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Mi Familia por Ellie Blanch

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Notas del fanfic:

Se suponia que lo iba a subir para el cumpleaños de Kagami pero las circunstancias me lo impidieron aun asi dire ¡Feliz Cumpleaños Tigresito!

 

Los personajes son propiedad de Fujimaki-sensei.

Este día debería ser uno de los más felices del año para aquel joven pelirrojo que transitaba por las conglomeradas calles de la ciudad después de un odioso día de trabajo, pero en cambio caminaba con pesar sabiendo de antemano que nadie lo recibiría en su casa, estaba molesto porque al parecer su esposo Tetsuya ni siquiera había recordado la importante fecha que era hoy, en la cual lo único que era importante era el saludo de su familia.

 

A pesar de ello los únicos que al parecer lo recordaron habían sido sus compañeros de trabajo quienes lo felicitaron e hicieron una pequeña fiesta en su honor y aquellos amigos que mantuvo a pesar de los años, en cambio su esposo he hijos habían salido toda la semana a cuidar a la abuelita del chico peliceleste, no le echaba la culpa a la ancianita de que su familia lo dejara solo en casa ya que los pequeños la adoraban, pero él quería a su lado en estos momentos.

 

¿Pero porque no ir él a la casa de la mujer? Simplemente por orgullo quería que su pareja se sintiera mal después por no recordar su cumpleaños y se lo haría pagar de la peor forma.

 

 

 

~*~

 

 

~Flashback~

 

 

El día de trabajo fue horrible el único consuelo que tenía era llegar a su casa y compartir un bello momento con aquella personita que con su sola presencia le alegraba la vida.

 

Al salir del edificio se sorprendió al ver que su pequeño lo esperaba con una hermosa sonrisa adornando su rostro, al percatarse de ello se acercó al instante, besando su mejilla de forma cariñosa.

 

 

— ¿Qué haces aquí? — Pregunto tomando la mano de su sombra para empezar a caminar a su hogar.

 

—No podía esperar a que llegaras a casa — La sonrisa en su rostro no desaparecía a pesar de que Kuroko se caracterizaba por su semblante inexpresivo, pero desde que se habían convertido en una familia con quien era su luz todo era distinto.

 

— ¿Y eso a que se debe? ¿Tienes algo que quieras decirme? — Preguntó adivinando los pensamientos de su novio.

 

—Sí, pero por favor no te enojes — Detuvo su caminar, es cierto que desde que se había enterado de la noticia la felicidad invadía todo su ser, pero ahora que estaba frente a la otra persona responsable se sentía inseguro.

 

—Sabes que puedes confiar en mí ¿Qué es lo que necesitas decirme? — Volteo para encarar a su pequeño peliceleste.

 

—.... — Miro los ojos rubí de su amado, pero las palabras estaban atoradas en su garganta, al final una idea cruzo su cabeza y rápidamente abrió su mochila buscando algo, era un sobre el cual colocó en las manos del tigre para que este lo viera.

 

— ¿Qué es esto? — Pregunto asustado — ¿No es una carta de despedida?

 

—Kagami-kun si no la lees no lo sabrás — Kuroko tras decir aquello lo observó con anhelo la reacción del mayor.

 

 

Vio como las manos del tigre temblaban cada vez más mientras avanzaba en la lectura de aquella carta, releyó una y otra vez hasta estar seguro de las palabras grabadas en esa hoja, Kuroko con cada segundo que pasaba se ponía más nervioso al parecer a su novio no le causó nada de gracia, pero todas sus dudas fueron despejadas cuando pudo sentir aquellos brazos fuertes de su tigre rodeando su cuerpo.

 

 

—Me haces el hombre más feliz del planeta, gracias por amarme — Susurro en su oído, la verdad es que la noticia les cambiaría la vida.

 

 

~Fin Flashback~

 

 

 

~*~

 

 

La casa estaba oscura sin brillo, le faltaban aquellos gritos de sus hijos sobre todo de Hiro quien había sacado su temperamento, como adoraba a sus hijos no podía imaginar una vida sin su familia.

 

 

 

~*~

 

 

~Flashback ~

 

 

— ¿Kagami-kun puedes dejar de mirarme así? — Kuroko estaba molesto ¿La razón? Nada le quedaba bien, se probaba todas las prendas que había en su armario mientras su pareja lo observaba con una sonrisa boba en los labios.

 

—Claro que no, te observaré todo lo que sea necesario — Decía el tigre mientras se acercaba intentando ayudar con la búsqueda.

 

— ¿Qué tiene de entretenido observar a un hombre gordo? — Estaba molesto las hormonas le estaban jugando una mala pasada, así que se sentó en la orilla de la cama con los brazos cruzados sobre su estómago.

 

—No eres un hombre gordo, tienes una vida creciendo aquí — El pelirrojo posó su mano en la tripa de Kuroko — ¿Qué esperas?

 

— ¡Que seas tú quien esté gordo en el futuro!

 

—Ok, algún día seré yo ¿Pero ahora te puedes vestir? — El muchacho se levantó y sacó una de sus camisas del armario — ¿Qué tal si te pones esto y así no llegamos tarde a la cita con el médico?

 

—Estoy tan gordo que me queda la ropa de Kagami-kun — Comenzó a sollozar por lo cual el pelirrojo tuvo que consolarlo, logrando como resultado llegar tarde a la consulta médica.

 

 

~Fin Flashback ~

 

 

 

~*~

 

 

Camino por el living observando cada uno de los recuerdos que se encontraban en aquella habitación, reparo en las que representaban la boda con su sombra, luego tomo aquella fotografía donde salía en un parque mostrando su abultada pancita, acariciando el rostro sonriente de su esposo quien a pesar de los años no había cambiado en nada.

 

 

 

 

~*~

 

 

 

~Flashback~

 

 

— ¿Cómo te sientes?— Preguntaba el pelirrojo limpiando la frente sudorosa de su amado, desde hace unas horas se encontraban en una habitación del hospital esperando el momento para entrar al quirófano.

 

—Mejor han dejado de moverse, pero el dolor sigue — Informaba mientras acariciaba su estómago, Kagami poso la palma de su mano sobre aquel abultado vientre, sintiendo apenas la vida que se encontraba dentro de él — Taiga puedes llamar a la enfermera creo que ya no podré soportar más y de paso le dices a los chicos que vuelvan a casa.

 

—Está bien, le diré a la enfermera que estás listo y a los demás que alisten todos los regalos — Beso la frente, las mejillas y finalmente los labios de su amado para luego salir, pero cuando estaba en la puerta se devolvió poso la mano sobre el vientre nuevamente — Enanos no hagan sufrir a Otochan o se las verán conmigo cuando crezcan.

 

 

~Fin Flashback~

 

 

 

~*~

 

 

Fue hacia la habitación no tenía ni siquiera apetito, algo raro en él, pero bueno así estaban las cosas. Ahora la cama le parecía gigante sin el calor de su amado, cinco días durmiendo de aquella forma ya era insoportable, poco a poco fue sintiendo como sus ojos se cerraban…

 

Unas voces se escuchaban a lo lejos, pero debido al cansancio no lograba despertar del todo por lo cual las palabras se perdían en el aire.

 

 

— ¿Qué hacemos Otochan? — Se escuchaba el susurro de un pequeño.

 

—Lo que les dije hace un momento, a la cuenta de tres ¿Les parece? — Los pequeños asintieron en silencio — Uno...dos...y... ¡tres!

 

—¡¡Feliz cumpleaños Otosan!!

 

 

El pelirrojo al oír aquello abrió los ojos asustado dando un pequeño salto en la cama, pero al darse cuenta de que se trataba de todos los integrantes de su familia no pudo hacer otra cosa más que sonreír contento, Tetsuya tenía una pequeña torta en sus manos con las velitas prendidas, Hiro el mayor se tiró a sus brazos seguido por Yuki la única mujer de la familia para quien su padre era un héroe.

 

 

— ¿Que sucede Hotaru no saludaras a Otosan? — Preguntaba el peliceleste a su hijo menor, quien permanecía a su lado aferrado de su pierna — ¿Qué te parece si le llevamos juntos la torta? — El pequeño asintió contento.

 

 

Ahora si su día era perfecto junto al amor de su vida y sus pequeños trillizos de cinco añitos celebrando su vigésimo séptimo cumpleaños, al apagar las velas no pudo pensar en ningún deseo, ya que todo lo que había ansiaba lo tenía ahora en esa habitación, esa noche jugaron hasta altas horas de la noche los cinco, para finalmente descansar todos juntos en esa cama.

 

Aun podía recordar el día cuando Tetsuya entró a pabellón él estaba a su lado, sus manos solo se separaron cuando el doctor fue sacando a sus hijos de aquel lugar que fue su cobijo por largos nueve meses, el primero fue Hiro sus ojitos eran rojitos y una pequeña pelusa roja adornaba su cabecita, seguido por Yuki la princesa de la familia con sus ojitos y cabello celeste, pero la personita que nadie esperó fue el pequeño Hotaru la imagen perfecta de ambos sus cabellitos rojos y aquellos ojos celestes, hasta el doctor se sorprendió ya que el pequeñito jamás se mostró en las eco tomografías realizadas a Kuroko, al parecer había heredado el hecho de pasar desapercibido al igual que su Otochan.

Lo último que recuerda ese día es la oscuridad total, de la sorpresa se desmayó y debido a eso sus amigos aun en la actualidad se burlaban de él.

 

 

— ¿Qué piensas? — Preguntó la sombra sacándolo de sus pensamientos.

 

—El día en que me has hecho por millonésima vez el hombre más feliz del mundo — Explicó el tigre acariciando los cabellos de su pareja.

 

—Taiga ahora que los niños duermen ¿Porque no celebramos el cumpleaños correspondiente al horario adulto? — Esa sonrisa pícara indicaba que no aceptaría un “No” por respuesta.

 

—Me parece perfecto.

 

 

Ambos se levantaron con extremo cuidado para no despertar a sus pequeños terremotos y así dirigirse a la habitación de invitados y darse los mimos que desde hace unos días no se daban.

 

 

—Por cierto Taiga ¿No crees que es hora de que cumplas la promesa? — Preguntaba el peliceleste mientras jalaba a su esposo.

 

— ¿Promesa?

 

— Quiero verte con pancita — Explicó mientras se apoyaba en la puerta sin abrir aun.

 

— ¿No te parece suficiente tres torbellinos?

 

—Eres un tramposo por eso hiciste aquel tiro de tres puntos — Las cejas del muchacho se unieron de una forma graciosa a los ojos de Taiga y bueno aquel comentario no se lo esperaba.

 

—Primero no me compares con el idiota de Midorima y segundo ¿Seguro que quieres pelear? — Atrajo al peliceleste hacia él abrazándolo cariñosamente para luego besar su cuello —He aprendido varias formas para convencerte.

 

— ¡Tu ganas!

 

 

El tiempo le enseño cada uno de los puntos que volvían loca a su sombra por lo cual agradecía al cielo el hecho de poder dar vuelta la situación, no podía imaginar soportando nueve meses y mucho menos tener más hijos por el momento tres eran suficientes, mientras se dedicaba a besar al muchacho consiguió abrir la puerta ingresando a pasos torpes al lugar, cerrando tras de sí la puerta para finalmente ponerle seguro. La luz de la luna iluminaba el lugar de una forma romántica.

 

Con manos hábiles el pelirrojo comenzó a retirar las ropas de su esposo partiendo por su camiseta, como le encantaba tener bajo su control aquel delicado cuerpo, algunos de sus amigos solían burlarse de Tetsuya indicando que se había quedado detenido en el tiempo, pero eso no le importaba de esa forma era como le gustaba… caía perfectamente entre sus brazos.

 

 

— ¡Ngh! — Se quejó cuando una mano traviesa del peliceleste se coló entre sus ropas tocando aquel bulto que se encontraba entre sus piernas.

 

— ¿No creerás que eres el único que disfrutara de la fiesta o si… Taiga~? — Canturreo de forma divertida.

 

—Claro que no pequeño pervertido — Le dijo tomándolo en brazos y dejándolo sobre la cama de forma suave mientras se posesionaba sobre él repartiendo besos en su pecho y estómago.

 

—Me haces cosquillas — Hablo el chico pero el pelirrojo hizo oídos sordos mientras seguía concentrado en lo suyo.

 

 

Las manos de Kagami se encontraban intentando abrir el cierre del pantalón de su sombra, mientras repartía besos por todo su torso, cuando logró su cometido los bajó inmediatamente junto a su ropa interior arrojándolos después en algún lugar de la habitación. Los besos de Kagami fueron bajando poco a poco hasta casi llegar al miembro de Tetsuya y cuando estuvo sólo a unos centímetros una mano se posó en su hombro.

 

 

—Espera Taiga este es tu cumpleaños soy yo quien debe complacerte — Se incorporó lentamente.

 

—Pero esto es lo que a mí me gusta no te preocupes — Informó levantándose un poco de su lugar y acariciando el rostro de su pareja.

 

—No es justo… yo quiero…

 

—Ok has lo que quieras — Una vez más su esposo le había ganado con ese rostro de niño que siempre lo convencía de todo.

 

—Muy bien entonces no perdamos más tiempo — En un movimiento sensual dejó al tigre bajo su merced — Es un poco injusto que sólo tú tengas buena vista ¿No crees?



Y ante aquel comentario ahora era el peliceleste quien ayudaba a despojarse de las ropas al mayor, pero al llegar al pantalón y dejar al descubierto su gran miembro erecto las manos del peliceleste se detuvieron, Kagami observo extrañado como se separaba de él y se dirigía a la mesita de noche sacando unos pequeños sobres entendiendo inmediatamente la situación. El chico volvió a su posición llevando aquel sobre hasta sus labios y abriéndolo lentamente y colocando el contenido en su boca frente a la atenta mirada de su esposo.

Cuando una mano se dirigió una vez más hasta su miembro no pudo evitar que un gemido se escuchara en la habitación, pero es que ese diablillo que tenía por esposo enserio lo volvía loco, vio como dirigía su boca la cual se encontraba ocupada hasta su miembro y con bastante cuidado comenzó a colocar el preservativo en su miembro, fue un trabajo difícil debido a la longitud, cuando termino levanto la vista hasta que sus ojos se encontraron.

El tigre no pudo evitarlo sabía que su sombra era quien quería sorprenderlo, pero eso lo estaba matando, suficiente había tenido con esperar una semana para volver a estar juntos.

 

 

—Detente en este momento Kagami Taiga si no quieres quedarte con las ganas — Hablo Tetsuya entendiendo las intenciones de su luz cuando vio sus ojos, pero no permitiría que eso pasara.

 

—Eres un demonio — Se quejó frente a las órdenes dadas.

 

— ¿Tú crees? — Fue su pregunta mientras se acomodaba sobre el pelirrojo dejando aquel gran trozo de carne justamente bajo su entrada listo para ser penetrado, pero antes de hacerlo una vez más se dirigió a los labios del tigre para besarse con pasión.

 

 

Mientras sus labios se unían en una intensa batalla por tomar el control la mano de Tetsuya bajo hasta el miembro de Kagami para comenzar con la auto penetración, el pelirrojo abrió los ojos. Quiso detenerlo ya que ni siquiera se había preparado, es decir el preservativo ya tenía lubricante pero eso no sería suficiente y eso que no estaba tomando en cuenta la semana que estuvieron separados.

 

Tetsuya presintiendo esto se separó de los labios de su esposo y mostro una sonrisa para posteriormente proseguir con su cometido, para sorpresa de Kagami a pesar de que se podía sentir la estrechez del peliceleste esta no era molesta ni para el como para su pareja.

 

 

— ¿No me digas que te habías preparado? — Pregunto Kagami con una ceja alzada.

 

—Digamos que si — Bajo todo lo que pudo sintiendo en su interior la gran longitud de su amado tigre logrando que un gran gemido se escapara de sus labios, asustado llevo una mano hasta su boca ya que no quería que sus pequeños despertaran y arruinaran la diversión que acababa de comenzar.

 

— ¿No te dio vergüenza hacer eso en la casa de Obaa-san?

 

—Por supuesto pero el tiempo es oro… ¡ah!...no

 

— ¿No me dirás que también tengo prohibido hacer esto? — Cuestiono mientras en sus manos se encontraba el miembro de su sombra el cual había comenzado a acariciar.

 

— ¡No!... ngh…

 

 

Los gemidos se iban intensificando a medida de que las caricias se volvían más rápidas, el chico había comenzado a mover sus caderas para darle satisfacción a Kagami, los gemidos en el lugar no se hicieron esperar por lo cual la mejor solución para silenciarlos fue a través de un apasionado beso, las lenguas se debatían en una batalla mientras la fricción de sus cuerpos se hacía más intensa, ambos sabían que no quedaba mucho tiempo para que todo llegara a su fin, podían sentir como ese calorcito característico iba llegando desde sus testículos hasta su miembro.

 

 

—No… puedo… mas — Jadeo Kagami separándose tan solo unos milímetros de aquella dulce boquita, para después morder con lujuria el labio inferior del peliceleste.

 

 

A pesar de ello fue Tetsuya el primero en llegar al clímax manchando ambos cuerpos para segundos más tarde Kagami también lo hiciera, le hubiese encantado llenar ese pequeño cuerpo con su esencia pero el preservativo se lo impedía, enserio amaba a los niños pero por el momento esos tres pequeños eran más que suficiente, quizás más adelante, por ahora aceptaría seguir cuidándose, tener hijos era aminorar el tiempo que podían pasar juntos debido a los cuidados que requerían y eso era algo que no estaba dispuesto a aceptar.

El cuerpo sudoroso de su fantasma cayó sobre él con una respiración bastante agitada, Kagami quien aun permanecía en su interior comenzó a repartir pequeños besos por todo el rostro de su esposo el cual se dejaba hacer de todo.

 

 

—Feliz cumpleaños Taiga — Susurro suavemente aun con los ojos cerrados y su respiración sin estabilizar.

 

— ¿No creerás que esto termina aquí? Aun me queda mucho por celebrar debes hacerte responsable por dejarme solo por una semana completa — Hablo tomando la cintura del pequeño y acostándolo sobre la cama, ya había tenido suficiente con esa postura, ahora definitivamente seria el quien llevara el control.

 

 

Un gemido se escuchó cuando finalmente Kagami salió del cuerpo de su chico, mientras el chico descansaba un momento para comenzar con el segundo round el tigre fue hasta la mesita de noche buscando otro preservativo. Minutos más tarde estaba listo para el nuevo combate y al voltear hacia la cama sus ojos se abrieron de la sorpresa, el pequeño lo esperaba con sus piernas abiertas mostrando su cuerpo en todo su esplendor.

 

 

—Vamos tigre te has demorado mucho — Sonrió de forma sensual, Kagami movió la cabeza en forma negativa definitivamente ese diablillo no tenía solución sin esperar más se abalanzo una vez más sobre ese níveo cuerpo.

 

 

Esa noche su cumpleaños fue uno de los mejores y se encargó además de hacer sufrir a su esposo por haberlo dejado solo, el pequeño peliceleste se prometió jamás volver a hacer lo mismo… ¿O tal vez si? Al fin y al cabo ese tigre salvaje le encantaba, durmieron acurrucados esperando que sus hijos no los despertaran tan temprano al fin y al cabo al día siguiente ninguno trabajaba.

Notas finales:

A todas las personitas que se dieron el tiempo de leer muchas gracias y un agradecimiento especial a Reiga-chan quien es la encargada de poner ideas extrañas en mi cabeza XD.

 

Un gran saludo y nos leemos en otra oportunidad.


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