Para empezar, me llamo Leonardo de Valerio tengo 17 años y soy un neko... Si como escucharon, soy un chico neko o nekoboy, como quieran decirle, algunos no deben tener
ni la más miníma idea de lo que un neko. Pues bueno les explicaré; los nekos somos seres hibrídos, tenemos apariencia humana pero tenemos varias cosas que nos diferencian
de los humanos. Primero, tenemos orejas como de gato, cola de gato y nuestro comportamiento suele ser muy infantil e inocente o eso dice mi Onee-chan, no se, ella es muy
sobreprotectora conmigo, creo que solo esta un poco celosa no lo se. Pero bueno mi hermana me quiere demasiado, una vez me dijo que soy su debilidad, y yo a veces sacó
provecho de esa debilidad no me considero alguien aprovechado, pero cuando me conviene ¡Lo hago! En fin, solo puedo decir estas pocas cosas sobre mí pues aún estoy buscan-
do quien soy en realidad y como quiero encajar en este mundo.
(FIN DE LA NARRACIÓN DE LEO)
Era un día cualquiera en la hermosa ciudad de Tokyo, Japón, y como buen día que comienza, Leonardo se levanto con una hermosa sonrisa en su rostro, se aseo y bajo a preparar
el desayuno como siempre lo hacia desde hace 2 años.
-*Tú eres mi único baby love*-cantaba el castaño a la vez que preparaba un delicioso desayuno japones.
-Buenos días Leo-chan-saludo un recién levantado Saoske, saludando con una caricia en los cabellos al neko.
-Buenos días Saoske-san ¿Cómo durmio anoche?-
-Bien gracias... ¿Te puedo hacer una pregunta?-
-La que quiera-mirandolo de manera inocente.
-Cuando venga de trabajar temprano hoy ¿Quieres venir a dar una vuelta a Osaka conmigo?-pregunto el hombre de 32 años.
-S-si cla-claro-tartamudeo sonrojado Leonardo-... ¡Haa! ¡El desayuno se me quema!-
-Dime Leo, ¿Ya te llamo la pesada de Reyden o qué?-pregunto Saoske tomando su café.
-Aún mi Onee-chan no ha llamado, debe tener muchas cosas en la universidad... Espero que todo este bien...-
-Tranquilo, yo estaria preocupado por quienes rodean a tu hermana, sabes que es muy temperamental y no es recomenble hacerla enojar-
-Mi Onee esta un poco loca... Pero aún asi me quiere mucho y yo la quiero a ella-dijo con una hermosa sonrisa poniendo el desayuno en la mesa, para despues sentarse junto
al castaño que no le miro en toda la mañana.Eso entristecio al neko, pues a él le caia muy bien ese frío hombre de mirada dura y caracter algo cortante.
-Me voy a trabajar Leonardo, portate bien, cierra la puerta con llave y...-
-Y no le habrás la puerta a nadie ¡Lo se! No soy un pequeño al que deben repetirle 5 veces la misma cosa- molesto haciendo un pucherito.
-Pues eres como un pequeño, uno muy distraído y lindo...- con suavidad en su voz y sonrio al ver el hermoso carmín que pintaba las mejillas de Leo.-Nos vemos más tarde
y recuerda la salida que tenemos para hoy... Hasta más tarde Leo-chan-se despidio como todas las mañanas, antes de irse, beso la frente del Neko, eso era nuevo, y sonrojo
a Leonardo.
-... Hasta... Más tarde...-logro decir con todo su cuerpo paralizado por la acción de quien ya estaba ausente.
Mientras Leo trataba de acomodar sus emociones, en "Tecnology Corp.", Saoske estaba esperando los documentos de todas las mañanas como siempre pero...
-¡BUENOS DÍAS SAOSKE!-grito de manera chillona una mujer de cabellera rojiza, rompiendo el silencio de aquella oficina.
-... Buenos días Makoto-san ¿Cómo le va?- la saludo el otro sin siquiera levantar la vista de la laptop que estaba frente suyo.
-Siempre tan frío tú-dijo sentandose en el escritorio donde el otro trabajaba.-... Oye Sao, ¿Te puedo preguntar algo?...-
-Hoy no puedo, ya tengo organizado algo con alguien-corto de manera fría a la mujer que con enojo y celos, se largo del lugar azotando la puerta-... Ya le dije que no azote la
puerta, que tonta es- suspiro y tomo su telefono para llamar a cierto chico que como todos los días estaba haciendo los quehaceres del hogar.
(CONVERSACIÓN TELEFONICA)
*Mochi Mochi Residencia Takizawa ¿Quién hablá?*
*Leonardo ¿Cómo estas?*
*¡Saoske-san!... ¿Por qué llamá a esta hora?... ¿Pasó algo en la empresa?... ¿¡Le pasó algo a usted!?*
*Tranquilo pequeño, no me pasó nada, solo llamaba para verificar que estabas bien...*
*No vuelva a asustarme asi por favor... Pensé que le habia pasado algo malo...*
*... Si algo me fuera a pasar... Tú serias el primero en saberlo... Tengo que volver al trabajo, nos vemos más tarde y recuerda que hoy salimos, asi que cuando llegue quiero que
estes listo ¿Si?*
*¡Si! Estaré muy listo, Saoske-san*
*¡Así me gusta pequeño! Nos vemos Leo-chan*
*Nos vemos...*
(FIN DE LA CONVERSACIÓN TELÉFONICA)
El pequeño Leo miraba el teléfono, sus delicadas manos lo sostenian con firmeza, el que Saoske lo llamara le causo una sensación al principio de pánico, pues penso que al-
go malo habia sucedido, luego vino la preocupación, despues el alivio al enterarse de que todo estaba bien... Pero su corazón se acelero al escuchar que Saoske le dijo que se
pusiera lindo o eso entendio él con lo de "quiero que estes listo ¿Si?", eso queria decir que tenia tan solo... ¡Una hora antes de su salida con Saoske!...
-¡QUÉ VOY A HACER!-grit0 desesperado empezando a dar vueltas como loco por el gran duplex donde vivia.-... Debo calmarme o no haré nada...-dijo Leo, respiro profundo y
se dirijio hacia su cuarto, ya ahí saco toda la ropa que tenia en su armario para empezar a buscar algo que le sirviera para una salida "formal" o eso creía él, pues iba a salir con
un empresario ¿No?
-Mmm... Muy colorido... Muy emo... Muy tierno... No, no ,no no, y ¡NO!... ¡Maldición! ¡Por favor mandame una ayuda!-rogó a la nada como por arte de magia, le cayó una caja
en la cabeza-¡Auch!... ¿Y esto?...-levanto la caja, la abrio y dentro de ella habia; un short de jeans con tirantes que se podian poner en los hombros o dejarlos que cuelguen a
los costados de los muslos, una remera de tirantes color celeste y una camisa a cuadros de color rojo, negro y algunos detalles rosa, tambien habia unas simples pero bonitas
botitas cortas de lona con cierre a cada lado y unas cadenitas pequeñitas en la parte de los belcros.
Leonardo saco la ropa de la caja y con una sonrisa enorme se fue a duchar, para terminar de prepararse.
-¡Me encanta! ¡Gracias Onee-chan!-festejaba el tierno neko mirandose frente al espejo, pues la ropa le sentaba demasiado bien-haora ¿Cómo deberia arreglar mi cabello?-le
pregunto a su reflejo, pues su cabello era rebelde por naturaleza, lo peino pero seguia igual, lo ató pero quedaba horrible, asi que se rindio y decidio dejarlo como estaba, eso
si, dejo su flequillo que le tapaba su ojo izquierdo dandole un aire tierno y algo rebelde.-¡Haora si estoy listo!...-
-¡LEO-CHAN YA ESTOY EN CASA!-grito como siempre lo hacia Soaske cuando llegaba.
-Bienvenido Saoske-san ¿Cómo le fue hoy?-lo recibio el neko como siempre lo hacia, bajando por las escaleras hasta quedar frente al mayor y tirarse a abrazarlo como ya era
costumbre.
-Estoy bien... ¿Leo vas a alguna parte?...-pregunto al ver lo hermosa vestimenta que el otro tenia puesta.
-N-no, me puse esto porque ibamos a ir a Osaka... ¿Es demasiado simple? Puedo cambiar...-
-Estas hermoso asi como estas, no debiste preocuparte por estar tan arreglado... Con que me acompañes... Ya era más que suficiente...-dijo clavando sus azules ojos en los
marrones de Leonardo, quien enrojecio por completo al tener esa fría mirada clavada en él.-Mejor nos vamos haora, al lugar donde te quiero llevar no esta abierto hasta tan
tarde si no nos vamos haora no llegaremos-dijo y sonrio de lado acariciando los rebeldes cabellos del menor y acaricio con cariño ese lindo fleco que tapaba esos hermosos
ojos-vamos... Leonardo-
-S-si Saos-Saoske-san-tartamudeo soltando al mayor para poder irse. Ya la mente de Leonardo estaba tratando de adivinar que seria ese lugar donde Saoske lo llevaria.
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