Capítulo VI: Te besare hasta sentirme tuyo
Te mirare porque yo
Mirandote a la cara me di cuenta
Que me muero por tocarte
Como yo
Te sone en cada noche
Que me desvelaba sin tu calor
Pero no
Tire mis sueños en el suelo
Y aunque casi muero, te encontré
(Te encontré, te encontré)
Te besare hasta sentirme tuyo
He inventare un mundo para los dos
Te abrazare y sentirás mi calor
Haremos sexo con ropa
Esto sera entre tu y yo
Bailemos tu y yo
https://www.youtube.com/watch?v=EZYP9Fkd7A4
Al llegar vimos el pasillo blanco justo por donde estaba U.C.I (Unidad de cuidados intensivos) y estaban varias personas que conocía del día anterior.
Ese chico al cual yo había besado estaba sentado en el suelo viendo la puerta doble perdido en sus pensamientos, parecía triste e ido. Estaba un pelirrojo que sobaba su panza mientras que a su lado estaba un peli celeste un poco pálido podía percibir un poco de miedo en él y por ultimo estaba un moreno de cabellos índigos que tecleaba su celular con unas claras ojeras y ojos cansados.
Llegamos casi corriendo. El pelirrojo nos observo y me di cuenta que hasta Himuro nos observaba, eso se me hacia un poco raro hasta que me di cuenta, era porque Shin shan y yo sin darnos cuentas teníamos nuestras manos entrelazadas como una vieja pareja preocupada por sus amigos.
-Seijuro ¿Qué paso con Kise?- Midorima me soltó con cuidado y se dirigió hacia ¿Akashi? Yo le seguí.
-Anoche tuvo una discusión con Aomine en el pub, se subió en su auto y arranco para estrellarse con un poster que estaba en la esquina-
-Él, él está en coma pero el doctor dice que salió del cuadro de peligro solo hay que esperar a que despierte- Dijo el moreno con voz serena, quería mantener la calma.
-Ven Aomine, recuéstate- Hablo el de ojos celestes cual cielo, el moreno le miro suspirando agobiado pero se acostó en los asientos y apoyo su cabeza en aquellas piernas de su amigo.
-Por qué Aomine no pasa-
-Por que el doctor no ha dado la orden, está en quirófano y nadie puede pasar a menos las enfermeras- Respondió la sombra mientras acariciaba los cabellos del moreno.
-¿Y por qué estás aquí?- Me sorprendió escuchar un reclamo del ojos verdes hacia el pelirrojo.
-Murasakibara me pasara buscando al mediodía, estaré bien-
-Vas a tener gemelos tu embarazo no está en las mejores situaciones así que cuídate-
-No eres mi doctor-
-No lo soy pero estoy pendiente de tu estado-
Ok, eso definitivamente sonaba a pelea de personas con historia.
-No iba a quedarme en casa mientras Ryota le estuviera pasando tal cosa- Dijo con voz fría el de ojos de diferentes colores.
-Takao- Me llamo Midorima instintivamente le seguí.
A los minutos salí con mi traje de enfermero y Midorima con su uniforme verde de medico. Fuimos a hacer un papeleo para que Midorima también estuviera a cargo de Kise.
-Takao ¿No?- Sentí como una mano me sujetaba era ese chico pálido. Me asuste un poco pero le sonríe.
-Si, Kuroko kun-
-¿Cuándo podemos ver a Kise kun?- Dijo preocupado, me dio ternura y le abrace.
-Tranquilo ya el doctor le dio orden a Midorima, vamos a examinarlo para que podamos dejarles pasar- Dije para salir detrás del peli verde hacia la puerta doble en la que arriba rezaba el nombre de: U.C.I.
Entramos allí estaba un rubio con la frente enyesada, estaba respirando con ayuda de una mascarilla, su rostro estaba hinchado… Me tape la boca, era mi amigo que siempre me animaba pero verle allí era como revivir la historia que un día me había contado, esa historia depresiva en la que había sufrido tanto, mi amigo había atentado contra su vida de nuevo aunque yo le justificaba ya que se encontraba muy borracho cuando lo hizo.
-Oi Takao, ven ayudarme- Esa voz me hizo reaccionar y a la vez me dio fuerza.
Casi media hora después con un Kise fuera de U.C.I y en un cuarto salimos a darle la orden a las visitas.
-Aomine, puedes pasar a ver a Kise. Aun duerme- Le indico Shin shan.
El moreno rápidamente se perdió tras la puerta.
-¡Mi hermano!- Venia corriendo una rubia de largos y lisa cabellera de ojos negros con ojeras.
-Nani chan, Kise ya paso el peligro sin embargo cayó en coma. Puede que despierte pero no sabemos cuándo, lo siento mucho- Se dirigió el doctor a la chica que le miro y se seco las lagrimas sonriendo como Kise.
-Mi hermano va despertar, mis padres se están lamentando de no poder estar aquí- Sonrió. Vaya que era igual a Kise kun.
Por el pasillo venía un Himuro con un humeante café y un embarazado pelirrojo que traía un pudin de caramelo en sus manos. Este último miro su reloj de oro blanco elegante, ya eran pasadas de las doce y media del mediodía, su gigante morado no venia por él, últimamente Atsushi no estaba mucho con el por su trabajo en el restaurante. Recordó lo que había pasado la noche anterior cuando el gigante morado se lo llevo a casa para cumplirle su antojo sexual…
Esa noche bajaron del auto y fueron en dirección a la casa, el de cabellos morados sostenía la mano de un Seijuro con expresión desconcertada. Sus pasos dieron a los escalones con bordes de cabillas preciosamente onduladas. Atsushi hizo pasar a su esposo para trancar la habitación.
El de ojos violáceos se sonó sus dedos y movió su cuello varonilmente de un lado al otro, en esas ocasiones parecía no tener ni un pelo infantil. El gigante se encorvo para besar a Seijuro quien se coloco de puntillas motivado pasó sus manos por aquel fuerte cuello, fue alzado se sintió en los cielos para encender así su libido de nuevo.
-Atsushi- Gimió el más bajo al sentir como era mordido su lóbulo.
El mencionado llevo a su pareja con cuidado a la cama, apilo unas almohadas para que Seijuro se recostara. Aquellas dulces piernas temblaban al sentir los besos del de cabellos morados y también porque aquellas manos recorrían cada rincón del cuerpo más pequeño.
El gigante se quito su suéter gris con pliegues negros para dejar mostrar su fuerte pecho, Akashi se relamió los labios y sintió como era despojado de sus pantalones hechos a la medida ceñidos abajo y cómodos para su panza de embarazado. Unos dedos rozaban acariciaban su vientre bajo rozando con su miembro semiduro.
-Ah… Atsu- Seijuo hizo a un lado su rostro rojo cereza.
-Seichin ¿Puedo meterlo sin consideración? Quiero hacerlo- Esa voz infantil pero con rastros roncos de placer junto al brillo de delicia en sus ojos hizo que Seijuro casi babeara.
-Está bien solo tengamos cuidado con los bebes- Akashi hablo algo bajo mirando intensamente con sus hermosos ojos de rojo y ámbar al gigante.
Un jadeo de Murasakibara dio inicio, busco en la mesa de noche de roble macizo un tubo de lubricante de caramelo. Vertió aquel contenido casi incoloro en sus manos y bajo a la entrada, jugó un poco palpando alrededor hasta que introdujo su dedo índice.
-Ah…- Suspiro Seijuro que sintió que su pene también era masajeado mientras sus manos apretaban con fuerza las sabanas blancas.
Otros dedos, dos dedos haciendo tijeras en su interior. Su rojo rostro se arrugo aunque su libido estaba calando muy dentro de sus sentidos.
-Hazlo- Ordeno molesto el emperador a lo que su sirviente sonrió pícaro.
-Lo que digas, Seichin- Dijo el gigante divertido quien sobo un poco su erección para llevarlo hacia aquella estrecha entrada de un solo tirón y por ello Akashi quien tenía su camisa desbotonada completamente llevo sus uñas a los hombros de su esposo, arañándolo profundamente en el acto.
Murasakibara beso poco a poco aquel cuello blanco, le chupaba, marcaba aquella clavícula besaba casi vulgar y a la vez empalagosamente aquellos labios que eran suyos. Un par de minutos terminaron cuando Seijuro se movió un poco, buscando algo de acción, algo de placer extra lo cual encontró cuando su gigante arremetió contra suyo una y otra vez, era una bestia y ni hablar de su enorme miembro en su interior. Akashi movió de un lado a otro su cabeza porque después de tanto rato Atsuhi no daba con su punto a lo que el gigante noto y saco toda su extensión para volver a entrar hasta el fondo, en una metida justo dio con el punto a lo que su pelirrojo caprichoso gimió deliciosamente. El gigante morado amaba someterlo, siguió con aquella tarea acomodando los pies del embarazado entre sus brazos hacia arriba. Los gemidos eran dignos de admirar en manera pornográfica.
Vaya, que tuvieron una buena noche aunque salió de su ensoñación para sostenerse de la pared Himuro se detuvo un poco preocupado.
-¿Estás bien?- Pregunto preocupado el pelinegro.
-¡Akashin!- Se escucho de lejos, esa voz preocupada hizo sonreír a Seijuro.
-Estoy bien Himuro-
El gigante con una sexy camisa blanca tres cuartas se acercaba y agarraba a su pareja.
-¿Seichin está bien?-
-Si Atsushi, solo que las caderas me duelen un poco-
-Qué alivio, hola Tetsuchin ¿Cómo estás?- Saludo a su amigo quien sonrió aliviado y feliz.
-Estoy bien Atsushi, tú te ves radiante-
Ya la pareja en espera estaba en el auto, Murasakibara manejaba tranquilamente mientras Seijuro comía un pedazo de pie de cereza que Atsushi le había preparado y por sus antojos no se contuvo hasta llegar a su casa y lo comenzó a comer en el auto.
-Espero que Kisechin despierte rápido- Dijo triste el grandulón.
-Entre a verlo y esta tan vulnerable, pero sé que Ryota es más fuerte que esa basura que tiene como depresión-
-Hablando de otra cosa, deja de hacer postres, voy a parecerme una vaca- Añadía Seijuro comiendo deliciosamente el pie.
-Lo siento- Dijo el de pelo largo en una coleta algo pensativo después de un largo rato.
-Ya me canse, estaciona el auto y es una orden- Hablo frio Akashi dejando de un pie grande solo un pedacito en la caja blanca.
-Akashin ya no me va a querer más…- Atsushi estaba triste, su rareza ¡algo pasaba! Y Akashi se maldecía por no haber investigado lo suficiente.
-Dímelo- Dictamino y observo como el peli morado apretaba el volante.
-Kotomi me beso y grabo un video de eso-
Seijuro se molesto y ato cabos sueltos, esa madrugada cuando Atsushi llego con los ojos rojos y borracho, tenía que haber sido ese día.
-Como hombre una chica no puede obligarme a nada, Kotomi me lo dijo así que yo te engañe Akashin-
El mencionado se molesto bastante.
-¿Qué más hicieron aparte de besarse?- Hablo mecánicamente.
-Para que no te muestre el video iré a un motel con ella, esta noche-
-Disculpa ¿Iras? ¿Con el permiso de quién? escúchame bien Atsushi ¡Vas a despedir a esa zorra y yo me encargare de que nadie le de empleo por ser una loca obsesiva quita maridos!- Grito con rabia ¿Pero que se creía esa pela papas ordinaria?