La amistad entre Killua y Gon era como cualquier otra; “normal” o “común” se podía denominar a simple vista. Los días pasaron, la rutina era la misma a la hora del receso, los niños se encontraban en la cafetería e iban caminando con sus bebidas compradas hasta el pequeño jardín lleno de árboles de cerezo.
Se recostaron en el césped muy bien podado y disfrutaban el momento para conversar de cosas triviales. Gon se divertía mucho aunque le había costado trabajo ganarse la confianza de Killua, él era muy frio y reacio para ceder a la amabilidad del moreno.
El ambiente estaba tranquilo, había pasado 2 meses desde que compartían tiempo juntos. Aunque eran muy cortos los momentos vividos eran suficientes para hacer de esa amistad una más fuerte.
La relajación se terminaba cuando Gon tendría que irse al entrenamiento del club, por más que el azabache le había rogado a Killua que ingresara al club, este se negaba en cada oportunidad. Así que como el albino no tenía ningún club al que asistir terminaba por irse y dejar a Gon con sus compañeros de judo.
Todos los días eran los mismos, hasta que un día viernes Gon faltó a la Academia. No hubo rastro de él, no se presentó a la cafetería ni al jardín de cerezos. Aquel día Killua sintió un remezón en el pecho, vio su celular y no había ningún mensaje. ¿Qué pudo haberle pasado al cabeza de piña?
Killua POV
La mañana era tranquila como cualquier otra, me dirigí a la cafetería un poco antes de que llegara el receso y me senté en una banca cerca de la entrada. Miré la hora en mi celular y tan solo faltaba un minuto para que Gon llegue. Eran las 11:46 y el cabeza de piña no aparecía, él nunca ha llegado tarde a nuestro punto de encuentro. Esperé 10 minutos más y me retiré del lugar. ¿Dónde demonios estás Gon?
Fui al jardín de cerezos con la esperanza de verlo esperándome con una explicación. << ¿Por qué tendría que darme una explicación? >> Mi mente me estaba torturando, por cada paso que daba tenía la necesidad de caer…
Al llegar al jardín tampoco pude ver esos ojos miel mirando con alegría. – Estúpido Gon, ¿no se supone que eras mi amigo? – susurré mientras chasqueaba la boca. Me había dicho que siempre nos juntaríamos en el receso ¿Ahora faltas a tu palabra? ¿Por qué haces que me acostumbre a ti y luego desapareces?
Entre estos pensamientos me fui dejando atrás los cerezos y sin pensarlo dos veces me dirigí al club de judo. Tal vez el cabeza de piña tiene prácticas y no me dijo nada. << Ni siquiera un mensaje me envió >> Cuando estuve en frente de la puerta del club me detuve esperando a que alguien saliera para interrogarlo. Si es que Gon está adentro entrenando no debería interrumpirlo, aunque quisiera tumbar la puerta y ver con mis propios ojos todo lo que sucedía, no podía, no podía hacer eso y faltarle el respeto a Gon, tal vez esa práctica era importante. <<Más importante que yo. >>
No esperé más de 3 minutos y salió un joven con apariencia mayor, se detuvo delante de mí y me saludo energéticamente.
- Hola, soy Leorio ¿Buscas a alguien? – dijo el joven. ¿Acaso no hay un límite de edad para recibir a las personas
- Soy Killua, busco a Gon- contesté secamente, quería una respuesta rápida para poder ver al instante a mi amigo, no es que lo extrañe, solo quería saber porque me dejó de lado. <>
- Oh… Gon no ha venido el día de hoy – al escuchar eso me fui sin contestar nada. Mi estómago se enredó causándome dolor, una presión en el pecho me dejó mudo. Caminé hasta mi aula y una vez adentro me hundí en la silla, no quería conversar con nadie, no quería ver a nadie. Solo quería que Gon estuviera a mi lado en este momento…
¿Estarás bien cabeza de piña?
Las clases se terminaron, por alguna razón me sentía extraño, una necesidad muy fuerte creció en mi pero no sabía que era, solo tuve que resignarme y aceptar que el día de hoy no vería esas shorts verdes…
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Llegué a casa con unos ánimos de mierda, hubiera preferido ignorar su ausencia pero no pude. Un tic me hacía ver mi celular cada 5 minutos, si alguien me viera creería que soy una niñita esperando el mensaje de su novio. Gon y yo solíamos compartir mensajes de texto muy seguido, solo si era estrictamente necesario.
<< Como preguntar cual video juego es mejor >>
Una vez en mi cuarto me encerré para evitar ver a Milluki, el maldito cerdo de mi hermano aprovecharía la oportunidad de buscar la sin razón para castigarme. Además Illumi había llegado de viaje, quería que él fuese el último en encontrarme, sé que me conoce y se dará cuenta de que algo oculto, por más que lo quería no puedo permitirme revelar mi secreto con Gon. <>
Me envolví entre las sabanas de mi cama, ya había anochecido y la estúpida sensación por la ausencia de Gon no se iba. Mi supuesta tranquilidad se terminó cuando la puerta se abrió causando un estruendo contra la pared.
Illumi se encontraba parado en el umbral, como siempre sin ninguna expresión en el rostro.
- ¡Aniki! ¿Dónde están los modales? ¿Acaso olvidaste como tocar una puerta? – dije tratando de sonar natural, el hecho de que mi hermano este cerca me causaba una sensación extraña e incomprensible.
- Al parecer eres tú quien olvidó los modales y no pasó a saludarme después que me ausenté durante un mes – dijo mi hermano sabiamente; él tenía razón, yo soy un grosero por dejar de lado a mi único hermano, al único de mi familia que de verdad me cuida.
- L-lo siento aniki, pero no debiste entrar tan repentinamente. ¿Y si me estaba cambiando? – pedí disculpas pero no quería sonar arrepentido; me molestaba que él tuviera razón.
- Kill… hablas como si nunca hubiera visto tu cuerpo desnudo – rio mi hermano mayor. ¿Por qué me hace esto? Deja de jugar conmigo estúpido Illumi, yo no soy un niño pequeño al que puedas dominar.
- Ehhh! Ya no soy un niño – quería que dejara de verme incapaz de tener personalidad. <> Maldita conciencia…
- ¿Quieres que te trate como un adulto? Entonces solo pídemelo Kill…- contesto mi hermano mayor mientras caminaba hacia mi dirección. Las luces del cuarto estaban apagadas, solo veía su rostro por la luz de la luna que entraba y directamente chocaba con mi cama. Se sentó a mi lado y contemplé el brillo de su larga melena negra ¿Cuántas chicas estarán tras él? Realmente es muy guapo.
- Solo déjame en paz por hoy aniki…- diciendo esto me tape con la sabana cubriéndome todo el rostro. Mi hermano me causaba una sensación única pero muy diferente a lo que Gon me hacía sentir; ese niño me dejaba ser libre y no me juzgaba, era tan diferente a Illumi…
- Sé que no estás bien Kill… ¿No tendrás algo que decirme? – su voz sonó seria, oh… ¡no puede ser, se dio cuenta que algo no anda bien conmigo! Sentí una mano tras la tela de la sabana tocarme el pecho mientras se hacía un puño para quitarme violentamente lo que me cubría.
- YO NO TENGO NADA… -grité como su hubiera estado desnudo, no, Illumi me hacía sentir desnudo con esa mirada penetrante. – Solo necesito un abrazo aniki… -dije esto dándome cuenta de la realidad… la maldita realidad era que me sentía dolido por ser ignorado por Gon el día entero, ni siquiera me dejo un mensaje, ni me aviso que faltaría. Solo me dejó haciéndose esperar. Me sentía como un niño idiota queriendo toda la atención de él, me daba vergüenza admitirlo pero era verdad…
- Kill… - mi hermano me tomó por los brazos y me llevó contra su cuerpo, Sentado con las piernas al lado de su cadera me aferré a su cuello mientras me hundía en su hermoso cabello negro. No quería admitirlo pero por más que lo rechazara mi hermano tenía una calidez corporal sublime. Enredé mis dedos en su cabello y empecé a jugar con este, me detuve suavemente cuando escuché el corazón de Illumi acelerarse bruscamente, tanto que lo podía sentir contra mi pecho.
- Aniki… ¿Estás bien? – le dije mirando de cerca su rostro. Ahora era yo quien hacia las preguntas. Pude notar que sus mejillas tenían un lindo color rosado, nunca lo había visto así.
- Si… Solo estoy feliz de ser tu hermano Kill… - dijo sonriendo. ¿Mi hermano puede sonreír de esa forma? ¿Tan real? Me está jodiendo.
Después de eso Illumi se fue de mi habitación dejándome más tranquilo. No volvió a preguntarme nada, solo se fue omitiendo sus interrogaciones que me volvían loco. Antes de quedarme dormido miré el celular por última vez, no había ningún mensaje de Gon. Ya no me sentía frustrado en cambio la tristeza se apoderó de mí.
- Buenas noches Gon….
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Normal POV
- Oh Kill… ¿C-Como logras hacerme esto? – la voz de Illumi se perdía entre el silencio de su habitación. Se había recostado en la puerta detrás de él y se llevó una mano a la cara y otra al pecho. – Si sigues así, algún día de estos no podré contenerme, Maldición Killua – sus susurros eran algo agitados y poco a poco se iban perdiendo en el ambiente oscuro. Al parecer el hijo mayor de los Zoldycks ocultaba un secreto que ni siquiera el mismo comprendía.
...
/En el otro lado de la ciudad/
- ¿Aló? ¡Una ambulancia urgente por favor…! – una mujer gritaba en el teléfono pidiendo ayuda, en se momento tenía a alguien muy mal de salud. – Gon… resiste por favor…
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