraldas esferas y con los labios entreabiertos te aventuras probar de mi caramelo rancio.

Sin saber que hacer, acepto tu petición. Entreabro mis carnosidades y recibo a las tuyas. Suaves, deliciosas como hace tantos años. Mu, no has cambiado, sigues siendo aquel casto muchacho del cual yo me enamoré.

Disfruto de este contacto, hasta que, la remembranza de tu amigo peliazul invade mi cerebelo.
Con la ayuda de mis albas manos, te separo con violencia, hasta que caigas de sentón al suelo.

No dignas mirarme, aun sigues con los ojos cerrados, sientes ese pudor que alguna vez percibiste.
Y aunque sienta odio hacía ti, te estrecho mi diestra mano y anonadado, ahora con las pupilas entreabiertas, la aceptas.

Reincorporado y sorprendido, te sonrió.-“¿quieres un café?”-quedas mudo. Tus labios tildan, estas divagando en tus sueños y en esta realidad.-“no querrás que me arrepienta ¿no?”-digo sereno, sonriendo con énfasis.

Limitas a asentir con tu cara. Tragas con dificultad tu saliva, cual parece ser un emboque amargado. De seguro no esperabas una reacción similar ¿cierto?

… … …

El silencio nos ha embargado. Tus dedos juegan nerviosos con tus cabellos, ya que enredas a estos en tus yemas y yo por mi parte, me dedico a admirar los cambios tecnológicos de nuestra ciudad.

-“y ¿Saga?”-cuestiono en dubitativa y baja voz.

-“murió”-contestas en el mismo tono-“tuvo un infarto y como ya sabes, no pudo soportar”-una cristalina y preciada gota roda en tus mejillas.

-“¿por eso has venido?”-vuelvo a preguntar con la fonación claramente alterada.

-“Shaka, no podría venir por eso…”-paras en seco-“quería a Saga, eso es verdad pero aun te amo”-anuncias a la vez que te encaro-“no podía esperar cinco años. Tanto tú como yo, sabemos que no podría estar cinco años sin ti y fue por ello, por el cual busque amor en otros”

-“no lo lamentes”-mis dos manos se apoyan sus hombros-“han cambiado muchas cosas, la vida sin ti a sido un infierno y ahora solo quiero vivir…”-sonríes y yo, niego con el rostro-“quiero vivir, quiero disfrutar de este mundo pero tu no estas dentro mis planes”-concluyó. Mis manos se deslizan hasta tocar tu cintura y así mismo atraerte hacía mi.-“quiero disfrutar de ti, solo una vez mas”

Y tenuemente mis labios tocan los tuyos, para por último fundirse completamente en tus carnosidades.
Me otorgas por última vez, aquellas rosadas carnecitas; sin embargo con mi lengua busco acceso a tu cavidad y en pocos segundos logro aquel cometido.

Como me logre platear, saboree como la primera vez, de tus gruesos y finos labios.
Nuestros pulmones claman su alimento, nos separamos y cruzamos miradas para solo decirte:-“adios, Mu, suerte”-ladear mi perfil por completo y emprender una nueva vida.

Una vida sin ti…
Y aunque eso se ha vuelto una travesía, la cumpliré.

Fin ._.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).