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Mi primer amor... me enseño el verdadero dolor por Scream of pain

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Notas del fanfic:

Creo que la cancion perfecta para leer este fic y sentirse en escena es ANEMONE-MEJIBRAY.

No dare nada, esta en primera persona porque simplemente soy yo quien peinsa de esa manera.

No es ningun personaje, soy yo ¿Que puedo hacer?

Notas del capitulo:

No estoy seguro si hacerle segunda parte, no pondre la casilla de terminado por que depende.....

todo depende de esa ruleta rusa llamada vida.

Piensen en su primer amor.

Jamás me había enamorado y cuando lo hice fui rechazado por completo.

No es una farsa, es mi maldita existencia, ¿porque no soy lo suficiente? ¿Porque? ¡Quiero ser su todo! Pero soy una nada. Él es todo para mí, mi primer amor. La persona por la que di todo, la primera y la última, porque el amor duele demasiado. Soy un estúpido, no tengo nombre, quiero ser olvidado.

Vivía por él, para ver su felicidad. Una bella sonrisa. Pero sus gélidas manos tan siquiera una sola vez que rozaran contra mi piel  hubiera sido mi éxtasis mi nirvana, pero ni eso. Con un simple “no te quiero” arranco cualquier pequeña esperanza de ser feliz.

El engaño, el remordimiento, el dolor y la angustia todos unidos para así ser un pequeño resumen de cómo me siento.

Estar sentado en un pequeño rincón abrazando las  delgadas rodillas y con una sonrisa rota y melancólica mientras  las lágrimas ya tibias brotan desde los espejos del alma. Un enorme “porque” en la cabeza, la maldita soledad  tan conocida para mí. Tan conocida y tan temida, lo amo tanto que aunque trato no soy capaz de odiarlo.

Y, ¿cómo? Su piel pálida y hermosa, su sonrisa rota, su pasado oscuro. ¿Cómo odiar a un ser tan bello y perfecto, majestuoso y brillante? Yo por otro lado, tan patético, basura del podrido cosmos… este gran pero tan pequeño universo. Un asco completo.

Lo amo tanto que incluso  en la mierda que estoy ahora  sigo teniendo su viva imagen en mi mente. Un beso imaginario, una caricia de ensueño, un futuro inalcanzable. Duele el amor, bello, pacífico y majestuoso. Tengo celos de la felicidad ajena, de la felicidad de mi pasado, de la felicidad que anhelaba. La vida es tan cruel conmigo. Pero me lo merezco. ¿Cuantas veces rechace sin misericordia los sentimientos de otras personas? Ofreciendo una amistad pura y bella. El hizo exactamente lo mismo con un “yo te sigo queriendo”, pero mírame a los ojos… dime, ¿me quieres igual que yo a ti? ¿Acaso te has detenido a pensar en eso? ¿En lo filosas que son esas palabras para mí?

-          Tal vez eres la persona correcta en el lugar equivocado-

Esas palabras rebotan en mi mente, y me imagino que lo dices con una sonrisa en tu rostro o, ¿acaso estabas serio? ¡¿Cómo podría saberlo yo?! Siempre te imaginado con una sonrisa, acaso al menos aunque fuera una vez mientras te decían mi nombre ¿sonreías con vergüenza? No me digas que es solo una ilusión óptica, el sol por más que brille contra tu ventana y roce tu rostro….  Y aunque jamás mis ojos podrán verlo con claridad lo confundiría  y diría en voz alta “distorsión”

Mientras en incontables ocasiones yo era el escritor de inigualables novelas de amor, el mundo pasaba a mi costado. Siempre pensaba que el amor como en cuentos de hadas terminaba con un “fueron felices para siempre” Dos príncipes agarrados de la mano, aunque fuera en el calabozo del reino, pero juntos. Siempre estuviste ahí, a mi lado… nunca te note. Cuando lo hice supe que te quería en mis brazos, quería protegerte, quería besarte, hacerte el amor. Quería demostrarte que la vida valía la pena,  el valor de la felicidad.  Al despertar mirar tu rostro, con dulzura pronunciaras mi nombre.

Quisiera tocar tu piel, besarte y morderte, quiero sufrir a tu lado, pelear por cosas absurdas, pensar que todo acabo. Y al solucionarlo todo, pensar en el pasado y reír con gracia de nuestra estupidez. Te amo tanto que aunque precisamente mientras me desahogo  llorando lágrimas de sangre, escribiendo lo que siento en este trozo de papel…. Desearía levantar mi cabeza y verte con una dulce sonrisa y que ese maldito “lo siento” que pronunciaste con pena se convierta en un “te amo” ¿porque? ¿Qué me falta? ¡Seré lo que quieras!, eso lo jure. ¿Qué importa  para ti, religión, sexo, físico? ¡¿Qué mierdas importa?!

Unas tiras de papel, unos dibujos viejos y un yo pasado burlándose en la cara de los desalmados enamorados. De ese amigo que fue traicionado, pero mírame. Con un corazón roto, siento que podría morir. Pero la foto en mi celular, ese collage de  fotos, esas mismas que enviaste un día en la que yo actuaba como loco y en un arrebato de valentía te las pedí.

Esas mismas que con dulzura al verlas pronunciaste “es hermoso” lo único que me mantiene cuerdo. ¿Cuántas canciones te dedique? ¿Cuántas más tenía planeadas dedicarte? Y, ¿cuántas otras  más se escribirán por nuestra historia? ¡Fui estúpido al confesarme! No te enamoraste de mí, solo de una foto, una imagen, tu propia ilusión de quien era yo. Merezco sufrir, pero, ¿porque tú? ¿Porque alguien tan perfecto como tú? ¿Porque mi primer amor tenía que ser así? Aun sueño con tu regreso, aunque jamás hayas partido, porque nunca fuiste mío.

-No me abandones por favor-dije mientras lloraba y  me esforzaba para no perder mi voz.

Pero la realidad es otra, por más que te busque, te llame o te grite jamás te voltearas para verme. Ya no marca un “visto” en la conversación. Ya no habrá noches en vela a tu lado. Tan feliz que era al leer tu respuesta. Ya no habrá más conversaciones sin  sentido en las que claro, yo hablaba sin parar… No habrá abrazos virtuales, ni mucho menos físicos. Nunca sentiré el aliento de tu boca, ni el olor de tu piel. No podre ser adicto a tu cuerpo, ni el mío propio moldearse a la extensión de tu miembro.

Jamás podre gritarle al cielo con alegría “Gracias dios por darme  la vida, encontré el amor en su sonrisa” De echo ahora mismo comprendo, tantas demostraciones de que ese dios  me abandono “El siempre tan perfecto”

Tanto que rece yo para ser feliz, tanto que rogué para tenerte. Mi primer amor. Mi primer dolor de pecho, me duele tanto la cabeza y mis manos se mueven temblorosas, mi muñeca derecha se sacude dudosa sobre estas tiras de papel viejo.

¿Ser feliz o que tú seas feliz? ¿Qué es mejor dime tú? Te amo, no como palabras vacías sino hasta el punto de vender mi alma al diablo y conseguir una respuesta positiva de tú tan perfecta y bella creación. Pero sería injusto. Injusto contigo y conmigo. Con la posible persona que este atada al otro lado de tu hilo rojo.

¿Qué hago? Te amo. Soy estúpido. No solo me enamore de alguien que está a miles de kilómetros de distancia, no solo me enamore de esa persona perfecta que jamás me correspondería. Me enamore de ti. Mi hermoso ángel caído del cielo, un hombre que jamás se fijaría en alguien tan común y normal como yo, me enamore de la persona más hermosa y lastimada, de ese amigo fiel; de quien me ve como hermano.

Mientras escribo estas palabras tengo en mi mente historias alternativas,  un futuro lleno de felicidad donde somos uno, agarrados de la mano con un sonrojo en las mejillas. Sin que nos importe el que dirán, juntos por siempre. Pero, la realidad golpea, la frialdad cubre mi cuerpo.

El calor y la vida se escapan por mis muñecas, el ángel de la muerte me espera, que curioso comparte tu misma fisionomía.

-          ¿Amor mío has venido a buscarme?-  Venderé mi alma al diablo si eso significa tenerte cerca aunque sea al final de los malditos minutos de mi asquerosa e insignificante vida. Mi asquerosa y triste vida.

Te amo, pero tú a mí no. Un simple “me gustas” hubiera bastado. No soy extremista pero era la primera y última vez que luchaba por amor, porque para mí, tú lo eras todo. Mi primera y última opción, el libro de la vida se acaba para mí en este momento. Te amo y no te puedo odiar, tal vez en otra vida, ese hilo rojo del destino está atado a tu meñique  y se una con el mío. Tal vez corra con suerte en la próxima vida. No como en esta donde mi hilo, al final del maldito recorrido esta vacío, cortado con la sierra de la muerte. Abrazando la muerte y la soledad. Esa casa donde inicio todo, será mi final.

No tengo remordimientos porque aun así sé que por mucho que luchara jamás serias mío, te amo pero te dejo libre. Tal vez en un noche en la que las almas del infierno suban a la tierra vea tu rostro, apacible y tranquilo. Mirando el último mensaje que te envié.

-          Te amo, hasta la muerte lo hare –

 Sabiendo que no lo comprendes, jamás me comprendiste, me lastimabas con tiernas palabras y con una falsa ilusión que estúpidamente me forme yo mismo; una realidad en la que no te hare falta. Solo fui otro más en tu largo camino, otra persona que bajo del tren de tu corazón. Pasaran los años y olvidaras mi nombre, mi cara y mis sentimientos. Serás feliz, tendrás familia…. Me olvidaras, pero yo no a ti. Porque te amo.

Los músculos se relajan y la sinfonía de la música de fondo se hace más lejana, un adiós y un entierro que jamás se hará. Porque nadie se dará cuenta que falta una persona. Hasta que el hedor de mi putrefacción invada la fina nariz de los vecinos. No sabrás nada, solo seré otro más desaparecido. Te veré en la turbiedad de la noche, como un demonio con el corazón roto ¿Qué puedo hacer o decir ahora….? .... En mi sucia carta de suicidio.

Notas finales:

Espero de cierta manera que hayan sentido un poco mi dolor, que se hayan puesto en mi puesto. 

No tengo muchas palabras, con solo expresarme libremente senti un peso que se quito de mis hombros.

Tan patetico.

Nos leemos.....


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