Minho separó los palillos para inhalar el aroma de los fideos que recién había cocinado.
Tomó un par de fideos y al llevarlos a su boca notó como Taemin estaba de pie frente a su plato, pero no lo miraba a él, sino a lo que estaba consumiendo.
-¿Quieres uno?- preguntó bajando los fideos al plato.
-¿Me darías uno?- el hada agitó sus alitas hasta estar más cerca del tazón de comida, inhaló el aroma resultándole un poco desagradable por la carne que contenía.
-¿No te hace daño?- tomó un fideo y lo alzó hasta sacarlo del tazón. –Jinki dijo que sólo comerías cosas que provengan de la naturaleza como frutos.- notó que las alitas del hada se dejaron de moverse para incluso, caer por su espalda. -Espera.- susurró volviendo a meter el fideo para levantarse de la silla del comedor, caminó hacia el refrigerador del que sacó un par de uvas. –Esto te vendrá mejor.-
Le entregó las uvas, poniéndolas más cerca del hada.
-Pero me gustaría probar lo mismo que tú.- se sentó en el borde del tazón. –No me pasará nada malo, te lo juro.- estaba un poco cansada de siempre comer uvas o gajos de naranjas.
-No estoy seguro.- susurró Minho tomando la cintura del hada para bajarla del borde y sentarla en la mesa. –Aquí estarás mejor.-
-Bien.- susurró medianamente molesta, sentándose enfrente a las uvas. Frunció el entrecejo molesto mientras tomaba una. Minho por su parte volvió a meter los palillos a su tazón. –No tengo hambre.- la empujó hasta que chocó contra la comida de Minho, luego agitó sus alitas hasta salir volando rumbo a su casa de muñecas.
Entró hasta llegar a la cocina falsa, abrió el refrigerador de juguete para ver la calcomanía de la comida que ahora Minho estaba probando, posó su pequeña mano en el dibujo más parecido y suspiró triste.
Pero al instante siguiente arrancó el estampado, lo hizo bola y aventó fuera de su propiedad.
-Oye, Taemin.- susurró Minho entrona a la habitación principal, mirando directo hacia la casa de muñecas. –No tienes que molestarte.- se acercó a la mesa en la que estaba su casa de juguete, a un costado puso el tazón de comida. –Te daré uno.-
En respuesta la puerta principal se cerró con violencia. Aunque por las ventanas podía ver a Taemin sentando y enojado, con sus bracitos cruzados por el pecho.
-No te molestes, sólo me da miedo que algo malo pueda pasarte.- después de todo lo que había pasado hasta recuperarla, la cuidaba con más exigencias comparando a cuando tenía una mascota.
El hada se acercó a la ventana más cercana a Minho y se recargó en sus codos para mirarlo.
Pero no dijo nada, sólo miró como Minho sonreía nervioso.
-Anda, sólo uno.- tomó un fideo para estirarlo y llevarlo con cuidado hacia Taemin, que ya había separado sus labios. –Con cuidado.- suplicó al ver la comparación de tamaño entre los palillos peligrosamente cerca de los labios del hada y Taemin, que ignoraba todo lo que le preocupaba.
El hada comenzó a sorber el fideo hasta que tosió, entonces Minho lo cortó.
Se apresuró a levantarse y abrir la casa de muñecas para ayudarle, pero Taemin sólo estaba en el suelo de plástico, recostado.
-¿Está bien?- pregunto alarmado tal vez los condimentos le habían hecho mal.
-Ahh~- susurró el hada entreabriendo los ojos. –¡Estoy tan satisfecho!- incluso llevó una de sus manos a su estómago que sobresalía ligeramente. –Ni en mil lunas me había sentido así.-
Minho alzó una ceja.
-¿No te enfermó?- no parecía estar pasando un mal momento.
-Comeré una uva y no volveré a tener hambre hasta dentro de una semana.- sonrió mirando a Minho. –¿De qué estaba hecho?-
-Ammm…. ¿Trigo? Harina de trigo.- contestó.
-No sabía a trigo.- respondió el hada sentándose. –Lo había comido antes y no se asemejada el sabor. Pero tengo que decirte algo.- intentó levantarse pero sólo intentó, porque sus alitas no le ayudaron a elevarse aunque se movían frenéticamente. –Olvídalo, lo diré sentado.-
-¿Estás bien? ¿Por qué no te pudiste levantar?-
-No es nada malo, mi estómago está muy lleno. Siempre que como lo hago en pausas pero ahora no, sólo tengo que digerir y estaré bien.- afirmó tallando la frente para retirarse el sudor. –Debes de dejar de tratarme como si fuera una reliquia.-
-No te trato como una reliquia.-
-Sí lo haces.- suspiró volviendo a recostarse. –No tengo piel de papel ni huesos de cristal así que no me sobreprotejas.-
Minho sólo apretó los labios sosteniéndole la mirada al hada. Hasta que finalmente suspiró rendido.
-No es por querer ofenderte es sólo… sólo que no quiero que te pase algo.- bajó la mirada sintiendo el vacío que le había causado aceptar que no tenía al hada consigo y los días sin Taemin; haciendo que su garganta se cerrara y su apetito desapareciera.
Un sentimiento que el hada percibió.
Agitó sus alitas hasta levantarse de la mesa e ir hacia lo más cercano posible del rostro de Minho, estirando su mano para tocarle la mejilla.
-No pasará. Créeme. Cuando un hada decide estar con un humano, sólo el humano tendrá la capacidad de sacrificarla si lo desea de corazón.- las cejas de Minho se alzaron, apresurándose a tomar a Taemin en sus manos. –Yo sé lo que tú sientes, por eso no me aterro. Tú tampoco tendrás que hacerlo de ahora en adelante.-
-No conozco mucho de tu manera de vivir, no hay libros que hablen acerca de tu cultura y eso me asusta. Pero confío en lo que dices, dejaré de temer y haré las cosas que me pidas con más fluidez.-
Sin embargo, Minho no terminó de hablar cuando la entrepierna de Taemin reaccionó.
-¿Lo que te pida?- gimió.