Don’t leave me
Aquí sentado bajo la luz de la luna, puedo ver cada recuerdo que tengo de ti. Poco a poco tu silueta va cobrando forma y me acompaña, como cada noche lo hace desde aquel sábado que te fuiste, prometiendo que volverías…
‘’Quiero verte’’, repito una y otra vez, mientras mi voz es ahogada por mi llanto.
‘’Te amo’’, en mi cabeza se repite esa frase una y otra vez y, como si fuera un cuchillo con un potente filo, va desgarrándome por dentro. Es un dolor tan intenso, que siento como voy muriendo cada día.
Tan amargo como ácido, ácido que corrompe cada parte de mi ser, un dolor tan dulce que dejarlo me es imposible porque tengo miedo de perderte para siempre…
Todos los días me pregunto si seguir así vale la pena. Siempre he estado solo y eso no es tan malo pero, ¿vale la pena sentirse solo, aun cuando estás rodeado de muchas personas?
Te volviste mi única razón de ser feliz, de estar vivo, de conocer el amor y por ridículo que suene, de sentirme amado.
Amaba la calidez de tus manos, la suavidad de tu piel, el sabor de tus labios. Como explico tu ausencia si la soledad en ocasiones se vuelve una amiga traicionera, que te muestra la peor cara de la vida y te hace sentir tan miserable que te pegas a un recuerdo inexistente con la esperanza de que te proteja, con la esperanza de volver a ser feliz una vez más, solo una vez más…
Mi querido Takanori, mi amor, mi todo, mi sueño imposible, estar sin ti no ha sido tan malo, sabes. Conocí a un chico, un chico lindo. Un hombre bastante atractivo, Akira Suzuki se llama. Creo que sentirse deseado por él no es tan malo, sentir que tu piel se quema al contacto con la suya es bastante excitante.
Aunque, tampoco es un orgullo salir con alguien que tiene pareja, en efecto, soy su amante.
Me han dicho que su pareja se llama Kouyou Takashima, un hombre por demás hermoso, alto delgado, con una personalidad que vuelve loco a cualquiera. Bastante sexy y sensual, según me han contado. No es que yo esté mal pero, solo soy yo, tu Yutaka de siempre, tan decidido a seguir mis sueños pero a la vez tan despistado para recordar lo que hice ayer… siempre seré así, y no está mal pero, nunca podré compararme con él.
Muchas veces Akira me ha dicho que no lo ama, que soy yo a quien ama y que yo lleno su vida, muevo su mundo, es que si vieras todo lo que tenemos en común, hasta tú te sorprenderías, es como una especie de brujería, pero, si a él no lo ama, ¿Por qué no lo deja? ¿Por qué tengo que vivir bajo su maldita sombra? ¿Solo soy su desahogo sexual y ya? ¿Crees que he tirado mi dignidad por aceptar las sobras de Kouyou, por conformarme con la nada que Akira me ofrece?
Perdoname, es que no pude evitarlo, hacer el amor con él es tan delicioso, tan candente, que no pude decir que no. Siento que toco el cielo entre sus sabanas, y aunque tus sabanas son mejores, ahora ya no estas.
Yuu, mi mejor amigo, aquel que hizo hasta lo imposible porque yo saliera contigo, me dice que lo tengo a Aki comiendo de mi mano, que el sexo hará que él deje al presumido de Kouyou y que se quedará conmigo para siempre. Pero, eso es mentira, ¿sabes lo doloroso que es que te haga el amor con esa maldita sensualidad, que te tome en cualquier sitio y que satisfaga sus ganas y sus deseos y después se vaya como si nada y corre a las piernas de Kouyou a hacerle lo mismo que a mí?
¿Qué soy para él? Al mirarme al espejo me doy cuenta que soy el dibujo que una caricatura mal dibujada por el destino, un cuerpo sudoroso que solo huele a sexo y que se denigra cada vez que le tocan, un cuerpo hueco donde no hay espacio para el amor, porque esa palabra te la llevaste el día que te marchaste de mi lado. Eso soy.
Estoy perdido en una obra patetica, donde el payaso soy yo, tu eres el espectador y Akira es el dueño de la mala obra del destino, mismo que quiso jugar a matar, y termino por matarnos, por destruir mi mundo perfecto.
Vuelve por mi Taka, te lo suplico, vuelve por mí antes de que me hunda en esta largo y oscuro abismo sin salida, abismo que día a día me consume y que pronto acabará conmigo.