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La locura del rey de Picas por Mokona negra

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Notas del capitulo:

¡Holo! De nuevo aquí con un nuevo capitulo, ha sido una semana un poco extraña para mi, pero bueno, solo lo digo porque a pesar de todo sigo escribiendo XD como sea, espero que disfruten el capitulo.
^3^
Nota: Los personajes y la imagen no me pertenece, créditos a sus respectivos autores.

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Las sabanas tenían el perfume de la lavanda, arrullador y sutil, invitaban a Arthur seguir durmiendo en sus suaves brazos de algodón marfil. La habitación donde había dormido (o por lo menos había intentado dormir) era simplemente preciosa. Arthur se había despertado antes que el sol esa mañana, estaba ansioso por salir y dirigirse a Corazones y las pesadillas recurrentes lo apresuraban.
Frotando sus ojos salió de la cama para prepararse.
-Te ves terrible a pesar de la cómoda habitación que te eh brindado.
El ojiverde arrugó la nariz al ver al rey de Diamantes en la habitación, sentado en una butaca tapizada, cerca de la chimenea encendida. En su mano sostenía una copa de vino.
-Es de mal gusto colarse a las habitaciones de tus invitados.-Resopló la reina.-¿Qué haces aquí?
-Pensé que te alegraría saber que todo esta listo. Me eh puesto en contacto con Antonio, el As de Corazones esta dispuesto a escucharte al igual que el Jack.
Arthur cerró los ojos un segundo. Pensando.
-Eh hablado mucho con la reina Lily y Vash sobre las estrategias para repeler los ataques de Picas, de los pocos que eh tenido la fortuna de conocer, en ninguna de esas pequeñas juntas estuviste presente…no me vengas con que el rey viene personalmente solo a decirme eso ¿Qué es lo que quieres Francis?
-Al punto como siempre reina de Picas.
Francis observaba la danza de las llamas mientras Arthur esperaba impaciente a que hablara.
-Arthur.- Francis se levantó.-No dejare que otro inocente muera frente a mis ojos, no permitiré que de nuevo se sacrifiquen por mi.
-¿Has esperado ah que despertara solo para decirme eso?
-Toma un baño reina, mandare a la servidumbre con algo delicioso para ti antes de que te marches.
Dijo Francis dándole la espalda y poco después salió de la habitación.
La doble puerta alta y decorada apenas duro unos minutos cerrada antes de que alguien llamara a la puerta y se abriera de nuevo.
-Buen día Matthew.-Saludo el ojiverde.- ¿Tan temprano me vigilas?
-Mh, yo…
Arthur sonrió por debajo. Era curioso como la pena se reflejaba en su As siendo una persona seria cuando estaban acompañados.
-Vamos, vamos, solo bromeó Matt y dime ¿Tienes alguna noticia?
Preguntó el ojiverde luchando con un pequeño nudo en los cordeles de sus ropas para dormir, Matt desvió la mirada cuando la reina comenzó a despojarse de sus ropas.
-El Jack me a dado la noticia que hoy podremos partir. Los caballos están listos y nuestro punto de encuentro con el As y Jack de corazones esta decidido.-Decía Matthew tratando de evitar el cuerpo desnudo de Arthur que se dirigía a el cuarto de baño.
-Es una pena que tengamos que dejar la hospitalidad de los reyes.-Soltó Arthur con una sonrisa agridulce.-No todo los días el rey viene en persona a ponerte al tanto de las situaciones.
-Entonces… ¿el rey Diamante estuvo aquí? -Intuyó Matthew.-Creí verlo en el pasillo.
Arthur se había dado cuenta que había hablado de mas.
-Sí. Vino a dar los buenos días y a decirme que estaba preocupado.-Intentó explicar sin hacer revuelo por lo que había sucedido.
Matt no estaba muy convencido, Arthur intentó decir algo mas para despreocuparlo pero, la tierra en un movimiento brusco no se lo permitió, su vista se nubló y como la ropa que había estado usado se deslizó al suelo al sentirse mareado.
-¡Arthur! ¿Se siente mal?
-N-no es nada.-Arthur aceptó la ayuda de Matt para volver a ponerse de pie.-Solo vértigo.-Explicaba recostándose en el pecho de Matt.-Últimamente me mareó con facilidad. Pero solo me toma un momento recuperarme. No…no te preocupes.
-Eso esta mal…
Susurró Matthew observándole. Arthur estaba pálido.
-No. Estoy bien.-Repitió el ojiverde.
-No lo esta.
Arthur se vio en brazos de Matt quien con facilidad lo había ayudado a sentarse en la orilla de la cama. Controlando su respiración, el ojiverde intuyó lo que estaba a punto de ocurrir.
-Matthew, no es necesario.-Susurró Arthur comprendiendo que es lo que Matthew pretendía.
Matthew sostuvo una pequeña sonrisa cuando tomó la mano de su reina y el anillo que usaba comenzó a brillar.
-Esta débil, necesita esto.- Contestó.
Tras estas palabras una neblina plata se formó alrededor del cuerpo de Matthew, el calor de la magia que se estaba llevando a cabo se concentró en el anillo. Poco a poco ese calor comenzó a quemar cuando el símbolo de la reina apareció en Arthur.
-Disculpe, su majestad y acepte esto…
La neblina que lo rodeaba se condensó de golpe frente a los ojos de la reina. Arthur observaba como aquella neblina se trasmutaba en una enredadera brillante que nacía de la piel del brazo de su As, la planta echaba hojas en forma de corazón, pequeñas; se enredaba sobre su brazo pasando por el anillo y luego crecían hasta tocar la piel de la reina. Arthur podía ver con esa manifestación de fidelidad que Matt entregaba lo mas preciado para cualquiera, la vida.
“No permitiré que de nuevo se sacrifiquen por mi”
<< ¿Ha esto te referías Francis? ¿Es por eso que estabas tan angustiado? >>
-Ugh.
Matthew cayó de rodillas ante su reina, toda su fuerza se evaporaba unos minutos cuando recurría a la magia del anillo para brindarle fuerza vital a Arthur. Sus ojos ardían y no podía hacer nada mas que intentar recuperarse sobre las piernas desnudas de Arthur.
-Matthew. Esta bien, descansa un poco.
Arthur acomodó su cabeza para que descansara sobre sus piernas, su voz había cambiado y su cuerpo igual. De nuevo la magia de picas había hecho fluctuar su edad y su apariencia. Era un poco mayor. Casi un adulto joven.
-Cuando me brindaras parte de tu vida, el iris de tus ojos cambia a uno diferente.-Decía Arthur apartando el cabello rizado del rostro de Matt.-Uno que me gusta.- Arthur frunció el ceño y cerrando los ojos, besó la cabellera de Matthew.-Lo siento.
<< Es natural que te preocupes por él, Matthew es importante para ti ¿No es así Francis? Tú…tú seguramente me odiarías si te enteraras que es lo que esta pasando en realidad con el As de Picas >>
Pensó amargamente Arthur, sintiendo el calor del aliento de Matthew sobre su piel.
Siempre que el As le entregaba una parte de su vida a la reina de Picas, esta se disculpaba con un rostro angustiado.
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El cielo se volvía claro y el dorado de los primeros rayos del sol se reflejaron en la distante mirada de Alfred. Su capa larga y las ropas para combatir abultaban su cuerpo; para sus subordinados como para sus enemigos era enorme, fuerte y atemorizante.
-Eduardo, Luz.
Tras él, su par de Ases esperaron ordenes.
-¿No les parece que es un buen día para reunirse con la familia? -Preguntó esperando las reacciones de sus nuevos ases.-Tal vez tenga suerte y hoy por fin alcance a mi hermano…
Yao los había elegido por el potencial que tenían, además de destacar en combate, había algo en ellos que a Alfred le agradaba. Tal vez era que los dos estaban lastimados por la partida del antiguo As.
-Eduardo, me acompañaras al frente. Luz, dirigirás el ataque.
-Si señor.-Respondieron al mismo tiempo.
-Bien, retírense. Quiero que estén listos cuando la luz toque el campamento.
Cuando los dos ases se retiraron dejando de nuevo a Alfred solo, este invocó silenciosamente el poder de Picas, observando el reloj de cuerda que tenia guardado en su bolsillo.
-Es hora.
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-No lo puedo creer ¿De nuevo cambiaste?
La afirmación de Francis que era mas una duda ante la nueva apariencia de Arthur hizo sonreír a la pequeña reina Lily.
-Basta Francis, es la tercera vez que lo dices.
-Es que no puedo creer que la magia haga eso ¿En serio eres tu?
-Deja de tocarme-Gruñó la reina de picas ante la impertinencia del rey Diamante.
La salida de Arthur y Matt era de lo mas relajada, parecía que la reina solo regresaba a su hogar después de haber visitado a un viejo amigo.
-Señor, compórtese como debe ser.-Gruñó Vash haciendo reirá a la pequeña reina Lily.
Matthew observaba la escena con gesto amable, le parecía increíble que algo así ocurriera a pesar de lo todo.
-¿Seguro puedes cabalgar? Si te conviertes en un mocoso mientras están galopando asustaras a mis pobres chicos.-Decía Francis refiriéndose a sus caballos.
-¡Eso no sucederá!
“Lo siento” Matthew recordó la angustia de Arthur y se alegró de ver que Francis podía cambiarlo un poco “Matthew” la voz de Francis retumbó en sus recuerdos. Aquellos dos monarcas sufrían por dentro, pero en este preciso momento se las apañaban para relajarse, pero eso tenía que terminar. Matt se incomodo al ser aquella persona que se los recordara.
-Su majestad…
-¡Señor! ¡Su majestad!
Todos dirigieron sus miradas a la agitada As de Diamantes. Victoria, la protegida del rey. Sus cabellos largos y castaños estaban enmarañados por la carrera, sus ojos reflejaban malas noticias y su piel se había empapado con sudor.
-¿Qué es lo que ocurre Victoria? -Preguntó enseguida el Jack preocupado.
-los puestos de vigilancia han sido atacados.-Intentó explicar Victoria a pesar que le faltaba el aire.-Es el ejercito de Picas se dirige hacia acá.
En los ojos del Jack la alarma se reflejó.
-¡Reúne a los hombre y que toquen la alarma! -Ordenó enseguida.
-Maldición.-Gruñó el Jack cuando el As se marchó a toda prisa.
-Han adelantado el ataque.-Susurró Arthur con pena.
-Ustedes deben marcharse.-Ordenó Francis hablando por fin.-Deben de salir de la cuidad y reunirse con Antonio.
Arthur se quedó inmóvil.
-¡Reina de picas!-Gritó Francis.-No te atrevas a pensar que perderé. El reino de Diamantes es fuerte.
-Francis…
-Arthur. Tenemos que marcharnos.-Le susurró Matthew.
Aunque no quisiera, Matt sabía que era lo único que podían hacer.
-Reina de picas.-Lily se acercó a Arthur.-Gracias por esa tarde de té, le aseguro que todo lo que has dicho nos ayudara para combatir y salvar a nuestra gente.
-Reina Lily…
-Por eso, ve. Marchaos y no preocupéis.
Arthur sostuvo su mirada. La reina de Diamantes era muy fuerte, no había sombra de dudas en su ojos.
-Gracias por todo su alteza.
Agradeció Arthur inclinando su cabeza. Subiendo a su caballo, miró por ultima vez al rey de Diamantes.
-Francis. Imagina que soy yo…y dame una paliza.
Francis parpadeó.
-¡Jajaja! ¡tú si sabes como animarme!.-Dijo el rey.
Arthur asintió y dándole un golpecito a su caballo, este relinchó y sus pisadas se escucharon al marcharse.
-Matthew.-El As se detuvo mirando impaciente al rey.-Cuida a Arthur y cuídate tambien.
Matthew no pudo decir nada, solo le dio la espalda al rey y montó.
-Mi señor.
Lily pudo darse cuenta de la angustia de su rey.
Tomando su mano y entrelazando sus dedos, Francis besó la mano de su reina.
- lo siento reina Lily, pero necesitare de tu fuerza.
Lily asintió levemente y acercándose a su rey que la esperaba con una rodilla en el suelo, sus labios pequeños y rosados, se posaron en los de Francis. Su toque, cálido y dulce incremento el fuego dormido del poder de Diamantes.
-Gracias reina Lily.-Francis besó los dedos de la reina y le sonrió como señal de que no se preocupara.
-Creo que llego retrasado.

El Azul del sello de la magia de picas hizo acelerar el corazón del Rey de Diamantes. No lo podía creer.
-No.
Susurró y el azul de picas fue encerrado por un destello dorado cuando el rey de Diamantes convocó su magia deprisa.
-¿Una barrera?
El silenció reino súbitamente cuando el eco de las pisadas del rey de Picas resonaron en las lozas que llevaban hasta donde se encontraban los reyes.
-Vash, protege a la reina cueste lo que cueste.-Ordenó Francis cuando el perfil sombrío de Alfred apareció ante ellos.
-Dime rey de Diamantes ¿Por qué has creado esa barrera tres de ti? ¿Acaso no quieres que siga a esas personas que se han marchado?
-Tsk.-Francis se tensó.
-¿Cómo es que llegaste al palacio? Mis hombres…
-Tus hombres son unos inútiles ante el poder de Picas, no pueden hacer nada si deseo “saltar en el tiempo”
-Eso es un desperdicio.-Sonrió Francis tratando de verse seguro de si mismo.- Has malgastado tu magia para llegar hasta aquí…
-No, no es que la haya mal gastado rey de Diamantes ¿Qué no lo entiendes?
El zafiro iluminó la mano derecha de Alfred, el rey materializaba su arma real para atacar.
-Eh utilizado mi magia para llegar hasta acá y eliminar a Diamantes, tomare tus riquezas y así podre exterminar a Corazones y Tréboles, solo necesito tus recursos. Por eso, eh dejado que mi ejercito masacre a tus hombres mientras yo reclamo su cabeza. Cuando eso suceda, mi nuevo As, ira tras ese traidor y lo traerá aquí ¡Ah! Claro, esos traidores, olvido que son dos.
Francis cálculo deprisa toda esa información que descuidadamente Alfred decía. Era un joven rey y se comportaba caprichosamente.
Por otro lado, por lo que podía entender, aun no tenía claro quien acompañaba a Matthew, eso quería decir que Alfred desconocía muchas cosas.
-Jum.-Sonrió Francis con destellos dorados. Como Alfred, el rey convocaba su arma principal, una alargada espada de plata y oro afilada y delgada espada. Hermosa y mortífera.-Rey de Picas, eran tan petulante y presumido. Creo que necesitas una lección de tu mayor.
Alfred alzó una ceja y sonrió confiado.
-Oh, en verdad lucharas…Arthur siempre se la pasaba diciendo que eres aun cobarde. Pensé que te esconderías en una grita en Diamantes.
-Sigh, mocoso impertinente.
La magia pura de Picas y Diamantes chocaba con cada movimiento que los monarcas realizaban.
-Vash ¡Aleja a la reina de aquí! -Ordenó Francis.
-Mmm…me temó que eso no sera posible.
-¡Cuidado!
La sonrisa de Alfred se deformó cuando el reloj del tiempo eterno se apareció bajo los pies de Alfred. El tiempo se había detenido, congelando al Jack que protegía a la reina con su cuerpo, Francis empuñaba su espada apuntando al pecho de Alfred y este, solo caminaba, mientras tarareaba.
-Observa rey Diamante, mira bien como tu reina pierde la cabeza y tu reino cae bajo mi poder.

-¡Arthur!
-¡Agh! M-mi pecho…
Matthew bajo deprisa del caballo logrando atrapar a Arthur, los animales estaban nervioso y golpeaban con sus cascos la tierra en medio del camino.
-¿Qué sucede?
-Algo sucedió…-Trataba de explicar Arthur jalando aire.-En picas…la reina Lily…Francis…¡Aaagh! -Se dolió sosteniendo su pecho.
-¿Algo sucedió? ¿Pero que? Ar-
“Clack”
El vibrante metal resonó cuando una cuchilla rebotó en el brazo de Matthew que llevaba protegido por su armadura. El arma había ido a parar a la tierra.
-Maestro, tan ágil como siempre.
-Tú…
Un hombre con el escudo de Picas en su hombro, se acercó. Su cabello era castaño oscuro largo hasta los oídos y lacio. Su rostro estaba escondido tras una mascara peculiar de una calavera, tras la mascara sus ojos de águila reflejaban un café mezclado con el verde, un iris hambriento de ira.
Dejándose ver, Eduardo se acercó a Matthew que dejaba suavemente a Arthur en el suelo.
-Hola maestro, le tengo noticias, he sido nombrado el As oficial de Picas.-Decía con una sonrisa cordial.-Bueno, tambien mi hermana Luz. No se si lo recuerde, pero ella le tenía mas aprecio que yo. Asa que véalo de esta forma, si yo no hubiera estado acompañando al rey, usted ya estaría peleando a muerte con ella.
-¿Rey?
Matthew alzó la vista al palacio de Diamantes.
-...no me digas que Alfred esta ahí…-
-Arthur, quédese atrás.-Pidió Matthew cuando Arthur se reincorporó.
-¿Umh?
Los ojos de Eduardo estaban sorprendidos de ver de quien se trataba.
-¿S-su majestad? Eso no…no puede ser…-Balbuceó desenvainado su espada.-La reina de Picas se encuentra en el castillo.-Decía para si.
-No me importa si lo crees o no, As de Picas.-Alzó la voz Arthur.-Solo quiero que me respondas…¿Qué es lo que ha hecho el rey?
Matthew miró de reojo un segundo a Arthur, tenía la frente empapada de sudor.
-Bien, lo diré de todas formas reina falsa. El rey Alfred en estos momentos seguro tiene bajo sus pies la cabeza de la reina de diamantes.
-No. No puede…ser…
Arthur dejó de respirar.
-Ahora, dejando eso de lado. Hare feliz a mi hermana capturándote traidor y…je, creo que el rey Alfred estará mas que satisfecho al ver que eh capturado a esa falsa reina.
-Alfred…
Eduardo agrando sus ojos y se lanzó con todas sus fuerzas contra Matthew, el acero forjado y el metal chocaron cuando Matt lo enfrento.
-¡Haaa!
-¡Agh!
La pelea había comenzado y los asustados caballos retrocedieron. Arthur observa sin aun asimilar la imagen de Alfred derrocando a Diamantes, las sombras de las ropas de los hombres que peleaban frente a él eran fantasmas que recordaba de sus pesadillas, el rey de Picas manchado de sangre inocente, su avaricia, su sed de poder…
-No puede ser.-Se repitió temblando.-No…
Pero tenia que ser cierto, lo había sentido, en su pecho sintió el dolor de un monarca caer. Ahora corazones y Tréboles sabían que estaban en peligro, era el fin.
-¡Arthur!
Gritó Mathew cuando su reina se mantuvo inmóvil.
-¡No te distraigas! ¡Maestro!
La distracción de Matthew ante el ágil As le cobró una larga herida en su pecho, la tela salió hecha girones y la sangre comenzó a brotar.
-Maldición.
De los pliegues de su ropa Matthew desenvaino otra daga, luchaban una en cada mano ante una espada larga y feroz.
-hare que te sientas orgulloso de mi maestro ¡Después de todo tu me enseñaste todo lo que sé!
-¡aghh!
Matthew notó la cólera en su antiguó pupilo. En cada ataque. Necesitaba terminar con esto, ahora.
-¡BASTA!
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-Es un idiota. Sabía que no podía hacer nada contra mi pero aun así, desperdicio su magia para protegerte.
Las palabras de Alfred estaban acompañadas por su fria mirada, bajo su pie sucios cabellos dorados eran manchados con el carmín del rey.
-¡Detente!-Gritó la reina Lily con desbordantes lagrimas.
-Maldito bastardo.
Vash tenía en la mira al rey. A pesar de haber presenciado el gran poder del monarca estaba dispuesto a proteger a la reina.
-No es mi culpa.-Decía Alfred sin prestarles atención.-Mi intensión era solo ir por la reina…
Alfred había usado su magia en el tiempo logrando congelar a los tres. Era simple, se acercaría a la reina y de un tajo su cabeza estaría en el suelo, pero en el ultimo instante, el rey de Diamantes reunió toda su fuerza logrando cancelar la magia, interviniendo para proteger a su reina, recibiendo el golpe certero en el pecho cuando su espada no pudo repeler el ataque.
-El rey no es importante al final, puede sustituirse… pero un reino no es nada sin su reina…-rezaba en voz baja.-Por eso, por eso ahora Diamantes se quedara sin ninguno de los dos…
Alfred solo dio un paso cuando sintió que algo le impedía avanzar.
-No te lo permitiré.
-Oh, sigues vivo…
-No permitiré que tu locura alcance a la reina…
Francis se tambaleó al colocarse de pie.
-Aghhh…
-Mala idea.-Observó Alfred cuando borbotones de sangre manchaban sus pies y salpicaban el suelo.-Debiste quédate en el suelo.
-Ja, no me hagas reír.-Escupió Francis con hilos carmín en sus labios y sonrió “Dame una paliza” escucho su voz -Yo te daré una paliza, niño.
Los labios de Alfred se curvaron y sus ojos se rasgaron calculadores.
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Su sonrisa, la sonrisa que Joanne le había brindado tantas veces estaba de nuevo ante los ojos de Francis, su ángel ya no era un guerrero, solo era lo que siempre había deseado para ella. Podía verla feliz, podía sentir su piel al sostener su mano, Francis sintió como su pecho ardió en dolor un segundo y luego todo termino.
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¿Puedes escucharlos? ¿Puedes escuchar, como los corazones comienzan a lloran?
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Notas finales:


¿Qué paso con Arthur y Matthew? ¿Alfred habrá terminado con la reina Lily? ¿les gusta el chocolate? Cofcofcof, disculpen por meter a los nuevos personajes sin mucha descripción, les aseguro que habrá mas de ellos adelante, pero les diré ahora que países representan, ejem ejem…Victoria es Seychelles (supongo que ya lo sabían) y los nuevos ases de Picas son chan chan chan…sip, México, creación un tanto propia de mi en cuanto a apariencia y forma de ser ¿Por qué dos? ¿Y porque no? Me gustan asi XD como dije luego los describiré mejor en la historia. Bueno, espero que les haya gustado y no olviden comentar o dejarme sus preguntas o sugerencias y comentarios.
¡Saludos! ^3^

 

 


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