—¿Qué?..—
—Que manera de contestar, my lord.— Whis intimidaba de cercas al rostro de Beerus. — No está muy bien educado después de todo. —
Irritado y chasqueado sus dientes, miró desafiante a su asistente que no paraba de verle con molestia. Después de todo, Beerus se había comido el ultimo pastel de chocolate que Bulma les obsequio. Y aun tenia el descaro de tener sobras por su rostro.
—Lo estoy.— Se defendió limpiando y saboreando ese nuevo sabor favorito.— ¿Estas en total desacuerdo por qué me comí ese pastel de la terrícola?. — Pregunto moviendo ligeramente sus orejas.
—Hay algo llamado modales y respeto, cosas que al parecer durante toda esta faceta de entrenamiento no los ha podido dominar.— Suspiro con cansancio mientras cerraba sus ojos, y soló escuchando un pequeño maullido de enojo por parte de Beerus.
A una cierta distancia de ellos, lo suficiente para escuchar esa “infantil” discusión. Se encontraban Vegeta y Goku, afuera de la habitación. No se les hacia extraño que ese par estuvieran peleando por cosas insignificantes.
—¡Lo ves! .. De nuevo están peleando por la comida, por eso te dije que me dieras ese pastel a mi.— Dijo Goku señalándose a si mismo mientras ponía al tanto su oído contra la puerta donde se encontraba Beerus y Whis.
—Estás idiota. Ya se les pasará, ni que fuera el último en la Tierra.— Contestó el príncipe de brazos cruzados. — Por decirlo así, solo es una parte de agradecimiento hacia Whis por entrenarme y a Beerus por dar hospedaje.—
—Ah, claro, claro..— Comenzó a reír en voz baja, viendo de reojo a Vegeta.
—¿De qué te ríes, imbécil? ..— Fruncio el ceño.
Cuándo Goku estaba apunto de contestar, una explosión dentro de donde estaban Whis y Beerus de soplo, abriendo de golpe la puerta lo cual ambos saiyans volaron en direcciones opuestas para defenderse. Y de ahí vieron que el dios de la destrucción salió, emitíendo una amenazante energía.
—¿Todavia seguirás con tus bromas, Whis? .. ¡Ese pastel era mío, de mi autoridad!.— Aseguró viendo cómo su maestro seguía aún incomplaciente y qué no le tuviera respeto alguno. — ¡No soy cualquier dios!..—
—My lord. ¿Sabe que se está comportando infantil?.— El asistente más calmado, paso por alto ese pastel para analizar mejor la actitud de su dios. — Y nunca he querido castigarle, pero esto lo he decidido para su bien y el universo.—
—¿No sé están dando cuenta que ya llegaron al límite con sus peleas por la comida?.— Preguntó Vegeta.
—¡¿Ustedes que demonios hacen aquí?! ..— Beerus arrojó unas bolas de energía hacia los saiyans, las cuales desaparecieron al instante por Whis. — ¿Castigarme? .. ¡¿De qué hablas?!.—
Whis miró por unos segundos a Goku y a Vegeta, quienes lo veían confundidos. Luego de un rato de cruces de miradas sin entenderse, el maestro de los tres empezó a reír alegremente mientras apuntaba con su cetro a el destructor.
—Siete días terrestres. — Habló, levantando siete dedos. — Por siete días, te quedaras sin acceso alguno al poder de un dios de la destrucción.—
—¡¿Eh?!..— Gritaron en unísono.
—¿E-Eso es posible?.. — Preguntó con curiosidad Goku, clavando su vista hacia Beerus que lo podía notar con bastante rabia.
—Por supuesto.— Asintió con la cabeza, azotando el cetro contra el suelo. Y al cabo de unos milisegundos, el destructor fue atrapado por una extraña luz que causaba ceguera para los demás.
Beerus forzado a cerrar sus ojos, sentía cómo ese miserable poder lo dejaba sin aliento y peor aún cada segundo lo dejaba sin el suyo. Una basura débil cómo un saiyan, pensó el destructor. Al finalizar el destello desapareció repentinamente, y tanto cómo Vegeta y Goku quedaron sorprendidos acercándose a él para ver si realmente era Beerus. No emitía ese Ki divino, y ni tampoco estaban sus características orejas y larga cola morada con si.
—Parece un humano.— Dijo Goku tocando sus delicados brazos que había conseguido. A lo que recibió un fuerte golpe en la cabeza por parte del molesto Beerus. — Y aun asi no deja de pegarme tan fuerte..— Se quejo mientras se sobaba.
—¡Ahora si que te has vuelto un loco, Whis!.— Empuñó sus manos dirigiéndose hacia el mencionado. — Regresame de inmediato a lo que soy realmente y no este estúpido cuerpo de terrícola.—
—Yo le advertí. No puede seguir con esas actitudes tan egoístas. Por eso en ese plazo de siete días aprenderá a comportarse adecuadamente.— Whis mostraba una cara de seriedad ante él. — Seria algún nuevo entrenamiento tanto para usted cómo para Vegeta y Goku, convivir y relajar sus emociones. —
—Paso.— Respondió Vegeta.— Yo no vengó a hacer ninguna niñera de nadie. Estoy aquí solo para volverme más fuerte que Kakarotto. — Cruzó sus brazos.
—¿Y qué me dices al respecto, Goku?..— Preguntó el maestro al notar la arrogancia de aquel príncipe.
—Nnh.. ¿Nos estamos tomando un descanso para aprender a convivir con Beerus?.. — Goku posó sus ojos hacia la deidad.. O antigua deidad, que se entorno a un aura más furiosa. Whis asintió con simpatía. — No hay ningún problema para mi.— Contestó mostrando una risueña sonrisa.
Después de unas cuantas quejas por parte de Beerus, viajaron a la Tierra por un merecido descanso ante tanto entrenamiento. Y cómo siempre no podía faltar la comida en Corporación Cápsula. Pero Bulma al igual que los Saiyans se impacto ante la ‘nueva’ presencia.
—¿En serio es el dios de la destrucción? .. — Preguntaba la peliazul, no lo podía creer. Hasta ella misma había llegado a pensar que lo encontraba atractivo. — Es muy apuesto.— Dijo con un rostro pícaro.
Cansado de recibir ofensas y que lo igualaran con alguien de su misma talla. Whis le sugirió a Goku que lo llevara a vivir con el y su esposa por ese corto plazo. Él acepto y se levantó de su asiento, para dirigirse donde estaba Beerus, qué se encontraba alejado de todos.
—¿Qué voy a estar contigo?.— Dijo riéndose. — ¿Quién te crees que soy? .. ¿Un niño viviendo de aqui y allá repentinamente?.— Gruño molesto, pero Goku lo agarro de los hombros, tomando algo de vuelo junto con el. — ¿O algún maldito muñeco indefenso?..— Beerus pataleo al notar que ya había tomado rumbo a lo alto.
—¿No me va a matar después de esto o sí?.— Pregunto Goku sujetándolo con fuerza, ya que le había clavado las uñas e intentaba zafarse. Él sólo río cuando dejo de intentarlo.
Al cabo de unos minutos, por fin habían llegado a la casa. Aún que para Goku no fue una buena opción llegar, sabia que Milk lo pondría a trabajar o le reclamaría de por que se escapo a entrenar. Suspiro tratando de calmarse, y guió a Beerus a entrar, lo cual le accedió el paso primero por respeto.
—¡¿Se podía saber donde estabas?!.— Habló una alocada Milk de brazos cruzados y mirada intimidante parada en medio del salón.— ¡No hace falta preguntar! .. Qué se podía.. — Paro en seco al ver la nueva visita que traía con él. — Espera.. ¿Quien es él?.—
—Estaba con él.— Contesto palmeando la espalda de Beerus, riéndose sin vergüenza.
Milk confundida, puso una expresion de preocupación al instante y medio segundo después explotó en un fuerte grito, que hizo espantarlos a ambos.
—¿Qué tienes, Milk? ..— Goku rápidamente se acerco a ella. — Él es Beerus.. Ya lo conocías, por que esa reacción?..— Milk agrandó sus ojos y grito más fuerte, Goku se tapó los oídos. — Tengo hambre, podemos hablar después de eso?.—
Luego de un inquietante sonido por toda la casa, Milk había llegado a controlarse y se fue a la cocina a preparar comida, sólo con eso se podría relajar. Beerus no mucho le importo la presencia de aquella humana, llego a la conclusión de que era fastidiosa pero antes sólo le caía bien por sus preciados alimentos. Varios minutos después, Milk llamo a su pequeño hijo, Goku y Beerus para comer.
Con rapidez se sentaron, pero Goku notó la silla restante para el destructor aún vacía. No iba a comer sin él, así que fue en su búsqueda.
—¿Por qué no vienes?.— Lo encontró sentado aun en el sofá del salón viendo a la esquina de la pared, parandose frente de él.
—No tengo hambre.— Respondió seco.
—Mentiroso. Tu siempre tienes hambre.— Goku era torpe pero sabía que nadie lo iba asechar de esa manera.
—Ah vaya. Luego de que estoy “así”, perdí el respeto. Estúpido saiyan.— Habló apartando su vista de Goku con rabia.
Goku arrugo su nariz fastidiando y directamente se fue dejándolo de nuevo soló. Iba a ser un poco difícil que se acostumbrara a ese Beerus, pero en cierto modo apoyaba a Whis por dejarlo sin caprichos. Mientras comía con su familia, le comentó a Milk que él se quedaría a vivir con ellos por una semana. Y de nuevo otro grito exploto en la mujer, pero luego se relajó al oír que Goku se pondría a trabajar y trataría de ser un buen esposo.
En eso, sin previo aviso Beerus llega con ellos y se sienta agarrando cualquier platillo hasta devorarlo educadamente. Goku comienza a reír en voz baja.
—Tenia hambre.— Dijo Beerus masticando una carne, al notar la incertidumbre de los demás.
—Oh que bueno que si viniste. Por qué tienes hambre y hay comida que se come.— Goku río entre dientes, moviendo su tenedor.
—La comida que se come es mi favorita.—