Capítulo IV: ¿Qué hay de malo en querer besarte?
Qué hay de malo en querer besarte
Cada mañana despertar contigo
Qué hay de malo el poder tenerte
No quiero ser solo tu amigo
Corazón de seda
Que no lo tiene cualquiera
Yo te quiero aquí conmigo
La espera me desespera
Corazón de seda
Que no lo tiene cualquiera
Yo te quiero aquí conmigo
La espera me desespera
Corazón de seda
El tiempo es testigo
El se porta bien pero se porta mal conmigo
Se suelta el pelo se transforma
Me muerde en el cuello dice que rompemos las norma
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Ya iban un par de meses, Ryota sabía que su noviazgo repentino con aquel policía y amigo suyo que conoció en sus años escolares de una reunión social, su noviazgo casi soñado pues, simplemente no era miel sobre hojuelas.
-Estas desmaquillado, ya puedes irte- Una sonrisa cálida le lleno quitándole la tristeza y el miedo por algo que estaba pasando y aun no lo expresaba.
-Gracias por tu arduo trabajo- El rubio se bajo de la silla frente aquel espejo iluminado para hacer una reverencia ante Himuro, un hombre realmente guapo de piel pálida y un lunar bajo su ojo derecho mientras que su cabello ébano casi tapaba en totalidad su ojo izquierdo.
-Hey, hey, sin tantas formalidades- Sonrió tranquilamente levantando sus palmas.
Himuro Tatsuya, era una estrella del básquet estadounidense sin embargo una lesión en su hombro derecho que no atendió lo detuvo en su profesión. Llego a Japón sin trabajo pero con sus ganancias. Un día conoció a Kise en una sesión de fotos al que le invitaron y se hizo muy buen amigo del rubio quien quedo sin manager luego de sufrir un cuadro depresivo. Himuro al mismo tiempo sufría de depresión y estaba usando drogas pero gracias a Kagami que se dio cuenta a tiempo y logro internarle el se había recuperado.
Ambos iban al mismo lugar a las terapias de grupo así su amistad se profundizo y Himuro se convirtió en manager de Kise.
-Ya está todo listo en el pub para comenzar tus dulces dieciséis jajaja- Bromeo ligeramente el pelinegro.
-Moo~ Ojala fueran dieciséis. Se te está pegando el humor de Izuki kun- Rodo los ojos para mirar su teléfono blanco y ni un mensaje de Aomine.
El entrecejo de Kise se frunció y sus dorados ojos se congelaron, Himuro sabía que parte de su personalidad era ser muy frío.
-Sí Aomine sigue así me veré obligado a acabar con la seriedad que ridículamente le he puesto a la relación que inicie con él- Miro con seriedad a Himuro quien se cruzo de brazos y le miro con unos ojos de complicidad.
Esa noche en el pub de paredes de rayas verticales rojas cerezas y beige lattes se escuchaba una buena canción de trance, mezclas movidas y muchas personas disfrutaban mientras que en una mesa grande que colocaron a la izquierda del pub se encontraban los milagros y algunos amigos más cercanos.
Un pelirrojo con heterocromía descansaba algo divertido en la fiesta, se acariciaba la gran panza y tomaba de su batido de moras moradas y del cheescake que habían dejado en la mesa mientras su esposo solo le limitaba a limpiarle la boca con una servillera, estaba allí y miraba todo un poco aburrido pero estaba cómodo por los dulces y la comida que habían traído a la mesa.
Kagami, un pelirrojo oscuro bailaba animadamente en la pista mientras que un peli celeste en la mesa lo miraba fríamente destilando celos.
En aquella mesa estaba Midorima que tomaba lentamente whisky cuando noto que un pelo azabache se acercaba mirando el lugar…
-Takao…- Susurro.
Era extraño pero se sentía bien de solo ver aquella presencia, de hecho su vista viajo a un Atsushi con su pelo recogido mientras besaba a un Akashi que sonreía dentro del mencionado beso y sin embargo no sintió algo malo como antes.
-¡Takaoicchi!- Ryota venía desde atrás siendo saludado y felicitado por todos cuando vio a su amigo.
-¡Ki-chan Felicidades!- Takao sonrió para luego abrazar al rubio.
-Takaoicchi, estas sexy- Kise le guiño un ojo en son de complicidad.
-Pues amigo tu estas más sexy que yo jajaja deje tu obsequio en la mesa-
-Gracias, ven quiero presentarte a mis amigos-
El rubio jalo a Takao para llevarlo a la mesa de sus amigos. Detrás venia Tatsuya quien sujetaba a un Izuki divertido de la mano.
-Honey, no quiero que tomes ni una gota de alcohol- Le susurro el sexy pelinegro al de ojos cenizas.
-Tatsuya eres muy injusto- Frunció el ceño pero se tranquilizo al ver a Kiyoshi saludándolo desde la barra junto con Huyga y se fue corriendo a saludarlos.
Himuro sonrió de lado, tan escurridizo esa pareja suya, en secreto le solía llamar su “sexy milagro” solo por el hecho de lograr encadenarlo en una relación en la cual no le era sofocante ni desagradable.
En la mesa Takao sonreía con su gracia sin embargo tenía un poco de nervios al ver a Midorima, no, a su Shin shan porque así le llamaba en su mente.
-Chicos ¡gracias por venir! Quiero presentarles a mi amigo Takao-
-Hola soy Takao Kazunari, gusto en conocerles- El de ojos plata azulados saludo con su mano en el aire.
-Soy Seijuro Akashi de Murasakibara- Dijo el rojizo ligeramente alto para que su titán supiera lo feliz que se sentía llevar su apellido.
-Ne… soy Atsushi Murasakibara, un gusto Takachin- Dijo mirando aburridamente para luego irse a apoyar rodeando el tronco de su pareja.
-Un gusto Takao Kun, soy Tetsuya- Dijo el de cabellera celeste apareciendo de la nada.
-Takao y yo ya nos conocemos- Dijo el doctor ojos esmeraldas acomodándose los lentes.
La fiesta se desboco y por algún motivo Seijuro no quería irse, aunque todos sabían que quizás eran las hormonas que lo hacían feliz en aquella fiesta, el pelirrojo se levantaba y en ocasiones bailaba lentamente con un Atsushi orgulloso.
Kise bailaba con unos compañeros de trabajo mientras tomaba vodka como si no hubiera un mañana porque cierto moreno faltaba en su reunión. Bailaba sexy junto a un Takao mareado lleno de risas.
-Me permites- Dijo una voz muy sensual voz.
-¡Tatsuicchi! El es Takao, Takao el es el sexy de Himuro Tatsuya ¡wo!- Hablaba divertido el modelo que era sujetado por un guapo rubio y alto empresario que había conocido por medio de Akashi, se llamaba Nash Gold.
-Que dices sí bailamos, preciosura- Tatsuya le guiño un ojo y Takao ni corto ni perezoso accedía.
El ritmo de la canción volvía a iniciar y Takao sentía como un par de esmeraldas no le quitaban la vista de encima lo cual lo hacía excitar, no podía negar que Himuro estaba buenísimo sin embargo Shin shan era el favorito.
De repente quería ir y besar a aquel doctorcito tsundere pero solo tenía a ese hombre con sexy lunar frente a él así que ¿Qué más? Sus brazos fueron a través de esos hombros, tocando la tela gris oscura de aquella camisa tres cuartas. Se fue acercando pero Himuro se le olvido entre el alcohol, la música y ese chico de ojos exóticos que tenia a un novio que le veía desde la barra paralizado sintiendo una clase de miedo indescriptible por primera vez en su vida.
Las manos de Himuro se posaron en las caderas de Takao, ambos se besaron lentamente y luego salvaje… Midorima vio como Izuki venía con las mejillas rojas y un vaso con una bebida entre azul, rojo y rosa.
Izuki arrojo aquel líquido ante la pareja que se separo por el frio pero este no se conformo y agarro a Takao del brazo bruscamente para golpear su pómulo con toda su ira, casi nadie se había dado cuenta por la música y el juego de luces.
Takao cayó al suelo estrepitosamente y allí Midorima aprovecho, de hecho él sabía lo que iba a pasar.
-¡Esto se acabo!- Le grito Izuki a un Himuro totalmente impresionado hasta el estado de embriaguez se le había pasado abruptamente.
Su pareja, no, su ex pareja le sonreía amargamente para quitarle el cuba libre de Kagami que se acercaba con su novio Tetsuya, bebió el contenido de aquella bebida alcohólica y salió de allí corriendo.
-Que mal jejeje Kagami sí me llegas a engañar como le hizo Himuro kun a Shun te voy a matar- Decía un muy borracho Tetsuya con expresión poker sonrojada que era mirado entre un serio y divertido Kagami.
-Ok, sweetheart- Kagami se inclinaba y tomaba entre sus brazos a aquel borracho tierno para besarlo lujuriosamente y pasarle sus manos por todas partes.
Midorima tenía en una mesa a un mareado Takao con una servilleta de tela con hielo entretanto se lo colocaba en el pómulo.
-Oh Shin shan, duele- Se quejo.
-¿Shin shan? ¿Qué eres? ¿Un niño?- El de cabello verde casualmente alborotado se ajusto sus anteojos.
-Shin shan es mejor que Shintaro y Midorima ¿No crees? Jajaja- Takao estaba bastante divertido aunque un poco ebrio también.
-Shin shan, te ves muy guapo je Tu novia debe ser afortunada- Takao decía aquello un poco cabizbajo y con una sonrisa triste.
Este agarro un poco de lucidez y se levanto, comenzó a alejarse. Era mejor que se fuera ¿Qué creía? Que su, ahora, Shin shan tan recto y guapo iba a acceder a algo con él, claro que no. ¡Tonto! Así se decía.
-Oi ¿Te vas tan pronto?-
Su muñeca era sujetada por un galante doctor que le susurraba deliciosamente a su oído.
-Je ¿Te puedo llamar Shin shan, Doctor?-
-Nonadayo~ porque me lo pides si ya me has llamado así- Dijo mirándole inquisitivamente para llevárselo a un pilar casi al fondo de la fiesta.
Takao bailaba feliz sin embargo de repente fue estampado ligeramente contra el pilar.
-Sí sigues bailando así…- Le reto Shintaro relamiéndose los labios.
-Sí sigo bailando así ¿Qué?- Le reto el doble Takao jalándolo de su camisa verde olivo para quedar nariz a nariz.
-Takao, soy un caballero- Dijo respirando excitado.
-Yo no je- Takao le beso sintiendo unas manos que tocaban sus caderas y luego su trasero las cuales le hacían sentirse en el cielo.