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Peligroso amor por Reiga

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Notas del fanfic:

Hola chicas lamento la tardanza aquí les dejo el fics correspondiente al día 27 espero les agrade. Se les quiere mucho y de antemano gracias por leer!

Los personajes no me pertenecen

 

Advertencias

-Mención de incesto (?)  

 

y eso jejej a leer!!

 


~*~


 


Una mujer de mirada severa,  cuerpo esbelto,  piel impecable, cabellera esplendida y vestimenta exuberante se hacía notar por los pasillos del lugar.


Algunos hombre solo la contemplaban, otros la reverenciaban al reconocerla. El sequito de hombres que la seguían, miraban por encima a cada chico que se les atravesaba.


—Mi señora —dijo un hombre robusto.


—Tora que gusto verte. Por lo visto este lugar ha crecido desde la última vez —decía observando los alrededores.


—Claro que si mi señora. La última vez fue cuando tenía trece años. Ha cambiado bastante.


—¿Y aun así me reconociste? —rio con elegancia.


—¿Sabe que son una familia inconfundible verdad?  


—Claro que sí. Piel morena y cabello azul… un rasgo inconfundible de la familia Aomine. —a medida que iban conversando el hombre la guiaba a un lugar más cómodo y digno de la mujer claro está.


 —Así es. ¿Y puedo saber que la trae por aquí? 


—Muy bien así me gusta nada de rodeos — dijo duro. Una amable mujer por donde se le mire pero más de alguno sabía que si aquel hombre seguía sociabilizando con en ella le iría mal —estoy buscando un guardaespaldas para mi hermano. Ya está en la edad en que necesita un compañero permanente. Las cosas se están complicando y su carácter no ayuda.


—¿Abra sacado el carácter de su difunto padre?


—Lo más probable —suspiro — a quien engaño es igual. En fin ¿que tiene para ofrecerme?


El hombre se quedó pensativo obviamente tenía que darle lo mejor. Sus chicos en entrenamiento no eran malos pero eran pocos lo que realmente estarían a la altura.


—Si gusta ir conmigo — se levantó. Y al instante la chica asintió para seguirlo mientras con una sola mirada le indico a uno solo de sus escoltas que la siguiera.


Visitaron muchos lugares en donde vio el desempeño de cada uno de los chicos  en  diferentes artes. Sin duda ya tenía dos favoritos, claro… hasta que vio al tercero.


—Es bueno — dijo con asombro. Era consiente que muy pocos tenían esa exactitud a la hora disparar. Disparaba tres veces exactas en el mismo lugar y en diferentes partes del cuerpo.


El señor dirigió la vista esperando por todos los dioses que no se refiriera a él.     


—¿Mi señora?


—Hablo del pelirrojo —y si su rostro denoto una expresión que enseguida la mujer noto —vaya, no sabía que guardabas cariños por las personas que entrenas. ¿Acaso algún familiar? Bien descabellado de tu parte si te soy franca —la mujer hablaba sola sacando sus pocas conclusiones.


—No es familiar pero está aquí desde pequeño y bueno… —No tenía que decir lo que la mujer ya habia deducido —pero él…


—Bien llámalo si me agrada me lo llevo—sonrió como niña pequeña que encuentra juguete nuevo. Y es que arrebatarle algo preciado a alguien, para ella era entretenido y le causaba un dulce placer.


EL hombre  al no ver alternativa miro con pesar aquel niño que habia criado un poco diferente a todos los demás. 


En cuando el joven se habia acercado la señora lo rodeo mirando de pies a cabezas.


—¿Cómo te llamas? — el joven miro a su mentor. Como preguntándole si debía contestar—oh cariño perdonare eso por esta vez. Si yo pregunto algo solo responde no vuelvas hacer eso — le hablo con ternura. Pero dejando claro que no habia segunda vez. El chico tembló ante la amenaza y asintió para luego responder


—Kagami taiga


 —Muy bien ¿edad?


—17


—Dios — expreso sorprendida — aparentas más, bueno desde hoy tienes 24 — el pelirrojo asintió sin preguntar.


—Mi hermano es  un cabezotas así que si se entera que eres menor te respetara aún menos de lo que seguramente hará —kagami volvió asentir — Ahh este chico me gusta aprende rápido —dijo emocionada al ver que no hacia preguntas. Lo  abrazo por detrás y acomodó su cabeza en su hombro —bien vámonos al papeleo —dijo con vos tediosa.


Unas ves en el despacho el hombre buscaba los papeles correspondientes.


—¿Cuánto vale tora?


—Quince millones —contesto con penumbra.


—Una suma razonable considerando su especialidad. Vamos hombre cambia esa cara no le hare nada malo. Lo tratare bien ¿verdad que si kagami-chan? —kagami la miro y asintió habia algo en ella que lo hacía sentirse intranquilo.


—Disculpe… ¿quién es usted?


—ohh pensé que no lo preguntarías nunca Soy Aomine Yoko… vaya ~ por tu expresión puedo saber que si me conoces —kagami asintió


—Pensé que  la familia Aomine estaba inactiva


—Si desde la muerte de nuestros padres por un tiempo, hasta que yo tome su lugar creo que soy aún más discreta que ellos.


Kagami asintió aun así tenía un poco de temor y ahora entendía por que la preocupación de su mentor. La persona que lo habia escogido no era nadie más que la única heredera de la familia más grande de asesinos a sueldo. Hace unos años habia escuchado que se habia generado una gran riña entre las dos familias más poderosas dando la muerte a los líderes del momento.


Jamás habia escuchado que los Aomine hubieran tenido otro hijo.


—Entiendo.


—Bien dejémonos de charla y firma — le ordeno. Kagami vio las hojas. Sabía que de seguir ahí en cualquier momento eso pasaría. Ahora se recriminaba el no haber aceptado cuando el hombre le habia dicho hace unos meses atrás que ya era hora de irse —ahh~ —la escucho suspirar así que inmediatamente firmo. El sentirse vendido no era bonito. Pero sabía que su trabajo seria remunerado y esperaba que solo fuera de guardaespaldas. La firma era mero trámite para el comprador tuviera total derecho sobre él.


 


~*~


 


El camino habia sido silencioso y algo incómodo. La joven le habia mostrado mil una marera de besar. Es espectáculo en vivo lo llevaba como un farol en plena noche. Su escolta la tocaba con delicadeza mientras ella jadeaba dulcemente. En ocasiones la mirada rojiza se topaba con la azulina y cuando esta le sonreía, kagami sonrojado volteaba la cara.


Al llegar se bajó a tropezones podría decirse que en ese sentido era bien santurrón pero no habia evitado que su parte baja despertara y se encontrara avergonzado por ello.


—Bien kagami recuerda lo que te dije. Aparenta una edad mayor  y no seas tan santito cariño —le dijo antes de tomar su nunca e impulsarlo a su labios. La mujer abrió su boca e ingreso su lengua obligándolo a  hacerlo participe del beso puramente carnal. Cuando lo soltó le sonrió tiernamente.


—Estas muy tieso — dijo evaluándolo concentrada — bueno ya veremos cómo quitarte eso vamos


Kagami no sabía que pensar de la chica “que estaba loca” era lo único que pasaba por su cabeza, miro al escolta que hace un momento se estaba tragando con ella y este solo movió los hombros.


—Llamen a Daiki   —hablo con voz autoritaria. Enseguida un hombre fue por el moreno. — Siéntate — le ordeno a kagami.


Se encontraba nervioso por dios tenia diecisiete “En que estaba pensando” al colocarlo a él para proteger a su hermano.


—Hola Yoko—dijo el moreno al aparecerse detrás del hombre que habia ido buscarlo.


—Buenos días hermanito mira lo que te traje hoy, un nuevo juguete ¿dime si no es lindo? —Aomine miro al chico luego a su hermana furioso. Kagami por otro lado se le habia ido al color al escuchar la palabra juguete.


—oh vamos cálmense los dos… aunque kagami te sugiero que tengas cuidado mi hermanito le hace al otro bando también — susurro hacia kagami.


—¡Que no lo soy Yoko deja eso!  —le grito enojado


—¿A no? pues el otro día te vi muy encimita de ese chico ¿Cómo era que se llamaba? — Daiki por otro lado no podía objetar ante eso —bueno ya que… al menos eres el activo. Un Aomine gay y para colmo uke haría que nuestros padres de revolcaran en sus tumbas —decía moviendo su cabeza resignada. — En fin — dijo levantándose para ir por kagami y ganarse detrás de el —esta lindura será tu escolta desde hoy.


Aomine iba abrir la boca para objetar pero de una mirada la cerró.


—Iras donde sea que vaya, serás su sombra lo esperaras y llevaras donde él te pida —kagami volvía a mirarla “¿acaso ella habia olvidado un detalle?” —Bueno por ahora seguirás conduciendo tu daiki, luego tu y yo —dijo levantando la barbilla de kagami — arreglaremos esos temas pendientes —“como enseñarte a conducir y todo los tramites fraudulentos que eso conllevaría” pensó.


Aomine miraba preguntándose que se traían esos dos.


—Bien ahora váyanse de aquí. Aomine llévalo a su habitación y no me refiero a la tuya si no a la que está al lado —dijo molestándolo nuevamente.


Aomine bufo y camino. Kagami supuso que debería seguirlo así que lo siguió. Al llegar Aomine le indico una puerta y kagami al tocar la perilla, sintió como Aomine lo empujaba y lo acorralaba en el suelo.


—Bien dejemos las cosas claras. No abras la boca —le indicó inmediatamente —si haces lo que te digo nos llevaremos bien. Al parecer no puedo oponerme al tenerte de chaperón, pero mientras no interfieras en mis asuntos tampoco me opondré ¿te queda claro pequeño?


Kagami estaba enojado y es que “¿Qué se creía?” inmediatamente uso toda su fuerza y cambio de lugares.


—Pequeño tu pene imbécil, escúchame bien. Tengo órdenes de Yoko-Sama que no se te olvide así que mejor que si no quieres que interfiera con tus asuntitos no me causes problemas y estaré de acuerdo en que nos llevemos bien ¿te parece?


Aomine sonrió ante el pelirrojo pensando en que vaya que te agallas para hablarle así.


Kagami se levantó de cuerpo y le estiro la mano para ayudarlo.


—¿Cómo te llamas?


—Kagami Taiga


—¿Qué edad tienes?


—Veinticuatro  —suspiro al verse nuevamente en un interrogatorio


—mmm… —dijo alejándose el moreno mientras llevaba una mano a su propia barbilla y miraba al pelirrojo de pies a cabezas.


—¿Qué estas mirando?  —dijo un poco intimidado


—Nada… bueno kagami. Entonces quedamos en eso. Adiós — dijo luego que le guiñara un ojo.


Kagami no se compraba que aceptara tan luego. Una vez que se fue soltó la reparación que no sabía tenia retenida. Aquello fue peligroso y daba gracias al cielo que no terminara peor. Sin duda tenía una fuerte especialidad. Pero como dicen no todo es perfecto y el fallaba en algo importante para el rubro.


 


~*~


 


Aomine ya estabalisto para salir. Fue una total sorpresa encontrarse con la noticia de que su hermana no se encontraba y que lo más probable era que no la vería en unos días. Miro hacia todos lados y se encontró con que tampoco veía al que se suponía fuera su guardaespaldas.


No les prestó atención así que fue por el auto.


—Sr Aomine buenos días — el hombre de negro al ver que iba por el auto se interpuso —lo lamento señor tenemos prohibido dejarlo salir sin su escolta — Cuando Aomine iba a pasar igual aparecio otro gorila al lado.


Chasqueo molesto y entro nuevamente en la mansión. ¿Ese maldito donde demonios se habia metido?


—¡Kagami!  — Gritó —Como estés durmiendo voy a molerte a golpes —murmuraba mientras se dirigía a la habitación. —Esto tiene que ser mentira —dijo al ver al pelirrojo muy arropado en su cama abrasando su almohada y babeando la misma —¡oye! —Le grito, pero nada  —Maldito imbécil levántate no tengo todo el día


—¿Mng? —Aomine tenía un tic en el ojo de la incredulidad. Kagami se refregaba un ojo mientras adormilado intentaba centrar la vista


—¿Qué edad tienes? ¿Cinco? Vístete luego. Al parecer no puedo mover una pata si no estás a mi lado


Kagami despertó rápidamente y miro el reloj viendo que eran las once de la mañana ¿cómo rayos  habia dormido tanto? Se preguntaba levantándose.


Aomine lo seguía con la mirada pensando cada vez más convencido de que habia algo con ese chico.


Cuando ya estuvo listo Salió a la siga de Aomine  chocando  con él.


—¿Cómo se puede ser tan torpe?


—Lo siento


—Ya súbete — le ordeno subiéndose al auto. Durante el trayecto no hablaron de nada. Al llegar al lugar destinado.  Aomine aparco el auto en un lugar seguro y se bajó.


 —¿A dónde vamos?


—¿En qué quedamos? Tu solo sígueme y no abras la boca, tampoco interfieras a no ser que yo te lo pida no soy tan idiota como para verme en peligro y no hacerlo ¿está bien? — kagami asintió preguntándose adonde lo llevaba.


A pesar de lo temprano que era el lugar se veía oscuro y lúgubre. Kagami no era una persona que conociera mucho del mundo pero algo le decía que ese lugar no era de los de alta alcurnia y mucho menos de los trigos limpios.


Las pocas personas que podía notar les miraban con desconfianza.


—Oye Aomm… —Aomine inmediatamente le tapó la boca


—¿Acaso eres idiota? —Susurro despacio —llámame Daiki es más… ¿es tan difícil para ti mantener la boca cerrada — fue retirando su mano —shh calladito


Y siguió caminando kagami se apresuró en seguirle el paso. Y sí, llamarlo por su apellido en un lugar tan de mala pinta habia sido una estupidez de su parte.


Entraron  a una  especie de galpón enseguida encontrándose con unos siete chicos más. Que al ver a Aomine se alegraron. Al parecer era el último que faltaba.


—Muy bien ahora podemos empezar nuestro siguiente objetivo es…— dijo  uno que bien podría ser el líder. —¿quién eres tú? — le pregunto al pelirrojo que enseguida miro Aomine.


—Viene conmigo solo ignórenlo —dijo el moreno restándole importancia.


—Cómo podríamos. ¿Acaso es tu nueva conquista?


—Así es y de confianza a sí que vas o continuar o no, no tengo todo el día —dijo sin arrugarse. El chico decidió continuar.


—Nuestro siguiente objetivo es Yukawa Masashi


Enseguida los murmullos se dejaron oír, Aomine frunció el ceño imperceptiblemente al igual que kagami.


—Sé que será peligroso pero si lo logramos la paga será muy buena —sin duda algo muy llamativo a su oídos no así para la mayoría aunque no dejaba de haber algo de temor. El hombre no era nada más ni nada menos que unos de los yakuzas más conocidos de Japón.


—Bueno yo me salgo, solo venia avisarles


—No puedes estar hablando enserio — dijo uno


—Muy enserio —dijo el moreno dándose la vuelta para irse pero alguien lo detuvo. Se metió las manos a los bolsillos y suspiro al verse rodeado. A igual que kagami —Yuri hagamos esto civilizadamente.


—No puedo dejarte ir con la información reciente si es verdad que te vas a salir.


—Dije que hablaba muy enserio no voy atraicionarlos solo tengo otras cosas que hacer —dijo sacando su arma y apuntando directamente al líder.


Yuri el chico de cabello café y ojos dorados le miraba sonriendo ante su atrevimiento.


—Está bien, pero tu novio su queda — dijo a la vez que alguien aparecía detrás de kagami y lo derribaba en el suelo sujetando sus brazos —si me traicionas el muere. Tratare de entregarlo entero


Aomine miro casi con risa al chico de mirada dorada. Luego se encogió de hombros y se fue.


Kagami abrió sus ojos con asombro. Trato de removerse pero enseguida otro chico le dio una patada en las costillas.


 


~


 


Aomineiba saliendo mientras pensaba. Jugar a los asesinos en grupo por un tiempo habia sido entretenido para matar el aburrimiento y reunir el dinero que quería. Pero ya no le llamaba mucho la atención mucho menos ahora después de aquel nombre. Yukawa Masashi era un importante cliente de la familia Aomine desde tiempos remotos. Si habia algo difícil  de tratar para ellos  era convocada la familia Aomine  para hacerse cargo del trabajo. Habia un fuerte tratado entre ambas familias que tan solo de pensar romperla por una traición de ese calibre era descabellado.


—¿Dónde rayos se metió este idiota? —giro preguntándose  Aomine al ver que no veía detrás de el —pero que inservible —murmuraba retrocediendo sus pasos —¿Qué clase de salvavidas me buscaste hermana? — seguía alegando para sí.


Cuando entro al galpón lo hiso de golpe al escuchar los sollozo de kagami. Kagami yacía en el suelo. Un chico le tenía sujetadas sus manos. Otras dos ambas piernas. Mientras el  cuarto yacía encima de él  tocándolo de manera grotesca mientras con sus manos tapaba su boca.


—Supongo que no querías hacerlo civilizadamente ¡suéltenlo ahora! — miro a kagami pero al verlo tan asustado e indefenso se sintió mal por lo que evito su mirada.


—Vamos solo queríamos darle un susto y luego lo dejaríamos ir — respondió el castaño sonriendo —pero ya que estas aquí arreglaremos esto nadie me apunta con una arma dos veces. — dijo sacando la propia y apuntando al moreno


Ambos se miraban con odio. Desde que habían empezado con ese grupo ambos chocaban demasiados por sus aires de liderazgo y para nadie era un secreto el disgusto que era compartido.


Lo que no vieron venir fue que una vez soltaran a kagami esta sacara su arma y le dispara a la del castaño enviándola lejos.


—Gracias por el susto. Pero con mi novio ya tenemos planes. Si nos disculpan —dijo enojado mirando al castaño con ira. Apenas Aomine se habia ido había ordenado que lo atacaran. Unos de sus amigos se movió pero kagami nuevamente habia disparado a su pies dejándolos congelados —la tercera ira directo al corazón ¿quién quiere averiguar qué tan bueno soy?  —repitió lo que momentos antes le habían dicho.


Al ver que ninguno se movía, bajo el arma y sin siquiera mirar Aomine se fue de ahí.


—Vaya que tiene su genio —dijo Yuri sacando a  Aomine de su asombro —supongo que si encontrara a alguien como él también dejaría algunas cosas por una cita —menciono yendo por su arma


—Piensa lo que quieras —dijo Aomine saliendo.


Apresuro sus pasos y cuando llego a su auto vio a kagami a un lado apenas le saco la alarma kagami se subió de copiloto.


Nuevamente se sumían en un silencio más incómodo que el anterior en el auto.


—¿Estas bien? — Preguntó Aomine sin recibir respuesta — ¿Estás enojado? No seas infantil —rio pero al ver que el pelirrojo ni se inmutaba prefirió callar. Kagami lejos de ser infantil y estar enojado más bien estaba dolido.


El silencio seguía reinando hasta la tripa le sonó tan fuerte como para despertar un huracán.


—¿Tienes hambre? — Volvió a preguntar pero nuevamente no habia respuestas  


Se estaciono  en un local de comida rápida y compro unas hamburguesas; muchas a decir verdad. Luego condujo a toda velocidad hasta la casona. Al bajarse, kagami también lo hiso y sin decir una palabra se adentró.


—¡Oye! — Le llamo pero ni caso —le tiro las llaves de su auto a unos de los gorilas de su hermana y entro dándole alcance al pelirrojo —¿Acaso no piensas hablarme?


—Si sales otra ves me avisas por ahora estaré en mi habitación— se soltó del agarre y se fue.


Aomine por otro lado estaba desconcertado, está bien habia hecho mal pero tampoco era para tener esa actitud. No quiso darle más importancia y se fue a la cocina para comenzar a engullir sus deliciosas hamburguesas.


—¡Maldición ese idiota va a escucharme! —grito revolviéndose sus cabellos


Lo llamo y golpeo la puerta pero nada. Su paciencia se estaba yendo a volar. Así que la abrió de golpe notándolo nuevamente enroscado en su cama aferrado a la almohada. No podía negar que se le hacía adorable verlo así. Ese chico dos años mayor que él era algo tierno.  


Camino hasta él y se sentó en el suelo dándole la espalda.


—Lo lamento. Pensé que podrías librarte enseguida y cuando no lo hiciste volví por ti — se disculpó sinceramente —como guardaespaldas dejas bastante que desear, quiero decir… debías cuidarme la espalda, haberte librado y seguirme. En cambio fui yo quien salvo tu lindo trasero ¿no crees que hay algo mal aquí? — se rasco la cabeza recordando también que esta mañana se habia quedado dormido.


—Tienes razón lo siento por eso


Sin duda algo se calmó dentro de Aomine al escucharlo.


—Reconozco que soy bueno a larga distancia y con un arma en la mano. No cometo fallos, pero en una lucha cuerpo a cuerpo lo más probable es que pierda. No es mi fuerte por eso no pude librarme. Además de que eran cuatro contra uno ni que fuera Jackie chan


—Ya veo…  — trato de reprimir una sonrisa


—De todas maneras… —kagami titubeo —gracias por volver —Aomine sonrío al escucharlo.


—Bien que no se hable más. No has comido así que vamos.


Kagami se levantó de la cama y Aomine noto que habia llorado. Era definitivo aquel chico era un vergüenza para todo lo que conocía como escolta pero aun así le agradaba.


—¡Ah! antes de que se me olvide


—¡Demonios! ¿Por qué hiciste eso? — le grito al pelirrojo que le habia dado semejante cocorrón en su cabeza.


—Como que porque, lo que estabas haciendo fue peligroso. Si se enteraban de quien eras te habría ido mal, ¿acaso Yoko-sama sabes lo que haces a sus espaldas?


—No lo sabe y por eso lo deje ¡bruto no vuelvas a golpearme! —le decía mientras se sobaba y caminaba fuera de la habitación.


Una vez llegaron a la cocina ambos se sumergieron en un delicioso desayuno a base de hamburguesas.


—¿Puedo saber porque lo hacías? Dudo que el dinero te falte —Aomine suspiro pensando en si confiar en él o no después de todo estaba al mando de su hermana.


—No me falta, pero no puedo hacer nada con el sin que mi hermana se entere. Si te soy honesto tengo planeado salirme de esto. Creo que en el fondo deseo una vida más tranquila. —rio mientras bebía su jugo.


Kagami le miro embelesado


—Espero no lo menciones


—No podría tranquilo — una sonrisa por ambas parte le siguió para luego seguir comiendo.


 


~*~ 


 


La semanas pasaron e irremediablemente su relación habia mejorado, Aomine habia comprobado nefastamente que kagami en una lucha sin armas era un cero a la izquierda y no por falta de ganas pero el hombre tenía cero coordinación con sus piernas y brazos. También asombrado habia quedado al comprobar por qué su hermana lo habia escogido. Sin duda tenía una habilidad que pocos conseguían aun con mucha práctica.


 —Eres un desastre —le dijo Aomine al tirarle un vaso con agua fría —mi hermana llega hoy como te pille durmiendo como una marmota no habrá poder humano que te salve de un castigo.


—Maldición baka acaso no puedes despertarme amablemente — decía tiritando en su cama.


—¿Cómo? por ejemplo. — Ronroneo subiéndose a la cama —un besito mañanero te parece bien — le pregunto dejando un casto beso sobre sus labios provocando un adorable sonrojo. —  ah que lindo no me digas que a tus 24 años es tu primer beso


Al tocar ese tema kagami se enojó y lo miro molesto


—No, gracias a ti lo perdí por un idiota que me intento violar  ¿lo recuerdas?


—Ung acaso jamás olvidaras eso


Kagami sonrío y dejo otro beso en sus labios. Aomine sonrío bobamente y lo abrazo fuertemente. Ese chico en poco tiempo le habia robado el corazón.


—Enserio me gustas — dijo de la nada el moreno — ¿me darás una respuesta? — tan solo el día anterior Aomine se habia declarado y para evitar quizás una negativa rotunda le habia dicho que lo pensara durante la noche.


—Baka si me hubieras dado tiempo lo habría hecho ayer — Contestó respondiéndole el abrazo mientras jugaba con sus cabellos —también me gustas.


Aomine levantó la cabeza   y fue por sus labios. Ya sabiendo la poca experiencia que tenía el pelirrojo se tomó su tiempo en tomarlos. En abrir sus labios y comenzar con la gustosa exploración. Kagami solo abrió su boca mientras seguía los lentos movimientos  del moreno.


El beso se hacía más intenso y más sofocante. El calor corporal de Aomine le estaba llegando de lleno en todo su ser.


El moreno se retiró antes de provocar algo inevitable.


—Ya será mejor que te levantes —sonrío al ver al chico como en un trance  luego de su primer beso como dios manda compartido.


 


~*~


 


Otro día y ya se estaba oscureciendo hoy tendrían o intentarian tener un cita normal


—Hola chicos — ambos miraron al chica que ya no vestía esos vestidos exuberantes y llamativos. Sino que ahora tenía el cabello tomado una mascarilla negra que ahora reposaba en su cuello casaca negra y pantalones de cuerina ajustada terminando en unos botines con tacones.


—¿Todo bien? —preguntó Aomine


—Claro que si hermanito cuando he fallado un trabajo — sonrío ella con mirada inocente y risueña.


Algo que molestaba a su hermano. “como podía sonreír así luego de que quizás cuanta gente habia matado”  


—Bueno ve a ducharte y luego descansa yo voy saliendo


—Ve con yuito  necesito hablar con kagami. —Dijo autoritaria mientras se levantaba para ir por ese baño —Vamos cariño — le dijo al pelirrojo que asintió mirando fugazmente al moreno.


Aomine aquello le hiso sentirse intranquilo. No tenía chiste salir sin su chico así que no lo hiso.


Ya en el baño Kagami le preparo la tina.


—Esta lista


—Muy bien —la chica se quitó la ropa delante del pelirrojo sin inmutarse — sabes kagami necesito tu ayuda mañana —dijo con vos de niñita como quien quiere algo que le compren.


—Yoko-sama —si era lo que creía no quería.


—Sé que dije que no lo haría pero tu habilidad me sería muy efectiva esta ves juro que será solo esta ves


Kagami asintió sintiendo que algo dejaba atrás.


—Ve a dormir mañana nos espera un día largo —volvió hablar con frialdad. A veces la chica era tan cálida como fría a la ves y de eso kagami ya se habia acostumbrado.


Al llegar a su habitación Aomine lo esperaba preocupado, su mirada le dio la tranquilidad a kagami que necesitaba.  


—Que quería — se acercó al él y lo abrazo —¿te pidió que fueras con ella?  —Kagami asintió —¿Alguna vez has matado a alguien?


—Siempre hay una primera ves — intento reír— pero dijo que será solo por ahora así que luego de eso tendremos esa cita ¿Qué te parece? — le sonrío para que estuviera tranquilo.


Volvieron a besarse. Con una extraña sensación. Ambos en el fondo sabían que no sería solo una vez.


Y efectivamente fue así, pasaban días e incluso semanas en las que kagami no llegaba y cuando lo hacía cada vez era peor, su sonrisa se habia extinguido de su rostro. Siempre que le preguntaba qué era lo pasaba este le respondía que  no quería recordar  estando con él. Y luego de darle una amarga sonrisa le besaba hasta el cansancio.


Muchas veces habia tenido que despertarlo por las pesadillas que lo atormentaban hasta el punto de hacerlo convulsionar en el sueño.


Hoy nuevamente venían llegando y kagami parecía otra persona.


Su hermana sonreía a su lado. Mientras le abrasaba juguetonamente.


—Kagami lo hiso muy bien hoy — dijo felicitándolo y dejando un beso en su mejilla — ve a ducharte.


El pelirrojo asintió y se retiró.


—¿Porque lo haces? ¿Por favor déjalo en paz? Lo estas destruyendo que no te das cuenta, él no es un asesino.


—Pues lo hace muy bien —sonrío abrasando a su hermano —¿porque te preocupas tanto por él? Me está ayudando acaso no estás feliz por mí


La morena lo abrasaba recorriendo  con sus brazos la espalda del moreno pera luego situar una de manos en su nuca y mirarlo intensamente.


Aomine la aparto incómodo y se retiró dejando a la morena dolida y molesta luchando en su interior por controlarse.


—¿kagami? — Ingreso a su habitación y al escuchar el agua correr se dirigió al baño —taiga— susurro con dolor al ver al pelirrojo temblando mientras dejaba que el agua corriera por su cuerpo.


—Ya no quiero más Daiki, no… quiero más — dijo llorando mientras se tapaba la cara con sus manos.


El corazón de Aomine se terminó por romper al verlo así. Lo abraso con fuerza dejando que al gua los bañara.


—No más te lo prometo, no iremos de aquí. Buscaremos la oportunidad y no iremos mi amor


Kagami alzo la cabeza y le miro con esperanzas sonriendo por primera vez en mucho tiempo. Comenzó a besarlo dulcemente, mientras lentamente desabotonaba la camisa del moreno para retirarla por completo. Fue dejando dulces besos por todo su torso hasta quedar de rodillas en el suelo. Con lentitud despojo de sus pantalones y ropa interior quedando ambos totalmente desnudos.


Una dulce lamida despertó el miembro de aomine que gentilmente acariciaba los finos cabellos de kagami. Mas lamidas y succiones le siguieron  a la masturbación oral. Sus manos subían y bajaban apretando aquel delicioso miembro. Aomine jadeaba sonoramente y se controlaba por no tomar fuerte la cabeza de kagami y así arremeter fuertemente esa dulce boquita. Kagami no estaba para eso. No ahora.


Lo quito de su trabajo y lo impulso para levantarse nuevamente y así probar de su propio sabor.


Kagami levantó unas de sus piernas aferrándola a la cadera del moreno. Una invitación más clara que esa no habia aun así el moreno necesitaba una verbal.


—Quiero tenerte dentro de mí— su mirada se centró en la  azulina y sonrío — mételo daiki por favor —pido sobre sus labios.


El moreno asegurándose que pisaban sus ropas mojadas levanto aún más la pierna de kagami y pasando su mano por debajo de ella guio su mano a esa deliciosa entrada. Que se apretó al sentir un dedo. Lo metió sin miramientos y casi enseguida le siguieron más.


Kagami jadeaba y gemía tanto de placer como de molestia, ya lo habían hecho antes, pero habían sido tan pocas veces que  le era imposible acostumbrarse.


—Solo mételo Daiki quiero sentirte ahora —no le importaba el dolor solo quería sentirlo. A él y nadie más.


Kagami le hiso caso llevado la punta de su miembro a la entrada para introducirlo por completo. Ambos acallaron el inmenso placer que la unión les provoco con un sofocante beso.


Kagami amaba esos momentos en los que estaba con él y no pensaba en nada ni nadie más. El movimiento comenzó hacer más fuerte y sincronizado mientras entre beso y beso seguían entregándose. Hasta culminar con el nombre de la persona en sus labios mente y corazón. Ambos ignorantes a la persona que habia presenciado todo el acto.


 


~*~


 


Al día siguiente Aomine se habia despertando  he inmediatamente fue a la habitación de kagami asustándose al no encontrarlo. Lo busco por toda la casona y no lo habia encontrado. Yuito  fue quien le dijo que habia salido con su hermana y otros escoltas más.


Maldijo todo lo que pudo aquello ya se le estaba  yendo de las manos, era hoy. Estaba decidido.


La tarde paso hasta la hora que llego su hermana y para sorpresa de Aomine. Kagami no venía con ella.


—¿Donde esta kagami?


—oh hermanito después de todo kagami no era perfecto y cometió un error — dijo con una tristeza que Aomine no se compraba.


—Estas mintiendo —no podía creerle sonrío.


—Porque te mentiría. Después de todo cometió un error y los errores se pagan caro Daiki. Volveremos hacer tú y yo — decía con esa vos juguetona que cargaba.


—¡Es mentira! — grito con sus ojos aguados mientras tomaba del cuello a la morena que miraba entre sorprendida y asustada.


—Está bien — dijo tosiendo cuando Aomine la soltó —Nadie me desobedece Daiki así que está recibiendo su castigo — volvía a tener esa vos fría.


Aomine escuchando la palabra castigo se hiso una idea de dónde podía estar.


—No te vayas ¿Por qué te preocupas tanto?


—Lo amo Yoko. Se acabó, me iré con el no quiero seguir esta vida. —dijo calmado tratando de que su hermana lo entendiera.


—¿Crees que no lo sé? Por qué crees que nunca te obligue acompañarme y te deje hacer lo que querías, sabía que esto no era lo tuyo Daiki. Todo lo que hago lo hago por ti. Porque no te das cuenta ¿porque demonios tenías que fijarte en el si yo te amo tanto — decía desesperada sentándose en el suelo


Aomine lo sabía. Desde muy en el fondo sabía que su hermana tenia sentimientos hacia el que no eran sanos. Así mismo como también tenía el conocimiento de ella misma en ocasiones se debatía entre la razón y la locura. Pero era su hermana si no se apartaba de ella era porque era su única familia y la quería. Y también… por miedo.


—Lo lamento


—¡Daiki! —  gritó desesperada  al verle irse. Se agarró la cabeza y lloro como una niña pequeña


Por otro lado Aomine corría hacia las fueras de la gran mansión yendo directo hacia aquel lugar en donde su hermana torturaba a las personas para sacarles información o bien castigaba a unos de sus escoltas que como decía ella cometían errores.


—Déjenme pasar  — pidió en tono amenazante al ver al ver que dos hombre se interponían  —no voy a repetirlo — dijo sacando su arma y apuntándole al que tenía más cerca.


El chico de cabello gris abrió la puerta  notando que habia otra más adentro. Al escuchar el sonido característico de una latigazo su corazón se acelero y entró corriendo viendo con horror como kagami estaba atado con cadenas a la pared y en su cara una especia de bozal cubría su  boca. 


—¡Deténganse! — gritó a la ves que llegaba donde el sujeto y le quitaba el látigo —dios taiga resiste mi amor, ¡libérenlo ahora!


Una vez liberado lo sujeto de la cintura y lo recostó boca abajo en el suelo.


—kato trae el auto — le grito a unos de los chicos que inmediatamente le hiso caso.


—Perdóname kagami por favor quédate conmigo —decía al verle perdido y casi inconsciente


—No me iré a ninguna parte tonto — susurro con una mueca de dolor en su rostro —me duele tanto que dudo pueda ir algún lado


—Supongo que si aún puedes bromear en un momento así no debe ser tan grave ¿puedes levantarte? — le preguntaba ayudándolo a pararse tomándolo cuidadosamente


—Suéltalo


Ambos miraron hacia adelante y se encontraron con Yoko mirándolos tristemente.


—Estoy cansada Daiki, déjalo aquí y vamos casa — pidió sonriéndole —no, mejor mátalo para que nadie interfiera entre nosotros  amor.


Kagami la escuchaba totalmente sorprendido.


—Maldito mocoso nunca debí haberte traído —dijo sacando un arma y apuntándole en la cabeza al pelirrojo —no sabes cuánto te odio por arrebatarme lo más preciado que tenía.


—Yoko no te das cuenta  que somos hermanos


—¡No me importa!  Yo te amo Daiki.


—Está bien nee-san. —Dijo tratando de acercarse —yo… yo también


La chica rio pero enseguida su mirada se transformó a una de ira


—¡Estas mintiendo! — Gritó llorando a la hora que lo apuntaba ahora —No te muevas Daiki


Kagami miro hacia un lado y noto el arma que traía Aomine a su lado. Con todo el dolor que sentía fue por ella.


—No te miento eres lo único que tengo Yoko ¿ Porque no te amaría?


—Estas mintiendo te enamoraste de ese, ¡Te vi con el! Apártate. Si yo no te tengo el tampoco  — grito pero Aomine no se apartó — ¡Que te muevas te dije! — le grito a la vez que le disparaba en el brazo y una vez teniendo la vía libre le apunto a kagami


—Espero y te pudras en el infierno.


—Espera — grito Aomine


Kagami cerró sus ojos antes de mirar a Aomine y pedirle perdón.


Nuevamente el sonido estridente del arma se dejaba escuchar al momento que dos cuerpos caían al suelo. Aomine se quedó helado ante la imagen, corrió donde kagami ignorando el dolor quemante en su brazo. Lo reviso por completo y al ver que no tenía ni una bala en su cuerpo respiro tranquilo.


—Perdóname —lloro kagami mirándole — puedes odiarme por esto pero… ahora eres libre.


Aomine sonrío a verle sonreír miro hacia el otro lado donde veía a su hermana tiraba en el suelo con su cabello tapando lo que seguramente serie el causante de sus muerte.


—Jamás podría odiarte ¿kagami? —preguntó al ver que sus ojos se cerraban y aquella mano que acariciaba su mejilla caía al suelo con fuerza. —¡Taiga! —grito con desesperación


 


~*~


 


Kagami abría paulatinamente sus ojos, su cuerpo lo notaba pesado y adolorido. Se encontraba boca abajo. Con cuidado se levantó notando su espalda tirante. De dio cuenta que llevaba  solo un short. Se acercó al gran ventanal que le daba la bienvenida y noto una colorida y hermosa ciudad que no conocía.


—Veo que ya despertaste ¿cómo te sientes?


—Creo que bien. ¿Dónde estamos? ¿Qué fue lo que paso?


—Ven siéntate — lo llevo a la cama de nuevo


—Después de eso con mi hermana te lleve con Tora para que te revisaran. Al pobre casi le dio un infarto cuando te vio.


Kagami abrió sus ojos de lleno cuando a su cabeza lo invadieron los recuerdos. Sus ojos se aguaron nuevamente


—shh ya… olvida todo. Eso queda en el pasado ahora solos somos tu y yo empezando de nuevo en una nueva cuidad  y un nuevo país.


—De verdad perdóname era tu hermmm… — Aomine le tapó la boca con sus labios.


—Olvídalo — le dijo mirándolo fijamente y kagami asintió.


—¿Cómo me trajiste aquí? ¿Cuánto llevo inconsciente?


—En eso me ayudo Tora, y llevas tres semanas. La verdad es que no soy muy buen doctor así que apenas veía que despertarías y te quejabas te sedaba.


—Si que eres eficaz  —rio kagami.


—Pero ahora estas aquí… bien y conmigo me he sentido muy solo sin tu sonrisa acompañándome


Kagami sonrío mientras por sus mejillas corrían lágrimas de felicidad al da verse libre y en paz.


—oh ahora que lo recuerdo ¿no tienes algo que confesar Taiga? —Pregunto el moreno ayudándole aponerse una holgada polera.


—¿Confesar?


—¿Algo como tu edad por ejemplo pequeño mentiroso? — dijo mirándolo con el ceño fruncido


—ahh mi edad jeje — rio nervioso — lo habia olvidado, no fue idea mía se suponía que era para que me respetaras. Aunque no lo hiciste mucho —dijo recordando sus maneras tan “amables” de tratarlo.


 —Como podía hacerlo si eras tan torpe, siempre te encontré demasiado extraño y ahora sé porque — rio para luego entristecer la mirada — nunca debiste pasar por todo eso.


—Ya da igual olvídalo


—Si tienes razón, ahora hay que concentrarnos en esa recuperación para luego tomarte como se debe luego hacerte el amor hasta saciarme y luego sexo —dijo besando su cuello —… sexo sexo y mucho sexo  —más besos que causaban cosquillas en kagami — sexo y amor otra vez y otra vez de ahí pensar en que haremos con nuestro brillante futuro.


—Valla que tienes tus prioridades — rio kagami abrasándolo — pero me parece bien aunque yo pienso que lo de hacer el amor podríamos adelantarlo un poco.


—¿Mi pequeño quiere que lo ame?


—Si me lo preguntas solo tengo una respuesta


—No se diga más entonces


Sonrió antes de besarle. Si escogían una posición correcta aquello no sería para nada difícil.


Lo que más quería Aomine era inaugurar aquel nidito que habia comprado pensando en su pequeño. En donde juntos y con todo el amor que se tenían empezarían una nueva vida.


 


Fin.


 

Notas finales:

 Ahh enserio a veces me daré un tiro por poner tanta ñoñería XD bien lindas espero les haya gustado. Si no, también me lo pueden hacer saber.

Las quiere

 Reiga <3 


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