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Circunstancias (Love-shots) por shi san

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Notas del capitulo:

Uff Como estan? yo super FELIZ (uy porquien sera... ¬u¬) aunque por un lado preocupada por mi peso jajajajaja TuT AL FIN actualizo adsjajdsja ñan ñan ñan disfruten :D

Capítulo VIII: Encantador.

El tiene algo que me atrapa
Se me hace muy fácil extrañarle
Yo que no creo en el amor
En su juego redondito caí y me enamore

Ignora, sin tocarlo me acalora
Lo veo bailando, lo dejo solo - solo
Quiero hacerlo mío
El es encantador y cazador

Nana na-eh, nana na-oh
Nana na-eh (nana na-eh)

Baby tú tienes algo, algo muy diferente
Déjame conocerte a fondo más íntimamente
Porque es que cuando tú te mueves sexy
Me provocas y me entran más ganas a mí


De jalarte por el pelo
Y besarte por el cuello…

https://www.youtube.com/watch?v=lv0iDhYfVos

 

        Pelee, le metí un derechazo y vi al sujeto alto sangrando. Sentí como me agarraba y me lanzo por fin al suelo.

-¡Ah!- Me dolía, me había pateado una, dos, tres…

-Hijo de puta, te iba a quitar tus cosas pero je no hay que desperdiciar a un doncel después de todo. Oye ven,  ayúdame- Llamo a alguien.

        ¿Qué sería de mí? ¿Algún escape? ¡Demonios!

-No ¡No me toquen!- Estaba muy asustado, no lloraba pero ganas no me faltaban.

      Me llevaron a un rincón entre un callejón un poco oscuro, jalándome mis cabellos. El tipo que no vi me estaba agarrando y el otro me sujetaba las piernas, no pude más y comencé a llorar.

-¡Ayúdame! Por favor, por… no- Ya todo estaba dictado, me iban a violar aquellos sucios perros, mis lágrimas no paraban de salir.

-¡Maldita sea!- No sabía qué hacer…

       Cerré mis ojos y mis pantalones ya estaban en mis tobillos mientras me tenían en el suelo. Sentí unos forcejeos y abrí los ojos, ya no tenía a esos sujetos encima de mí y solo atine a subirme los pantalones, estaban peleando con dos altos hombres que se me hicieron familiares.

-Malditos entrometidos- Jadeo uno, pero cerré los ojos, primera vez que me habían sujetado tan fuerte, tenía miedo.

-Hola ¿Policía? Habla Teppei Kiyoshi del centro de bomberos desde el área diecisiete de Nishitama, tenemos a dos sujetos que intentaban forzar a un individuo por favor necesitamos su asistencia-

       No sé que más decía aquella voz pero no abrí mis ojos, estaba cerrado. A los minutos percibí una moto y luego unas sirenas,  así mis muñecas eran sostenidas amablemente por Kiyoshi. Abrí mis ojos lentamente encontrándome con sus estúpidos ojos amables y preocupados por mi persona.

-Ya estás bien, estoy aquí- Dijo y me sonrió tan cálidamente que parecía curarme de un solo golpe todo lo que me acababa de suceder

       Vi como de repente se quejo para ver su rodilla sangrando. Pero como dije, yo era un doncel y a veces podemos ser un tanto “débiles” así no queramos y por eso me desmaye.

-¡Kagami! ¡Hana chan se desmayo!-

-Idiota- Susurre volviendo de aquel recuerdo encontrándome con el cuatro ojos de Imayoshi.

-Por Dios, hasta tu puedes sonrojarte ¡Ja! Y me dices patético-

-Cállate maldito retrasado- Desdeño el de cabello negro hasta los hombros.

       A veces cuando veo al idiota de Teppei ni mi dignidad responde, tengo que a juro soltarle las patadas, le trato un poco mal pero no puedo evitarlo quizás esté enfermo de amor…

-Imayoshi, quizás si. Soy patético-

 

-Si lo eres, eres un Bakao- Ese era Shin shan con su mano apoyando su cara mirándome con aquellas preciosas esmeraldas que tenia por ojos.

-Malo- Hice un puchero y justo mire una risa, una ligera risa que me hizo abrir los ojos, esa sonrisa era increíblemente traviesa y encantadora.

       Estábamos en una heladería, teníamos turnos parecidos y nuestra salida se programo para las dieciséis horas así que decidimos ir por algo y yo sugerí algo dulce y frio.

-Takao…- Me miro extrañado, sin mostrar una mueca exacta.

-¿Eh?-

-Estas rojo ¿Estas bies? Digo, estas rojo-

      Si imbécil, de quién crees qué es la culpa; eso quería decírselo.

-Si estoy bien- Baje la cabeza, yo podía ser muy extrovertido sin embargo eso no quita el hecho de avergonzarte cuando de tus verdaderos sentimientos se trata.

       Dicen que es malo “etiquetar” pero la relación entre Shin shan y yo necesitaba ser etiquetada ¿Qué éramos? A veces las cosas son como son.

-Se te va a derretir tu banana Split- Dijo el médico terminando su helado sobre brownie.

-Shin shan ¿Qué somos?- Le mire a los ojos y mis labios se curvearon un poco para ver si podía tranquilizarme, tenía miedo pero necesitaba ocultarlo y más cuando sus ojos se abrieron de par en par por un par de segundos.

-Fui descuidado, disculpa-

       Ok, escuchar eso no daba mucha esperanza a la cosa.

-Habla claro- Dije llevándome una cucharilla de crema a la boca con expresión relajada fingida.

-Osha san dijo que hoy era un buen día para utilizar el ítem Luck…- El peli verde saco de su saco gris una rosa rosada y algo maltratada.

-Takao Kazunari ¿te gustaría ser mi novio? Ten- Justo me paso la rosa sin tacto y la tome algo fuera de base.

-¿Takao?- Me llamo mientras se arreglaba los lentes disimulando.

-Si Jajajaja- Comencé a reírme mientras me agarraba la barriga.

-No le veo la gracia- Se volvió a acomodar los lentes.

-Estoy muy nervioso, por eso me rió jajaja-

 

       Ahora la relación de Kazunari tenía una etiqueta y le gustaba bastante. Aquella pareja termino de comer y se fueron a sus respectivas casas, quizás tener sexo salvaje era una opción pero sus trabajos habían sido muy pesados los últimos días  y descansar era lo más sensato, la vida de adultos puede apestar bastante ¿No lo creen?

      Paso un mes entero, el fin de semana llego y con ello Kise salía de filmar un comercial de perfume en Kyoto para una fragancia que iba a ser lanzada en America latina.

-¿Estás bien?- Dijo con una voz con acento norteamericano, Nash Gold.

       El rubio solo salió de su ensimismamiento en aquella mesa blanca llena de bebidas y pasabocas los cuales se había comido un montón sin darse cuenta. Solo pensaba en lo que le había dicho a Aomine al despertar del coma…

      Cuando despertó, dos días de coma, tenía a su moreno, el amor de su vida durmiendo, se le veía cansado.

-No me vuelvas a asustar de esa forma, rubio- Aomine le veía con una mirada suave, preocupada y llena de alivio.

     Sin embargo Kise solo detecto lastima y no quería eso.

 -Aomine…- Comenzó, el mencionado solo le molesto ¿Dónde estaba el “icchi”?

-No necesitas estar aquí- Suspiro y se sentó sintiendo un mareo.

-Cuidado, idiota- Gruño el moreno ayudándolo a sentarse.

-¿Dónde estoy?-

-En el hospital, bebe. Voy a avisarle al médico- Hablo Daiki levantándose y justo sintió un agarre débil.

-De verdad no tienes que preocuparte quizás tengas mejores cosas que hacer, muchas gracias- Dijo suavemente Kise, llevándose la mano a su frente y otra a su pecho mientras que la represa en sus ojos cedía un poco.

     Aomine sonrió y chasqueo la lengua.

-Te amo Ryota. ¿Recuerdas que estabas molesto porque casi no tenía tiempo para ti? Bueno eso solo fue un sacrificio, por así llamarle, solo para pedirte que te casaras conmigo- Dijo despacio y con la mirada de lado porque le avergonzaba un poco.

     El moreno con una sonrisa sexy, aunque estaba en un hospital sin siquiera una pequeña flor, pues todo se iba tornando en un aura romántica, saco una pequeña caja beige aterciopelada para abrirla. Dentro había un hermoso anillo de oro blanco con unas diminutas orejas de gato y una piedra brillante en el medio el cual se lo coloco en el dedo anular izquierdo a Kise.

-No es necesario que me respondas ahora. Llamare al doctor- Daiki dijo aquello sinceramente y junto con ello dejo un beso en la frente vendada del rubio.

      En eso el moreno salió algo apresurado porque se le había pasado un poco la gravedad del asunto, su rubio ya tenía una semana en coma quien solo quedo  impactado viendo aquel anillo en su dedo, cuando reacciono era porque Midorima ya estaba en el cuarto con Takao revisándolo.

       Desde allí Aomine era quien le llamaba y todo había ido a un ritmo muy normal, Kise se animaba a enviarles mensaje como antes, fastidiándolo pero Aomine solo se tranquilizaba al recibir aquel fastidioso de nuevo en su vida y en su celular.

“Te extraño ¿Qué haces?”

“La ropa que estoy modelando no me gusta”

“¡Había una cucaracha en mi zapato! Casi me da un infarto”

“Aominecchi vi un pastel de chocolate y no pude evitar pensar en ti jajajaja”

“¡Hola Aominecchi! estoy en Kyoto, no pude decírtelo antes porque no quería molestarte. Regresare en dos días”

      Aomine frunció el ceño, es que la lógica del rubio era increíble.

      Volviendo a Kise, solo se le ilumino la cara a la vez que se sonrojaba. Ver la rápida respuesta de su novio le hacía sentir feliz como colibrí en primavera para irse a preparar de una vez junto con Nash para la sesión del perfume para donceles, hombres y chicas.

“O sea me envías un mensaje informándome por la picada de un simple mosquito pero para informarme de un viaje a Kyoto pues, simple no me lo dices. Eres mío Ryota, así que con cuidado por allá”

Había una perfecta referencia hacia esa pequeña confirmación que luego estos dos amantes explicarían: “Eres mío”.

 

        Ryota suspiro entrando en su departamento después de su viaje Kyoto-Tokyo. Las luces estaban apagadas pero vio una débil luz en la sala. Su hogar lo  compartía con Daiki desde que despertó de aquel hospital. Ya iba un mes viviendo con él. Dejo su bolso marrón de estilo coreano en el mueble y miro que en la sala estaba un moreno roncando mientras que en el televisor transmitían una película de acción.

-Te amo- Susurro dándole un beso que podría pasarse por simple roce en aquellos labios para irse a duchar.

     El modelo se relajo totalmente en el baño. Cuando salió tomo una camisa blanca ancha y se la coloco con su ropa interior. Sintió su barriga gruñir.

-¡Ya comí!- Susurro bajito porque había comido un montón durante el viaje y al mismo tiempo se estremeció al sentir uso brazos envolverle.

-¡Aominecchi me asustaste!- Chillo pero abrió los ojos de repente sintiéndose extrañamente excitado, estaba cansado pero…

-Lo siento urraca je, no grites- Dijo el moreno olfateando el cuello del modelo que se volvía gelatina.

         El rubio se erguió rozando su retaguardia descaradamente por Aomine quien sonrió de medio lado.

-Mmm veo que no estás tan cansado, te voy a dar del bueno-

-Hazlo Aominecchi- Gimio Ryota para verle pícaro a su novio y de repente se hallo estampado a la pared.

       Las manos de Daiki recorrían los muslos hacia arriba alzándole la camisa blanca con el numero “7”, bajo la ropa interior arrojándola hacia algún lugar y sostuvo el miembro totalmente despierto de su amante bajando.

-Vaya que estas necesitado- Se burlo Aomine dando un lametazo a aquel miembro.

-Aominecchi malo, si sigues así me encerrare en el baño- Dijo como pudo al estar sintiendo aquel oral excitante.

       El moreno abrió los ojos y saco el pene de Ryota de su boca.

-¿Eres idiota? ¿Cómo demonios crees que te dejare ir a encerrarte? Je, no me subestimes rubio- Dijo odiosamente el de cabello azulado oscuro para comenzar a succionar, oh vaya poder de succión.

      Kise se retorcía de placer, no supo ni cuando estaba en la cama siendo preparado con lubricante aroma de coco, se sentía como si estuviera en celo cual animal salvaje.

-Ya basta, entra ¡apúrate Daiki!- Hablo serio y casi ciego al placer, El moreno atendió a la suplica entrando brusco porque también quería entrar.

         Se escucho un largo jadeo, Daiki estaba todo dentro y siendo abrazado por un rubio en su cuello. Ambos no se movían, a Kise le dolía sin embargo fue besado profundamente por su amante que le limpiaba un par de lagrimas, las caricias juntos con los minutos pasaron y la calentura volvió en Ryota quien comenzó a moverse sintiendo una mano en su miembro erecto que le masturbaba.

        De pronto ya no sintió aquel vaivén en su pene, solo sentía las embestidas de un Aomine activo y loco de placer. Ryota no se quedaba atrás. Al pasar los minutos deliciosamente el rubio estaba montando a su amante.

-Vamos bebe, eres mi puta ahg- Aomine cuando se perdía en el acto placentero tendía a decirle cosas sucias al otro quien solo se calentaba más al oírlas.

-No… ¡Ah! Daikicchi allí ah-

         Cambiaron de posición, Ryota y sus cabellos sudorosos ya estaba debajo mientras jadeaba plácidamente con su camisa aun puesta pero más arriba de sus tetillas quienes eran atacadas por un Aomine salvaje que embestía y lamia.

         Kise no pudo más y eyaculo entre los dos sin control contrayéndose y torturando un poco a su amante dentro de él quien con un par de estocadas más ya estaba listo arrojando su semilla en aquel interior caliente.

        Ambos respiraban fuertemente mientras ya estaban acomodados. Ryota abrazo a un moreno exhausto y quiso quedarse dormido pero no pudo. Al pasar quizás como cinco minutos le volvió el hambre pero uno fuerte, quería…

-¿Aominecchi?- Susurro.

-¡Aomine!-

        El mencionado se levanto de golpe.

-¿Qué paso?-

-Estoy cansado y me preguntaba si podías ir por un pedazo de pastel de moka y de paso pasar comprando mostaza-

-Estas bromeando, ya duérmete- Aomine bostezo y cuando quiso volver a dormir sintió un agarre fuerte.

-Estoy cansado Aominecchi. Hazme este favor de ir por eso, tengo mucha hambre- Ryota lo dijo seriamente mirándole a los ojos con ayuda de la lamparita de noche que difuminaba la oscuridad del cuarto.

       Eran las 23 horas y un Aomine se vio obligado a salir en la moto de policía a buscar tal pedido de su novio chillón, caprichoso y  raro últimamente aunque muy bueno en la cama.

 

      Y la noche ya estaba más fría. El reloj de un cabello celeste era mirado por su dueño cada cinco minutos o menos ¿Por qué Taiga no llegaba a casa? Eran la una y cuarenta y tres de la mañana.

-No puedo llamar de nuevo a Tappei-san, cálmate Tetsuya- Se tranquilizaba el mismo en aquel sillón esperando a su esposo, le tenía que dar la noticia que le erizaba la piel y le hacía sacar una sonrisa, era un sentimiento como si se montara en una montaña rusa, necesitaba decírsela a su querido tigre.

    Justo llevaba su mano a la mesa con la lámpara y agarraba la sonaja blanca con un pollito bebe. Suspiro porque ya el sueño le vencía, estaba agotado ya que sabía de la noticia desde la mañana, una vez que toco la cama y se arropo cayo profundamente dormido.

      A las tres y media de la madrugada llegaba un muy aturdido y borracho Taiga, miro una manta de cuadros en el sillón y allí cayó arropándose torpemente.

      A fuera el sol ya había salido, Tetsuya se levanto a las nueve era domingo y no tenía que ir a su trabajo como maestro. Le extraño amanecer sin el abrazo de su esposo, le extrañaba. Se rasco la cabeza, fue por agua y lo vio, estaba en el suelo roncando. No quiso inspeccionarle porque estaba realmente sediento.

-Vaya que la fiesta estuvo buena anoche- Susurro frunciendo el ceño mientras tomaba agua  tocaron el timbre.

      Cuando fue a abrir, no era nadie…

 

-Taiga- Kuroko titubeo, estaba frente a su esposo pelirrojo con puntas oscuras que estaba acostado en el suelo roncando, apestaba a alcohol pero eso era lo de menos.

      Taiga tenia lápiz labial en su camisa beige tenía una fragancia preocupante a perfume de mujer además de que en la piel morena de su cuello expuesta se hallaba un chupón, rojo y morado. El de nívea blanca como la nieve se torno aun más pálido de lo que era, Tetsuya sentía frio así que se abrazo a sí mismo.

-Ouch, me duele la cabeza- Dijo Kagami apenas abriendo los ojos, el de piel algo tostada con la boca pastosa y justo distinguió a su hermoso esposo.

Notas finales:

Etto... si quieren lanzarme tomate o lechugas* cometarios hirientes por lo aburrio del fics o viceversa, adelante, dejelo en la cajita blanca de abajo n.n


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