Capítulo IX: ¿Inocente?
Sábado salí en la noche,
Me pase con par de tragos,
Pero no sé cómo diablos
hay fragancia en mi camisa
y una mancha de pintalabios.
Juro decir solamente la verdad
Nada más que la verdad, no miento.
Yo no soy culpable de lo que me acusan,
No quiero perder su amor
Inocente, en un juicio impotente,
A punto de perder a quien yo más quiero
Por infamia de la gente.
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-Ouch, me duele la cabeza- Dijo Kagami apenas abriendo los ojos, el de piel algo tostada con la boca pastosa y justo distinguió a su hermoso esposo.
Pero algo estaba mal, su esposo, su lindo esposo estaba llorando mientras se abrazaba con su suéter blanco de rayas gruesas grises.
-Cariño ¿Qué pasa?- Dijo sentándose en el suelo con cuidado porque sentía como si le daban martillazos en la cabeza además que estaba algo mareado.
Kuroko negó fuertemente con la cabeza mientras que detrás lanzaba unas fotos para irse corriendo al cuarto, esto se le hizo realmente raro a Taiga así que se rasco la cabeza decidiendo mirar una foto, vio que era el sonriendo con una hermosa morena y después de esa habían otras fotos muy comprometedoras.
-Oh no- Susurro cuando cayó en el problema pero era tarde porque su esposo pasaba como una flecha con un bolso hacia la puerta y allí fue donde freno sus pasos.
-Sí yo no era lo suficiente para Kagami kun, me lo debiste de decir en un primer momento- Dijo con voz desesperada camuflada en su tono apático para salir azotando aquella puerta como nunca.
-¡No! ¡Esto es mentira! Tetsuya- Dijo sin saber qué hacer.
Kagami se levanto como pudo para ir a vomitar. Cuando pudo se fue al lavamanos y allí estaba, pintalabios rojo en su camisa y un chupón en su cuello.
-No ¡Maldita sea!-
Ahora cómo había llegado a esto, Taiga se sentía horrible después de días de recibir negativas de sus amistades y la familia de Tetsuya pues había dado con el paradero de su esposo ya que había ido a la primaria donde daba clases su esposo y allí vio como Aomine se lo llevaba en una moto de la policía.
Taiga se sentía solo, pero allí estaba en el suelo con un dolor en la cara producto de un puñetazo, solo quería a su esposo con él. Quería hablar con él pero al tocar la puerta de la casa de Aomine solo había recibido un puñetazo del modelo.
-¡Oi Ryota! Cálmate- Aomine agarraba al rubio sorprendido porque era él quien iba a golpear a Kagami.
-¿Cómo le va a hacer eso a Tetsuicchi? ¡Eres un imbécil!- Y ya Kise estaba llorando mientras se dejaba abrazar por su prometido que le tranquilizaba un poco.
-Ya basta Kagami, Tetsu no va a salir te sugiero que te alejes de él y de Ryota que está muy sensible por su embarazo- Dijo Aomine un poco serio pero en el fondo sabía que había algo raro ya que Kagami, él no era así.
-No fui yo ¡Tetsuya yo no sé qué paso! ¡Te necesito!- Grito deteniéndose al ver el ademán de Aomine que se traducía en un “basta ya o te matare”.
Tatsuya estaba allí, en la casa de su hermano que estaba hecho un desastre.
-Ya van dos semanas y Kuroko no quiere ni hablar conmigo, yo no soy culpable-
Himuro, el pelinegro con un lunar bastante sensual en su ojo izquierdo miraba las fotos.
-Esto es bastante revelador, brother- Arrugo sus labios en un ademan.
-Esa chica si estaba en la fiesta de todo el departamento pero solo era una mesonera, hable con Teppei pero el corroboro con mis recuerdos. Me fui a eso de las once pero justo tome el trago que me ofrecía la chica-
-De allí tus recuerdos son borrosos, mayor enredo ¿Quién quiere separarlos?-
-Nadie que yo sepa-
-Taiga tu a veces eres como que caído de la mata, piensa brother-
El timbre sonó. Taiga fue a abrir y Himuro se quedo bebiendo su cerveza para ver a su hermano acelerado con unos papeles en la mano.
-Son papeles que indican el divorcio y quiere quitarme la custodia completa del futuro bebe- Hablo Kagami pálido leyendo aquellos documentos, iba a ser padre.
-Vamos, te llevo- Himuro sabía que su hermano quería irse volando, lo podía leer muy bien.
Kagami iba en aquel auto con un solo pensamiento, rogarle, humillarse, si Tetsu pedía su vida a cambio pues se la daría sin titubear solo le necesitaba porque le amaba siempre le había amado.
Eran las siete de la noche así que toco el timbre y era Kise.
-Hola Kise, es Himuro-
-¡Tetsuicchi!-
Cuando el rubio abrió la puerta miraba con rabia pero Kagami se rindió postrándose ante el rubio.
-Te lo pido, yo hare cualquier cosa, yo no sé qué hacer… ayúdame a ver a Tetsuya- Dijo en el suelo.
Kise no sabía exactamente que hacer pero no había sido necesario porque el de cabellera celeste estaba allí apaciblemente con un suéter beige mirando a Kagami arrodillado mientras que por dentro era un huracán de emociones.
-Kise kun, yo hablare con Kagami san. Vamos levántate- Articulo mientras pasaba a la sala del departamento un lado del arrodillado.
Allí estaban, en aquella sala. Kuroko estaba sentado en un sillón con los brazos cruzado y miraba a Taiga con desdén.
-Siento haber sido un cobarde antes pero con lo que sucedió las cosas hay que aclararse. Nos divorciaremos y no nos molestaras más-
-Pídeme todo, pídeme lo que tú quieras menos que nos alejemos- Taiga se le salió una lagrima y se estremeció.
-Creo que estas siendo muy cursi, Kagami san-
-Teppei me dijo que Sali de allí a las once de la noche pero lo último que recuerdo de esa noche fue que recibí una bebida de la camarera, más nada-
-Presente las fotos ante mi abogado y me dijo que eran perfectas así no tendré problemas con la custodia total de mi bebe-
-Es nuestro-
-No digas estupideces Kagami san-
-Dime qué quieres que haga, dímelo para que todo vuelva a la normalidad, te extraño- Kagami bajo la cara.
Kuroko ya no aguantaba mucho, su corazón estaba por explotar porque él quería volver a la normalidad con su tigre, le necesitaba, de noche llamaba a Taiga, quería dormir con él, acariciar sus rojos cabellos…
-Hare lo que tú quieras, solo dímelo yo…-
Allí Taiga se levanto y se arrodillo frente a un Kuroko que abría sus ojos rojos de par en par sin soltar una lagrima aun. Trago y soltó su llanto, amaba a su esposo.
-Tú no eres así Kagami ¿Por qué me engañaste? ¡Por qué! ¡Por qué!- Alzo la voz a lo ultimo el celeste.
-Alguien, alguien hizo algo contra mi ¡Lo juro! Solo salí el sábado me pase de tragos pero eso ¡eso no! No soy culpable, no quiero perderte- Decía desesperado mientras agarraba el pantalón jean de Tetsuya.
Era un cuadro totalmente doloroso, en algún momento había llegado Aomine y estaba abrazando a Kise mientras que Himuro veía algo impotente por no saber cómo ayudar a su hermano. Kuroko abrazaba a un Kagami de rodillas.
-La tocaste- Sollozo Tetsuya abrazando a Taiga quien le sostuvo sus muñecas mirándole a los ojos.
-Mírame, no sé si de verdad la toque pero lo que sé es que jamás tocaría a alguien que no sea a ti- Dijo exponiendo su corazón.
-Buenas noches- Todos se tensaron al escuchar aquella demandante voz.
-Hola, Akashin hablamos de que ibas a controlarte- Venia el gigante de cabellera morada pasos atrás.
-Atsushi ¿Te podrías callar?- Soltó con todo el autocontrol Seijuro.
Kuroko casi inconsciente tomo la mano de su esposo y lo levanto junto con él.
-Buenas noches, Akashi san-
-Vine a traerte las pruebas pero solo encontré un video del lugar donde el cuerpo bombero festejaba con los políticos-
Kagami se sentía muy aliviado a pesar de que iba a presenciar pruebas en su contra porque ese tacto que Kuroko mantenía en su mano le hacía sentir muy pero muy feliz, le necesitaba.
Murasakibara sento a su esposo embarazado y le coloco una laptop plateada a su lado. El de ojos bicolores tecleo algo y espero unos segundos.
La mano de Tetsuya apreso fuertemente la mano de Kagami y este también apretó. Todos se acercaron y notaron un Kagami bostezando y hablando con Teppei mientras hacía varias reverencias a los políticos que eran tres, se llevaba la mano a la nuca sonriendo y ya se iba justo esa morena se le atravesó. Tetsuya quiso soltar la mano de su esposo pero este se rehusó. La chica le sonrió y le hizo una reverencia incitándole a que bebiera la copa con una brocheta de frutas y liquido fucsia. Kagami accedió y al terminar se despidió sin embargo se tropezó en la entrada mientras se agarraba la cabeza y justo se vio la morena corriendo sin uniforme de camarera yendo hasta Kagami. El video termino y la mano de Kuroko temblaba.
-Yo no conozco a esa chica, ella me dijo el alcalde me había ofrecido esa bebida así que me la tome pero yo no la conocía, créeme por favor- El tigre miraba a Tetsuya mientras este solo le miraba con sus ojos algo hinchados escondiendo cualquier emoción.
-Quería golpearte Kagami- Susupiro Akashi acomodándose.
-Dile Seichin para irnos a casa y así descanses- Decías Atsushi porque no quería que su cerecita le fuera a pasar algo malo ya que su embarazo era un poco de cuidado ya que eran dos bebes.
Akashi frunció el ceño, realmente no sabía si estar feliz de la preocupación de su esposo o estar rabioso porque era interrumpido.
-Sí quieres espérame en el auto. Investigue un poco para ver si la muchacha…-
-¿Muchacha? no ¡la perra esa!- Ese era Kise.
-Aomine, cálmalo. En el pub nadie ha visto a esa chica de hecho ella no trabaja allí-
-Taiga ¿Quién es ella?- El de cabellos ligeramente más largos y celestes subía su rostro y le preguntaba al tigre.
-No lo sé, jamás la había visto antes, no sé lo que ocurrió luego de allí solo sé que me levante con malestar y contigo mirándome de esa manera-
Kuroko conocía cuando Taiga le decía la verdad o la mentira, no quería dudar de la inocencia de su esposo pero habían altas posibilidades de que si, Taiga le había hecho infiel.
-Me retiro, por cierto Tetsuya hoy le hice llegar los papeles de divorcio a Taiga aunque creo que el ya te lo dijo. Solo basta con que ambos firmen para que den por hecho el divorcio- Dijo Akashi mientras que esas palabras hacían que la columna vertebral del pelo celeste se le escalofriara.
Taiga bajo la mirada y aflojo su agarre de la mano de su esposo.
-No firmare ahora, necesito descansar. Gracias por ayudarme Akashi san- Dijo Tetsuya mientras se retiraba al cuarto donde estaba durmiendo pero sintió un leve jalón.
-No lo hagas, idiota- Decía un Hanamiya totalmente disgustado de que el castaño alto le alzara un tenedor con pasta italiana.
-Jeje está bien, en otra ocasión te daré de comer- Sonrió brillante como el sol, sol que dañaba los ojos de vampírico ser de Makoto.
Eran las ocho de la noche, ambos estaban libres ese sábado y habían salido a cenar comida italiana. La verdad es que la cena había sido agradable y la comida deliciosa, Makoto realmente ese tipo destellante le ponía los pelos de punta.
Habían acabado de cenar, un paseo por el área tranquila no estaba mal.
-Hanamiya, sé que quizás no te has dado cuenta pero me gustas mucho- Dijo tranquilamente Teppei quien suspiro y llevo sus manos a los bolsillos negros de su abrigo.
-¿Qué no me he dado cuenta?-
-Sí, no soy bueno en estas cosas pero me gustas y realmente quiero que me aceptes ¿Qué dices?- Dijo el alto deteniendo sus pasos y colocándose frente al ojos verdes.
Makoto lo miro raro mientras su corazón latía muy fuerte así que respiro, respiro profundo disimulando ¿Que qué decía? Claro que le llamaba la atención ese enorme hombre, le gustaba humillarlo y burlarse de él pero había algo más, sabía que si tomaba las cosas enserio el único que iba a perder era él, el que se enamora pierde.
-Eres un imbécil de verdad- Dijo sonriendo a la vez que respondía.
-Kiyoshi, no soy una persona muy agradable maldita sea, o es que me guste decirlo porque hey, creo que soy genial así. No creo ser apto para ti- Se bufo orgulloso pero no contaba con que sería sujetado de su mano para ser llevado a un rincón de esa enorme calle.
Era asombroso pero le encanto como Kiyoshi le arrastraba, cuando se detuvieron vio como un Kiyoshi de rodillas como en una proposición, le sorprendió ¿pero ese sonrisa de idiota que se creía?
-Se mi novio, no te preocupes de que si Hana chan es apto o no para mí, yo ya estoy grande para enamorarme de ti- Le sonrió como siempre lo hacía.
Y así las mejillas se le tiñeron de rosa, frunció los labios.
-Bésame idiota, sí no lo haces la próxima vez que te veo no me importara partirte la cara y terminar de dañar tu estúpida rodilla. Acabemos con esto de una vez- Hablo demandante y nervioso el actual cocinero y ex abogado.
El castaño de cejas gruesas abrió de par en par sus ojos, se levanto y apreso aquellos labios que lo hacían alucinar por las noches. Si, porque no habia visto por primera vez a aquel pelinegro en aquel modesto restaurante cocinando, Kiyoshi conocía a Makoto de un juego de basquetbol hacia muchos años donde quedo prendado ya que ese dia Makoto le habia dicho el característico “idiota” con otra frase que jamás pudo olvidar: “juega a ganar sino no lo haces entonces eres un mal jugador”. Desde ese dia Kiyoshi Teppei vio un poco mejor su hobby, el baquetbol y hasta su vida.
Kiyoshi agarraba por la cintura a Makoto reconociendo las ligeras curvas característica de un doncel, beso aquel cuello escuchando bajitos jadeos así que volvió a comerse los labios era demasiado bueno con su lengua tanto que quería comérselo allí mismo cosa que lo iba a hacer sin embargo solo sintió un pellizco en su costado.
-¡Auch! Eso duele Hana chan- Gimoteo el alto.
-Mañana tengo un pedido que hacer y entregar, me largo- Dijo como si nada el pelinegro acomodándose la ropa. Así se alejaba no obstante sintió como su mano era tomada desde atrás para ir al son de sus pasos.
-Te acompaño, Hana chan-
Y de nuevo esa sonrisa de idiota que tanto le gustaba. Makoto solo sonrió con malicia pensando en cómo se vería ese idiota novio suyo sin camisa.