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Amor Yaoi
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Tres son multitud. por luky_luze

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Notas del fanfic:

Well buenas noches gente bonita de Amor Yaoi.

Paso a hacer entrega de este fanfic que corresponde al dia 5. espero les guste.

Ya saben, los pesonajes -para desgracia de muchas de nosotras- no nos pertenecen, creditos a sus respectivos autores Fujimaki-drogas locas-sensei.

Gracias chicas por hacer posible esta pequeña comvocatoria para celebrar a nuestro tigre hermoso :3

Feliz cumpleaños Taiga! mega atrasado pero bue... ;v

 

Notas del capitulo:

Quiero un panda o un puerquito TnT-

Okey eso no tiene nada que ver pero bueno, como decia Feliz cumpleaños a nuestro inocente y tierno tigre :3

Espero les gueste este pequeño escrito.

Con todo mi amor y cariño al KagaKuro <3

Nos vemos abajito.

nwn

Nadie dijo que la vida universitaria iba a ser sencilla. Si lo sabrá el, pero todo sea con tal de estudiar cerca de su adorado novio y continuar con su amor por el baloncesto. Si iba a estudiar administración de empresas y hacerse cargo del negocio familiar, su padre tendría que dejarlo continuar con su amor por su preciado deporte, con un ultimátum y con la condición de que tan luego pasara el primer año en la facultad le presentaría a la futura señora Kagami fue como su señor padre le permitió continuar con su sueño de volverse en su momento basquetbolista profesional.

Un sueño un poco lejano, pero no imposible.

-Kaga-chin- salió de sus recuerdos al identificar la voz de Murasakibara llamándolo. Seguía preguntándose qué estaba haciendo un titán obsesionado con los caramelos en su facultad cuando la suya estaba a 20 minutos de distancia -¿no has visto a Muro-chin?- pregunto, ahora ya sabía que estaba haciendo el ahí.

-No- contesto con sinceridad, importándole poco tener modales con su cuñado o no -¿para que lo quieres?-

-Me dijo que tenía que hablar conmigo sobre algo que te concierne y que tú no tenías que saberlo- bueno, pues parece ser que fallaste en tu misión, pensó para sus adentros el peli rojo.

-Pues…- iba a agregar algo cuando un peli negro se aferró como koala al titán y este le abrazo correspondiendo al afecto que le brindaba –tienes un mandadero muy… distraído Bro- añadió, viendo al par de enamorados.

-Pero es mío Taiga- contestó con una sonrisa sincera el de ojos grises, acariciando los cabellos morados de su novio -¿no se supone que ya tendrías que estar con Tetsuya?- pregunto.

-Me iré si es lo que te incomoda- alego el peli rojo, lo que menos necesitaba era ver como su hermano y su novio terminaban teniendo sexo en medio del campo del área de administración –pero la gomita morada que tienes por novio me dijo algo que se supone no tuve que haberme enterado ¿sabes que es Tatsuya?- agrego, girando el balón de baloncesto con su dedo.

-¿Es por los dulces que Kuro-chin llevaba en esa canasta cuando lo vimos salir de sus clases?- pregunto ilusionado el peli morado a Himuro, tenía hambre y muchas ganas de comer chocolate y paletas de caramelo.

-Así es Atsuhi- aseguro el mayor, dándole una barra de chocolate a su novio. Al menos por unos minutos mantendría ocupado a su titán.

-¿De qué canasta habla el teletubbie morado?- pregunto curioso y extrañado el tigre.

-Lo que mi pastelero favorito quiso decir fue: vimos a Kuroko con actitud sospechosa intentando ocultar algo que llevaba en una canasta, parecía preocupado pero cuidaba de que nadie le identificada. Nadie excepto mi Atsuhi y yo- explico, viendo como Kagami se extrañaba por la actitud de su novio ¿Qué es lo que estaba ocultando con tanto recelo? –bro, no es que quiera alarmarte. Pero sabes bien que Tetsuya no suprime más su presencia a no ser que sea necesario o haya un problema. Creo que lo mejor será que vayas a verlo, quizá lo que se hallaba en la canasta sea algo importante- continuo, viendo preocupado a su hermano.

-Lo mejor será que vaya a ver a Kuroko- comento el peli rojo –dile a Murasakibara que ya no coma tanto chocolate, le hará daño- añadió, despidiéndose de su hermano, corriendo rumbo a su departamento.

-Muro-chin- llamo el peli morado a Himuro, este viéndole con curiosidad, limpio con cuidado los residuos de chocolate que tenía el menor en sus mejillas -¿me prometes que me darás un hijo también?- pregunto esperanzado poniendo sus manos en el vientre de Tatsuya, avergonzándole en el proceso.

-E-es aún muy pronto para pensar en esos planes, Atsuhi- le contesto con calma el mayor, acomodando los cabellos morados de Murasakibara.

-Pero yo quiero un bebé de Muro-chin- se quejó el menor, haciendo un pequeño puchero bajando la mirada.

-Lo se honney, pero… aun no estamos listos ¿entiendes? Un bebé es una gran responsabilidad, no es algo que debemos tomar a la ligera. Espera un par de años y te daré todos los bebés que quieras ¿sí? No desesperes Atsuhi- explico con cariño, llevándose a su consentido e infantil titán de la facultad de su hermano, esos temas se trataban en la intimidad de su departamento, no en pleno campus.

-Está bien- acepto el titán, abrazando como si de un osito de peluche se tratara a Himuro –hasta entonces Muro-chin es mío ¿verdad? No tengo porque compartirlo- siguió, llevándose en brazos al peli negro.

-Por supuesto- ya no hizo el intento de que el menor le bajara, pues ya estaba más que acostumbrado a la actitud infantil del peli morado, de su manera de tratarlo y de su cariño.

-Quiero jugar con Muro-chin toda la noche ¿puedo?- Tatsuya asintió, abrazándose al titán. Ya no se avergonzaba por las miradas que los chicos y chicas en la universidad le dirigían a él y a su gomita morada, era feliz por como su relación avanzaba con mucha firmeza y seguridad.

****

Corrió todo lo que sus piernas le permitían, necesitaba saber respuestas y solo Kuroko sería capaz de responderlas. Lo primero que hizo después de recoger sus cosas del gimnasio fue ponerse sus tenis y correr como vil desesperado por toda la facultad de administración. Su departamento se encontraba un par de kilómetros de su facultad y a diez minutos de la facultad del peli celeste. En resumen, el lugar perfecto para vivir en su pequeña nube rosa de felicidad con Kuroko.

Jadeo por enésima vez en lo que iba de su carrera, necesitaba hidratarse pero también necesitaba saber de su novio, odiaba no estar en la misma facultad que el peli celeste. Y los únicos momentos que podía verlo era en la intimidad y soledad de su departamento y los escasos minutos libres que tenían ambos entre clases, sus salidas consistían entre un par de besos, un pequeño faje, y disfrutar de los alimentos que ambos hicieron para su disfrute.

Razón por la cual necesitaba saber que rayos llevaba Kuroko en esa canasta para querer suprimir más su presencia.

“Solo espero que no sea otro perro” un escalofrió recorrió su espalda al tener ese pensamiento. Reconoce el esfuerzo que el más bajo tuvo con él para que aceptara a Nigou en el departamento en especial cuando era él el que se mantenía recio a tenerlo ahí. Nunca le gustaron los perros, mucho menos cuando estaba en preparatoria y conoció al pequeño e inofensivo cachorro, pero ahora ya habían pasado cinco años, el cachorro tuvo que crecer –para su desgracia- lo que significaba que definitivamente ese can estaría en su vida por un largo tiempo. Lo que menos quería en su vida era otro perro.

Corrió con renovadas energías, tenía que detener a su novio y sus instintos protectores de animalitos perdidos. Tenía que mantener su seguridad de perros intacta. Y decirle a Kuroko que por lo que más quisiera no metiera otro perro ahí. El espacio era reducido.

Bueno, al menos tenía un punto a su favor.

-¡KUROKO!- grito tan luego atravesó el umbral del departamento, se quitó los zapatos y aventó a alguna parte su maleta, necesitaba respuestas y era hora de saber la verdad.

-Ka-Kagami-kun… lle-llegas temprano- lo sabía, pensó para sus adentros, cuando el peli celeste tartamudeaba –lo cual era un caso muy raro- era porque le ocultaba algo y ese algo era algo que se suponía no tenía que saber.

-Tatsuya dijo que te vio por el campus con una canasta de dudosa procedencia y contenido- respondió el peli rojo, acercándose cautelosamente hasta donde se encontraba el peli celeste, tomándole sorpresivamente de la cintura, por si se le ocurría hacer un movimiento en falso -¿Qué hay en la canasta, Tetsu?- pregunto un poco más tranquilo una vez llego a su hogar, pero tenía que escuchar la versión del peli celeste.

-No te enojes por favor- pidió el más bajo, descubriendo con cuidado el contenido de la canasta, por algún motivo sabía que Kagami se enojaría con él.

“¡Pero qué demonios…!” pensó el peli rojo al darse cuenta del contenido en aquella canasta “y yo que esperaba a un perro” con cuidado fue descubriendo al pequeño puerquito con lindas manchas negras alrededor de su cuerpo, el pobre cerdito comenzó a chillar al verse expuesto de la suavidad de su cama y la calidez de su cobija. Taiga lo tomo en brazos, viendo seriamente al peli celeste que en automático bajo la cabeza, algo le decía que no fue simple casualidad que Kuroko encontrara al cerdito en su facultad.

-¿Qué estás haciendo con este puerco, Tetsuya?- pregunto entre curioso y serio el peli rojo, arropando con su cobija al animalito, acariciando su cabecita y barbilla.

-Bueno… yo- empezó el peli celeste, acercándose a su novio y después al cerdito –los chicos al lado de mi clase habían traído a este animalito con la intención de jugarle una broma a las chicas pero… antes de que pudieran llevarla a cabo yo me “hice invisible” y me lo robe- admitió, jugando con el mechoncito de pelo que tenía el animalito –no podía dejar que esos chicos lo lastimaran, es por eso que corrí de inmediato aquí. Perdón si te preocupe Kagami-kun- siguió, bajando la mirada avergonzado.

-No te preocupes- le restó importancia el otro, sonriendo con ternura al puerquito que les veía con atención –me imaginaba que algo así en algún momento podría pasar, está en tu instinto no abandonar a quien lo necesite, en especial si es alguien tan lindo como este chico- agrego, poniendo al cerdito en su canasta.

Ahora la meta era decirle a Nigou que no se metiera con su hermanito.

-¿Eso quiere decir que se queda?- pregunto esperanzado el peli celeste viendo al peli rojo.

-Por supuesto- añadió Kagami, revolviendo los cabellos ajenos –aunque tendremos que reducir nuestros gastos, un perro y un cerdito no son baratos Tetsu- el peli celeste asintió, abrazando con fuerza al peli rojo, y el que pensaba que Taiga estaba enojado con él.

-Gracias Taiga-kun- estaba feliz el peli celeste, sabía que Kagami le entendería.

Si, la llegada de aquel lechoncito les había cambiado por completo la rutina y la vida diaria. La cuestión ahora era ¿Cuánto tiempo les iba a durar esa pequeña paz?

******

Era una tarde tranquila de sábado. Ambos habían acabado temprano con sus clases en la universidad y sus entrenamientos. El fin, un poco de paz después de tan pesados y aburridos parciales. Podían disfrutar de un pequeño tiempo de calidad juntos, en compañía de sus pequeños “hijos” –según el reciente nombramiento de estos por parte del peli celeste-.

La vida no les pudo hacer sonreído mejor en ese momento.

-Tengo frio Taiga-kun- murmuro quedito el peli celeste, estando sentado en las piernas de su novio, siendo abrazado por este en su cintura. Ambos compartían la calidez de su departamento mientras veían una película de acción que dese hace tiempo el peli rojo quería ver. Pero por cuestiones de tiempo nunca terminaba de ver.

-¿Quieres que vaya por una manta?- el peli celeste asintió, levantándose de su cómodo asiento para que Kagami pudiera moverse libremente.

En cuento se sentó en el sofá el timbre del departamento se escuchó, alarmando y llamando la atención a sus dos hijos, estos cómodamente acomodados junto al otro –iré a ver de quien se trata, Taiga-kun- informo Tetsuya, levantándose del sofá caminando a la entrada del departamento, posiblemente era la casera y venia por el cobro de la mensualidad.

Busco el sobre con el dinero de entre sus cosas, lo saco y abrió la puerta. Todo bajo la atenta mirada de Nigou y el pequeño Duck, los cuales veían con atención al peli celeste, algo les decía que no sería bonito lo que pasaría en los siguientes minutos.

-Nina-san buenas…- quedo al aire su saludo al percatarse de que afuera del departamento no había nadie, solo estaba el en compañía de la soledad del pasillo. Extrañado se asomó por la puerta y comenzó a buscar a los lados alguien que pudiera dispersar sus dudas, seguramente se trataba de una broma de los niños del edificio, pensó para sí. Decidido a ignorar aquello, entro al departamento y cuando se disponía a cerrar la puerta del departamento algo parecido a unos pequeños balbuceos le hizo detenerse en seco.

Con miedo de descubrir que se empezaba a volver loco regreso sobre sus pasos percatándose de algo que le dio el susto de su vida, además de que se recrimino a sí mismo al no percatarse de la pequeña canasta que había en el recibidor.

¿Quién en su sano juicio deja a un bebé frente al departamento de un par de estudiantes universitarios?

Alguien mal de la cabeza, seguramente.

-¡Ta-Taiga!- grito aun costándole respirar, necesitaba que alguien le dijera que el bebé que tenía en brazos no era una ilusión suya.

-¡¿Qué pasa Kuroko…?!- grito también el peli rojo, saliendo a toda velocidad de su habitación resbalándose y golpeándose un poco la cara en el proceso, cuando logro asimilar la situación abrió ampliamente los ojos, dios, debía ser una broma -¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué?- balbuceo, acercándose con cautela al peli celeste aun sin salir de su primera impresión –Tet-Tetsuya, eso es… es un…-

-Es un bebé, Taiga-kun- respondió con tranquilidad el peli celeste, una leve sonrisa se dibujó en sus facciones, sus ojos adquirieron una luz en particular, extrañamente a Kagami le pareció tan linda y tierna esa imagen de su novio –es una niña- anuncio feliz el más bajo, acunando entre sus brazos al pequeño ser. Era la cosita más linda que haya visto en su vida, y sinceramente había visto muchas cosas así alrededor de su vida.

Kagami puso una cara no muy inteligente al escuchar a su novio decir eso. Sonrió como bobo al ver como el peli celeste tomaba la manita de la bebé y comenzaba a jugar con ella. Le hablaba y decía que era una nena hermosa, comenzaba a tomarle cariño a pesar de que apenas se conocieron hace unos minutos.

-Tetsuya- le llamo despacio, intentando no hacer mayor escándalo con lo que iba a decir –si sabes que no podemos conservarla ¿cierto?- le recordó. No quería arruinar las ilusiones a su novio pero… si de algo habían hablado seriamente los dos es que no habría ni embarazos ni adopciones hasta comunicarle a los padres de Kuroko y su propio padre de su relación, además de que no podían hacerse responsables de un bebé con las responsabilidades que ambos tienen en la universidad y el trabajo de medio que ambos tenían –lo mejor será que la llevemos a la estación de policía mañana por la mañana- añadió, intentando retirarle el bebé a Kuroko.

-Pero mírala Taiga- pidió el peli celeste haciendo un pequeño puchero -¿no es la niña más linda del mundo?- exclamo complacido, mostrando con cuidado la cabecita del bebe. Una pelusa de cabello castaño podía apreciarse debajo de esa manta rosa, sus ojos verdes tales esmeraldas alumbraban la mirada de quien la viera, esos ojitos tan saltones y vivaces, esa niña parecía un ángel –quiero quedármela- no era una sugerencia, ni siquiera una opción. Era un hecho.

-Pero Kuroko- objeto el peli rojo, intentando no dejarse llevar por aquellas facciones angelicales que le aumentaban puntos al bebé –no podremos salir de gastos con ella aquí. Tenemos que mantener también a Nigou y a Duke. Además, no tenemos una habitación para ella- explico, aquella era una locura.

-No me importa Taiga- le contesto el peli celeste, aferrándose a la menor como si su vida dependiera de eso –no importa si duermo en el frio suelo de este departamento, o si me quedo sin comer uno o dos días con tal de que ella tenga todo lo que necesita, voy a tenerla conmigo te guste o no- explico, viendo con cariño a la menor, dándole un besito de esquimal* era tan bonita.

-¿Y si vienen a reclamarla?- pregunto Taiga, teniendo en cuenta que por más que peleara, esa guerra la tenía perdida.

-No pienso regresarla. Su madre la abandono y la puso en nuestra puerta. Ella ahora es mi hija Taiga- exclamo con seguridad viendo a su pareja con seriedad. Esa pequeña niña ahora era suya.

-Eres terco Tetsuya- murmuro Kagami acercándose hasta donde se encontraba el más bajo, abrazándole por la cintura. Todo bajo la mirada adormilada de la menor –pero es por eso que te amo tanto- agrego, sonriendo al ver como la bebé cerraba sus ojitos, dejándose envolver por el calor del peli celeste.

-Y yo te amo por ser tan bueno conmigo- exclamo feliz, besando la mejilla del peli rojo aun con la bebé en sus brazos.

Las aventuras de ser padres primerizos apenas comenzaban.

*****

“Es pequeña, es inquieta. Le gusta que le acaricien la cabeza antes de dormir y después de comer. Sus siestas suele tomarlas a las tres y seis de la tarde. Suele dormir mucho y llorar muy poco…

Ella es… mi hija, y si la puse en su puerta es por el amor que se tienen mutuamente. Cuídenla y quiéranla con todo el amor que no fui capaz de darle.

Sé que podrán hacerlo”

Era la quinta vez de esa mañana que leía aquella nota. Toda la noche no pudo pegar el ojo con los recientes acontecimientos, le costaba creer que ambos, él y su novio fueran a hacerse cargo de un bebé. Admitía que era una niña linda, al dormir parecía un pequeño ángel pero… su llegada fue inesperada. No tenían recursos para adquirir una cuna o todos los suplementos que la menor necesitaría en estos meses. Tenían muchas cosas que hacer, entre esas ir al médico para verificar que estaba bien de salud, ir a registrar al bebé. Asistir al trabajo y a la universidad. Sacar a pasear a Nigou junto con su hermano.

Comunicarles a todo el mundo que son padres.

Decirles a sus suegros de su existencia en la vida de su hijo. Comentarle a su padre que la señora Kagami pasó de ser fémina a ser masculino. Uno lindo y terco como una mula.

Presentarse con los padres de Kuroko como su novio.

Tantas cosas por hacer, tantas cosas que enfrentar, y muy poco tiempo.

-Menuda la hora que llegaste- exclamo cansado, bebiendo un sorbo de su café cargado. Se sobo el cuello intentando aminorar el estrés del que es dueño hace apenas unas horas atrás. No estaba preparado para ser padre, no tenía los conocimientos para serlo. Ni siquiera se había presentado formalmente con sus suegros.

Pero.

Por Kuroko, su hermosa sonrisa al ver aquel pedacito de cielo en sus brazos. Por esa niña que no tenía la culpa de las decisiones equivocadas que su madre tomo y se atrevió a abandonar, ella era la menos culpable en todo ese asunto. Amaba al peli celeste, y no lo ha demostrado una vez, han sido tantas que les imposible contabilizarlas ahora.

Pero a veces se preguntaba a qué punto ese amor que le tiene al más bajo llega.

Solo esperaba ser el padre que el peli celeste y ese bebé esperan y no morir en el intento.

-Buenos días- saludo notablemente feliz Kuroko, abrazando por atrás a Kagami, besando en el proceso su mejilla -¿dormiste bien?- pregunto, poniendo sus manos en los hombros del peli rojo, haciendo un pequeño y relajante masaje a este.

-Algo así- contesto con sinceridad, besando los labios del más bajo -¿Cómo amaneció la niña?- pregunto, haciéndose la idea de que ahora en adelante los tres junto con sus hijos serian familia.

-Kogo sigue durmiendo- contesto tranquilo el peli celeste, sentándose en las piernas del peli rojo –me gustaría aprovechando ese pequeño tiempo que tenemos para ir a comprar lo que necesitaremos para ella de ahora en adelante- añadió, acariciando la mejilla izquierda de su pareja, viéndole con un extraño brillo en sus ojos.

-Ya me adelante- agrego Taiga, mostrándole una pequeña bolsa de plástico llena de diversas cosas, entre esas pañales, formula láctea y biberones – supongo que por la ropa no hay que preocuparnos por el momento, la señora nos dejó ropa para ella- añadió, señalando la canasta donde dejaron a la bebé. Toda vacía pero destacaba las ropas que por ahora utilizaría.

-¿Estás seguro de que quieres a Kogo en nuestras vidas?- pregunto poniendo ojitos de perrito regañado –con la emoción de ayer no tome en cuenta lo que pensaras al respecto- siguió haciendo un pequeño puchero con los labios.

Sabía que aquellas –vergonzosas- expresiones suyas eran la debilidad del tigre.

-Si no la quisiera… no estaría acostada en nuestra cama ¿no crees?- le respondió con sinceridad, abrazando al peli celeste –te recomiendo que tomes un baño, después de desayunar iremos con tus padres. Llevaremos a su nieta- añadió, era preferible afrontar todo de una vez.

-Ya verás que a mis padres les agradaras- le tranquilizo, dejándose llevar por los mimos del peli rojo.

-Lo único que me preocupa es la manera que se tomaran lo de Kogo- contesto. No quería pelas innecesarias con su familia política.

-A mi también me preocupa eso- comento el peli celeste –pero si estamos juntos sé que podremos salir adelante- añadió dándole un pequeño beso en los labios. Beso que el peli rojo hubiera intensificado a no ser que una personita les interrumpió.

Le tomara tiempo acostumbrarse a eso.

-Iré a verla- comento Tetsuya levantándose de su cómodo asiento –seguramente tiene hambre-

-En ese caso, su leche está enfriándose en la barra de la cocina. Pero si esta húmeda, los pañales están en el la mesita de noche- explico, viendo al peli celeste, este le vio impresionado por aquellos conocimientos que ahora le compartió –no me veas así- pidió –la señora que atendía la farmacia fue amable en explicarme estas coas- agrego avergonzado por las atenciones que esa señora le dio.

-¿No te explico cómo cambiar un pañal?- le pregunto divertido comenzando a avanzar a su habitación.

-No…-

-Bueno- regreso sobre sus pasos, besando seductoramente al peli rojo –aprenderemos en unos días, no te preocupes Taiga-kun- le contesto, saliendo corriendo hacia su habitación.

Su hija lo necesitaba.

“Creo que podría acostumbrarme a esto” pensó el peli rojo, levantándose de su lugar para preparar el desayuno. Aún tenían un largo camino que recorrer todos.

Solo esperaba que Nigou y Duke se comportaran con Kogo. No quería que hubiera problemas con su pequeña familia.

Notas finales:

El MuraHimu es tan lendooo :3

Gracias por tomarse su tiempo y leer hasta el final de este escrito nwn.

Me encantan este par, es tan lindo.

Espero sus cometarios al respecto.

Nos estamos viendo en otra ocasion chicas.

Cuidense y abrazos psicologicos para todas C:

Luky


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