GON POV
Entramos a mi hogar y nos quitamos los zapatos. Mi casa es pequeña pero acogedora, aquí no sobraba nada.
- Mito – san, Mito- san ya llegue – grité lo suficientemente fuerte como para ser escuchado en toda la casa. Me congelé por un momento, había olvidado que mi tía no estaría el día de hoy… ¿Ahora como le digo a Killua que estamos solos? ¿Se enojará? No, no, no, solo debo sacar los chocolates ¿Por qué estoy tan nervioso? ¿No es nada del otro mundo verdad? Entonces porque no lo miras de frente, ¡vamos! No puede ser tan difícil, lo has hecho siempre. Alcé la mirada buscando las hermosas orbes azules de mi amigo, me sorprendí al verlo inquieto.
- Killua… Olvide que mi tía no estaría el día de hoy – solté sin rodeos, era mejor ser directo ¿no?
- Lo planeaste todo para seducirme… - me miró con su risa gatuna y se acercó poco a poco. ¿Por qué te encanta jugar así conmigo?
- Ehhhh! Yo no planeo eso – sentí mis mejillas arder por los nervios ¿Cómo me dices eso Killua? Intentas matarme de la vergüenza o qué.
- Ummm…. Sospechoso – se rio de nuevo ¿qué le pasa? Le daré un poco de su medicina para que aprenda. :V
- Sí Killua, quiero seducirte ¿Quieres venir a mi cuarto? – por dentro me reí malévolamente, ahora ¿Quién tiene el mando? Su rubor se extendió por todo el rostro… He ganado.
- No sabes lo que dices Gon – me dijo ocultando sus ojos debajo del cabello ¿Estará bien? Nunca lo había visto así.
- Pues tú empezas- no pude terminar de hablar porque sentí sus manos en mis muñecas, me sujetaba sutilmente como para no dejarme ir.
- Se supone que no debías continuar el juego – me dijo estando muy cerca de mi rostro, hasta pude sentir su aliento a menta. No sabía que podía sentirse tan bien su respiración.
- Si solo es un juego entonces me iré a bar, puedes comer lo que quieras de la nevera – me zafé del agarre y corrí al baño de mi cuarto ¿Por qué actúas así Killua? Solo haces que mi corazón enloquezca.
Killua POV
Como te atreves a decirme que sí, que intentabas seducirme. Se supone que tú no eres así, tú eres diferente a mí no ¿no? Ni siquiera entiendo que me pasa pero he disfrutado escucharte decir eso, y SÍ, solo es un juego, pero no comprendo porque mi pecho se acelera de esta forma. ¿No ves lo que causas en mí? Maldición Gon, quisiera saber que me ocurre contigo…
…
Esperaría a que saliera del baño, me eché en su cama, era tan suave como la mía, pero más pequeña, mucho más pequeña. Si duermo aquí sería muy incómodo, creo que terminaría botando a Gon por el borde la cama. Me quedé observando todo, se notaba que era muy ordenado y limpio ¿Qué tendría debajo de la cama? Creo que no lo mismo que yo, estoy seguro que no tiene revistas de ese tipo. Me puse de investigador y encontré una caja mediana sin nombre ni descripción. Usé mis uñas para abrirlo cuidadosamente y lo que encontré fue demasiado para mis ojos. Había mucho chocolate, tanto que no pude evitar ponerme a gritar de la emoción, entonces vi salir a Gon en toalla.
Me quedé idiota, de verdad idiota, su pecho desnudo tenia los músculos marcados perfectamente y aun chorreaba agua. ¿Cuántas chicas querrán estar con él? <>
- Veo que descubriste el tesoro – rio mi amigo mientras se secaba el cabello, este ya no estaba parado anti gravitatoriamente. Ahora estaba sobre sus hombros y se le veía muy bien. A veces creo que tiene apariencia de chica pero es muy rudo. – Es todo mío – bufé sacándole la lengua y afilando la mirada, no permitiría que me quite mis preciados chocolates ¿Cuántos habrá? ¡50, 70, 100! Hoy el día no puede ser mejor.
- Todo esto es tuyo – me contestó mientras se sentaba en la cama y tocaba la caja- Acaso… ¿fue con doble sentido? Imposible, ese no sería Gon en todo caso.
- Deberías ponerte ropa y dejar de andar como exhibicionista – le dije rápidamente y abrí el primer chocolate ¡Oh que delicia! Creo que necesitaré más de estos. Todo estaba bien hasta que se quitó la toalla, pude ver su espalda y trasero, sus piernas delgadas y fuerte. Maldición Gon. Solo lo observé hasta que estuvo listo, realmente mi amigo es un exhibicionista pero me encanta que sea así, así solo conmigo. No entiendo lo que me pasa pero me gusta estar con él, siento que cada día lo necesito más. No sé a dónde me esté llevando esto, pero si es con Gon no creo que haya problemas, después de todo él es mi mejor amigo.
NORMAL POV
El albino empezó a comer sus chocolates y Gon se sentó a su lado sonriendo tranquilamente. Era temprano así que después de jugar con las almohadas empezaron a jugar en la consola. Killua ganaba muy seguido y el otro solo pedía una partida más. Estaban felices de compartir momentos juntos a solas, sin miedo a nada ni nadie, era perfecto el momento hasta que…
- Killua ¿Me quieres? – preguntó inocentemente el de shorts verdes. Por momentos se ponía a pensar si su amigo lo apreciaba lo suficiente como para quedarse en su vida entera. Quería escuchar un “sí” ya que nunca el niño albino le había dicho que lo quería y esa era su oportunidad para saberlo.
- Ehhhhh? – fue lo uno que contestó muy alarmado el niño de ojos azules como si le hubieran preguntado algo desagradable, simplemente él no podía contestar a algo tan vergonzoso como eso.
- Yo te quiero Killua, eres mi primer y mejor amigo – dijo sonriendo a la vez que se acercaba al otro solo para poder verlo mejor, había dejado los mandos de videojuego a un lado solo para darle toda la atención a su amigo, por más ilógico que suene, él jamás se cansaría de decirle lo muy importante que era Killua en su vida, era “el primer y mejor amigo” después de todo.
- ¿Acaso no es obvio? Mejor durmamos, mañana nos iremos temprano – diciendo esto el albino se escapó de la pregunta y se echó en la cama metiéndose bajo las sabanas, no comprendía porqué pero que su amigo lo mirara tan profundamente lo ponía tenso y no se permitiría mostrar tal cosa.
- Tomaré eso como un sí – sonrió el niño y se echó al lado de su amigo.
- Buenas noches Killua…
- Buenas noches Gon… Yo también te quiero dijo en un susurro que solo fue escuchado por él.
…
Pasó 20 minutos y el silencio era perfecto, ningún ruido podría romper la magia de la tranquilidad, la oscuridad era espesa apenas se podía distinguir la posición de los muebles y las puertas. La noche se había vuelto más oscura con el pasar de las horas.
- Hey Gon, no puedo dormir… - el ambiente silencio hacía parecer que cada palabra fuese gritada y los susurros eran pasados como palabras normales.
- Yo tampoco puedo dormir Killua… - los niños estaban dándose la espalda sin chocarla.
- ¿Quieres conversar un rato? – propuso el niño de ojos azules, él quería contarle un poco más de su vida, tenía esa necesidad de decirle todo para liberarse de su malestar, como si confesándole su sufrimiento ayudaría a quitarle años de su propia condena.
- Si… el niño volteó y con su vista al techo oscuro empezó a buscar con su mano el hombro de su amigo. El albino al sentir el contacto giró su cuerpo para tenerse a un más cerca del otro.
- ¿Cómo te sientes? Killua…- el moreno preguntó esto por mera curiosidad, en su plan estaba conocer a su amigo y comprenderlo en todo, especialmente en su malestar e inquietud.
- Yo… yo estoy feliz de haberte conocido, me siento más tranquilo cuando estás a mi lado, especialmente porque haces que olvide todo aquello que alguna vez viví, además… No había encontrado a un niño tan fuerte como tú y eso solo me hacía querer retarte - los sentimientos de Killua eran verdaderos, él ya no quería ocultar su aprecio, se dio cuando que solo con él se sentía verdaderamente confiado, más que con su hermano.
- yo también estoy feliz de haberte conocido, y también creo que eres súper fuerte para ser un niño como yo - se rio bajito mientras trataba de buscar la mirada de su acompañante entre la oscuridad - Killua no te puedo ver ¿Aún estás aquí verdad?
- Claro que sí, yo tampoco te puedo ver - rio el albino acomodándose entre las sábanas para intentar dormir.
- Hasta mañana Killua - se despidió Gon volteando su cuerpo dándole la espalda al otro.
- Hasta mañana Gon - fue lo último que se escuchó antes de que los dos niños cayeran profundamente dormidos.
...
Gon fue el primero en despertar, en la mañana siguiente se topó con una escena bastante comprometedora. Su amigo Killua tenía las piernas enlazadas a su cadera haciéndole sentir su calor corporal por toda la espalda. El rubor se concentró en su cara y un cosquilleo que provenía de su abdomen lo hizo temblar. Por esa reacción se levantó de la cama bruscamente sin importarle despertar a su acompañante aún dormido.
-¿Q- qué sucede? - fue lo único que dijo el Zoldyck aun despertando, se sobaba los ojos aún cerrados para evitar sentir la luz de la mañana.
- Si no nos alistamos ahora llegaremos tarde - mintió Gon para correr directamente al baño a lavarse los dientes. Después de todo ¿Qué podría hacer? si tenía en su pecho una bomba que estallaba cada vez que su amigo estaba cerca él. Definitivamente algo entre esos niños no era normal.
Ese día se dirigieron a su centro mucho más temprano de lo habitual, Mito - san aún no se levantaba ¿Tan temprano era? sí y la culpa la tenía Gon por adelantar las horas…
…
Llegaron a clases con media hora de anticipación, cosa que enfureció al albino que aún tenía sueño; Gon le prometió que no volvería a suceder. Cuando se toparon con la entrada principal pudieron notar la decoración del festival que anunciaba el otoño. Para ser temprano habían muchas personas caminando de un lado a otro, ellos no comprendían lo que sucedía, habían pasado por alto que esa semana se hacía la festividad en cada categoría.
- Hey Killua, tienes que inscribirte en un club rápido - le dijo el moreno a su amigo que hacía mueca de desagrado por la idea.
- sí, sí, está bien, creo que me uniré a tu club ¿Qué tengo que hacer? - ladeo su rostro como si fuese la petición menos importante del día, más adelante se arrepentirá de su actitud.
- Um…, llenas el formulario y me lo entregas para llevarlo a la oficina del administrador.
- Ehhh? ¿Por qué tanto papeleo por una simple inscripción? - el niño aún no conocía todas las reglas de la academia.
- Bueno, al llenar el formulario te comprometes a poner el máximo esfuerzo en toda actividad y a ser responsable de tus actos si es que cometes alguna falta. Además puedes pelear sin restricción alguna.
- Creo que podré sacarle provecho a esto - rio de una manera gatuna a la vez que se despedía de su amigo para dirigirse a su aula.
- Nos vemos en el club Killua - contestó Gon mientras corría hacia su aula en dirección opuesta de su amigo.
La mañana no fue tan aburrida como antes, ahora había más alumnos andando por todas partes con cajas y papeles por montañas. La organización del festival estaba comenzando con 2 días de anticipación, los clubs eran los eventos principales para la ocasión. Habría un sorteo para indicar las diferentes actividades de los clubs, los líderes tenían que tomar un papelito de una caja en la oficina del administrador.
Killua llegó al club en el receso y encontró a Gon peleando con el mismo joven que lo atendió el día en que faltó. Se detuvo a observar cada movimiento del niño, todos eran perfectos, precisos, su cálculo era sin duda alguna el mejor que haya visto antes. Se sentó en las bancas que rodeaban el cuadrilátero a esperar que terminara el encuentro. Claro estaba que el entrenamiento con Gon no era fácil porque nadie podía seguir su ritmo.
La pelea dio por terminada cuando el mayor cayó al suelo buscando aire para sus pobre pulmones. Gon le dio la mano para que se levantará y lo cargó hasta las bancas, en ese momento cruzó miradas con su amigo que lo esperaba sonrientemente. Dio algunas instrucciones más y se dio por terminada la sesión de ese día.
Los dos niños se sentaron juntos mientras el albino llenaba el formulario con sus datos, los demás estaban dirigiéndose a las duchas de los varones. Cuando el niño Zoldyck terminó se retiró el lugar para esperar al moreno en el jardín de cerezos, el líder del club de judo no podía permitirse ir sucio a la oficina del administrador.
Después de 20 minutos exactos llegó Gon con un aire de frescura contagiosa, le pidió a su amigo que lo acompañara a la oficina del administrador y caminando a paso lento comenzaron a conversar de cosas triviales, el de shorts verdes le contó del evento del año pasado donde el club había sido partícipe de una casa del terror. El Zoldyck oía eso con asombro ya que él nunca había asistido a un evento así, más bien jamás pisó una escuela o academia antes; tenía curiosidad por saber que harían ese año. Al llegar a la oficina entraron sin tocar la puerta, al ser observados desagradablemente por los otros líderes del club se sintieron amenazados y se pusieron en guardia.
- Jojojo~ Chicos cálmense, la rivalidad aun no comienza - dijo Netero mientras volteaba con su silla giratoria, al parecer nadie se dio cuenta de su presencia en la habitación. Todos hicieron una reverencia y saludaron, Killua comprendió que no tendría nada que hacer ahí y se retiró para esperar a Gon en el pasillo.
- Bueno chicos como ya saben este año se organizará un evento por el festival de otoño y ya saben que es lo que tienen que hacer - pronunció como si fuese una orden y todos se pusieron en fila india. Gon fue el último de la cola.
- Ahora sacaran un papel de la caja y se irán para coordinar con su club lo necesario para el festival ¿quedó claro? - su mirada seria no mostraba ni un ápice de duda, parecía como si ya hubiera planeado lo que haría cada club sin necesidad de un sorteo.
- Todos asintieron al unísono y empezaron a sacar papel por papel. Algunos se retiraron conformes y otros no tanto. Cuando llegó el turno de Gon solo había un papel restante, era como si el destino hubiera escogido su futuro, cogió el papel y lo leyó: “maid café” No dijo nada, solo envolvió el papel y lo guardó en su bolsillo, antes de que pudiera salir la puerta se abrió. El niño se quedó sin aire por unos segundos y sintió nervios por la mirada penetrante del recién llegado. Algunos recuerdos vinieron a su mente, él ya había conocido a ese hombre hace un año atrás en las mismas circunstancias pero no esperó volver a verlo.
- Oh, Hisoka bienvenido - la voz de Netero era jovial y muy alegre.
- Netero - san ha pasado mucho tiempo - sonrió cálidamente el aludido y se acercó para estrechar su mano con el anciano.
- Gon olvidé informarles que este año Hisoka también participará como el administrador de eventos y como representante en el campeonato regional. Si encuentras a otro líder de club, informales de esto por favor- el niño asintió enérgicamente sintiendo ansias por volver a estar bajo la supervisión de Hisoka, este era muy disciplinado y llevaría a la Academia Hunter a las nacionales sí o sí.
Aunque la presencia del mayor lo incomodaba no le importaba, su instinto le decía que algo andaba mal pero lo ignoró, entonces decidió salir de la oficina hasta que una voz lo hizo detenerse.
- Has crecido bastante Gon - Dijo Hisoka poniendo toda su atención en el niño. Gon sonrió ampliamente y agradeció el cumplido formalmente antes de continuar su camino. Realmente estaba deseoso de ir a las regionales y ser juzgado por un experto como el pelirrojo, al igual que el año pasado se llevaría el primer puesto bajo la tutela del mayor.
Al salir y encontrarse con Killua le dio una sonrisa de emoción antes de darle la noticia.
- Killua… ya escogí lo que haremos en el club – empezó por decir el moreno mientras sacaba el papel de su bolsillo.
- Oh vaya, estás muy contento – contestó el albino en todo sarcástico. Le molestaba no saber lo que sucedía.
- Haremos un Maid Café – dijo mientras colocaba el papel cerca del rostro del otro, aunque él esperaba otra cosa estaba contento por hacer algo diferente.
- ¿QUÉ? Pero no hay chicas en nuestro club, no podemos hacer esto – el instinto de Killua le decía que estaría en graves problemas si no convencía a su amigo que hacer un evento de ese tipo era una locura.
- No te preocupes Killua, convenceré a Netero- san de hacer un café de mayordomos, lo haré más tarde, ahora él está ocupado – sonrió Gon muy seguro de su decisión.
- Confiaré en ti cabeza de piña – contestó con su risa gatuna y empezó a correr, escapando de la respuesta de su amigo.
- ¿Otra vez con eso? – siguió a su amigo alcanzándolo rápidamente, ellos se dirigían al club para dar la información, como siempre Gon se colocó en medio del cuadrilátero y dio las instrucción, al hacerlo todos se miraron confundidos porque nadie quería vestirse de mujer.
Al notarse la preocupación de todos los presentes. Gon comentó lo que haría para convencer a Netero del cambio de decisión. Todos se relajaron y comenzaron los preparativos. Killua veía a Gon con admiración, él realmente era un líder capaz de inspirar confianza a quien sea. Tal vez por eso es que le llama tanto la atención, por todas sus cualidades poco comunes.
Después de una hora el líder del club de judo se dirigió a la oficina de Netero, al darle su propuesta y justificación este se negó; se excusó diciendo que él ya no era el encargado de esa área y mandó a Gon a la oficina del nuevo administrador. El niño muy decidido llegó hacia la oficina de Hisoka y le hizo la petición formalmente, su rostro tenía mucha seguridad. Inmediatamente fue rechazado por el pelirrojo, cuando creyó que Killua lo ahorcaría por obligarlo a vestirse de sirvienta escuchó la voz de su mayor haciéndolo salir de sus pensamientos. La opción que le dio fue hacer un café con mayordomos y sirvientas, así no todos tendrían que vestirse con falda. Gon aceptó y agradeció la comprensión; salió del lugar buscando una explicación para darles a sus compañeros del club.
Cuando llegó y dio la noticia los rostros de los chicos decayeron terriblemente, los ánimos se esfumaron y con pesadez aceptaron su destino. Gon hizo un sorteo para ver quién sería mayordomo y sirvienta, el albino estaba con los nervios de punta, por nada del mundo quería salir con falda, la simple idea lo aterraba. Para dar el ejemplo el niño de shorts verdes sacó el primer papel, para demostrar que fuese lo que fuese, él lo haría: “sirvienta”
Al leer esto guardó sus emociones y decidió contenerse, tomó el papel y lo mostró ante todos, el grupo de jóvenes lo miraron sorprendidos y empezaron los murmullos.
- ¿En serio lo hará? – No creo que sea un problema para él – Es solo un niño, pasará desapercibido-
Uno a uno sacaron el papel, algunos se alegraban y otros querían llorar de la impotencia. El turno del albino llegó, se sintió nervioso a la hora de escoger su papel: “mayordomo”. Su corazón se tranquilizó y se dirigió a las bancas feliz de no ser una sirvienta, aunque por dentro se moría de ansias por ver a Gon vestido de maid.
El día terminó y poco a poco los alumnos se iban yendo, Gon fue el último en quedarse en compañía de su amigo que no paraba de reírse por la idea de ver al moreno como mujercita, cosa que logró sacar una venita en la frente de Gon e hizo que lo empezara a golpear, poco a poco empezaron a darse de golpes probándose en cada intento. Se detuvieron con el sonido de la alarma y salieron del club para dirigirse a sus hogares. Mientras caminaban reían muy amigablemente, su relación era muy fuerte, el lazo que los unía era especial y se seguía fortaleciendo con cada día.
No se dieron cuenta, pero a lo lejos un hombre de apariencia caucasica los observaba por la ventana del último piso del edificio
- Gon… Realmente has crecido…