La idea de los tras entrenadores era ir a celebrar las tres federaciones juntas, yakov con victor y yuri. Celestino con yuri y minami. Y pitchit con su entrenador también.
Quería seguir acercándome a yuri, pero él se puso en medio de minami y pitchit… mi cerdito no es para nada tonto. Yo me quedé conversando con yurio, quien estaba enojado por no haber ganado, menos mal que al volver JJ podrá bajarle los humos.
- tienes que hablar con él, pídele perdón y explícale que son destinados, los omegas no tenemos como saber esas cosas.
- lo sé, pero en el minuto se me olvidó – solo los alfas somos capaces de percibir a nuestros destinados, los omegas no pueden, lo que me deja como un tonto, otra vez.
Pasaron las horas, los tres entrenadores quedaron completamente borrachos, pitchit y minami se habían quedado dormidos, y plisetsky me dijo que era mi oportunidad. Yuri volvió del baño y me senté frente a él, aunque pude sentir su nerviosismo todo el tiempo, estos aumentaron cuando me senté, el otro yuri dejó la habitación para dejarnos finamente solos.
- perdóname – fue lo primero que le dije, a lo que éste se sorprendió – por favor déjame explicarte.
- es… está bien – dijo sonrojado, estaba algo pasado de copas, pero seguro que entiende lo que le digo.
- escucha… eres mi destinado, y estaba tan feliz de encontrarte que ignoré todo y te fui a buscar, te vi con Cristopher y me enfurecí por los celos, pero no era mi intención asustarte, solo fue instinto – pasaron unos segundos antes de que dijera algo
- es… está bien… yo solo me sorprendí un poco… pero… yo… - noté que estaba muy nervioso, y avergonzado – sé que los omegas deben obedecer a sus alfas, y no debe ser así si no quieres – dijo al borde de las lágrimas, no quiero que llores – por favor déjame seguir patinando – agachó su cabeza y cerró fuertemente los ojos, sentía como su corazón latía a mil por hora temiendo una respuesta negativa.
Me quedé en silencio un segundo, ¿eso era lo que le preocupaba? ¡Por él haría lo que fuera!
- yuri, yo te amo, y jamás te prohibiría algo que amas hacer, nos acercamos un poco más, el alcohol hacía cada vez más efecto, y además, un olor dulce y exquisito llegó a mí.
- mierda… el celo – dijo, mientras se notaba que se había acalorado un poco, ese olor me volvía loco, quería hacerlo mío, y me acerqué para abrazarlo, y empujarlo lentamente mi habitación.
- espera… - me dijo, pero no podía detenerme, pasamos por los pasillos del hotel lo más rápido sin hacer sospechas, y evitando que más gente se diera cuenta de su celo… ¡él es solo para mí! Por fin llegamos, y al cerrar la puerta tomé sus labios con los míos, al principio se resistió, pero el alcohol y la excitación hablaron por nosotros. Sus labios eran suaves y cálidos, me sentía tan bien, pero no era suficiente, era mí destinado, quería hacerlo mío, marcarlo para que todos lo supieran.
- yuri, te amo – le dije, a lo que éste se tensó, y pude meter mi lengua en esa tibia cavidad, pude sentirlo, sus temores, sus inseguridades, pero a la vez sentí su amor al patinaje, su cariño a su familia… quiero que sienta amor por mí también, pero ahora mismo… lo quiero debajo de mí.
- viktor… - me dijo - ¿Qué pasa sí?
– Yo tengo anticonceptivo – le dije, saqué una pastilla me la puse con agua en la boca, lo besé y se la hice tragar, estaba muy excitado por culpa del celo.
Lo empujé hasta la cama y empecé a desvestirlo, y besarlo por completo, él no era muy consciente de lo que sucedía, pero me daba igual, era tan hermoso, sus gemidos eran música para mis oídos, y sabía que eran míos, solo para mí. Con mi mano apreté su glúteo, y puse sentir otro gemido de excitación.
Metí un primer dedo mientras lo masturbaba con mi otra mano, el segundo también fue recibido con la misma facilidad debido a la lubricación natural de los omegas, con el tercero se quejó un poco de dolor, apenas eso pasó lo besé y lo empecé a mimar en todo el cuerpo, no quiero que sufra jamás, lo amo con locura y recién lo conocí hoy.
Saqué los dedos, y lentamente introduje mi miembro, yuri era demasiado perfecto, se ajustaba increíblemente a mí, somos el uno para el otro, lo sé. Me empecé a mover lentamente, gemíamos al mismo tiempo, en cada estocada me llevaba al cielo, por lo que empecé a aumentar el ritmo, me sentía demasiado bien, y yuri también parecía disfrutarlo. Besé sus labios con sabor a alcohol, eran realmente deliciosos.
No podía apartar mi mirada de él, estaba completamente sonrojado, con los labios hinchados, y pequeñas lagrimitas de dolor y placer se escapaban de sus ojitos nublados. Su cuerpo era delgado y bien formado, con gotitas de sudor por doquier. Me encanta, quiero tener cachorritos.
Estaba cerca de venirme, y yuri también, me acerqué a su cuello, y al momento de venirnos, o marqué en el hombro, sellando nuestra unión para siempre, para tener un lazo eterno. De este modo sabría sus emociones, y él las mías, nos entenderíamos con menos palabras, y todos sabrían que él ya es mío.
Yuri se quedó dormido, lo limpié, y le puse una camisa mía, se veía demasiado hermoso, me recosté a su lado, admirando su belleza, hasta quedarme dormido.
*narra yuri*
Hhaaa, me duele la cabeza… ¿qué se supone que pasó ayer? ¿Dónde estoy?
Si hago memoria… conocí a ese alfa extraño… realmente me dio miedo, y luego… fuimos a celebrar las tres federaciones, pero no sé qué pasó luego de eso… me siento algo diferente… como si…
Mientras pensaba en eso vi a viktor, se supone que es el héroe de mi infancia, quien me inspiró a patinar, pero conocerlo fue algo aterrador, era muy rudo… pero ahora mismo… ¿qué hace aquí? Creo que se dio cuenta de mi confusión.
- buenos días yuri
- ho… hola
- ¿recuerdas qué pasó ayer? – me dijo sentándose en la cama a mi lado mientras yo me incorporaba a esta. Siento que me lee la mente, pero a la vez siento su nerviosismo al estar cerca de mí… ¿qué está pasando?
- lo siento, no recuerdo nada – le dije apenado
- mmm, ya veo – se acercó de nuevo a mí, me tocó la mejilla y me hiso mirarlo a los ojos, esos hermosos ojos calipso, a lo que me sonrojé muchísimo, era atractivo, sí, pero que él sea mi destinado… ¡es imposible! Bajó su mano y la pasó por mi cuello, seguí su movimiento con la mirada, algo me decía que eso quería que hiciera, creo que estaba avergonzado de algo, pero no sé de qué.
Me sonrojé aún más al darme cuenta de que no era mi camisa, y además cuando empezó a removerla a un lado para ver mi hombro… ¡no puede ser! Me había marcado… ¡Eso explicaba muchas cosas! ahora mismo yo… comencé a llorar desconsoladamente, estar marcado implicaba un matrimonio, matrimonio implicaba hijos, e hijos era equivalente a dejar de patinar… ¡no podía creerlo.
- yuri, lo siento, estábamos borrachos, tú más que yo, y entraste en celo, me emocioné demasiado… perdóname – me abrazó y lloré en su hombro… se había acabado mi carrera.
- pero yuri, no debes dejar de patinar si no quieres – eso fue como un rayito de luz en la obscuridad.
- ¿qué? – le dije esperanzado
- digo… no nos conocemos de nada, creo que sería buena idea conocernos, saber cada uno del otro, podríamos ir un tiempo a Japón y otro a Rusia, y de ahí casarnos, no tengo prisas – hiso una pausa – obviamente quiero tener cachorritos contigo, pero podemos tomarnos as cosas con calma, y enamorarte ahora sí como es debido.
Eso me puso realmente muy feliz, tal vez sea buena idea… compartir mi vida… da miedo, pero puede funcionar.
- tengo pasajes a Japón para mañana, podemos estar ahí un tiempo corto y luego ir a Rusia, puede ser una semana, o dos, el tiempo que quieras.
- o hasta que empiece el grand prix en un mes – es buena persona, y se da cuenta de lo que quiero, aunque creo que se debe a la marca, según recuerdo ahora sabemos más o menos lo que siente el otro.
- entonces mañana vamos a Japón
- gracias victor – se acercó y me dio un casto beso en los labios y se fue, aunque puedo asegurar que sentí que quería más