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Adorable borrachera por Reiga

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Notas del fanfic:

Hola a todas. Aquí va mi regalito para mi adorado tigrecito, no podía quedarme sin sacar aunque sea algo pequeño por su día *w*

Espero le guste esta cosa cortita

¡A Leer!  

 

 

Adorable borrachera

 

 

 

 

 

Era su cumpleaños y por razones de las cuales no tenía el total conocimiento estaba muy molesto.

Ese día se había levantado muy temprano para comenzar los preparativos para un gran día. Su esposo quería celebrarlo desde muy temprano junto a él y le daría en el gusto. En cierta manera era un poco irónico pues era su cumpleaños y sin embargo la cena para culminar la noche la prepararía él.

Bueno, solo le quedaba suspirar. Al menos la salida el cine, y la comida al restaurante había sido por cuenta de su pareja. No negaría que hasta el momento había sido todo perfecto. Su esposo se había encargado de consentirlo desde pequeños a grandes detalles sin mencionar las palabras bonitas que como nunca salían a cada rato llenando su cabeza y corazón.

Y sí ahora se encontraba molesto era porque la cena por demás romántica que había preparado para pasarla junto a él en su nidito de amor se había ido al drenaje por la ausencia del moreno. Como a las seis de la tarde Aomine había salido a comprar unas cosas que les hicieron falta.

Habían pasado dos horas en las cuales kagami estaba que se tiraba del balcón por la preocupación. Su esposo no le contestaba el teléfono hasta que le llego un mensaje diciéndole "Llegaré tarde, no me esperes" le había vuelto a llamar pero para su gran sorpresa apago el celular.

¿Qué está pasando? Se preguntó una y otra vez no entendiendo el mensaje tan impersonal y poco cariñoso que le hizo sentir fatal. Soltó una lágrima y rió al pensar que su estado era el que en un segundo lo hizo sentirse tan frío y solo. Ya llegaría y le daría una buena explicación.

Apago las velas y guardo la comida. Ya no tenía ganas de nada más. Solo cerrar los ojos e irse a dormir con una sensación tan contradictoria que no le dejaba pensar más allá.

Entrada las una de la mañana sintió la puerta golpear en repetidas ocasiones no lo suficientemente fuerte como para despertar a todos pero sí bastante molesto para que kagami qué se despertara con el ceño fruncido. Tomo una comisa y se la puso ya que dormía solo con unos shorts.

—¿Qué pasa? — Preguntó medio adormilado encendiendo las luces. Abrió la puerta encontrándose con su hermano y un bulto que apenas y se sostenía. —Aomine — susurro despertando por completo ayudando al pelinegro que apenas y podía sostener al saco de papas —¿Qué le pasó?

—Se bebió todo el alcohol del local. Eso pasó —dio un largo suspiro cuando con la ayuda de kagami pudieron dejarlo en el sofá.

—Me Trasdshinaste —le grito torpemente al del lunar el moreno — ¡Te dije que no quería estar con él!

Aquella declaración fueron como mil puñaladas al corazón de kagami.

—¡Tu cállate! — le gritó Himuro al ver por una fracción de segundo el daño que hicieron aquellas palabras. Aomine inflo sus cachetes y miró hacia otro lado.

—No quiero meterme Taiga. Pero...¿acaso pelearon?

—No, No entiendo nada. Estábamos bien...

Himuro le sonrió cariñosamente y le dio una leve caricia en su mejilla al ver que su pelirrojo no entendía nada.

—Tampoco te pases —Dijo molesto el moreno que batallaba por levantarse sin poder hacerlo mientras los otros lo ignoraron por completo.

—Me llamo en la tarde diciéndome que tenía que hablar conmigo. Sabes que él nunca me habla así que me preocupe. Cuando llegue lo note raro. Me asaltó con preguntas de si sabía algo sobre tu y otra persona.

Kagami abrió grandes sus ojos.

—De si tenías pensado dejarlo y cosas así —el pelirrojo miraba al borracho que cabeceaba en el sofá tratando de mantener en un lugar su cabeza.

Kagami suspiro ¿Qué había pasado para que le saliera con esta tontería ahora? ¿Él? ¿Dejarlo? ¿Acaso Se había vuelta loco?.

—¿Estarás bien, quieres que me quede?

—No, estaré bien. Lo dejare dormir y mañana o bueno en unas horas hablare con él debe ser un malentendido.

—Está bien. Feliz cumpleaños — le dijo luego de darle un beso en su mejilla.

Su amigo se fue cerró la puerta con cerrojo y volvió a mirar a su esposo. Pero esta vez con el ceño fruncido el muy idiota iba a escucharlo ahora. No esperaría unas horas.

—¡Oi! Daiki —lo tomo de la polera y lo encaró. Su humor no era el mejor y tampoco tenía la intención de hacerse la paciencia con un borracho —Daiki, mírame

Aomine trato de centrar su vista y frunció el ceño cuando vio esos ojos rojos llenos de preocupación que no creía.

—Quítate —dijo apartándolo con su brazo.

—¿Qué es lo que pasa?, no te entiendo estábamos bien esta tarde. ¿Acaso olvidaste la cena?

Aomine optó por el silencio e ignorar al pelirrojo. Se cruzó de brazos y miro hacia otro lado.

—Como quieras, mejor duérmete y ya hablaremos cuando se te pase la borrachera que cargas. —cuando ya estaba por desaparecer por su habitación el moreno le grito deteniendo su paso. Y casi estampándolo con la pared. Quiso gritarle pero no lo hizo.

—¿Así se soluciona todo? ¿Dejándome solo?. —susurro sobre su cuello para luego morderlo suavemente.

Kagami lo miraba de reojo como si le hubiera salido un tercer ojo ¿Qué rayos le pasaba? Sus ojos azules se encontraban dilatados y estaba seguro que no era por el alcohol ingerido. Suspiro una vez más y acumulo toda la paciencia de la que era capaz.

—Vamos a tomar un rico baño y luego tú y yo iremos a dormir ¿sí? — dijo tendiéndole su mano. Aomine quería tomarla pero recuerdos tormentosos llegaban a su mente y cerraba sus ojos tratando de apartarlos —Aomine si no me dices que es lo que te puso así no sabré que pasa. ¿Hice algo mal?

De nuevo el silencio. Así que kagami opto por acercarse cautelosamente. Nunca habia visto a Aomine ebrio y prefería prevenir otro rechazo.

—¿Piensas que te haré algo?

—No sé cómo te comportas ebrio — dijo pasando su mano por su cintura para llevarlo al baño.

—No te pegaría ni... hip... aunque te viera... engañándome —decía dolido afirmándose al pelirrojo.

¿Engañándolo? Pensó kagami viniendo a su cabeza lo que le dijo su hermano. Lleno la tina y con cuidado le quitó toda prenda al peli azul para luego sentarlo hasta que el agua le llegara a la cintura.

—¿Piensas que te engaño? — le pregunto tranquilamente mientras con un pocillo vertía agua tibia sobre el cabello de Aomine que solo se dejaba bañar con la mirada gacha.

—Jamás lo habría pensado si no lo hubiera escuchado. —kagami no se perdía detalle. Aomine estaba a punto de llorar mientras se mordía el labio. Se dio cuenta de que no pensaba preguntarle. El moreno al escuchar algo de lo que no tenía idea simplemente lo había dado por hecho.

—Así que lo escuchaste... ¿de quién? —necesitaba saber más para entender y al ver el estado de su esposo opto por tomarse las cosas con calma y no enojarse, al menos no por ahora.

Aomine ahora si quería morirse. Su adoración no lo había negado. Todo su mundo se le vino abajo en un segundo. Tenían un hermosa relación de años y estaban por cumplir su primer año de casados. Hace solo unas horas era todo perfecto. ¿En dónde y en qué momento lo había perdido?

No lo aguanto y lloro. Lloro y lloro. Como un niño al cual le prometen un regalo en navidad y no le llega ni un calcetín.

—Maldición —dijo kagami preocupado metiéndose en la tina junto al ganándose en medio de sus piernas —mírame — le suplico levantando su mirada — no sé qué demonios escuchaste pero no es así. No te engaño y jamás lo haría. Dime quien te dijo eso e iremos arreglarlo ahora mismo.

Aomine seguía en su dolor y poco le había escuchado. Lo abrazo tan fuerte como queriéndose hacer parte de él para que no lo dejara.

—No me dejes Taiga, lo que sea que haya fallado en nuestro matrimonio podemos arreglarlo.

Kagami ya no sabía qué hacer. El idiota no lo estaba escuchando. Volvió a levantar su mirada y lo beso sintiendo su aliento caliente y pasado al alcohol no era desagradable pero si nuevo.

—Dime dónde fue que escuchaste algo semejante —tomo fuertemente su cara y le obligó a mirarle.

Flashback

Estaba escogiendo la crema que le había faltado para el postre cuando en unos de los pasillos se encontró con kuroko y Momoi. Una sonrisa ladina se posó en sus labios mientras se acercaba silenciosamente hasta ellos. Les daría el susto de sus vidas. Sin embargo la mención de su novio le dejó congelado y aguantando la respiración.

—¿Kagami-kun ya le dijo? —Su amiga Preguntó con un tono de preocupación que lo hizo retroceder un poco y esconderse.

—No — suspiro — quiere esperar un poco.

—¡Que más quiere seguir esperando, si va a dejarlo que lo haga luego!. Estoy segura que Aomine lo entenderá.

—Satsuki para él tampoco es fácil —respondió ahora el peli azul dando por terminada esa conversación.

—Lo sé, es decisión suya, pero si le hace daño no se lo perdonaré!

Aomine se alejó con el alma de una pendiente. Aquello no podía ser cierto. Su kagami no podía querer dejarlo ¿porque?.

Fin flashback.

"Así que era eso" pensó kagami mirando esos ojos temeroso y suplicantes.

—¿Me creerías si te digo que lo malentendiste?

—No, escuche claramente que ibas a dejarme. —Kagami lo miraba y sinceramente no tenía corazón para enojarse. Entendía que no le creyera después de que escuchara algo tan claro.

—No a ti. Te lo juro, quiero explicártelo. Pero con lo ebrio que estas no lo creo conveniente vámonos a dormir y lo hablamos cuando te sientas mejor ¿sí?

—No estoy ebrio — dijo tomándolo fuerte de sus caderas impidiéndole que se levantara.

—Eso es lo que dice un ebrio —bromeo kagami.

—No lo estoy, quizá solo un poco mareado pero bien.

—Eso también lo dice un ebrio.

—¡Kagami! Hablemos ahora. Nunca me había imaginado que llegaríamos a tener está clase de problemas — decía apoyando su cabeza en el pecho de kagami mientras este seguía vertiendo agua tibia sobre su cabello.

—No los tenemos —dijo con seguridad para luego dar un largo suspiro —Escúchame bien —tomó sus dos mejillas y las alzó mirándolo seriamente pero con un toque de calidez— me hubiera gustado que te enteraras de otra manera pero debido a lo cabezotas que eres será así.

Un dejo de esperanza hábito en los ojos eléctricos. Lo amaba tanto que estaba seguro que aunque saliera una mentira de esos labios dorados lo creería.

—Tengo pensado dejar el equipo por un tiempo luego de este torneo porque —tomo su mano y la guió a su por ahora inexistente panza —Seremos padres, no quería decírtelo porque sé que no me dejaras jugar, pero déjame decirte que eso no está en discusión, momoi dijo que podía hacerle daño al bebé e iba a matarme si eso llegaba a pasar, pero solo será poco tiempo si es que la cosa se complicara sabes que somos la mejor dupla y...¿me estás escuchando?

El moreno se había perdido en el "Seremos padres" la idea era maravillosa. Ahora si, recordaba lo que había escuchado junto con esta nueva información todo tenía lógica.

—Creo que necesito un café uno bien cargado —se levantó con su chico en su regazo y lo situó delicadamente fuera de la tina —cámbiate primero y espérame en la cocina tenemos que hablar.

Kagami le hizo caso extrañado. Al parecer la noticia lo había espantado lo suficiente como para que se le quitara la borrachera. Con una sonrisa fue por su ropa para luego prepararle un café bien cargado.

Kagami se encontraba tranquilo soplando su café cuando apareció el moreno con un semblante completamente diferente, su cabello aún estaba mojado y se notaba que no había perdido tiempo secándose bien cuando se puso la ropa.

—Ven siéntate —Aomine avanzó y se sentó e inmediatamente kagami saco la toalla que el moreno llevaba en el cuello y la puso en su cabeza para comenzar a secarlo.

—¿Seremos padres? —más afirmación que pregunta. El moreno apoyo su cabeza en su estómago. Kagami no lo podía ver pero Aomine sonreía de una manera indescriptible.

—Así es.

—Perdóname —susurro abrasándolo

—¿Porque?... ¿por qué arruinaste el perfecto día de mi cumpleaños?, ¿porque desconfiaste de mi creyendo que te engañaba? o por dejarme en estado en una etapa importante de nuestras vidas?

Aomine rio al percibir que no habia enojo en su tono pero si mucho reproche.

—Por todo menos por lo último y no es solo mi culpa. Siempre te he notado bien dispuesto a complacerme —Un sonrojo atacó con todo al pelirrojo.

—Tks como sea Dai~ —levantó su cabeza —si alguna vez llegamos a pasar por algo similar pregúntamelo a mí primero yo haré lo mismo.

—Te lo prometo —se levantó rápidamente para besarlo y sellar esa promesa. Pero por lo brusco del movimiento casi iba a parar al suelo si no fuera porque kagami lo sujeto.

—Ahora si mejor vallamos a dormir presiento que esa resaca será grande — decía mientras lo guiaba a la cama.

Una vez ya los dos acotados. Aomine lo abrazaba dulcemente acariciando su pecho y su plano abdomen.

—Seremos padres—susurro ya luego de un rato en el que kagami creí que estaba dormido —ya está en camino nuestro primer hijo... mi bebe.

Kagami estaba seguro que el sueño le había vencido. Se dio vuelta y se abrazó a su esposo besando su barbilla.

—Así es... baka.

~*~

Efectivamente al día siguiente la resaca fue colosal. Kagami se había dedicado a cuidarlo mientras cada vez que podía le recordaba que mejor ni se quejara pues solito se lo había buscado. También Habían tenido la discusión de la vida. Luego de que hablaran sobre el juego que pronto se vendría para el equipo de Japón. Aomine se oponía rotundamente a que kagami jugará y el pelirrojo solo le contestaba que eso no estaba en discusión y ciertamente no estaba en discusión. Ambos habían llegado a esa conclusión claro que cada uno con diferentes resoluciones.

~*~

Los días pasaron y nuevamente kagami estaba que echaba humo de la furia. Aomine se había salido con la suya. Lo había delatado. Lo había vulgarmente traicionado.

—Por favor amor déjame entrar

—¡No, lárgate!

—oh eso sonó mal —Aomine miro al entrometido que llegaba para visitar a su marido seguramente —¿Qué hiciste esta ves? —Aomine suspiro

—Le dije al entrenado que kagami estaba esperando un hijo y...

—Obviamente lo saco del equipo —completo Himuro y Aomine asintió —creo que vendré en otro momento ¿te quedaras aquí?

—Si — suspiro sentándose afuera de la puerta del departamento que compartían — si me voy solo se enojara más — río conociendo al cascarrabias de su novio.

—Tienes razón. Te deseo suerte. —Aomine asintió.

Kagami lo tuvo afuera alrededor de tres horas. Tiempo suficiente de castigo y el adecuado para que se le pasara un poco el enojo.

—Entra — le dijo fríamente mientras caminaba hasta el sofá. Aomine entro con el sonriendo por el berrinche.

—Te amo ¿lo sabias?

—No lo suficiente — y ahí iba otro berrinche. El moreno se acercó para levantarlo y situarlo entre medio de sus piernas.

—Vamos solo será hasta que nuestro bebé nazca —Kagami cerró sus ojos aceptando la derrota. Sabía que no jugaría por un tiempo pero no había querido perderse el último partido. — ¿Me amas?

—Lo suficiente como para no matarte por traidor — Ambos rieron.

Aomine sabía que no se lo perdonaría pronto. Pero también sabía que no está verdaderamente enojado sino más bien frustrado. Ya se encargaría que quitarle como dios manda esa frustración.

Fin.

 

Notas finales:

Bueno, espero le haya gustado esta cosita cortita!  

Que tengan muy buena nochesita o día! dependiendo de cuando lean esto

Las quiere!

 

Reiga


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