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La locura del rey de Picas por Mokona negra

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Notas del capitulo:

Hermana: ¿Por qué estas escuchando esa música? 
Yo: Quiero sentirme triste.
Hermana: -Me mira feo- 
Yo: ¿Qué?
Hermana: Mejor, solo piensa lo rara que eres.
TwT
Bueno pues, espero que disfruten esta nuevo capitulo. 
Nota: Los personajes y la imagen no me pertenecen, créditos a su respectivos y genialosos autores. 
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"Sus ojos amatistas tenían la luz de una noche estrellada, el color de su iris le iba perfecto con el titulo que se le había otorgado. Era misterioso para muchos, una sombra que solo con la luz de quien servía era posible verle, pero, su sonrisa, aquella que mostraba cuando cruzaba palabra con los personajes de la corte que parecía obligado a hablar, no cuadraba, su amigable gesto, no podía pertenecerle a una sombra, a un soldado con tal reputación. Es curioso, porque, creí que cuando estuviera frente a frente con él lo entendería, descubriría por que su mirada de asesino no combinaba con su otro rostro amable. Claro, solo logre confundirme aún más. Bien, si, era joven, solo un aprendiz que le admiraba y había escuchado un montón de historias y hazañas que había realizado de los soldados experimentados, pero, aún con los años siguientes que hable con él, que me tomó como discípulo, que tomó mi mano guiándola en el entrenamiento y felicitó por mis avances, no pude entenderlo.

Pasar tiempo a su lado, que me permitiera compartir momentos con esa extraña persona, avivó algo en mi interior, brazas de admiración se encendieron y comenzaron a convertirse en…felicidad. Era feliz admirándole, deseaba llegar a ser como él, para mi, era la persona mas increíble del mundo."


Sus manos no habían dejado de temblar desde la pelea,
Todo había sucedido de una forma, que le hacia ver como una clase de sueño, una pesadilla. El As tomó de regreso su caballo despues de lo que había tenido que hacer con su otra mitad, el otro As. El aroma de la tierra, el sol frio sobre el cielo azul claro de Picas, su agotado cuerpo, el vacío que le carcomía despues de la batalla, todo le indicaba que esta era la realidad.
Se supone que servimos a Picas. Nuestra vida le pertenece al reino, somos fieles hasta la muerte…pero en realidad…
Sus manos, su apariencia, todo debia ser disimulado, no debía llamar la atención. Ocultando la joya de la reina, el joven As regresó al castillo.
Sus largos cabellos flotaron con el viento y esto le molesto, ocultando su rostro tras su ancha capucha, pasó el umbral de las puertas del castillo de Picas, sin perder tiempo, se dirigió a ver a cierto prisionero ¿Qué es lo que debía decir cuando estuviera frente a él? ¿Cuál sería su reacción al reconocer lo que había perdido y ahora poseía?
-¡A un lado! -Gruñó ordenando que los guardias de la celda se retiraran.
Confundidos el par de soldados miraron al As.
-No podemos dejar que vea al prisionero As Luz, el Jack a-
Las palabras impertinentes del soldado fueron acalladas cuando el As les mostró lo que portaba. Hasta el mas simple soldado reconocía ese bello anillo.
-Es…
-Necesito respuestas del prisionero sobre esto.
Los guardias reaccionaron de inmediato, abrieron las celdas para el As que miraba con ojos fijos la puerta, atenta.
-No quiero interrupciones.
-¡Como ordene As! -Captaron los guardias.
Cuando la puerta se cerró tras el As, sus cuerpo se congeló. Sus orbes aguileños observaron todo, la madeja de pensamientos y sentimientos rodó dentro de su cuerpo haciéndole vacilar. Despues de encontrarse de nuevo con sus sangre y pelear contra quien alguna vez luchó y entrenó hombro con hombro, le había dejado débil, física y mentalmente. Esto no era fácil, pero había tomado una decisión.
Matthew levantó la cabeza con dificultad al percatarse de la magia que acompañaba al As.


"…en realidad ¿A quien pertenece nuestra fidelidad?"


Lento, los ojos de Matthew se abrieron, sus orbes comenzaron a tomar brillo, fuerza, furia. El As tensó su mandíbula y descubriéndose dejó ver su rostro herido, hebras castañas cayeron sobre sus hombros y un débil fuego azul, recorrió su rostro y cuerpo.
Matthew se tabaleó cuando Luz se acercó con pasos largos y decididos y entonces, el fuego se extinguió dejándole verla a solo un metro de distancia.


"Yo…creí que era fiel a picas, al rey, pero, cuando apenas era un aprendiz, sin siquiera saberlo, lo seguía él. Mi fidelidad, estaba con esa sonrisa que solo una persona tan pura podía poseer. Pero…me equivoque, no tuve la fuerza suficiente para plantarme firme ante la presión que me sometío el reino. Todos aquellos que me rodearon le señalaron, lo acusaron de lo peor y lo hirieron…yo…guarde silencio…"


Las palabras fueron sustituidas por el ofrecimiento y un lamento silencioso, el brillo de la joya de la reina sobre manos que se habían equivocado lo ofrecía.
Matthew contempló la joya y luego el verdadero rostro de quien había cruzado la puerta.
-Si desea mi vida, la tiene, pero, antes que la tome, deje que lo ayude en su escape. Es lo menos que puedo hacer.
La voz de Eduardo se escuchó despues de haber desecho su disfraz que había creado con su magia. Sus rodillas tocaron el suelo, ofreciendo la joya de la reina.
-Le eh fallado, al reino, a la reina de Picas y a usted.
Matthew alargó la mano y tomó la joya. Un fulgor tornasol se reflejó ante sus ojos al tocarla y llevarla a sus labios.
Un toque suave, eso bastó para que Matthew sintiera de nuevo la unión con Arthur gracias al anillo.
-As de picas…
Eduardo cerró los ojos por pura intuición, él era el único traidor aquí, el único que merecía la tortura que su maestro había soportado, el…
-Gracias.
El As levantó la vista y con el tintineo de las cadenas, una frente tocó la suya.
Las palabras, su agradecimiento, su gesto, cada acción que no espero el joven As fue abrumador y peor que una hierro al rojo vivo sobre su piel, no tenía tiempo para llorar, para desahogar aquel sentimiento que comenzó a ahogarlo al saber que su maestro le perdonaba pero aun así, sus lagrimas rodaron sobre sus mejillas.
-Maestro.
Fue lo único que podría decir el joven As por ahora, por que su garganta no le permitía emitir sonido alguno, porque las palabras no tenían un significado claro, por que ahora, tenia que ayudar a su maestro a encontrar a su reina perdida.
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El goteo de la sangre formó una mancha oscura en el suelo, la hoja de la hoz probó el hierro por fin y el silenció duró solo un segundo.
-No te dejare.
Su carmín brilló cuando su sangre se derramó protegiendo a la reina de Picas; el Joker había desafiado al rey de Tréboles.
Arthur dejó escapar un quejido cuando un dolor liberador se expandió sobre su piel mallugada. Las ataduras estaban siendo deshechas pero no tenía muy claro por quien. El calor humano sobre su cuerpo le hizo temblar bajo el cobijo de la tela, todo pasaba con un sepulcral silencio. Silencio con el cual, la reina de Picas pudo escucharlo. Un golpe, uno más, luego otro y otro, formaron un rítmico canto de un acelerado corazón, uno lejano que Arthur reconoció y solo él podía escucharlo ¿Por qué precisamente ahora? No importaba, lo único que importaba era que Matthew, estaba vivo.
La reina y el As de Picas de nuevo estaban unidos por la joya de la reina y las marcas de Picas en su cuerpo lo confirmaban.
-Oh.-Ivan sonrió.-Entonces, en verdad es la reina de Picas.-Dijo sin dejar de sonreír, haciendo una corta reverencia.
-¿Cómo pudiste hacerle algo como esto?
-¿Umh?
-¡No te hagas el inocente conmigo! -Gritó el Joker.-¡Sabes que no puedo permitirlo! Tu…tu…
El Jack mostró los dientes a la defensiva cuando el rey dio un paso delante, su hoz seguía a su lado, peligrosa.
-Tu…no, no puedes ir en serio ¿Verdad?
El rey de Tréboles respondió con una curva y blanca sonrisa, una macabra que empequeñecía sus ojos inyectados de un interés inquietante.
-¿Crees que dejare pasar esta oportunidad? Él, es la reina de Picas ¿Sabes que ventaja obtendré? Estoy seguro que la noticia le encantara a la reina de Tréboles ahora que algunos de sus mas fieles soldados han dado la vida defendiendo sus tierras…Así que.-Iván acarició la hoja de su hoz manchada.-No te lo dejare tan fácil, Joker.
Arthur sintió una oleada de energía mezclada con desesperación al escuchar las palabras del rey de Tréboles.
-¿Jo-Joker? – A pesar de su fatiga y el dolor de las heridas Arthur demandó a sus piernas sostenerle.-¿En verdad tu eres el Joker?
-Ey, tranquilo.-Habló con voz baja sin darle la espalda a Ivan.-Lo soy, pero no te sobre esfuerces. Saldremos de aquí.
-No, no lo entiendes, yo, te eh estado buscando.
-No sabía que fueran tan popular Joker.-Bromeó el rey.
-Tsk.-El Joker sonrió ocultando su nerviosismo.- ¿En serio te sorprende? Sabes que soy tan asombroso que…
-Te has convertido en un mito.-Completó Ivan.-¿Verdad? Ya nadie cree en ti, ¡Ah! lo siento, creo que no debí decirlo de forma tan brusca. Se que es un tema delicado para ti.- Arthur notó como los puños del Jack temblaron.-Así como el porque estas aquí, en la tierra de Tréboles. Sé, tambien el porque no has convocado tu magia a pesar de que yo iré en serio por la reina de Picas. Tu, no deseas pelear conmigo. No puedes.-Un pasó amenazante hizo retroceder al Joker.-Solo estas fanfarroneando Gilbert. Si en verdad quisieras, tu ya me hubieras asesinado.
Las certeras palabras de Iván eran las causantes de que el Joker temblara, Arthur no lo entendía ¿Por qué el Joker se estaba conteniendo? ¿Por qué?
-¿Tanto sabes de mi, no? -La voz del Joker cambio de tono.-Entonces, sabes porque no quiero luchar contra ti.-Una aura oscura comenzó a emanar del cuerpo del Jack, Ivan al darse cuenta entrecerró los ojos calculando el peligro.- Y a pesar que lo sabes, aún quieres que esta guerra se extienda ¿Por qué? ¿Por qué los humanos son tan avariciosos?
Arthur escuchó las palabras del Joker. Era tan familiar el ambiente, esas palabras, aquel sentimiento que flotaba a su alrededor.
-Te equivocas Joker.-El rey en un gesto amable, sonrió de forma diferente mientras inclinaba hacia un lado la cabeza.-No es avaricia lo que me mueve, no es solo el deseo de Tréboles en expandirse. Yo, deseo tener el poder suficiente para liberarte de tu soledad.
Arthur abrió los ojos al entenderlo porque la escena le resultaba tan familiar.
-¿De…de que hablas?
-Gilbert, ya no serás solo un mito si conquisto los cuatro reinos, con ese poder, estoy seguro que hallaré la forma de liberarte de tu papel de este mundo.
Lo que sentía el rey de Tréboles por el Joker…
-No…Iván…eso…no puedo permitirlo.
La aura negra del Joker se volvió espesa y despedía peligro, era como si un segundo ser luchara por desprenderse de su espalda, Iván lo contemplaba con rostro indescifrable, ante la negativa de Gilbert, sus ojos fueron ocultados por su cabello y sus labios con la bufanda larga que cubría su cuello.
-Joker…te liberare de tu maldición aunque tenga que lastimarte un poco primero…
El cello de Tréboles relució con luz esmeralda bajo los pies de Ivan tornando la hoja de su hoz negra como la noche y tan larga como su cuerpo, los dos, pelearan sim duda ya.
-No…
El esmeralda de Tréboles combinaba tan bien con la mirada decidida de Arthur quien usando un arriesgado hechizo, dejo en descubierto su existencia.
Tras el Joker el zafiro y el plata dibujaron el escudo de Picas, Arthur convocó la magia del tiempo con el reloj de bolsillo que le permitiría detenerlo.
-Argh…-El Jack se volvió para mirar como la reina escupía sangre.-No…no dejare que pelees con él…
-Reina de Picas…¿porque?
-L-lo siento…podremos discutirlo despues…ahora…
Gilbert mordió su labio, agachó la mirada y comprendió.
-Vámonos.
Usando su magia y la oportunidad creada por Arthur, el Joker y la reina escaparon dejando a el rey de Tréboles congelado en el tiempo momentáneamente.
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-Esto no me gusta.
Los largos vestidos de tul y sedas finas de la reina de Tréboles le seguían mientras se dirigía a la sala principal de su exagerado y enorme castillo. Ninguna sombra existía dentro de sus paredes, el rey había sido muy claro, el palacio debía ser hermoso, debía brillar como si el sol se tratase, debía ser una joya en medio de las nevadas que le recordara a su gente lo esplendido que era Tréboles. Adorando con tesoros y pinturas de maestros artesanos de estas y otras tierras, ningún centímetro era desperdiciado. A la reina Elizabetha no le importaba, lo engorroso y extravagante que podía llegar a ser la decoración en ocasiones.
-Ni el As, ni el Rey se han presentado y es estúpido que nadie…-la reina se aclaró la garganta recordando que debía guardar su compostura, además, era una vergüenza si el Jack presenciaba uno de aquellos “fallos” que no eran propios de una reina.
-No se preocupe reina de Tréboles.-Trató de calmarla Roderich, el Jack de Tréboles.-Sabe que el rey, en ocasiones sale del castillo en solitario.
-Lo sé.-Suspiró.-Pero, no puedo evitar preocuparme. Temó por Tréboles y la postura que adopte frente a esta guerra que y a rozado nuestras fronteras. Se que el rey es tan fuerte que no necesita que “restablezca” su energía pero aún así…
La reina de Tréboles se detuvo.
-¿Majestad?
-Esta aquí…
Contestó observando dos enormes puertas que pertenecían a un salón de baile, famoso en Tréboles por las numerosas y enormes ventanales que poseía y claro, las maravillosas y esplendidas fiestas celebradas en ese lugar.
-¿Aquí? Pero…
La reina no esperó explicaciones de su Jack y usando su fuerza abrió de un solo empujón las descomunales puertas.
Una gélida bienvenida la recibió.
-¿Nieve?
Los pisos de loza marmoleada y las escaleras de tapiz rojo habían sido cubiertas por nieve, los pilares brillaron por el hielo que les cubría y en solitario, un rey en medio del salón les daba la espalda.
-¡Rey de Tréboles! -Gritó Elizabetha bajando con cuidado las escaleras. El frio dentro era superior que el del exterior, este, hacía que el aliento de la reina fuera visible.-¿Qué sucede? ¿Qué has hecho?
Preguntó a medida que se acercaba, al fondo, cerca de las ventanas abiertas de par en par, la silueta delgada del As de Tréboles observaba.
-¡Ah! ¡Mi querida reina! -Contestó por fin Iván notando a su reina y al Jack aturdidos por el aspecto del salón.-Lo siento, es solo que, recordé que este salón, es un lugar sumamente hermoso, entonces, quise averiguar si podía hacerlo mas bello.
-No lo entiendo.-Se quejó la reina.
-Umh, Oh Jack ¿Podrías tocar algo para mi?
Elizabetha notó enseguida que el comportamiento del rey no estaba bien. El Jack observó un segundo a su reina y con un ademan respetuoso se inclinó.
-Con gusto.-Dijo y camino hasta donde se encontraba el piano blanco de cola del salón de fiestas.
-Iván…¿Qué a sucedido?-Preguntó su reina guiándose por su intuición.
Iván le miró sonriente y una melodía tranquila y lenta, inspirada por el invierno, comenzó a ser interpretada. Roderich tocaba suavemente las teclas y aspiró el helado ambiente. Inconscientemente podía sentirlo. El frio, la soledad, una locura momentánea que agobiaba a su rey.
-Mi querida reina, siempre me ha encantado tu sencillez y lo inteligente que eres. No puede haber mejor reina que tu para gobernar Tréboles.-Decía extendiendo su mano a Elizabetha.
-No has contestado ninguna de mis preguntas.
-Si bailas conmigo, lo hare.
Una nota aguda se sostuvo y por fin la reina aceptó bailar con Iván.
Su danza, era perfecta para dos copos de nieve que caían del cielo gris, meciéndose con las corrientes heladas, desconociendo su destino, bellos y tan diferentes uno del otro.
-¿Sabes? Tambien creo que eres muy fuerte. Una guerrera mas que una reina.-Dijo inocentemente Iván.
-¿Qué esta pasando? -Peguntó de nuevo la reina.
-Lo eh decidido. Eh decidido que no dejare que Picas tome Corazones.- Elizabetha abrió los ojos sorprendida.-Quiero que me ayudes a formar esta alianza, ayúdame a que los rebeldes que aun existen en Diamantes no se asfixien bajo la opresión de los zafiros, a que esta guerra termine.
-¿Por qué has decidido esto?
-Porque…
Era un bello desastre, la nieve inundando el salón de fiestas, la música triste que reflejaba la soledad del rey, la confusión que se reflejaba en los grandes ojos café de Elizabetha.
-Porque las aves añoran ser libres, a pesar de la belleza de su jaula.
-Sigh.-La reina suspiró.-Te has vuelto loco rey de Tréboles.-mirándole trató de descifrar el verdadero significado de esas palabras, pero siendo imposible, simplemente se alegró.-pero si con eso, detenemos el avance de Picas, no me importa.
- Bien dicho, mi reina.-Contestó Iván con una risita.
Como era de esperarse el rey de Tréboles no admitirá que su soledad y melancolía, había sido causada por el escape de su querido pajarillo maldito, aquel que irónicamente, intentó liberar.
<< Tu tienes un papel en este mundo y yo tambien >> Pensó cuando la bella música siguió.
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Las luces de las velas iluminaban su rostro pensante y la copa llena de vino sobre la mesa. Hace unas horas, Alfred había podido detectar magia del tiempo ser usada. Eso, era imposible. El tiempo solo podía ser manipulado por el y…
-Señor, como me lo ha pedido, mis mejores hombres siguen a los fugitivos, sin que lo sospechen.
Alfred movía una pequeña figura distraídamente; una bandera de picas sobre un mapa extendido en una mesa ancha, donde se discutían los siguientes movimientos de su ejercito.
-Bien.-Alfred dejó la bandera y observó otras mas de Corazones, golpeó una asiéndola caer y luego otra.-Quiero terminar esto.-Dijo ahora golpeando una de Tréboles.-Deseo que la reina observe su nuevo mundo.
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Notas finales:

Drama, drama, drama, según yo me vuelvo muy dramática. Bueno ¿Qué les pareció? Se que estos capítulos han sido mas cortos que los anteriores, no tengo ni idea de porque XD, igual espero que les haya gustado y bueno, den sus comentarios y preguntas, gracias a todos por leer y seguir este ff ¡Saludos! 
Nota:¿Ya se dieron cuenta que me encanta el Ruspru? -huye


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