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Secretos en la Academia Hunter por Heartshaoi

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Notas del capitulo:

 

 

¿Hay alguién ahí?
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Espero les guste... <3

Era el último día de la semana cuando por fin pudo descansar, cayendo al piso húmedo y lleno de moho se quedó profundamente dormido con un inmenso dolor en los pies, que, si no fuera porque estaba siendo vigilado se quejaría. Además ¿Qué objeción podría dar un niño de 12 años que es explotado en un circo?

Nada. Vivía para comer y muchas veces respiraba solo por inercia al punto de creer que si se  desconcentraba moriría. Así era la vida de Hisoka que después de haber sido abandonado por su padre había sido recogido por uno hombre de malvivir. Como si no fuese poca su mala suerte tenía que lidiar con un aquel que lo obligaba a trabajar en su circo. No sabía hacer malabares ni daba risa a los niños, muchas veces fue dejado sin comida por dar un mal espectáculo, no obstante con el tiempo aprendió a  hacer el ridículo para sobrevivir.

No tenía metas, ni sueños, ni ganas de vivir. Solo quería no despertar la mañana siguiente y tener que trabajar para pagar el alcoholismo de su tutor. El constante abuso que vivió no era suficiente para que se conmoviera siquiera por él, ya que desde que tenía memoria vivía al azar sin pensar por si mismo, recibiendo lo bueno y malo del mundo, con miedo y sin miedo a la vez.

Terminaba otra función recibiendo unos cuantos golpes del tutor que no paraba de gritarle lo inservible  que era, y después de rogarle que parara se quedó solo en su habitación, bueno su cuarto era compartido con los animales, entre ellos los cerdos y gallinas. Aquel día para su suerte se le permitió bañarse en la casa del dueño, cuando su cuerpo tocó el agua casi se desmayó de lo bien que se sintió, no importaba que estuviese fría y que sean las 8 en un día de invierno, nada era mejor que quitarse la sangre seca entre sus dedos y poder limpiar el horrible maquillaje blanco entre sus ojos.

Cuando se sintió satisfecho quiso volver a encerrarse a su “jaula” hasta el día siguiente haciendo uno que otro plan para que le vaya mejor. Cruzando el gran pasillo que conducía a la salida y que juntaba todas las habitaciones pudo escuchar un fuerte ruido que lo puso alerta.

Se quedó detrás de la puerta para escuchar que sucedía, le pareció escuchar que se había roto un vaso de vidrio, nunca había visto uno en la alacena, siempre eran los de metal los que le hacían doler mucho cuando se las tiraban en el cuerpo. -Qué extraño- dijo viendo por la abertura de la puerta y pudo divisar a un hombre muy bien vestido que casi le pareció un extraterrestre por su extravagante terno. Hisoka nunca había ido a la ciudad central y solo vivía de lado en lado en las zonas rurales, así que no conocía al “extranjero”

Aguantando su respiración quiso escuchar lo que decían los mayores.

- Te daré el pago de 5 rentas y es mi última oferta.

- ¿Qué cosa dice? ¿Qué no lo ha visto? Tiene gracia y cualquiera pagaría más por un pedazo de carne virgen.

“¿QUÉ?”

Hisoka abrió los ojos hasta donde pudo controlando su manía por rasguñarse, pero lo siguiente que escuchó lo dejó aún peor.

- Está bien. Te daré 6 por el niño y trato hecho.

No quiso escuchar más, no era ingenuo, para nada… No habían más niños que él, era obvio que hablaban de su futuro como si se pudiese comprar y exactamente eso había hecho el hombre: lo había vendido por menos que una vaca.

Corrió a esconderse a su jaula otra vez echándole llave desde adentro - ¡NO! – gritó cayéndose al piso en un claro signo de impotencia. – No quiero…

Ya había visto como meses antes se habían llevado a un niño que luego apareció muerto a orillas del río una semana después de la aparición de un hombre vestido “así”. No quería lo mismo para él, no quería ser vendido a un viejo que muy probablemente lo viole y golpee hasta la muerte.

Se levantó y se dirigió al espejo que colgaba de la pared, observándose el rostro pasó sus dedos acariciándose fríamente para luego rasguñarse y dejarse roja las mejillas.

“Tiene gracia”

Recordar como se referían a él solo le dio ira, y viéndose por ultima vez en el espejo le dio un golpe tan fuerte que lo hizo añicos. El ruido hizo que los animales saltaran y con su mano ensangrentada tomó el vidrió ocultándolo entre sus ropas.

-Nadie me va a llevar…

Un llamado a la puerta lo volvió a la realidad -¡Abre de una vez!  - escuchó del otro lado. Reconoció la voz del viejo y a penas con tiempo de pararse corrió a atenderlo, deseando que todo hubiese sido un malentendido y que no se iría con aquel señor.

-Hay alguien que quiero que conozcas.

Desde ese momento no recuerda el rostro del hombre, mucho menos podría saber cual era su sonrisa, si era verdadera o falsa… solo podía seguir nublado con una línea entre sus labios mirando a la nada… apretando sus puños ocultándolos en sus mangas.

Hisoka no se iría… No así...

La sensación de la piel siendo desgarrada le produjo una satisfacción indescriptible, sus manos no le temblaron cuando incrustó el pedazo de vidrio en el cuello del hombre. Ya no aguantaba más todo, si iba morir mataría primero a esos hijos de puta que intentaban sacar provecho de él. Antes de cruzar el primer pasillo lo hizo, una y otra vez metía y sacaba el vidrio desfigurando la cara del hombre hasta estar satisfecho, liberándose un poco más… dejando de sufrir sin sentir dolor en sus manos cortadas…

-Muere…

Un vez más le clavó la estaca en los ojos del cuerpo ya muerto e inerte. Ni con el paso del tiempo podría quitar esa escena de su memoria, era la primera vez que lo hacía y estaba más que contento de arrebatar una vida y salvar la suya.

Cualquiera que lo hubiera visto pensaría que el demonio reencarnó en ese niño, su sonrisa  manchada del líquido vital ajeno era espeluznante, su ropa cubierta de la viscosidad caliente le produjo una marea de sensaciones que inexplicablemente le daba placer. Ya estaba hecho y quería más… e iría por el otro hombre para terminar lo que empezó.

No tuvo que usar la fuerza ninguna vez, en esta ocasión tomó el cuchillo de la cocina y esperó que el otro al ver que demoraban los fuera a buscar. Se ocultó en el baño hasta que apareció en su búsqueda.

Hisoka se encontraba de espaldas sentado en una esquina ocultando sus manos y su rostro entre sus piernas. Se sentía ansioso de escapar y a la vez su corazón pedía más adrenalina haciendo que se confundiera de su nuevo deseo, un incontrolable deseo de matar…

Espero que se le acercara y con toda su fuerza penetró su ropa y piel justo en las entrañas. Se levantó mientras contemplaba el rostro ajeno que se retorcía en  un gesto que a su parecer era ridículo.

El niño de piel pálida esperó a que muriera y se fue…

Dejando atrás esa horrible escena…

Era de madrugada cuando ya había avanzado unos cuantos kilómetros a la deriva. El invierno no era su estación favorita hasta esa fecha que se sentía más libre que nunca. La espesa neblina cubrió su vista cuando empezó a amanecer, y con la llegada del día una fuerte lluvia lo atrapó en la nada.  Ni siquiera con el agua entre su cuerpo podía borrar las marcas rojas de su ropa, y mucho menos podía aliviar el dolor de sus manos. Tenía hambre, sed, sueño, y una fiebre que poco a poco iba aumentando. Pensó que moriría ese día, prefería hacerlo así que cruelmente en manos de un enfermo mental.

“Bastardo”

Su cabeza comenzó a darle vueltas recordando como fue llamado incontables veces.

“Debiste morir”

-¡YA! ¡Detente! -se gritó en medio de la nada dando sus últimos pasos en la gran carretera vacía, deseando vivir un poco más, intentando no perderse en sus recuerdos tormentosos…

Solo pudo ver una luz amarilla que poco a poco se fue acercando a su rostro hasta cegarlo por completo justo antes de que cayera desmayado presa de una neumonía mortal.

 

Se reincorporó moviendo las sabanas hasta tirarlas al suelo. -¿Dónde estoy? – su mirada captó a un hombre a sus pies sentado con una bandeja de comida. Hisoka intentó huir, quiso correr pero no pudo avanzar cuando se dio cuenta de que la puerta estaba siendo vigilada por dos hombres armados. Se empezó a tocar el cuerpo sintiendo vendas hasta los codos y una aguja en sus venas conectada a un suero.

-          Cálmate

El hombre con el cabello largo y blanco parecía estar muy tranquilo y con delicadeza puso la comida en la cama. -Debes estar hambriento – Hisoka no creía en la amabilidad de nadie,  creyó que moriría en medio de la nada y en vez de eso estaba ahí siendo atendido en un cuarto lujoso y con un hombre extraño que le sonreía.

-No.

Se negó a probar bocado y prefirió morir de hambre antes de caer ante la falsa sinceridad ajena. Pensaba que aquellos eran los que habían mandado a comprarlo. Estaba casi seguro por la ropa que ellos usaban, se sentía mal de haber matado a esos dos sin escapar de verdad…

Solo quería escapar de verdad…

-          SI no comes enfermarás de nuevo.

-          No importa.

El hombre tomó el cubierto y llenándolo del guiso se lo metió a la boca con fuerza.

-          No quiero un muerto en mi casa, come, vive y si quieres morir puedes hacerlo después.

Hisoka se quejó del dolor que eso le había causado, la comida no estaba mal, para nada mal… intentó comprender esas palabras mientras devoraba lo que había en el plato. -¿Puedo morir después? – se dijo.  

-¿No eres un comprador? – le dijo mordiendo el pan con mucha fuerza.

- ¿De que hablas niño? – Todos en el cuarto se rieron fuertemente – Soy Netero y te salvé así que come todo ¿entiendes? Los niños no deben dejar las verduras, nunca…

Mientras Hisoka comía y comía el hombre en traje le contó con lujo de detalle lo que había sucedido mientras estaba inconsciente. Le dijo que estaba de paso por la carretera y lo encontró  en el suelo empapado - ¡Parecías un perro! – sus chistes no eran los mejores y parecían estar insultando al niño que no se molestaba en comentar algo innecesario.

- Luego dormiste dos días en el hospital y la noche anterior te traje a mi casa- el hombre hizo una pausa antes de continuar – Estaba esperando a que despertaras para que me contaras como es que un niño como tú pudo haber asesinado a dos personas. – su voz se tornó sería y el niño se congeló al escucharlo, no tanto por que le dijeran su verdad si no por la fría mirada que el otro tenía, nunca, nunca había conocido a alguien así, que con su simple presencia lo minimizó hasta que deseó huir.

El niño no podía callar después de eso, así que terminó contándole todo desde el principio para que lo entendiera mejor. Su rostro estaba en una clara felicidad que logró incomodar a los demás que lo escuchaban cual si fuese un verdadero asesino.

“Solo es un niño”

Pero con la forma que se expresaba dejaba mucho que imaginar, narraba como algo victorioso el haber matado a apuñaladas a dos tipos que, sin importar cuanta memoria hiciese ya no recordaba sus nombres.

Una laguna en su mente obstruyó sus recuerdos regalándole una vida peor.

Netero volvió a ponerse jovial y riéndose de aquello le preguntó:

-Y, ¿Qué quieres hacer después?

Hisoka lo miró dudoso de lo que debía decir, tanta amabilidad lo tenía alerta y con temor observaba a los hombres armados que impedían su paso.

-          No tengo a donde ir, pero igual me iré.

El hombre se puso de pie y los otros dos lo siguieron.

-          Puedes escoger entre tres opciones, puedes irte y morir en las calles, irte y pagarme lo que gasté en el hospital, o quedarte y trabajar para mí a cambio de aceptar cualquier trabajo ¿Qué te parece? Cualquiera que decidas tienes que ir primero al primer piso donde está el señor Beans, él sabrá que hacer contigo.

El hombre se fue y cuando Hisoka descendió en busca de ese tal hombre  se dio cuenta de algo muy importante…

El lugar estaba vacío.

Corrió a todos lados y seguía estando igual, ni una voz, ni un silbido, nada…

-          ¿Ya decidió?

El niño dio un respingo al escuchar una voz en su detrás  que rompió el mágico silencio parecido al de una película de terror.

No tenía opción, necesitaba comer, vestir y dormir en un espacio seguro, no quería correr el riesgo de pasar por lo mismo otra vez, no, ya no.

-          Quiero trabajar… para Netero.

El hombre lo miró y perdió la sonrisa.

-          Niño… créeme, preferirías morir…

Las cosas no fueron para nada sencillas,  desde esa conversación no volvió a ver a Netero hasta 3 años después. Estuvo todo el tiempo rodeado de personas diferentes que lo educaron y entrenaron para matar, era extraño para él que siendo tan joven lo llamaran “señor” y que bajo su custodia este la gran mansión era aun peor.

Incontables veces le preguntó qué quería Netero de alguien como él, pero nunca obtuvo una respuesta clara del señor Beans. -Solo quiere que trabajes para él -le decía siempre como si fuese el mejor oficio estar aprendiendo a extorsionar.

No tenían una cercanía más que de trabajo. Cuando Hisoka creció y empezó a entrar al mundo del viejo se sintió útil y fue alabado por su gran desempeño, Netero nunca dudó de su capacidad y eso lo trajo a la cima, pero jamás, jamás lo podría controlar.

Muy tarde se dio cuenta de que haber mandado a criar a un niño con antecedentes criminalísticos no seria una buena idea. Lo supo cuando lo vio matar a una familia entera que, nada tenía que ver con la misión encargada. Habían creado a un monstro que ya no necesitaba ayuda para andar, y que si se lo proponía podía mandar todo su trabajo a la mierda. ¿Cómo es que Netero puede mantenerlo a su lado? No tenían nada de parecido, eran en muchas ocasiones dos desconocidos que se encargaban de algo en común. Así que el viejo lo dejó como un lobo solitario sabiendo que algún día a pesar de ser una piedra para él, podría ser de gran ayuda y sobre todo que sea quién continúe lo que manejaba.

Netero tenía todo planificado.

Hisoka comenzó a andar solo cuando cumplió los 20 años y de vez en cuando sin preguntar era el chaleco de Netero en las reuniones importantes que se daban a mitad de año.

Se había perdido por completo lo que era de niño, él había enterrado todo para surgir como un ser nuevo y que vivía sin temor a nada. Como quiso ser siempre, como debió ser siempre…

(69)

Hisoka observaba a Gon con una sonrisa de oreja a oreja disfrutando ver sus gestos como los de alguien muy decidido.

Lo vio irse a la plataforma y se acercó a él, pero volvió a contenerse apretando sus manos. – No aún no – se dijo para calmar sus ganas de ir a verlo. – Solo un rato… - dijo yéndose a las barras donde podía ver todo con claridad y desde un lugar perfecto comenzó a gritar con las animadoras frases de apoyo para el niño.

Se permitía ser patético solo por él, demostraba el poco amor que tenía solo a él, hacía cosas que nunca hubiera imaginado hacer por alguien, tenía miedo de perderlo y también de mantenerse muy cerca haciéndole daño. Su problema radicaba sobre todo en sus deseos que poco a poco le ganaban. Ya tenía un plan perfecto que estaba saliendo de maravilla y por momentos quería olvidarlo para raptar a Gon solo para adelantar las cosas.

Lo quería para él, de él, feliz… aunque era difícil juntar esas palabras en una oración él se lo propondría, aunque su manera de ser feliz era retorcida estaba convencido de que el niño de ojos miel también lo seria.

Él lo haría feliz…

Salió del lugar perdiéndose entre la gente y le pareció ver una figura familiar entre la salida y el jardín. Corrió y cuando llegó solo pudo observar su melena negra moverse entre las esquinas de la calle.

-¿Qué harías aquí Illumi? – no tenía duda de que su amigo fue a visitarlo sin avisar y se sintió apenado de no poder jugar con él.

“Maldito Lunático”

Se fue hacía los baños para refrescarse, estaba más contento de lo normal, estaba ansioso de conversar con Gon,  como si predijera el futuro esperaba a que el niño lo fuera a buscar.

Y el brujo acertó.

Saliendo solo tuvo que dar unos pasos para escuchar su voz – ¡Hisoka-san! – estaba de espaldas aún cuando deslizó su lengua en una manía de querer saborearlo. Le tomó una foto para la memoria y en especial para su colección privada de retratos de Gon.

Hablaron por un momento y el pelirrojo lo calló con un ademán.

-          Esta bien, pero no podemos conversar aquí. Sígueme.

Con su brazo lo rodeó de los hombros y caminaron en silencio hasta  su auto.

-          Realmente eres muy mono…

 

-Me quedé con un mal sabor en la boca durante todo el día después de probar comida oriental. No sabía que Hisoka tenía gustos así por la comida y hasta me pareció verlo reír cuando daba sorbos a su copa de vino. Realmente es extraño y me agrada así, creo que después de todo es el único que me puede ayudar, no necesito buscar a Killua yo solo si lo tengo a él. ¿Verdad? – el niño  poco o nada de temor tenía en sus pensamientos, después de haber pasado la tarde entera con el pelirrojo no tenía ni la más mínima idea de lo que sucedería después. ¿Qué podría pensar si no paraba de preguntarse como demonios haría para ver a Killua?

No estaba del todo claro, desde el principio solía verlo como un tutor que debía seguir a todos lados y ahora tenerlo como un mafioso lo  desencajaba totalmente. Entre una plática sin importancia el niño no soportó más que el otro no dijera nada de lo que haría. Si iba a ser un peón o algo quería saberlo ya, y estar sin rodeos. Lo que no sabía era que esa actitud solo ponía más alerta al pelirrojo que evitaba darle todos los detalles de una vez.

-¿Cuánto más lo seguiré Hisoka-san?

 

Ya era de noche cuando intento darle el habla a lo que fue ignorado. Sabía a donde se dirigían y no se podía tranquilizar de tan solo recordar como pudieron haberlo matado hace unos días atrás – Usted me contará todo – le dijo Gon ya cansándose de esperarlo y cayéndose en el respaldar del auto solo pudo esperar la llegada a su destino.

-Hey! ¡Despierta! Ya llegamos…

No obtuvo respuesta.

-Maldición…

Golpeó la puerta del auto con fuerza creando un agudo ruido. Gon se levantó chocándose con el capote y sobándose la cabeza observó su entorno.

-          Despertó el bello durmiente…  - le dijo entregando sus llaves a un hombre enmascarado que se fue con sigilo. – Vamos.

Antes de cruzar el umbral Hisoka se detuvo.

-          ¿Entiendes verdad? Si entras  a este mundo no podrás salir.

Gon le sonrió y jalándolo de las mangas captó toda su atención.

-          Es usted quién esta demorando…

 

“Oh Gon… Tú también…”

“Tú también preferirías morir”

Notas finales:

Esto se pone intensooooo!
Estoy más que emocionado corrigiendo los otros capitulos para ustedes!

Estoy por fin de vacaciones y subiré más seguido.

Gracias por leer <3

- Heart


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