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[Im]Perfecto. -Marshall x Gumball- por Midori-Hikari1312

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Notas del capitulo:

MIDORI A VUELTO!!!! /(ºOº)

Hoy se acaba el mundo xD

Bueno, no, basta de juegos.

Lamente, enserio, enserio la tardanza :'v

Sé que tuve comentario y que no los he respondido ni nada, y no tengo escusa para no actualizar :'v

Pero ya estoy de vuelta 7u7

Espero me perdonen y decidan seguirme dejando comentario :'v

Por favor, les pagaré bien TnT~

 

A leer!!

 

Perdón por los errores u.u

Murmuraba cosas sin sentido mientras miraba en su dirección, todavía tenía vivo el sentimiento de odio hacía ya varias horas. La música continuaba bastante alta, la gente bailaba a su alrededor y de vez en cuando cantaban uno que otro borracho desafinado de forma cónica, pero él seguía con su vista azulada fija en el pelinegro.

 

Gumball era uno de esos chicos que odian en silencio, él sólo se guardaba sus caprichos y disgustos para él sólo y no se los decía a nadie ni lo demostraba frente a ese perdona, nadie salvo Flint, en algunas ocasiones.

 

– ¿Estás bien, amigo?– preguntó Flint a tu lado viéndote preocupado.

 

–Perfectamente...– volviste a hablar entre dientes.

 

Ya hace varias horas que estaban en esa fiesta, hace varias horas que habías conocido a Marshall, y hace varias horas que no podías despegar tu mirada de él, era tan fastidiosamente atrayente que te daban ganas de ir y romperle los labios de un solo golpe, a pesar de nunca haber hecho eso en su vida.

 

–Gumball ¿Porqué te molesta tanto? Nunca te había visto de esta forma– el tono preocupado que Flint usó hizo que volteara a verlo, sus ojos dorados te miraban impacientes esperando una respuesta, Gumball suspiró cansado.

 

–No lo sé, Flame... Sólo... No lo soporto– volteó de nuevo hacia Abader, éste estaba hablando y riendo con los integrantes de su banda, pero casualmente volteó su vista rojiza hacia él y le sonrió de forma coqueta, haciendo que las mejillas de Gumball se pusieran algo rojas y que una mirada de completo odio se formara en sus ojos y volteó a ver al pelirrojo– El tiene algo que me molesta, no sé qué es pero no lo quiero cerca– confesó el pelirosa.

 

–Pero ni siquiera está cerca de ti–  opinó el chico– Si quieres podemos irnos y ya...–

 

–¡Eso no viene al caso!– alzó la voz dejando aún más estupefacto al menor– Es...Es...Insoportable e inmaduro y un patán de primera...– infló sus cachetes de forma graciosa y tierna al terminar de hablar, Flint río un poco.

 

–Hablaste con él menos de 30 minutos, ¿cómo puedes saber todo eso?– recordó entre risas.

 

–Fue más que suficiente para saber qué tipo de persona es ese... Ese... Tonto– fue el menor insulto que se le vino a la mente en ese momento, no acostumbraba a decir palabrotas.

 

– ¿Qué acaso están hablando de mi?– la voz grave de Marshall se hizo presente detrás del pelirosa, éste apretó los dientes ante el tono tan galante que usó, y volver a verlo.

 

–Disculpa, pero es de mala educación escuchar conversaciones ajenas– dijo Gumball  nuevamente entre dientes volteando a verlo con un tic en el ojo y sus manos temblaban un poco, estaba nervioso, ese chico lo ponía demasiado nervioso. Marshall soltó un silbido algo prolongado por la actitud del chico.

 

–Te vez mal, Princesa– comentó divertido y Gumball resopló viéndolo molesto– Ven conmigo un rato, quiero presentarte a algunos amigos– indicó tomando su mano, pero Gumball la apartó de forma algo disimulada.

 

–Ni siquiera nos conocemos lo suficientemente tú y yo ¿cuál es el punto de esto?– recordó el menor y Abader río ligeramente.

 

–Eso es lo de menos, sólo ven y ya– volvió a tomarlo de la mano estaba vez un poco más fuerte para que no se soltara y logró levantarlo de donde estaba sentado. Gumball volteo a ver a Flame, como diciéndole que le ayudarán pero éste con una sonrisa divertida solo se encogió de hombros. Él pagaría por eso.

 

Marshall sin soltar la mano de Gumball comenzó a guiarlo por el recinto, Gumball mirada algo perdido el agarre de manos, se debería cálido y reconfortante, de algún modo le gustaba, pero de inmediato sacudió su cabeza alejando esos pensamientos inmaduros de su mente. Terminaron ambos frente a los otros tres chicos de la banda con los que el azabache hablaba hace un rato. Los tres lo miraron fijamente y Gumball bajó la cabeza incómodo.

 

–Hola de nuevo, bola de inútiles– habló Marshall a los músicos– Les quería presentar a mi nuevo amigo– al decir esto pasó mi brazo por sobre los hombros del pelirosa, quien de inmediato y con cuidado la apretó para no parecer demasiado grosero.

 

– ¿Este es el chico?– preguntó el niño rubio con un gracioso gorro blanco en su cabeza mientras daba un paso más hacia el pelirosa. Gumball lo observó aguantando las ganas de abrazarlo. El chico era adorable. Tenía pinta de “chico malo” pero su cara de ángel lo hacía ver realmente irresistible. De grandes ojos azules, su cabello dorado algo despeinado y mejillas un poco sonrojadas de forma natural debido a su piel pálida.

 

–Es más lindo de lo que me imaginé– comentó coqueta la chica de largo cabello negro y de ojos rojos igual que Marshall. Prince no tuvo que pensar mucho para saber que era hermana del chico, es decir, ¡eran idénticos! solo que ella era su contraparte femenina.

 

–Te envidio, infeliz– gruñó el de cabello Lila, su voz era bastante graciosa pero Gumball solo se mantuvo callado, el reír sería de muy mala educación.

 

– ¿De qué están hablando?– susurró Gumball cerca de la cara de Marshall, este sonrió divertido abrazándolo de la cintura con una mano, El chico quedó completamente petrificado por la forma tan suelta en la que el chico lo tocaba, pues esa mano estaba demasiado cerca de lago que no debía ser tocado, estaba demasiado incómodo, nadie nunca se acercaba tanto a él y menos en esa forma tan “íntima" o así lo veía su aún inocente mente.

 

–Verás Buba, les dije a los chicos que había encontrado al chico más lindo de todo el mundo, y que quería que fuera sólo para mí lo antes posible– habló de forma calmada y con la voz ligeramente ronca, Gumball se sonrojó por completo por las palabras del mayor, y los cuatro rieron un poco haciéndolo sentir más avergonzado.

 

– ¡P-Por supuesto que eso nunca pasara!– se apresuró a decir el pelirosa agachando la cabeza– Además...Mi nombre no es “Buba”...– murmuró mirando de reojo a Marshall molesto.

 

–Demonios, eres tan lindo– comentó la chica tomándolo de las mejillas y zarandeándolo un poco de un lado a otro, a pesar de ser un poco más baja que Gumball, era intimidante. Estos chicos eran muy raros.

 

–Oye, es mío, no se toca– de forma posesiva Marshall abrazó al de ojos azules quien se quedó petrificado de nuevo ante tal repentina acción. Contuvo su respiración el tiempo en el que Marshall lo sostuvo, hasta que lo soltó y se apartó solo un poco al ver que el chico se estaba poniendo demasiado rojo, y no sabía si era de vergüenza o de enojo– Arg, qué tonto soy– dijo de la nada el pelinegro mientras golpeaba su frente con la palma de su mano.

 

–Eso ya lo sabía– comentó divertida la chica de ojos rojos y Marshall la miró feo.

 

– No los he presentado– volvió a decir ignorándome el comentario de la chica– Bueno, Princesa, presta atención...– Gumball lo interrumpió.

 

No me llames Princesa– dijo mirando de forma neutral, pero en sus ojos se podía ver el completo odio hacia esa palabra.

 

–Bien...– Marshall rodó los ojos con fastidio– “Gumball”, ella es mi hermana gemela, Marceline Abader– indicó señalando a la chica.

 

–Un gusto, lindura– le guiño un ojo con una mano en la cintura, sin embargo no era de forma coqueta, más bien como una broma y esto le causó gracia al ojiazul.

 

–Es gusto es mío, señorita– respondió amablemente.

 

–Este es Finn Mertens, es el más joven de nosotros– señaló al rubio que sólo se le quedó viendo neutral con esos ojos grandes que tenía, pero luego sonrió de forma dulce, Gumball se correspondió conmovido.

 

–Ok...– Marshall miró medio raro a Finn y atrajo un poco más hacia sí al pelirosa– Y este último es mi mejor amigo, Grumoso– señaló el azabache y el chico de cabello Lila hizo un movimiento en la cabeza en forma de saludo.

 

–Un placer conocerlos a todos, espero nos llevemos muy bien. Mi nombre es Gumball Price– una sonrisa agradable se dibujó en sus rosados labios y entrecerró sus ojos de forma tímida. Los cuatro músicos se quedaron viendo a chico embobados.

 

– ¿Ven por qué lo quiero? ¡Es tan adorable que quiero comérmelo!– Marshall volvió a abrazarlo ganándose una mirada enojada de Gumball, pero esto no lo intimidó lo suficiente como para soltarlo.

 

–No soy un objeto, eso que dices es muy grosero– regañó el joven de forma seria, Marshall lo vio alzando una ceja con sarcasmo y diversión.

 

–Maldición, eres tan correcto que me dan ganas de corromperte ahora mismo– se acercó un poco más a él quedando con sus rostro casi juntos, Gumball seguía con su expresión seria disimulada lo nervioso que se encontraba en ese momento por la cercanía.

 

–Demonios, Marshall Lee búscate un cuarto– dijo ofendida Marceline tapando sus ojos con burla.

 

– Eres una maldita envidiosa, estúpida hermana– llevó dos dedos a la frente de la chica y empujó con fuerza su cabeza.

 

–Marshall, lenguaje– regañó por enésima vez el de ojos claros– Además, eso fue muy grosero, no puedes tratar así a una mujer, mucho menos si es tu hermana– se cruzó de brazos viendo con enojo al más alto de los presentes.

 

– ¿Grosero es la única palabra que sabes decir, Princesa?– Marshall se inclinó un poco sobre el cuerpo del pelirosa, y este tuvo que dar un paso atrás para no tener tan cerca su cara.

 

–Pues al parecer es la única que no está en tu diccionario, falta de respeto– contraatacó ofendido el joven y los demás rieron un poco.

 

– ¿Quieres que te enseñe mis formas de faltar el respeto, lindura?– se relamió los labios con descaro aún un poco inclinado viendo fijamente como las mejillas del pelirosa se volvían más rojas.

 

– ¡M-Marshall, no juegues con cosas como esas!– reclamó Gumball apartando el rostro.

 

– ¿Qué es lo que estás pensando, Buba?– preguntó aún viéndolo con burla– No eres tan santo como aparentas, Princesa. Yo no he dicho nada todavía, Dios sabrá qué cosas te estabas imaginando en esas linda cabecita tuya–

 

–Marshall basta, ¿por qué eres tan malo con él?–

 

–Eres es mi secreto, Marcy, siempre soy malo con el mundo–

 

–Cabrón...– Marceline se acercó a Gumball al igual que Finn y ambos lo abrazaron de forma posesiva. Estas personas de verdad eran muy raras–Nosotros si lo queremos, ¿verdad Finn?– el chico rubio solo asintió con la cabeza con una sonrisa aún aferrado a la cintura del pelirosa.

 

–Eh...Disculpen– una voz extra interrumpió la entraña discusión/conversación que estaba teniendo los músicos con el “nerd”. Todos voltearon a ver a ese alguien– Gum, nos vamos– informó Flame llegándose a la conversación.

 

– ¡Flamy!– Finn cual niño pequeño se le tiró en brazos al pelirrojo, haciendo que este se pusiera un poco colorado.

 

–F-Finn...– Flint correspondió el abrazo avergonzado.

 

Uh la lá ¿Hace calor aquí?– Marceline hizo un gesto con la mano como si se echara aire de forma burlona.

 

–M-Marcy– se quejó el rubio apartándose un poco del sonriente pelirrojo quien rió ligeramente.

 

– ¿Por qué tú no eres así de lindo conmigo?– preguntó Marshall a Gumball quien se cruzó de brazos viéndolo entre enojado y divertido.

 

–Acabamos de conocernos, además, no me gustas, ojos rojos– continuó con su sonrisa.

 

–Esa es la peor mentira que me han dicho, Princesa– sonrió de forma galante y Gumball sólo infló sus cachetes y se fue junto al pelirrojo.

 

– ¿No vamos ya?– Preguntó a su amigo y éste apartó la vista del rubio y lo miró.

 

–Si tú quieres– los dos se despidieron de los chicos, sin embargo Marshall no quería dejar ir al pelirosa, estaba completamente encaprichado con él, por los que no lo dejó irse sin que él los acompañará.

 

Los tres estaban fuera del recinto, en completo silencio esperando el transporte que los llevaría a casa. Marshall como era de esperarse, estaba casi pegado a Gumball el cual solo respiraba de forma pausada para no explotar y decirle a gritos que no lo quería hacer. Mientras que Flint estaba entre incómodo y entretenido por la forma tan “disimulada” en la que Prince trataba de escapar de Abader.

 

– ¿Sabes que no es necesario que vengas a acompañarnos, verdad? ¿Por qué sigues aquí?– refunfuñó Prince viendo como Marshall jugaba con el piercing de su lengua con sus dientes.

 

–Sé que no es necesito, pero quiero hacerlo– respondió con simpleza encogiéndose de hombros y sacando su celular. Gumball rodó los ojos al mismo tiempo que se cruzaba de brazos.

 

Tan solo segundos después, un auto se estacionó frente a ellos, Flint se despidió vagamente con la mano del azabache, Gumball por no ser grosero se volteó hacia el de ojos rojos, le extendió la mano para que este la tomara en una despedida “formal”, sin embargo, lo que menos se espero es que Marshall aprovechará de acción para jalarlo y pegarlo a su cuerpo y poder abrazarlo. Las mejillas de Gumball estaban completamente encendidas además de que su cuerpo estaba completamente estático. La ligera risa del mayor chocó contra la oreja del pelirosa.

 

Nos vemos después, Princesa–

 

Lo dejó ir después de haberle robado un pequeño beso en la mejilla, bastante cerca de los labios de hecho. Gumball se subió al auto completamente abochornado y con la mirada divertida de Marshall y Flint sobre él.

 

Definitivamente odiaba mucho más a Marshall Lee Abader.

 

Notas finales:

Y bien~ ;u;

De dejarán Reviews? TuT

Diganme que si~uwu

Seré buena y actualizaré lo más pronto posible uwu

Plis!! DD'''xx

Nos vemos >wo

Besos <3


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