- Lo siento…- su sonrisa era triste, sin duda se había obligado a sonreír, yo la miraba aterrada
- Espera… ¡NO LO HAGAS!- le grite mientras lagrimas comenzaban a salir de mis ojos y deslizarse sobre mis mejillas, lo sabía, sin duda lo sabía, si ella lo lograba significaba el fin de toda nuestra vida como la conocíamos
Mi amiga o mi primer amor… como la llamaba se levantó estrepitosamente y corrió hasta el cadáver de una compañera muerta, tomo aquel cuchillo que reposaba incrustado sobre el cuerpo y sin tiritar, sin vacilar lo tomo con firmeza, como si ya estuviera acostumbrada, todo rastro de miedo que poseía antes fue borrado de su memoria, se acercó a uno de los captores y se lo enterró en el cuello, provocando que saliera sangre a caudales y el tosiera sangre de manera grotesca, giro su cabeza mirándome una vez más, sonrió de forma sádica, ella ya no era mi amiga, la que yo había conocido, esa fue mi conclusión en aquel momento en que ella movía el cuchillo en forma horizontal cortando el cuello de aquel hombre, mucha sangre salió del, cubriendo en su mayoría a mi amiga, su rostro, estaba casi cubierto con sangre y su ropa igual, aquella blusa blanca ahora estaba teñida con sangre.
La mire temblando de miedo mientras me miraba, sus ojos estaban más negros que de costumbre pero, un extraño brillo se asomaba, como si su reloj volviera a correr por segunda vez, no lo entendía ¿acaso ella siempre fue así? Aquello me aterro aún más.
- Gracias…- pronuncio suavemente, no lo escuche pero leí sus labios, era algo ya de costumbre con ella- te amo…- mientras se llevaba una mano ensangrentada con sangre a la boca y la lamia.
Me despierto de forma estrepitosa, me llevo la mano con cierta brusquedad a mi cabeza cubriendo mi ojo izquierdo, estaba empapada en sudor. Había tenido una pesadilla, no sin duda no era eso, había revivido en un sueño aquel día, pero ¿Por qué ahora revivía aquel desagradable recuerdo que había enterrado hace bastante? Podría ser un mal presagio, pero yo no creo en esas cosas absurdas carentes de lógica.
Miro el reloj y aún es muy temprano para ir a trabajar, pero ya que estaba despierta tal vez era momento de despertarme. Una vez que me ducho salgo en toalla y miro el calendario, sin duda ahora entendía porque… hoy es tu aniversario, hoy se cumplen 10 años de que desapareciste del mundo, muerdo levemente mi labio inferior.
- Porque… porque te fuiste con ellos…- susurre apreté los puños por la impotencia de aquel día, no fui capaz de hacer nada por detenerte, tenía miedo y ese fue tu último recuerdo de mí. Pero ahora ya no más, en honor a ti, soy la mejor detective de la cuidad, me esforcé para que nunca me volviera a pasar algo como lo que paso aquel día, no quería ver a nadie nuevo desaparecer o morir frente mío.
Dicho esto tomo mi uniforme y me lo coloco sin duda, no lo iba a permitir. Camino en dirección a la comisaria, aún tengo trabajo pendiente, el jefe me hecho casi a patadas para que vaya adormir un poco, estaba con un caso de maltrato infantil, odio enormemente a estos tipos que se creen superiores al dañar a una niña indefensa, si se enfrentaran conmigo ya no sería tan divertido.
- ¡BUENOS DIAS CRYSTAL!- me saluda animadamente un compañero de trabajo, es mi amigo y hemos trabajado en varios casos juntos, todos piensan que somos parejas, puesto que nos llevamos demasiado bien, pero, sin duda eso es una fachada que tenemos él y yo, prefiero que piensen eso a que sepan mi verdad y la de él, Jorge es gay y yo también, pero del nadie sospecharía puesto que es demasiado masculino para serlo, por donde se le mire nunca se sospecharía, hace algún tiempo cuando nos emparejaban en el cuartel, el me pidió salir para aclarar todo, yo iba a ser lo mismo y al enterarme grande fue la sorpresa, nunca lo vi venir pero desde ese día acordamos guarda apariencias, para evitar ciertos conflictos amorosos. Sin decir que él tiene pareja
- ¡Buenos días Jorge!- dije sin mucho animo
- Te ves desanimada…- exclamo preocupado
- No tuve una buena noche- le dije tratando de calmarlo- tuve una pesadilla-
- Ya veo… hoy es el día ¿verdad?- pregunto, él es de los pocos que sabe sobre la tragedia de ese día y más aun de mi amiga.
- Llego la orden, puedes actuar Crystal- exclamo un oficial, sin duda aquello me sacara dela mente ese recuerdo, tome mi arma de servicio y me acompañaron 2 oficiales más.
Mientras tanto en otro lugar muy opuesto a un cuartel policial, se encontraba una muchacha con un gran polerón, la capucha le tapaba gran parte del rostro, solo la parte inferior de su rostro era visible, al igual que una gran cicatriz que asomaba en forma vertical.
- Ese hombre me está fastidiando demasiado y me gustaría pagar mi deuda con aquella niña- estaba parada afirmada en un tabique- ¿puedo actuar a voluntad?
- Claro… pero recuerda que esto no es beneficencia… no porque veas en peligro a una niña no significa que tienes que ayudarla- exclamo aquel hombre, sin duda él era el jefe
- No lo hago por eso señor… lo hago por saldar mi deuda y aparte ese hombre… está estorbando, sin duda por su culpa y por mantenerlo vivo es que mi misión se ha dificultado, aparte se ha dado cuenta y pide dinero para mantener el secreto- exclamo la mujer acercándose al hombre, coloco una rodilla sobre el suelo y se inclinó, haciendo una leve reverencia
- Si ese es el caso… entonces extermínalo ahora- ordeno alzando levemente su voz, dicho esto la chica se levantó y sonriendo le dio la espalda a aquel hombre caminando a la salida.
Aquella chica irrumpió por una ventana del lugar, ahí estaba aquel hombre tomando unas cervezas mientras que la pequeña niña estaba en el suelo llorando en silencio, estaba golpeada y con la ropa hecha tirar, por un momento pensó en todas sus culpas, pero aquello no se comparaba a lo que el había hecho a la pequeña, aun siendo una asesina, incluso para ella eso era muy bajo “debí matarlo antes” pensó, pero ahora que había visto aquello su plan cambio, “te iba a matar rápido o más o menos te iba a clavar un cuchillo en la garganta y esperar a que te desangres… pero ahora cambio de planes me tomare mi tiempo” se acercó con cautela por detrás de él y lo golpeo provocando que callera al suelo de forma estrepitosa.
- Que poca sutileza- exclamo dicho esto lo golpeó fuertemente en la nariz… tomo su cuchillo le arranco los ojos, provocando que gritara de forma horrenda, miro a la niña que estaba en el suelo y se dio cuenta que estaba inconsciente, mejor para ella no quería que viera lo que le aria a su padre, arranco de un tiro los pantalones del hombre y le corto sus miembros viriles- los perros de la calle agradecerán la carne- exclamo alzando aquellos miembros- creo que en 4-5minutos te desangraras hasta morir- pero no creía que el la escuchara, estaba gritando a todo lo que su garganta le daba, entre los gritos se escuchaban insultos a su persona, lo que provoco que riera levemente- me gustaría quedarme a ver como mueres pero creo que llego compañía…- exclamo mirando a la pequeña, la tomo entre sus brazos y la obligo a reaccionar, cuando despertó grito de manera desesperada.
Fue en aquel momento donde Crystal irrumpió en la habitación apuntando con el arma, al ver a la menor en brazos de un desconocido le apunto directamente ordenando que baje a la niña.
- Niña… escucha tienes que aprender a defenderte sola ahora, se fuerte y no dejes que nadie te lastime de esa forma- dicho esto le paso el cuchillo con el que había matado al padre de la menor- no lo olvides
- ¡ALTO!- le grito apuntando con el arma- ¡NO TE MUEVAS!-
La chica sonrió de nuevo provocando un leve desconcierto en Crystal quien no dejaba de apuntarle con el arma, pero, sin perder su tiempo un arma se acciono dejando a Crystal en el suelo, miro a la desconocida quien había sacado un arma y le apuntaba, mientras que del cañón salía un poco de humo, luego corrió saliendo por la ventana en la que había entrado, ¿en qué momento la saco? Se preguntó la detective, mientras se levantaba agradeciendo al chaleco antibalas, los otros detectives irrumpieron en la habitación mientras la menor le apuntaba con miedo con el cuchillo.
- Calma…- exclamo la detective tratando de evitar que la menor hiciera algo, se acercó levemente- soy policía… no te are daño… vengo a ayudarte- prosiguió, miro la ropa de la menor que estaba desgarrada, se dio cuenta de inmediato lo que le había pasado. Logro quitarle el cuchillo y la abrazo mientras la menor lloraba.
- ¡QUE MIERDA!- exclamo asombrado un policía…se le había escapado el comentario al ver al hombre sin vida- ¿Qué es esto?-
Crystal salió del lugar y le encargo a un policía la menor, entro de nuevo y se acercó al cadáver, sintió repugnancia por la forma cruel en que fue asesinado, aunque se lo mereciera, no era la forma correcta de acabar con aquella lacra, debía pagar por ello y ahora no podrá.
- Llamen a los peritos- ordeno la detective, sin duda aquella desconocida lo hizo, ella tenía el arma homicida antes de entregársela a la menor, también la sangre de la víctima estaba en su vestimenta ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué llegar tan lejos? ¿eran conocidos? ¿familia? Demasiadas preguntas y todas las podía contestar el único testigo.
Los peritos y más policías llegaron a la escena del crimen mientras una ambulancia llegaba para llevarse a la menor al hospital, la detective quería acompañar a la menor pero debía quedarse, más tarde iría verla.
Mientras tanto en otro sitio, la desconocida había logrado despistar al policía que le seguía, luego de verificar que nadie la seguía fue donde su jefe a entregarle un obsequio.
- Objetivo eliminado- exclamo alzando una bolsa negra, aquel hombre se levantó y camino con paso firme, agarro la bolsa la miro y la abrió, luego de ver el contenido comenzó a reírse
- Eres muy cruel- exclamo- pero es precisamente por eso que me agradas, sin duda eres la más próxima a ser mi sucesora, sabía que tenías ese potencial oculto, hice bien en llevarte-
- Gracias…- exclamo la desconocida
- Por tu ropa… juzgo que no fue lo único que arrancaste de ese hombre… eres tan sádica hija mía, me recuerda a mis tiempos, amas ver el miedo en tus victimas… como brota la sangre , escuchar los gritos hasta que la garganta se desgarre… sin duda eres de mi sangre… por esa razón te di aquel regalo- se acercó más a la joven y quito la capucha que le cubría el rostro, mostrando la cicatriz cubría desde la ceja hasta el final de su rostro, su cabello liso cubría parte de su cara pero mostraba perfectamente sus dos ojos, uno era negro intenso y el otro era de un color azul claro- nunca perdonaré a esos bastardos por arruinar tan bello rostro, pero al final… tú los mataste, por eso te merecías este regalo- exclamo acariciando la mejilla de la joven tocando la cicatriz- deberías hablar con tu madre, hace 10 años que no sabe nada de ti-
- ¿quieres jugar de nuevo con ella?- le pregunto