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Circunstancias (Love-shots) por shi san

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Notas del capitulo:

HOLA! Gracias por sus reviews :) ayer no actualice porque me salio el ojo raro ù.u

PD: La cancion como tal no tiene que ver mucho con el cap, solo que me gusto ese pedacito de letra si mas que acotar, disfruten el cap

Capítulo II: Se acabó.

 

Mi crimen no fue quererte 
Mi crimen fue conocerte 
Lo otro añadidura 
Que viene con tu hermosura 
Que triste que a la locura... 
A veces le encuentren cura 

https://www.youtube.com/watch?v=VLth0agWyl4

 

       Yo no le amaba pero de igual él no tenía derecho a tratarme tan insensible.

     De repente llegue a las afueras del estacionamiento y me senté, era raro pero me eche a llorar, mis manos estaban frías.

-Oi ¿Eres idiota? Dañaras al bebe si sigues llorando- Esa voz, esa voz me alegro.

-¡Doctor!- Le sonreí con lágrimas saliendo.

-No estamos en el hospital, llámame Shintaro- Dijo serio para hincarse y secarme las lagrimas junto a unas rosas blancas.

-Está bien ¿Y esas rosas son para tu novia?-

-No baka, es mi luck ítem. Ten una-

      Era extraño pero mi corazón comenzó a latir demasiado pero también sonó mi panza.

-Eres un Bakao. Mi horóscopo dijo que si brindaba un desayuno a alguien me iría bien en mi futuro así que sí quieres desayunar gratis, sígueme-

    Le seguí sonriendo, vaya que era genial hasta podía sentir que le conocía de toda la vida.

 

     Por otra parte el hermano mayor fruncía más y más su rostro con una sonrisa mal hecha al escuchar como todos estaban preparados para la visita de Shintaro-sama especialmente, heredero innato.

-¿Midorima Shintaro-sama? Se ve hermoso, fue directo a la habitación con un joven acompañante, pidieron desayuno- Decía bajito una empleada en el salón.

-Si, lo vi. Ordenaron huevos revueltos, pan tostado y mermelada, tan serio y tan amable que es kya~

 

-Y por eso llorabas… nonadayo~

      Le dije lo que me había pasado con el padre aunque no dándole muchos detalles. Justo escuche campanillas, era mi móvil.

-Bueno- Conteste con un puchero apuntando a mi móvil haciéndole entender que era el padre de mi bebe, el doctor sonrió  levemente y me dejo un poco mareado.

-Takao, averigua rápido los medios para que te deshagas de “eso”-

      “Eso”, eso era el bebe…

-Escúchame Imayoshi, no abortare a mi bebe ¡Sí no quieres a mi bebe, yo si lo quiero!-

      Shintaro torció un poco sus labios dejando su taza de té al lado.

-¿Imayoshi Midorima?-

-Si ¿Ah?- Me arrepentí,  mi relación con él era de amantes, no había que divulgar nada.

-Imayoshi es mi hermano-

      El peliverde se levanto acomodándose los lentes.

-Eres su hermano menor, no le digas nada. Yo me voy- Dije sorprendido, asustado, sabía que una familia poderosa siempre era problemática y en medio estaba mi bebe.

-Oi Bakao- Sentí su agarre que se torno suave. –No diré nada, y sí no quieres abortar, no lo hagas ya que lo que tienes allí es una pequeña vida- Me dijo serio para soltarme y salir primero.

     Sali tras suyo con mi rosa blanca justo Imayoshi estaba allí mirando fijo a su hermano y luego mirándome a mí.

-Qué…- Dijo pero no deje que hablara porque salí corriendo.

-Hermano ¿Cómo estás?- Sonrió falso Imayoshi para tomar el hombro del cabellos verde pero este se alejo.

-Felicidades por tu compromiso-

     Shintaro siempre había sido bastante frio con los demás, así que un trato así era relativamente normal.

-¿Quién era?-

-Solo era un compañero de trabajo y un paciente-

     “El embarazo”…

-Lo sabes-

-Yo no sé nada, sé hombre y asume tus cosas, a mi no me estés involucrando en tus tonterías-

        Imayoshi no podía creer que ese mocoso se la daba de más maduro que el.

 

       Ya iban a ser las quince horas, me dedique a empacar, necesitaba irme. Imayoshi quería que abortara, le conocía sabia que él no desistiría hasta que yo abortara. Se me había hecho tarde porque la carretera estaba cerrada por un accidente, por eso el taxi tardo tanto.

       Sin embargo escuche la puerta ser azotada.

-Hola, belleza- Era él y estaba ebrio. –Mi vida, vaya que eres hablador- Sonrió tétricamente.

-Vamos, yo no dije nada cariño- Sonreí reuniendo toda la calma posible.

-No te preocupes, mi asistente tiene una cita ahora mismo para deshacernos de ese bastardo- Sonrió ampliamente.

-Bastardo- Susurre –¡Aquí el bastardo eres tú!- Grite.

-No metas a ¡mi bebe! En tu saco de porquerías además ya acabemos con esto, tu no me buscas y yo no te busco nunca en la vida y todos felices- Volví a exclamar con ira.

-Ah ya entiendo, Shintaro parece más prometedor que yo sin embargo no dejare que ese bastardo nazca  y tú seguirás a mi lado ¡quieras o no, Kazunari Takao!-

      Cerré la maleta y cuando me iba a ir me agarro, me lanzo a la cama a todo golpe, sin cuidado.

-Mi querido Takao, está bien-

     Esa sonrisa tétrica…

-Oye Imayoshi, solo olvida todo esto y mejor calmémonos- Sonreí nervioso, que se calmara era todo lo que necesitaba.

-Ven belleza- Su risa forzada me obligo a ir donde estaba.

        Me agarro de la cintura y me apego a él, apestaba a whisky. Comenzó a besarme, solo me daba asco. Pero todo giro a mi alrededor al sentir un golpe en el estomago.

-No- Gemí cayendo al suelo. –El bebe, no lo hagas-

      No podía respirar, era como que me habían impedido el poder respirar y por más que abría la boca no podía tomar aire.

-Amo tus ojos Takao, no puedo negar que sería genial ver al mocoso con tus exóticos ojos- Su voz era algo burlista, me hería.

-¡Ah!- Era una patada justos en el vientre, me hice bolita suplicándole y protegiendo al bebe.

-Je adiós, dile adiós Takao-

     Mi boca comenzó a sangrar  mientras sufría calambres. Allí sus golpes descontinuaron, parece que se asusto.

-Te lo suplico… no- Dije como pude, creo que no dije aquella oración muy clara.

-Takao ¡mírame! Te llevare al hospital pero no fui yo quien te golpeo- Esa sonrisa era enfermiza, ya no pude más y me desmaye.

 

       Era extraño, afuera llovía, estaba oscuro siendo de día. Estaba en una cama de hospital con una vía intravenosa con suero y medicamentos en mi mano, el día anterior había salido de quirófano donde me hicieron curetaje. Los policías me hicieron preguntas y yo solo mentí, en vez de decirles que era Imayoshi Midorima dije que habían sido unos maleantes que me habían atacado en un callejón.

        Trague, las lagrimas salieron solas.

-Perdón bebe- Susurre llevando mi mano a mi vientre vacio y cocido sin darme cuenta que desde hacia varios minutos un doctor estaba  en el marco de la puerta observándome.

-Lo siento mucho, Takao- Esa voz ambigua pero que me hacía sentir bien se acerco y le mire asustado, llorando. Justo una de sus manos sobo mi cabeza, revolviendo mi cabello.

-Yo amaba a mi bebe- Hable entrecortado para sentir unos brazos envolviéndome, no recuerdo cómo pero me quede profundamente dormido en aquellos fuertes brazos.

-Pero qué clase de monstruo es mi hermano- Susurro el de cabello verde corto acostando cómodamente aquel muchacho que acababa de perder un bebe.

-Takao- Hablo tocando aquella frente y sonriendo de medio lado. –Se fuerte-.

 

       Cinco meses pasaron, me mude a un departamento mucho más pequeño y sin tantos lujos pero no me arrepentí, no necesitaba de eso. Mis ahorros y mi trabajo me costeaban normal además de darme la posibilidad de enviar dinero a mi mamá. Respecto a Imayoshi recuerdo la discusión que tuvimos…

      Luego del curetaje me dieron de alta a los tres días, llegue a casa y estaba el esperándome sin corbata y sin su saco en el sofá, yo con una mano en donde me habían abierto me sujetaba un poco, no era fácil. Yo ni lo mire, me fui directo al cuarto y comenzar a rodar las maletas que tenía ya listas.

-Lo siento, estaba muy borracho y tenía mucha ira. Yo solo me descontrole- Dijo en mi oído, sosteniéndome suavemente.

      Abrí mis ojos que ya estaban rojos.

-¿Lo siento? Je- Reí leve limpiándome un lagrima. -¿Sabes? Yo lo soñé, soñé que cargaba a un bebe ¡Mataste a mi bebe! ¡No quiero verte nunca! ¡Sí te atreves a buscarme te delatare con la policía y se lo diré a tu hermano  y no me importa que me mates!-

      Me solté bruscamente, comencé a rodar las dos maletas. Menos mal que había ascensor en ese maldito edificio, pensé.

-Si sales por esa puerta te juro que-

-¡Nada! ¡Me vale mierda tus amenazas!- Le grite histérico para azotar la puerta.

       Me enviaba flores al departamento de viernes a viernes junto con pequeños papeles escritos que tenían un: “lo siento”. De igual no me importaba y todo iba a parar al basurero de la esquina, al tercer mes cesaron.

       Estaba bastante raro, hacia mi trabajo, me limitaba a interactuar muy poco con las personas. Era extraño me sentía como un cascaron vacio.

 

Notas finales:

Uf que fuerte, actualizare ahora mismo porque mañana saldre de viaje y no podre subir el cap nuevo :) por cierto obvio que habra Aokise ¬u¬


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