Yo te recuerdo
Nunca creí que algún día aborrecería la diferencia de nuestra edad. Fue un problema en su momento, cuando no querías aceptarme porque con diecisiete años que separaban nuestra experiencia no te sentías confortable… de hecho, cada que podías lo recordabas. Te lamentabas el que no podías seguirme el ritmo, te lamentabas que estuvieras ‘robando’ mu juventud, te lamentabas hasta que al fin lograste ver que lo único que quería era a ti.
Sabes amor, yo nunca te he olvidado
Te recuerdo en cada estrella siempre que aparece
Fuimos felices. Ganamos las batallas en contra de mis padres, de la sociedad y de tu propia consciencia, ganamos batallas en cada día que parecía lo nuestro se terminaba. Ganamos tantas batallas y hasta la guerra misma… ganamos en todo meno a una: el tiempo.
Sabes amor, siempre te he recordado
Te miro en cada flor que al colibrí se ofrece
Pasaron los días, los meses y los años, con diecisiete años de diferencia, poco a poco la energía fue faltándote. Te cansabas más seguido, tus huesos empezaron a crujir, los largos suspiros y miradas fijas al horizonte del pasado se hacían más frecuentes. Empezaste a cambiar conmigo, te portabas frío e indiferente, me hiciste creer que ya no me amabas. Me dolió. Hasta que vi el motivo; querías que me alejara de ti y reiniciara mi vida con alguien más.
Sabes amor, yo siempre te he encontrado
En cada malva que florece
El lapso físico de nuestra diferencia de edad te estaba haciendo pensar que mi vida estaba siendo desperdiciada en ti… cuando me di cuenta, corrí a tu lado, te abracé como solía hacerlo en esos primeros meses de nuestra relación, prácticamente me porté como el chiquillo que se metió a tu vida sin preguntar y que te exigía que me amaras. Tan solo me dijiste que estaban viejo y que no podías darme lo que necesitaba, te dije tonto, te dije que cerraras la boca y que me permitieras seguir amándote, te dije que si pensabas me faltaba amor entonces yo amaría por los dos… te reíste de mí, y dijiste que a pesar de los años no dejo de ser lindo.
Y en cada pájaro que canta
Cuando amanece y anochece
Yo te recuerdo
Volvió a correr el tiempo, esta vez con tanto amor entre nosotros que parecía un sueño, luego llegó el momento en que ese hábito tuyo por fumar te llevó al hospital. Tus pulmones estaban tan dañados que era necesario una máscara de oxígeno constante, incluso cuando te dieron de alta en el hospital. Recuerdo haberme enojado contigo por permitir que un vicio desagradable te acortara los días a mi lado… un maldito vicio te alejaba más de mí. Tan solo me abrazaste y susurraste un lo siento.
Cuando las hojas bailan
Cuando el aire nos las mese
Mi carrera de abogado iba muy bien, mientras yo trabajaba tú te recluías en la biblioteca con tus libros viejos, después de un caso muy importante, luego que me ofrecieran un puesto en un cargo político… me di cuenta que el ‘éxito de mi trabajo’ me estaba alejando de ti, me negué y volví a tu lado. Te encontré en la biblioteca, rodeado de pergaminos gastados y libros empolvados, igual que las primeras veces que te vi. Me quedé en el marco de la puerta, observándote y recordando el dolor de cabeza que fui para ti con tal me dieras una oportunidad de hacer que te enamoraras de mí.
Cuando la noche es blanca
Cuando a las siete se oscurece
No me separé de ti desde el día que lancé ‘mi carrera’ por la ventana. Estuvimos juntos otro par de años… luego nos tuvimos que despedir. Tus pulmones no pudieron más, fue una noche de noviembre cuando partiste a donde no podía seguirte, no toda vía. Miyagi… mi amado Miyagi, ¿me esperarás? ¿irás directo al paraíso? ¿me cuidarás para asegurarte que no cometa la ‘tontería’ de seguirte justo ahora? Miyagi… ¡Miyagi!
Cuando la lluvia cae…
Cuando desaparece
Nada tiene sentido, ¿Qué hago ahora? ¿A quién le hablo sobre el destino y sobre amor eterno? Mi razón de vida siempre fuiste tú Miyagi, y, ya no estás. El Tiempo se encargó de separarnos, eso que varios intentaron y no lograron, incluso tú mismo. ¿Cuánto tiempo más debo esperar para volver a verte? Sé que si intento acelerar el tiempo te enfadarás conmigo, no te preocupes Miyagi, ya te causé varios problemas cuando vivías como para darte más ahora.
Cuando la luna sale
Y cuando el sol se mete
Yo te recuerdo
No importa las noches frías, largas y solitarias. No importa que te siga buscando en la biblioteca a ver si no estás escondido tras algún estante, a ver si no te quedaste dormido mientras leías. Te amo Miyagi, incluso ahora que estás en un lugar donde no puedo verte. Esperaré nuestro reencuentro con paciencia, tomaré el lugar de Rector de la Universidad Mitsuhashi, en ese lugar donde estuviste tanto tiempo, ojalá así no me sienta tan solo y lejos de ti.
Fin.