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Secretos en la Academia Hunter por Heartshaoi

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Notas del capitulo:

-subiendo la musica a maximo volumen para disfrutar más el nuevo fic que encontré-

 

Hola!

Tarde, lo sé.

He aquí el capitulo 16 queridos lectores. 

¿Advertencias? No.

Ya casi se vuelve verdad el resumen del fic, espero les guste :)

 

¡A leer!

El sonido de la llave  cerrándose para impedir el paso del agua era lo único que se oía en el ambiente, una y otra vez esta era abierta y cerrada en una manía incontrolable. Una vez más y por fin pudo mirarse al espejo su demacrado rostro por haber permanecido en ese estado durante horas.
 
¿A qué hora llegará?
 
Una vez más observaba como las líneas marcadas en su rostro dejaban una linda piel juvenil.  Estaba cansado de permanecer en el baño como si no tuviera nada mejor que hacer, sin embargo era tanta su ansiedad que no era capaz de mantenerse quieto y estable en la sala de espera. 
 
Eran pasadas las 2 am cuando por fin decidió leer aquel libro de crónicas medievales que había dejado a medias desde hace un mes. Se sentó en la sala después de servirse el café, había ordenado a los mayordomos que le dieran privacidad así que no había nadie quien lo atendiera. Qué cálido se sentía con el aroma del grano en su rostro, le gustaba dar sorbos pequeños quemándose levemente la lengua disfrutando sentirse un poco más despertado.
 
Habían sido 4 días largos desde el lunes que llegó de viaje y se encontró con Killua en modo rebelde, supuso que no sería grave que lo dejara por unos días más a su antojo y le dio permiso para que arregle sus asuntos en privado.
 
A pesar de que sabía que era irremediable su destino, la idea de que no esté en casa lo volvía un sobreprotector descontrolado. Recordaba la mañana constantemente, las palabras de su niño lo habían dejado con una mala idea en la cabeza: Tal vez no llegue a dormir. 
 
No podía negarle que se fuera, le había dado su palabra y no podía romper su parte del trato, aunque fácilmente pudo ser autoridad no lo hizo deseando ganarse un poco más su cercanía. 
 
Lo que no sabía era qué exactamente haría fuera de casa, ¿acaso la pasaría con ese tal Gon? Ya estaba lo suficientemente celoso como para dejarlo hacer eso, así que no se daría el lujo de  irse a dormir sabiendo que el albino no está bajo su mismo techo.
 
Se detuvo en medio de la lectura para apagar las luces y quedarse en silencio otra vez, dejó de hacer ruido cuando la bebida se acabó y se quedó entre las sombras que se producían por el contraste de luces que ingresaban por la ventana. 
 
Otra vez como el espectro que seguía a todos lados a esa criatura se posicionaba  en la entrada principal ocultándose en una esquina. Cada segundo era lento, muy lento cuando se ponía a contarlos, miraba su reloj una y otra vez calculando el amanecer, deseando que milagrosamente entre por esa puerta y lo salude como de costumbre. 
 
Soltó un suspiro cuando llegaron las 3 am, casi ya no tenía esperanzas de que apareciera, así que sin ánimos de seguir en su posición decidió levantarse.
Solo fue un sonido ligero detrás de la puerta la cual lo detuvo, ¿eran unas llaves?  Agudizó sus sentidos para que lo siguiente no lo tomará desprevenido, vio por última vez su reloj, eran las 3:12 cuando Killua llegó a casa, y parecía que intentaba no hacer ruido a la hora de entrar. 
 
Solo fue un segundo cuando vio su rostro en la contraluz, fue tan poco el tiempo en el que brillo chocó en sus ojos que se le erizó la piel de tan solo pensar en el por qué….
El por qué el albino estaba triste…
 
Segundos después siguió aguantando la exasperación mientras lo observaba subir las escaleras, olía extraño, su olfato no le engañaba y sintió una ligera brisca pasar por su rostro, reconoció al instante su sudor envuelto de un hedor ajeno. 
 
-  Killua… te estaba esperando.
 
El niño voltio como quien reconoce un peligro y en vez de acercarse a saludar corrió a su habitación sin darle chance a preguntar nada. Se encerró tras la puerta y cayó al piso mientras se tapaba el rostro no pudiendo contener el llanto. Escuchaba que la puerta era azotada sin discreción mientras intentaba retener sus lágrimas en un intento vago. 
 
Al rato el ruido detrás suyo se detuvo y él también se quedó en silencio esperando a que su mente se ocupara de otra cosa, necesitaba dejar de llorar y convencerse de una vez que la idea había sido la correcta.
Había sido lo correcto abandonar a Gon. 
 
Ya estaba hecho, después de pasar la mejor noche de su vida decidió ponerle fin a la absurda relación que tenían y que no iba a llegar a ningún lado.  Quería hablar con Illumi pero no podía en ese momento, no estando aún con el cuerpo sucio y emanando su libido a flor de piel. 
 
Era tan tarde que a penas y podía mantenerse despierto y lúcido, su cuarto oscuro lo atrajo y él que rogaba por descansar no se negó ante la tentación de dormirse en aquel frío lugar. No se dio cuenta hasta que despertó de a pocos en su cama, le dolía la cabeza por la jaqueca de tanto pensar, miró a su alrededor y ahí estaba Illumi sentado a su lado observándolo, pudo reconocer que aún no amanecía por que la poca luz del lugar era artificial.
 
- Aniki…- dijo sobándose los ojos, a la vez que se dio cuenta que su hermano lo había llevado a la cama y  cuando supo que estaba siendo una molestia se avergonzó. 
 
- Dormiste exactamente 52 minutos  desde que te encerraste sin saludarme. Te estaba esperando... pensé que llegarías en la mañana.
 
- Debiste dormir si creíste eso, ¿ya es muy tarde no crees? sería mejor si descansáramos. 
 
Killua no lo observaba al hablar, no podía hacerlo sin sentirse culpable de algo que no entendía, poco o nada había de gracia en sus palabras, ni felicidad, ni enojo, ni emoción, ni cansancio, solo una pesadumbre que se hacía notar en su rara expresión de serenidad. 
 
- ¿Qué pasó?
 
Killua lo miró una vez más antes de buscar sus zapatos en el suelo ¿También se había dado la molestia de liberar sus pies? 
 
- Nada...
 
Se paró sin hallar lo que buscaba y solo pudo dar unos pasos antes de que la gran mano de Illumi lo detuviera con fuerza.
 
- No me ignores.
 
- ¡no lo hago!
 
Se quedaron en esa posición y se  creo una tensión tan sofocante que pudieron haberla cortado con un cuchillo, la mirada del mayor impedía que el otro avanzara y la poca estabilidad que tenía Killua en ese entonces no le permitió negarse.
 
- Quieto
 
Siguió su orden con cierto temor de ser expuesto ante sus manos que lo estaban tocando, rodeando los hombros y los brazos.
 
“Le dolió”
 
Se sintió presa de un hincón fuerte cuando lo tocaron en la espalda.
 
- ¿Qué te pasó? ¿Ves que me haces repetir las cosas?
 
No contestó, solo se dejó a hacer cuanto quisiese el otro, dejándose llevar por la delicadeza con la cual era tratado. No tenía escapatoria y parecía no querer huir más, después de todo ya no tenía a quién acudir si no es más a Illumi, tenía que hacerse la idea de que Gon no estaría ahí para él, ya no, y que no importaba ya que piense su hermano al respecto, ya nada podría importar...
 
Todo estuvo bien hasta que Illumi se acercó para olerlo, ya no lo sujetaba, ahora solo se dedicó por unos segundos a respirar cerca de él invadiendo su espacio personal.
 
- Hey- le dijo mientras lo apartaba con sus manos.
 
-¿Qué estuviste haciendo? ¿Crees que soy un disco rayado? Ya contéstame.
 
- Primero me daré un baño ¿Ya me oliste no?
 
Aquella respuesta dejó al moreno un poco desconcertado, le parecía tierno como intentaba ser descarado en sus respuestas, pero no lo lograba, solo hacia que agarre más razones para pedirle explicaciones. Así que lo espero en el mismo lugar escuchando como el agua de la regadera caía constantemente.
 
El amanecer estaba llegando y Killua seguía en el baño ¿cuanto tiempo ha pasado ya? pensó que se quedó dormido en la bañera, o que tal vez se golpeo en la cabeza y desmayó. Se asustó de tan solo pensarlo, así que con fuerza empezó a golpear la puerta intentado abrirla.
 
- ¿Killua? ¿Me escuchas Killua?
 
El agua dejó de correr y la puerta se abrió mostrando al niño envuelto en una toalla.
 
El mayor soltó un suspiro al ver que estaba bien... acaso ¿Podría estar mal?
 
Algo así rondaba por su cabeza, odiaba sus instintos que le avisaban lo que sucedería después y horas más tarde se arrepentiría de eso.
 
Le pareció normal todo hasta ese momento...
 
"¿Qué?"
 
- Ahora si me dirás qué te pasó o pretendes buscar otra excusa mejor...
 
- Ya te dije que nada, solo la pasé con Gon en su casa aniki, no hay problema con eso y lo sabes.
 
- Y ¿por que estás usando la toalla hasta cubrirte el pecho como una mujer que cubre sus senos? Además tienes una alrededor del cabello y de los hombros, eso si es extraño.
 
Ya no, ya no aguantaba no quitarle la ropa para ver con sus propios ojos lo que sospechaba, primero reconoció el olor de fluidos en él y ahora misteriosamente se cubría el cuerpo como si escondiera algo.
 
Killua comenzó a llorar otra vez sin entender que sentía en su pecho, quería contarle a su hermano su experiencia pero se moría de vergüenza de tan solo pronunciar algo en su boca. Así que  cuando lo vio acercarse reaccionó débilmente y como alguien que necesite protección de si mismo, sí, de él mismo necesitaba protegerse por que sentía que si seguía así moriría de pena y de angustia.
 
Solo pudo sentir el viento moverse y el sonido de los pasos a su lado, con una fuerza sin control Illumi le quitó la toalla de su pecho dejándolo solo con la de las caderas respetando su espacio, si claro, ahora si le importaba su espacio personal. De todas formas era inevitable lo que descubrió en ese momento. 
 
"Killua marcado en todo el cuerpo"
 
Lo observó por varios segundos hasta que se sintió mareado de tanto pensar - ¿Qué?
 
Una, dos, tres marcas moradas en su cuello pudo contar, otras 5 en su pecho y una que a medias se podía ver debajo de la tela justo  en el final de la cintura. Lo había visto incontables veces desnudo que aquella vez solo era una más del montón, no era tan diferente al resto...
 
Aunque creía que sí, no lo era, pudiendo tener la oportunidad de tenerlo solo para él, lo sentía tan lejano, cuando le dio la vuelta para observar su espalda volvió a revolvérsele el estomago de tanto imaginar, los arañazos que veía en esa delicada piel estaban rojos aún por que estaban frescos.
 
- Se que no quieres hablar, así que solo contéstame una pregunta ¿vale? -el albino asintió con la cabeza.
 
- ¿Gon te hizo esto? - dijo sin rodeos mientras sacaba su celular sin despegar su vista de él.
 
- Sí
 
...
 
Se fue de la habitación dejándolo solo otra vez, Killua le rogó que no hiciera nada loco pero no lo escuchó, no importó si se aferró a su pierna y lloró como un bebé, nada impidió que Illumi saliera con esa misma mirada que él conocía.
 
Una mirada vacía y con sed de sangre.
 
El niño se mordió las uñas hasta rompérselas de los nervios ¿A donde fue Illumi? Sabía que no lo mataría, habían hecho un trato ¿Eso estaba dentro del trato?
No, no iría a hacer algo tan descabellado como eso, no lo podía imaginar si quiera.
 
Se lamentó de no haberse quedado a dormir hasta el amanecer, sin embargo no podía, su corazón no soportaba la idea de decirle "Adiós" y se fue como un cobarde huyendo del compromiso.
 
Se miró el cuerpo contando las mordeduras que tenía en una línea marcada desde su vientre a su pecho.  le avergonzó de tan solo recordar lo que habían hecho hace a penas unas cuantas horas. ¿Le habrá gustado? ¿me odiará después de esto?
 
Con ese tipo de preguntas se quedó dormido sin poder hacer nada en contra de sus pensamientos.
 
"Vamos Killua todo estará bien"
 
Sí claro, todo estaría bien...
 
...
 
A penas salió de casa tomó su auto y se puso en transcurso en la larga carretera, a esa hora no habían muchos carros que digamos y podía evitar el molesto trafico de medio día. Con una mano en el volante y otra en la cabeza imaginaba a Killua con Gon eróticamente.
 
¿Qué mierda?
¿Cómo pudieron? ¡Maldito niño!
 
Tenía dos armas cargadas en su cajetera y un media docena de agujas envenenadas ¿Nada más?
Torció la boca al verse desarmado, bueno, para matar a un niño no necesitaba de más ¿ verdad?
 
Sí, esa era su razón de estar ahí conduciendo como un robot sin vida, lo único que quería era acabar con ese niño que había "herido" a Killua y lo había hecho llorar ¿Como se atreve? Solo él lo puede hacer llorar, nadie más.
 
Con sus pensamientos egoístas en mente empezó a sonreír con malicia intentando contener sus ganas de torturarlo. 
 
- No, no, no, no Illumi, no puedes hacerlo, Killua te odiara por siempre si no - se decía a si mismo intentando convencerse de no hacer algo que lamente después.
 
- Solo un poco...
 
Se mordía los labios de imaginarlo gritar de dolor y siendo presa de su veneno, SÍ, eso quería hacerle, quería verlo sufrir hasta la muerte por hacer llorar a su niño y por haberse metido con quien no debía.
 
Nadie, nadie se metía con un Zoldyck si quería mantenerse vivo. 
 
...
 
Llegó a la urbanización donde vivía el niño, eran ya las 7:46 cuando llegó a la calle y se ocultó detrás de unos matorrales. 
 
No podía ir simplemente y matarlo en su casa, no era un trabajo que le había ordenado su padre, era algo personal, si por algún motivo lo descubrían pondría en peligro al resto y no se lo permitiría. 
 
Espero a que el niño saliera para secuestrarlo en el momento indicado, sin testigos ni nada, no le importaba cuando tiempo le demorara, lo quería vivo para practicar una "técnica nueva"
10 minutos más y lo vio, sus ojos se dilataron como quién ve algo delicioso, estaba listo para ir tras él pero se contuvo.
 
- No seas idiota- se dijo respirando hondo , no lo había visto en persona, le pareció de la misma talla que Killua, ligeramente más delgado de piernas y su extraño cabello le hizo gracia.
 
Pensó que estaría alegre como cualquier niño, pero no fue así, su rostro estaba en una solo expresión y se recordó a si mismo.
 
Caminó de lejos siguiéndolo hasta la estación, subiendo en el mismo bus que él.
Estudió su forma de sentarse, como saludaba, como miraba a sus mayores y como su vista estaba en un constante cambio de actitud como si estuviese confundido.
 
"Confundido"
 
Cuando bajaron del bus, el niño empezó a correr y creyó que había sido descubierto cuando el niño decidió voltear y ver a su dirección por el rabillo del ojo.
 
Se detuvo viéndolo ingresar a la academia y se dirigió al hotel de al frente para verlo desde la terraza, con unos binoculares lo perseguía a donde sea -¿Qué le vio? no tiene nada de especial, es igual que los demás, puede reemplazarse - pensaba Illumi a la vez que esperaba en el bar del lugar que pasaran las horas de clases.
 
Fue solo un instante cuando vio por la pared de vidrio, observaba la entrada principal de la academia que estaba justo en frente de su vista, entonces fue cuando la melena roja como el fuego se hacía presente entre las rejas.
Hisoka ingresaba al lugar vestido formalmente - ¡Vaya que sigue aquí!- pensó dando el ultimo sorbo a su coctel.
- Espero no me de problemas...
 
...
 
Esperó de nuevo en la azotea observando como el niño entraba al club siendo rodeado por muchos alumnos - ¿Acaso es del tipo popular? - se preguntaba que de especial tenía para llamar la atención de su niño. Nada. No hallaba nada. Para él, el único increíble era Killua, y nadie estaba a su altura, nadie.
 
Al poco rato vio a un joven salir corriendo del lugar con el celular pegado al oído, si no fuera por su percepción pensaría que era un viejo, pero no, no lo era, era un joven igual que los demás ¿16 años?, eso era lo que le calculaba al ver su nerviosismo.
 
Lo dejó pasar como algo normal y luego vio a Hisoka llegar al club, sabía que el pelirrojo sentía cuando era observado y si lo seguía haciendo lo descubriría.
 
- ¡Maldición! ¿Qué tienes que hacer ahí?
 
Salió del hotel no sin antes armarse con lo que tenía ocultando los bultos debajo de su ropa. 
 
Llegó a la entrada, la hora de salida estaba cerca  -¿Donde estás?- se dijo buscándolo con la mirada entre los demás que salían corriendo.
 
Volvió a usar sus binoculares y pudo distinguirlos a lo lejos hacia el norte, empezó a correr entre la gente para no perderlos de vista, y poco a poco la multitud fue desapareciendo dejando solo unos cuantos transeúntes que con la siguiente calle desaparecieron.
 
Se quedó lo suficientemente cerca para observarlos y no podía evitar preguntarse qué demonios hacia Hisoka con Gon.
- No importa, solo tengo que matarlo y listo - no podía acabar con la vida del mafioso pero si con la de su objetivo ¿Cual era su relación? No lo sabía y prefería no saberla.
El olor fétido de la carne muerta le hizo arrugar el entrecejo, los vio por ultima vez doblar la esquina hacia una nueva calle y ese fue el momento en que Gon estaba ligeramente detrás de Hisoka, aprovecho el momento para sacar su arma y disparar a quemarropa, pero no le dio.
 
¿Qué?
 
¿Acaso Hisoka lo esperaba?
 
Era obvio que entre expertos podrían distinguirse, pero ¿Por que se metía en sus asuntos?
 
Vio al niño en el suelo  que estaba siendo cubierto por el cuerpo de Hisoka como si fuera su guardaespaldas, no dudo en apuntarle en la cabeza justo en medio de sus ojos.
Cuando vio a correr a Gon volvió a disparar rozando el rostro de Hisoka para demostrarle que no tenía chance ante su ataque.
 
Sin embargo solo bastó aquel descuido para que el pelirrojo sacará su arma y le apuntará también.
 
- ¿Que crees que haces?
 
- ¿No es obvio? Vengo a matarlo.
 
La sonrisa de Hisoka se perdió y le advirtió que se largara y que ni siquiera piense en seguirlos.
 
- Es un asunto personal Hisoka ¿Ahora te dio por proteger a niños?
 
El otro empezó a reír silenciosamente afilando su mirada al otro que seguía como una piedra -  Y a ti te dio por asesinar a cualquiera que se acerque a Killua.
 
-¡Malnacido! ¿Por qué intentas meterte en mis asuntos? - le dijo forcejeando sus manos hasta llevarlo contra la pared reteniéndole el cuello con fuerza.
 
- N- No puedes matagme - le dijo mientras seguía apuntándolo con un arma - Y yo tampoco.
 
Un golpe directo en su mandíbula lo hizo escupir sangre y en un descuido Hisoka con su mano libre logró sacar un cuchillo para perforarlo en las entrañas.
 
Illumi cayó en el piso sosteniéndose con los brazos - No te preocupes, no herí tus órganos vitales, estarás bien - le dijo el mafioso dándose la vuelta - No puedes morir y tampoco puedes matar a Gon ¿entiendes?
 
Cuando creyó que pudo caminar sintió un hincón en el brazo - No me des ordenes - musitó el herido levantándose con su mano en la posición de quien lanza un dardo.
- No te preocupes, tampoco morirás. 
 
...
 
A penas lo vio marcharse en un auto negro llamó a Gotoh para que fuera por él. No creyó que eso sucedería – Maldito enfermo – no tenía ni idea de lo que Hisoka tramaba y no tenía tiempo para deducirlo, estaba demasiado ocupado con su vida que no estaba dispuesto a gastarse preguntándose cosas innecesarias. Muy tarde se dio cuenta lo importante que era no dejar cabos sueltos, si Gon era el protegido de Hisoka no lo podía matar así como así y eso no era bueno.
 
- La próxima vez, la próxima vez acabaré con los dos…
 
Sí, después del trabajo con su gente no tendría que seguir manteniéndolo vivo. Ya no…
 

 
Notas finales:

-Heart


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