Un día común pensaba que sería sin imaginarme que tan sólo una persona todo cambiaría.
Ella llegó busco un libro y vaya sorpresa tomó ese libro que yo conocía tan bien.
Pidió un café y se acomodó en la mesa que daba a la ventana estuvo así unas horas dos para ser exactos.
Después tomó el libro colocó un separador, terminó su café que en dos horas no había terminado, dejo el libro donde se encontraba inicialmente y salió sin más.
Ahora me doy cuenta que pase esas horas mirando cada detalle de su rostro, de sus gestos, algo para no creer era su belleza piel canela, cabello castaño, figura de en sueños; me doy cuenta que desde ese día me enamoré del café del café de sus ojos.
y así regreso día a día, llegaba tomaba el libro pedía un café se dirigía a la mesa del fondo al lado de la ventana que yo exclusivamente me encargaba que estuviera vacía para su llegada.
Así con dos horas diarias conocí cada gesto de desagrado, alegría, confusión y hasta de esperanza que hacía mientras leía.
ella me causaba una curiosidad tremenda siempre quise acercarme pero la veía tan concentrada tan ella, que prefería mirarla hasta que me di cuenta que el libro estaba por terminar faltaban unas cuántas hojas, eso significaba que probablemente no la vería más así que al día siguiente me llene de valentía y cuando se disponía a tomar el libro como cada día me acerqué a ella y le pregunté:
--¿porque no lo llevaste?
--Tenía que?
--No sé, -me escogí de hombros- supongo que sería más cómodo leerlo en casa.
--En casa seguro lo dejaba a medias no soy de leer mucho--explico mientras volteaba por primera vez su mirada a mi--
Tenía su mirada en la mía el café de sus ojos combinaba perfecto con el verde de los míos simplemente deje de vivir en mi mundo y Me perdí ahí y desde entonces jamás quiero salir.
--Oh entonces debe ser muy interesante ya que volviste día a día para leerlo ?--
Realmente si, además de ser interesante y agradable que mientras leo alguien cuida mi lectura -- dijo sonriendo de lado levantando una ceja inquisitivamente al decir esto causo un pequeño sonrojo en mí, iba a darle una disculpa pues entendí a quien se refería, pero ella continuo -- aunque me falta el final he pensado en no terminarlo.
--Porque? Pregunte curiosa
--Porque prefiero que no tenga final quiero pensar que la chica de la ruta y su acompañante No tuvieron un final, simplemente siguieron su camino como las historias de esas personas que ellos veían a través de la ventana.
Además no quiero leer que Michelle al final se bajó de la ruta sin confesar su amor.
-Jajaja deberías terminarlo de pronto y pasa algo extraordinario, supongo que Karla no lo sólo cuenta su historia también nos cuenta nuestra propia historia es interesante como cometer el error de poner mal la alarma, levantarse tarde, tomar la ruta equivocada hace que por primera vez mire a través de la ventana y eso cambia su vida y de ser un error pasa a ser lo mejor que le paso--
dije contemplado su belleza--bueno y si Michelle nunca se bajó de la ruta? Quizás la que confiesa su amor es karla
ella me miro y una media sonrisa se dibujó en su rostro pero pude notar algo de confusión y a la vez asombro.
Lo has leído? Pensé ser la única a la que le pasaba eso, cada capítulo que leía sentía que algo de mi estaba ahí -dijo señalando las paginas--karla se confiesa?
Claro lo he leído, - más que eso dije bajo solo para mi-- y no se tampoco lo termine pensaba lo mismo que tú.
Entonces porque dices que hay sorpresa?
Yo no dije que había sorpresa dije que puede ser que se encuentre algo extraordinario eso sólo se sabe si se lee.
Hagamos algo te invito una última taza de café y terminemos el libro.
Ella aceptó, lo que no sabíamos es que esa era su última primera taza de café a mi lado y sí que había algo extraordinario pues terminamos un libro y un café pero iniciamos lo que sería una vida juntas esta vez conocí más que sus gestos conocí su nombre, sus dudas, sus secretos, sus miedos, su amor, su cuerpo y su alma.
Ella conocí el autor de ese libro que el día que ingresó al local dejo lo dejo en los estantes que limpiaba pensando que había cometido un error cuando ella lo tomó.
Me alegro haber dejado por error mi libro, mi vida, en aquellos estantes.
Me alegro esperar horas su llegada, Estudiar cada minuto su rostro, Cuidar cada segundo su lectura, Preparar su café todos los días, Ser valiente y acercarme Pues ese pequeño instante permitió cometer el gran mejor error de mi vida
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