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Interrupción por cada incidente por Kai s bitches

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Notas del fanfic:

Fic participante en el Desafío de Festivales organizado en el grupo de facebook Por el harem de Kai

Notas del capitulo:

-Slipknot: banda de Nu metal y en opinión personal es muy buena.

-La verdaderas mesas de pool o billar son caras además de que deben tener cuidado con la superficie, de no rayarlas con los Tacos (bastones con los que golpeas las bolitas) y menos apoyarse o sentarse en el borde de estas.

Interrupción por cada incidente


 

Cierto pelinegro tarareaba frente al espejo después de una reconfortante ducha para aplicarse desodorante con entusiasmo y moviendo de vez en cuando las caderas importándole poco que la toalla que tenía en las caderas se le cayera “Fiesta, fiesta, yo quiero ir a una fiesta” pero fue interrumpido por los incansables, insistentes, casi suplicantes gritos de su amigo tras el otro lado de la puerta para poder entrar y con el cual compartía edificio, aunque no solo compartía con él, sino con más amigos con los cuales habían rentado entre todos aquel edificio de dos pisos. De mala gana Yuu salió del baño para dejar que por estos días Akira usara su baño, mientras que reparaban el del rubio, quien en la fiesta anterior y borrachera, no se explica del todo como quebró parte del borde del inodoro de una sola patada.

No fue complicado obtener aquel lugar para vivir, cada quien tenía sus ahorros y buen trabajo, más aun de definir reglas que cada uno impuso para la buena convivencia, ya que por más amigos que uno sean, algunas cosas suelen cambiar al vivir juntos al descubrir manías del contrario pero esta vez no era el caso de ellos, es más divertido y se hacían compañía. Más que vivir con amigos, era en familia. Como cada uno tenía su habitación con baño incluido, no había problemas, cada quien mantenía su orden o desorden a gusto, solo estaban los espacio en común que eran en el primer piso donde estaba la cocina, living, comedor y también ambientaron una enorme sala para pequeña diversión para fiestas con un mini bar, karaoke, podían tocar instrumentos y una mesa de pool del cual Yuu estaba enamorado. La cuidaba como si fuera un hueso santo. El segundo piso estaban las cinco habitaciones de cada uno las cuales eran bien amplias y separadas por muros gruesos, así no escuchan lo que hacían los otros en sus habitaciones, sobre todo de cierto par que con el poco tiempo de empezar a vivir en aquel edificio se convirtieron en pareja.

Ahora habían pasado un par de años después de vivir todos juntos y seguía su relación, que en si no molestaba al resto.

Como era de esperar cada año celebran los cumpleaños de cada uno, como si su vida dependiera de ello y por culpa de esas fiestas más de alguna vez han tenido problemas con la policía a causa del fuerte ruido y culpa de vecinos chismosos, que vivían en los edificios cercanos pero esta vez no tenían ni ganas de pensar en lo que dirán y celebrarían el cumpleaños de Yutaka, quien en este momento pasaba más en el trabajo por proyectos de último momento, soportes y protección de las redes y de sistema, por lo cual llevaba una semana trabajando de noche. Lo cual en si le gustaba, ya que trabajaba más rápido junto al equipo de trabajo, aunque cierto enano malhumorado, no le agradaba no tener que dormir junto a Yutaka, de casi no verlo porque el momento en que llega de su turno de noche por la mañana él tenía que salir a trabajar. Solo podían regalonear unos segundos en la entrada y despedirse con un beso.

— ¡Buenos días! ¿Cuantos días te quedan de aquel turno infernal?—comento el más alto de todos desde el comedor degustando su café y tostadas con mermelada— Takanori anda de malas desde que tienes que ir de noche— no evito reír al ver que Yutaka se derrumbaba agotado en la mesa y usando sus brazos de almohadas.

—Shima, no es que quiera pero de noche casi nadie maneja el sistema y así es más fácil porque nadie molesta en mi trabajo— bostezo más dormido que despierto — Además no es mi culpa que mis jefes consideren que hago mejor el trabajo, lo bueno que esta fue mi última noche—se le escapo otro bostezo mirando a su alrededor— ¿Dónde está Takanori?

Takashima o Shima como suelen decirle de vez en cuando no alcanzo a responder, alguien lo hizo por él.

—Uy, la humildad de Yuu se te pego y el enano se fue a trabajar— apareció Akira bien vestido con un traje negro y tomando un café muy rápido mirando a la vez su reloj de pulsera—Mierda, se me está haciendo tarde para el juzgado y tu vete a dormir. ¿Estás listo, Shima?— el mencionado termino su café y tomo las llaves de la motocicleta.

—Descarado, llevo esperándote desde hace una hora y me preguntas si estoy listo— ambos se despidieron de Yutaka para desaparecer a todo prisa de la casa y quien sabe que cosas dijeron antes de montar la motocicleta.

Al estar solo suspiro pero no fue por mucho tiempo al aparecer Yuu a acompañarlo a desayunar, antes que el ultimo partiera a su trabajo. Fue una conversación agradable y también le comento sobre la fiesta de su cumpleaños que sería mañana por la noche pero una vez solo en casa, a duras penas se ducho y se acurruco en su cama solo que el sueño se había esfumado por andar pensando en su pareja, además cierta tensión en su cuerpo se estaba acumulando. Sí, no habían tenido esa clase de roses con Takanori ya que no solo por esta semana al estar trabajando de noche no había momentos de romance bien apasionado, sino que la anterior, su pareja estaba con trabajo extra sobre bocetos para la nueva línea de ropa desvelándose en más de una ocasión y en eso no interferiría. Sabía que era muy entregado, perfeccionista, que en momentos de ser serio y profesional era el mejor de todos y eso era para admirar.

Dio unas cuentas vueltas en su cama y al fin el sueño lo venció pero antes de eso coloco la alarma para despertar a la hora del almuerzo.

 

 

 

Cálido, cómodo sin ganas de moverse solo un agradable aroma a comida se colaba por la puerta y no recordaba haberla dejado abierta. Confundido tomo su celular notando que era más tarde de lo que había colocado la alarma y curioso se levantó, guiándose igual que un perrito por el aroma por las escaleras antes de llegar al fin a la cocina y ver la espalda de Takanori preparando algo de comer.

Se acercó en silencio conteniendo la risa al ver que su pareja daba un brinco un tanto asustado al ser interrumpido pero, al ver de quien se trataba no evito regañarlo para darle un corto besito cuando giro su rostro por unos momentos y llevar su atención a la cocina.

—Tan temprano en casa— no se despegó de Takanori mientras repartía besos en su cuello.

— ¿Quieres que me vaya? — respondió un tanto divertido al recibir un gruñido suave de Yutaka, quien seguía con sus besos. — Hoy me dejaron salir temprano y quería prepararte algo de comer.

—Así que tu entraste a la habitación y apagaste mi celular— detuvo su labor para voltear a su pareja y acariciarle el cabello tan suave. Estaba bien mimoso en ese momento.

­—Te veías muy lindo dormido y babeando como bebe, además tu celular no dejaba de sonar a tu lado, por eso lo apague y te iba a despertar después de terminar de preparar el ramen— rodeo el cuello de su amante para besarlo olvidando por un momento que la cocina estaba encendida.

Sin esperarse más correspondió aquel beso que al inicio fue suave pero lentamente se tornó apasionado y apagando la cocina para que no se repitiera lo de un tiempo atrás que al llevarse por la pasión no habían apagado la cocina y por causa del humo la sirena de incendio que había instalado se activó, alertando a todos los del alrededor llamando a los bomberos y arruinándoles el momento.

Esta vez tomaron las precauciones. Lentamente se encaminaron a tropezones al living y caer sobre el sofá.

Estaban solos en ese momento y debían aprovechar antes que el trio de mosqueteros como se hacían llamar los interrumpieran como siempre, como si se hubiera convertido en un hobbie interrumpir sus momentos de amorosos pero el destino quería otra cosa, el timbre no dejaba de sonar. Caliente pero muy cabreado al ser interrumpido el mayor se levantó, ganándose la risa de Takanori quien se quedó acostado en el sillón esperando que Yutaka espantara a los osados que interrumpieron el momento. Lo que si no puedo evitar levantarse e ir a reír a la cocina al escuchar a un grupo de personas que iban en puerta en puerta repartiendo la palabra del “Señor”. Sabía que Yutaka no era alguien creyente y podía imaginar su cara de molestia, no era que no toleraba las creencias de otras personas pero lo que no pasaba era interrumpirle en momentos de calentura y más si era para escuchar a gente que trataba de inculcar religión en cierta forma a la fuerza, pero como hombre maduro y respetuoso los escucho por cinco minutos, ya que por más que en muchos intentos de decir que no estaba interesado y de acabar con en el tema, aquel grupo de alguna forma no lo dejaban despedirse pero al fin después de fingir escuchar y asentir como un robot mientras en su mente pensaba e imaginaba que en esos momentos estaría haciendo gemir a Takanori como una vaca, ahí estaba con unos folletos que hablaban de paz y amor. Con ironía los leyó y lo único que quería era que lo dejaran en paz e ir a darle amor a Takanori.

Al fin de asomar una radiante sonrisa y con unas palabras rápidas para despedir al grupo con respeto, cerró la puerta para soltar un largo suspiro. Su madre le había inculcado con esmero el respeto y esta vez con toda la paciencia del mundo no fue en contra de su educación con esas personas.

Al regresar a living Takanori ya no estaba acostado en el sillón, estaba terminando de servir la comida mientras no evitaba de reír. Resignado ante nuevamente no tener su anhelado momento carnal se sentó al comedor y disfrutar de la comida, solo que a cada momento le insinuaba que una vez terminado el ramen su pareja se transformaría en su postre. Fue cosa de esperar de limpiar los platos para nuevamente lanzarse al ataque contra el menor acorralándolo contra la pared, quien riendo por lo ansioso que estaba su pareja para tomarlo como bestia y no era que él no lo estaba pero le gustaba ver esos desespero de Yutaka por él.

El timbre nuevamente volvió a sonar e ignoro todo y estaba en plan de arrancarle la camisa al menor pero los gritos de Yuu exaltado para que le abrieran no pudieron dejarlo pasar por alto y con poco animo esta vez fue Takanori en ir abrir la puerta, ya que, Yutaka lo único que hizo fue apoyar la frente en la pared con una nube negra sobre el bien estilo anime al ser interrumpido repitiéndose a sí mismo que la desgracia ese día lo perseguía pero animándose a sí mismo tenía el anhelo de que Yuu se fuera rápido a su trabajo, ya que era muy temprano de que llegara a casa lo que no pensó es que el terminaría ayudando junto con Takanori en busca de dichosos papeles que Yuu necesitaba con urgencia en su trabajo de ventas de comida con los que había visto con Akira el día anterior buscando asesoría. Como Akira estaba por recibirse como abogado le gustaba saber más cosas pero lo que no contaba en que no sabía dónde habían dejado los papeles, solo fue cosa de que Yuu recibiera una llamada por parte de un compañero de trabajo de que benditos papeles estaban en su escritorio. Hubo un silencio antes de que Yuu puteara la vida y su distracción para largase a toda prisa a su trabajo.

Yutaka volvió a suspirar al mirar el reloj de pared faltando poco para que llegaran todos y Takanori lo noto, lo abrazo por detrás para susurrarle palabras amorosas e insinuar cosas de que en la noche tendría su bailecitos bajo las sabanas. Termino por arrastrarlo fuera de la casa para ir a comprar cosas para comer, la despensa estaba un poco vacía así también aprovechaban de conversar y sobre todo compartir tiempo juntos. No todo era sexo, también buena comunicación era importante, así que, animándose fueron a un pequeño supermercado que funcionaba las 24 horas.

Al regresar con las bolsas con comida, Shima estaba con un monto de cajas con productos de maquillaje en la entrada y pidió ayuda a trasladarlas a un lugar donde no estorbaran. Así paso un parte de la tarde hasta que Yuu hizo su aparición para encargarse de la cena. Yutaka un tanto ansioso de que llegara la noche para compartirla con Takanori y como no tenía que ir a trabajar podía pasar la noche en casa.

La cena fue agradable para al final estar en el living mientras Takanori fue en busca de más cervezas.

—Y dime ¿De qué sabor quieres el pastel? — soltó Takashima de la nada mientras encendía el reproductor para escuchar un poco de Slipknot.

—Eso no se pregunta Shima, Yutaka quiere que el relleno sea sabor a cierto enano— ambos no evitaron reír a carcajadas al ver la sonrisa boba de Yutaka, al imaginarse a Takanori salir desde el centro de una gran torta desnudo, cantándole “Happy Birthday” y quizás que cosas más, ignorando el hecho que el mencionado se acercaba con varias cervezas.

— ¿Qué le pasa? — miro curioso a su pareja que estaba riendo y mirando el horizonte sin saber que esa desconexión con la realidad era por su causa.

—Nada, nada —rio Shima haciendo un gesto con la mano restándole importancia.

—Ya sabes, su enfermedad mental que le impide separar la fantasía de la realidad— agrego a Yuu quien no evito carcajear coreado por Shima ante el manotazo de Takanori contra Yutaka para que reaccionara.

Cada uno se dedicó hacer lo que tenía que hacer para retirarse a dormir a sus respectivas habitaciones, al otro día tenían cosas que hacer y preparar la fiesta de cumpleaños de Yutaka. Lo bueno que todos iban a poner su parte para que el festejado no hiciera nada y fuera mimado. Lo que los tenía un tanto preocupado es que Akira no apareciera, porque él era de los que siempre avisaba donde estaba en caso de emergencia pero esta vez nada de nada desde la mañana aun así fueron a dormir. Akira a veces hacia esas gracias de aparecer a la mañana siguiente.

Estaban bien acostados en la cama, Yutaka quien se dedicaba a acariciar el cuerpo de Takanori, subiéndole lentamente la playera dejando que sus manos fueran ganando más piel que tocar y asiéndose lugar entre las piernas del menor rosando con descaro sus hombrías cubierta por la fina tela de ropa interior silenciado sus leves jadeos entre besos intensos pero los golpes a la puerta detuvieron su placentera labor. Con poca paciencia ambos se levantaron pero al ver el rostro levemente asustado de Shima y en pijamas junto a Yuu solo con bóxer cambio su actitud.

—Estaba revisando los productos de las cajas y escuche ruido provenir de abajo—apretaba con nerviosismo una base en crema mirando de vez en cuando la escalera.

—Tenemos que ir a ver — sugirió Yuu un tanto adormilado rascándose el cabello.

— ¿Les da miedo ir solos en caso de algún fantasma? — Se burló Takanori pero todo murió por un fuerte sonido de algo caer alarmando a todos.

Yutaka muy cabreado suspiro nuevamente, no podía estar pasando al ser nuevamente interrumpido y ver que Yuu regresaba por un bate de madera que lo tenía de recuerdo de escuela, Shima aún tenía la base en mano y no sabía si reír al ver que Takanori lo único que tomo cerca fue el cepillo para el cabello para bajar los tres a oscuras por la escalera. Negando con desgano bajo con ellos. Al llegar al final de la escalera cuatro de ellos gritaron al momento que Yutaka encendiera la luz del primer piso y ver a Akira sentado en el comedor devorando un tazón con cereal.

— ¿Qué mierda les paso? ¿Por qué esas caras? —alzo una ceja divertido al ver al cuarteto con ganas de golpearlo.

—Tú y tu maldita maña de comer a oscuras— gruño Yuu de malas moviendo el bate de un lado a otro — ¿Tienes complejo de delincuente o qué?

—Solo estoy comiendo, están exagerando y tú ¿Acaso tienes complejo de matón con ese bate? — Siguió devorando el cereal con calma pero al ver el rostro de los cuatro suspiro— Ya, ya, lo siento no quise asustarlos además tuve que entrar por la puerta trasera, mi celular murió y grite varios minutos desde fuera y ninguno escucho.

—Ya, al menos estas vivo y a la próxima Yuu te golpeara— suspiro el más alto un tanto aliviado.

—Ya, problema resuelto, vamos a dormir— sugirió Takanori al saber que el misterio del ruido estaba resuelto pero ninguno alcanzo a moverse al ver una pequeña sombra pasar tras ellos y esconderse en la habitación donde estaba la famosa mesa de pool.

Yuu cabreado entro como cavernícola junto con Yutaka quien quería continuar lo pendiente pero al escuchar un chillido de un animal, Takashima encendió rápido al ver un cachorro asustado en un rincón.

 — ¡Un perrito! —Exclamo Takanori mandando lejos al parcito de locos y tomo al can en sus brazos recibiendo un lametón como respuesta.

—Qué lindo y estos locos casi le dan el susto de su vida— se acercó Takashima para acariciar el can, dándole una idea — Que se quede con nosotros.

— ¿Y si tiene dueño? — apareció Akira después de dejar con toda calma el plato del cereal donde debía estar después de lavarlo.

—No creo, está muy delgado y sucio— los tres analizaron al can de arriba abajo.

— ¡Oigan! No decidan por todos— molesto se acercó Yuu asustando al can quien se hizo bolita en brazos de Takanori.

—Con esa cara asustas a cualquiera además no tiene nada de malo tener una mascota de verdad, no como Pakira— asintió Akira quien recibió un codazo por parte de Takashima.

— ¡Que tienes en contra de mi planta! — comento indignado apuntando al comedor donde estaba cerca de la ventana.

Yutaka por milésima vez suspiro ahora si de muy mal humor ajeno a todo, que al momento de llamar la atención de los cuatro que debatían miles de cosas sin sentido, guardaron silencio. Aceptando la propuesta de que los que estaban de acuerdo de que el perro se quedara levantaran la mano lo que todos hicieron, solo que antes miraron Yuu quien dijo que mientras no dejara sucia la casa no tenía objeción.

Bien, todo perfecto hasta que Akira salió que el can debía darle un baño por lo sucio que estaba y darle algo de comer. Yutaka de mala gana fue a su cuarto siendo seguido por Takanori quien un tanto culpable por ignorarlo, porque se supone que tendría su momento a solas pero solo lo observo en silencio ver como se vestía.

—Abrígate, te espero abajo— le removió el cabello con cariño para volver a bajar.

Suspiro y sin ningún ánimo fue a su habitación en colocarse un sencillos pantalones y un abrigo. Lo que no contaba que al bajar, Yutaka estaba dando indicaciones al trio de bobos que mientras ellos iban a comprar comida para el cachorro a la tienda de 24 horas, que se encargaran de darle un baño.

 

 

 

— ¿Estás enojado? — apretó su mano para llamar su atención al ver que este había guardado silencio todo el trayecto de ida y ahora de regreso de la tienda con la comida para el cachorro.

—Contigo no…—murmuro como niño pequeño a punto de hacer pataleta— Solo que este día han interferido cada momento de nosotros y conociéndote le darás toda la atención al cachorro.

— ¡Bobo! — le soltó la mano de forma brusca. De un salto quedo sobre la espalda de Yutaka quien para no perder el equilibrio dio varios paso rápidos y sujetando sus piernas para cargarlo mejor— ¿Acaso estos momentos no son solo de los dos? —le dio un beso en la mejilla.

—Lo sé, solo que no te he tocado como se debe— no evito carcajear por las cosquillas que le propinaba su pareja en el cuello aprovechando que estaba sobre su espalda — Creo que esta noche tendré que masturbarme viendo porno desde el celular.

—Nada de porno, alimentamos al cachorro y dejamos que Shima lo cuide mientras retomamos lo que dejamos pendiente— le dio una suave mordida en la oreja, haciendo un movimiento con sus caderas y sus piernas simulando que montaba un caballo—¡Vamos más rápido!.

—Claro, que fácil decirlo como yo te estoy cargando —soltó con sarcasmo—  Quiero esos movimientos de caderas, cuando estés montado sobre mi p…—No alcanzo a completar al notar que había una patrulla fuera de su hogar.

Ambos se miraron sin entender que sucedía, preocupados se dejaron de tontear en la calle acercándose con rapidez pero no sabían que hacer al ver que se llevaban detenido a Yuu quien aun en solo bóxer ya que no tuvo el reparo de vestirse, además que aun sostenía su bate de madera, pataleaba y reclamaba inocencia mientras Akira y Takashima exigía una explicación del porqué la detención.

—Este hombre está acusado de asaltar un banco— un hombre un tanto mayor con su traje de oficial y dejando claro su arrogancia metían a la fuerza a Yuu con su compañero a la patrulla mientras apuntaba a una anciana que observaba como se llevaban a su amigo junto a otros vecinos que salieron solo para observar lo que pasaba—La mujer lo reconoció por una imagen pasada por la televisión.

— ¡No soy un delincuente! ¡Me gano el dinero de una forma honrada! — era lo único que escucharon de Yuu antes de ser llevado a la estación de policía.

Akira restregó su mano por su rostro mirando de vez en cuando a la amada y chismosa vecina de mierda. Inspiro y exhalo más calmado llamando la atención de Yutaka y Takanori que se acercaron lo más rápido que le permitieron los pies sin entender que pasaba, mientras Takashima les hacia un leve resumen de lo sucedido al ingresar al edificio y alimentaban al cachorro, mientras Akira iba a cambiarse de ropa e ir a sacar a Yuu de detención.

—Son estúpidos, Yuu no es así, ni siquiera pidieron su identificación y se guiaron por la vecina— Yutaka se cruzó de brazos cabreado no solo por ser interrumpido, sino que se llevaran de una manera injusta a su amigo — Iré con Akira, ustedes quédense aquí por cualquier cosa — suspiro cansado, igual el cuerpo por el turno de noche como también dormir poco por la mañana le estaba cobrando factura aun así fue, solo que antes fue por ropa para su amigo que debe estar entumiéndose al ser sacado en ropa interior.

 

 

 

Al llevar a la estación de policía lo primero que exigió fue que dejaran ver a su amigo y pasarle la ropa para que pudiera vestirse. Akira discutía con ellos, además Yutaka agrego que revisaran el sistema penal e identificaran al verdadero culpable, además que arrojaría que Yuu tenía sus papeles “limpios”. Los oficiales revisaron el historial de Yuu y el del verdadero ladrón, compararon fotos de los rostros y no había nada en similitud, además el tipo era demasiado moreno, robusto, calvo y con un tatuaje en el cuello.

Akira se alegró que Yuu no viera esas imágenes porque se indignaría y que cosas dirá que si lo meterían en problemas, que de por sí tendría razón en que los policías eran unos idiotas. Así, más calmado se adelantó unos momentos antes que los policías para darle la buena noticia que solo había sido un mal entendido y que saldría libre, lo que le causo un tanto de risa fue ver que Yutaka se masajeaba la frente y parte de la cien, al escuchar chillar a su amigo tras las rejas de que no saldría más de ahí, que no volvería a casa, tontear con ellos, que su juventud se iría tras las rejas, que los quería mucho y también su cama calentita.

—Yutaka, sé que no es momento pero si no salgo de aquí… ¡Feliz cumpleaños! — no evito chillar, dejarse llevar por sus emociones y nervios a la vez que abrazaba los barrotes, ignorando que el mencionado estaba con ganas de golpearlo por tanto drama.

—Yuu, ya no es para tanto, saldrás libre. Hable con los policías y fue un malentendido— Akira se acercó los dos y bostezo — Me quiero ir ya pero es cosa que te dejen ir y nos vamos todos a casa. No se cómo has resistido todo este tiempo sin agotarte, Yutaka.

—Estoy acostumbrado aunque ahora si siento cansancio pero no podría dormir sabiendo que Yuu está encarcelado por algo que no hizo— se estiro como felino mientras los oficiales interrumpieron para dejar libre a Yuu quien por poco se colgó como Koala a sus amigos con los ojos llorosos para que lo sacaran de ese lugar.

Firmaron unos papeles y libres al fin.

Era de noche pero estaba helada, así apresurados tomaron un taxi para llegar a casa cerca de las 3 de la madrugada. Tanto como Takanori como Takashima esperaron en el comedor con el cachorro que horas antes invadió su hogar durmiendo sobre el sofá. Akira como Yuu dieron sus explicaciones pero dejaron tranquilo a Yutaka que apenas subía por las escaleras para caer como plomo a la cama y Takanori no tardó en hacerle compañía.

Había sido una noche de locos y nuevamente interrumpidos pero aun era feliz a lado de Yutaka quien se acercó a su cuerpo en busca de calor, así lo cobijo con su cuerpo para dormir junto a él. Ya tendrían tiempo.

 

 

 

Despertó y lo primero que hizo fue ver Takanori durmiendo a su lado, ronroneando beso su cuello para despertarlo, consiguiéndolo en un buen rato ya que el menor tenía el sueño pesado y agradecía eso, así podía manosearlo a su antojo pero era un secreto que se lo  llevaría a la tumba.

—Buenos días dormilón — al fin al tener respuestas apenas audibles de Takanori quien se cubrió con las mantas por unos segundos para después descubrirse y abrazarlo por el cuello.

—Buenos días— le dio un candente pero tierno beso— Feliz cumpleaños mi amado Yutaka— volvió a besarlo.

Ambos comenzaron a repartirse caricias pero fue cosa que el trio de mosqueteros, entrara sin preguntar para saludar al festejado tirándose todos sobre la cama y tontear de lo lindo.

Sacaron a ambos de la cama al ser muy tarde ya que los tres habían quedado de acuerdo en dejarlos dormir hasta tarde, mientras estaban adelantando lo de la fiesta que sería en un par de horas. Comiendo apenas para ayudar lo pendiente, aunque a Yutaka lo obligaron a estar de vago a la vez que los otros se dedicaban a lo demás.

Ya todo listo Yutaka se había adelantado en arreglarse mientras que los otros tenían un circo montado en el segundo piso al vestirse como se debía a la ocasión, mientras el, muy calmado revisaba los mensajes de felicitaciones de otros amigos y compañeros de trabajo que irán a la fiesta, como también los mensajes de su madre como abuela desde su celular.

El timbre sonó.

Nadie daba señales de bajar, fue el mismo cumpleañeros que se levantó a abrir para ser abalanzado por sus amigos que le dedicaban muchas felicitaciones y le entregaban obsequios. Al ver tan tranquilo fueron los mismo amigos recién llegados, además como eran de confianza colocaron música y a servir el licor para cosas de segundos los demás integrantes del edificio se dignaran a bajar para unirse a la fiesta, solo faltaba Takanori quien había dejado al cachorro en su habitación para estar más tranquilos y estar al lado de Yutaka.

Antes que la fiesta aumentara y perdieran la sobriedad colocaron un pastel en la mesa para cantar la típica canción de cumpleaños donde todos tiene la vista en uno y no sabes a donde mirar pero aun así, para Yutaka eso era importante aunque por unos segundos la imagen de Takanori saliendo de una torta completamente desnudo lo hizo reír como bobo pero al finalizar soplo las velitas, comieron pastel para retomar las bebidas.

Todos un tanto ebrios, uno que otro había consumido marihuana estando un tanto más eufóricos decidieron jugar al clásico juego de la botellita, mientras que Yutaka estaba de caramelito con Takanori en el sofá aun así decidieron jugar. Algunos estaban emocionados al ver que el parcito se unía al juego, no solo el hecho de jugar sino que podrían besar a uno de ellos sin culpa, si es que lo hacían.

Lo curioso que el festejado le toco besar a los tres mosqueteros que vivían con el pero no Takanori, quien le toco dar un beso a otro de los invitados quien se notaba ansioso por hacerlo y solo Yuu y el mismo Yutaka notaron eso. Este último no le parecía ya tan divertido el juego. No solo el hecho de que haya tenido mucho trabajo en la noche durante la semana, ser interrumpido a cada momento que tenía oportunidad de estar con su pareja y más encima un tipo casi se lo come en un beso, no, no, no, ya estaba en su límite.

Yuu quien noto los ánimos del festejado puso música para que bailaran y dándole una señal que se apartara por un rato con Takanori a un lado más privado.

Yutaka tomo de la mano al menor arrastrándolo a la habitación donde estaba la mesa de pool para comérselo a besos. Quien sé que se atreva a interrumpir se las cobraría pero esta vez Takanori no se le escaparía, aunque este último no tenía intención de marcharse. Lo acorralo a la pared, saboreando sus labios, con sus manos tocando bajo la camisa la suave piel descendiendo por más, buscando entre los pantalones y ropa interior aquella erección del menor de la cual se encargó con firmes y acertados movimientos con su mano de arriba abajo, masajeando todo a su paso. Takanori rodeo su cuello para darse firmeza mientras le flaqueaban las piernas, al momento de correrse en la mano de su pareja.

Mientras que el menor recuperaba un tanto la compostura y aliento, Yutaka se dedicó a denudarlo de parte de abajo para acariciar sus piernas pero noto la mesa de pool que era en cierta manera más cómoda aunque excitante hacerlo en aquel lugar “prohibido por Yuu” quien cuidaba ese mueble como algo sagrado. Sin pensarlo, Takanori se acercó a la mesa de pool como si le hubiera leído la mente, recostó boca abajo parte de su cuerpo sobre la superficie, con su mano acaricio el borde de la mesa para terminar sobre su muslo y ascender arrastrando a su vez su camisa quedando totalmente expuesto en una clara invitación de placer para Yutaka quien le faltaran pies para acercarse a toda prisa. Le que si Yutaka no tenía como lubricar al menor pero como era más práctico, uso su misma lengua en humectar aquella zona mandando la razón de Takanori de vacaciones para dejar que gimiera con descaro siendo cayados esos gemidos con la música y arañar la superficie de la mesa, que una vez rasgada la superficie perdía utilidad a no ser que sea cambiada. Terminada esa labor no tardo en entrar en aquel apretado lugar que lo llevaba al paraíso y sin esperar a que el menor se acostumbrara empezó a moverse suave pero profundo para aumentar con el paso de los minutos el ritmo.

Como extrañaban estar de aquella manera.

El crujir de la mesa era más evidente al momento de cambiar de posición, dejando a Takanori de espalda contra la mesa sujetando sus muslos, presionando las rodillas de este de forma leve sobre su pecho mientras que el entraba y salida golpeado su ponto erógeno provocándole ricos escalofríos por su espalda y cerrando sus parpados por el placer, jadeando extasiados, disfrutando más aquel encuentro hasta llegar el ansiado clímax manchando con su esencia la preciosa mesa de pool que después al ser más consientes, se darían cuanta que ya tendrían que hacer algunos arreglos como lo endeble que la dejaron por los brucos movimientos. Por ahora poco le importaban, estaban acostados en ella y nada importaba más, estaba mimándose y besándose con cariño lo que si los alerto antes los crujidos de la mesa que los hizo levantarse rápido y con miedo vieron la mesa a punto de desplomarse. Yuu los mataría.

Takanori no alcanzo a vestirse del todo cuando Yutaka lo arrastro a la habitación y continuar con otra ronda, solo que antes de encerrarse por una hora para unirse a la fiesta nuevamente después de quedar satisfecho de momento, fueron los chillidos de Yuu por la mesa y sus maldiciones de que eran unos gatos folladores, de que pagarían el arreglo de la dichosa mesa mientras que las carcajadas de Akira se escuchaban a lo largo de todo el primer piso y los gritos de Shima a que siguieran disfrutando con los demás.

 

Era la vida de ellos, todos juntos, bien locos, se enojaban por cosas pequeñas como grandes pero aun así se tenían entre ellos como un grupo, una familia, en aquel edificio por el cual no cambiarían por nada.

 

Notas finales:

Gracias por leer.


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