Mi secreto
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ESPERÁNDOTE...
Sujetándome de mis propias piernas en un abrazo, recargado sobre la pared fuera de aquella cafetería abandonada del colegio, mi ropa, cabello y rostro se encontraban empapados ante la lluvia que yacía en esa tarde oscura…
- Sasuke…
…Unas horas antes…
- Por favor Sasuke… rápido… sólo hazlo… no soporto más el deseo… - avergonzado por las sutiles palabras que mis labios expresaban esperaba la ansiosa penetración de mi amado Uchiha, quien me dejaba esperando demasiado
- Tendrá que ser en otro momento Naruto… parece que tenemos visitas – su rostro tenía una facción molesta y a la vez atemorizante mientras acababa de pronunciar sus palabras
- Pero ¿qué dices?...
- Ja, no me esperaba que esos sin vergüenzas fueran a ganarle a mi banda… pero ni hablar – aun dejándome en total incomprensión el moreno se incorporó de pie y me observó desde su posición – Colócate la ropa y sal por el lado contrario de esta cafetería – dirige su mirada al fondo oscuro del lugar tras las barras – Por allá hay otra puerta, debe estar atrancada pero con unos cuantos empujones debe abrir, así que apresúrate, mientras me haré cargo de él
- ¡Espera un segundo! No entiendo nada de lo que estás diciendo, ¡explícate por favor!
Él me respondió entrecerrando su mirada.
- ¿Llegaste a escuchar una campanilla hace unos momentos?
- …No… bueno, no sé, no recuerdo haber escuchado nada…
- Coloqué un aviso… cada año vengo aquí sólo a pasar este día sin sentido, y para que no me encuentren coloco un hilo casi transparente con una pequeña campanilla colgada cerca del camino que viene hacia acá, así cuando alguien lo cruza escucho y me da tiempo de salir de aquí
- Pero cuando veníamos hacia acá juntos no…
- Yo fui quien te jaló aquí recuérdalo… no en vano te traje cruzando tantas ramas, sin embargo alguien que no sabe este otro camino, tomará el seguro
- Pero… ¿cómo sabes que es Kimimaro y ellos?... quizá y son tus amigos
- No… no lo entiendes, pero da igual, ya no hay tiempo, anda, colócate rápido la ropa y escapa de aquí, una vez que acabe con esto iré a buscarte del otro lado de la cafetería
- ¡¿Esperas que te deje sólo?!, ni loco haré tal cosa, me niego – mi euforia salió a relucir, estaba molesto ante aquella proposición que me hacía Sasuke
Él al principio pareció sorprenderse y posteriormente dibujó una tenue y tierna sonrisa en sus labios, la cual… me fascinó por completo.
- Nunca dejarás de ser un torpe… es lo que más me gusta de ti
Sentí como mi rostro enrojeció en aquel instante, después de haber escuchado tales palabras provenientes de la persona que más amo… era como si cupido hubiera vuelto a flecharme directo en el corazón con sólo volver a verlo…
- Confía en mí Naruto y haz lo que te digo – dicho eso, tomó mi mentón con su diestra y besó tenuemente mis labios – No dejaré que mi regalo de cumpleaños pase peligro, así que hazme caso y espera a que vaya por ti, ¿de acuerdo?
Embrujado por la belleza del moreno ante mí, lo único que pude hacer fue afirmarle con mi cabeza para después recoger desanimado mi ropa e ir colocándomela.
Instantes después de que él se colocó lo faltante de sus prendas, salió dejándome sólo allí en ese sucio lugar.
“Confianza es lo que debo tener… “, es lo que me repetí varias veces mientras me vestía.
¿En verdad Sasuke podría con ellos?... ¿qué es lo que tiene en mente?...
Temía por él, pero si me lanzaba a buscarlo, temía que fuera a echar a perder su plan y entonces fuera yo el culpable… aunque… más culpable no puedo ser…
- Más te vale volver con bien Sasuke… o jamás te lo perdonaré – dirigí mis palabras a la puerta como si él aun me hubiera escuchado… cosa que sabía que no podía ser así
Ahora lo único que me quedaba por hacer, era realizar el mandato que Sasuke me había dado.
Brincando la barra de pedidos de la cafetería, pasé a la sala del comedor, donde aun más oscuro estaba… y ni se diga de sucio. Removiendo sillas y mesas como podía hacia los lados, me abría paso para llegar a la puerta contraria que Sasuke me había mencionado.
De vez en cuanto volteaba mi mirada hacia atrás, observando el vacío y silencio del amplio y tétrico lugar, me imaginaba que Sasuke podía haberlos detenido o algo por el estilo, para que ellos no pudieran llegar hasta acá. Y sin dejar de pensarlo continuaba abriéndome el paso necesario al frente…
Transcurrieron quizá unos quince minutos… o quizá una media hora, para que al fin lograra abrir la segunda puerta de la antigua cafetería.
Al encontrarme del otro lado pude observar un amplio jardín que a leguas se notaba descuidado durante mucho tiempo, y con mucho tiempo me refería posiblemente a años, ya que más que jardín parecía casi un bosque.
Después de dar un recorrido por los alrededores con la simple mirada me posé a un lado de la puerta, al principio de pie, esperando que la llegada de Sasuke no fuera a ser tardía.
Y mientras esperaba, me coloqué a pensar, en todo aquello que pasé en aquella escuela, el como conocí a Sasuke… y el como descubrió mi secreto, comenzando así con mis problemas… aunque, por alguna razón, los problemas que pasé ahora me parecen tan sin importancia, por que es verdad que lo que más agradezco, es el hecho de tener a Sasuke a mi lado de nuevo…
Me auto abracé cerrando mis ojos por unos instantes, pensando en todo lo que tenía planeado hacer de ahora en adelante, si lograba deshacerme de Orochimaru-sama y sus lacayos claro está...
Además, aun debo darle la buena noticia a mi padre… quien seguro se alegrará mucho de verme.
Pero…
El tiempo transcurre… minutos… horas…
¿Son mis nervios quizá?...
¿Por qué Sasuke no viene por mí?...
¿Le habrá pasado algo?...
¿Y sí…?... no… jeje…
Me senté recargándome en la pared que se encuentra a un lado de la puerta por la que acababa de salir horas atrás…
El clima cambia drásticamente… eso jamás me ha agradado… ¿mala espina quizá?...
¿Qué debo hacer?...
Pensando en no desesperarme, cerré mis ojos acomodando mi frente sobre mis rodillas… esperando bajo aquella fuerte lluvia que se había creado tan repentinamente…
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- ¡NARUTO!
Alcé mi rostro asustado. Viendo ante mí la peor de mis pesadillas.
- ¿Kimimaro?...
- Al fin te encuentro –sonríe con aquella malicia que tanto detesto de él – Tu novio nos dio bastantes problemas ¿sabes?
Con un pánico tremendo me levanté del suelo fijando mi mirada directamente a los ojos del peliblanco.
- ¡¿Dónde está Sasuke?!
- Oh, ¿se llamaba Sasuke?
Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo y alma al haberle escuchado decir tal cosa.
- ¿Qué le haz hecho?... – shokeado entre mí, no podía pensar en nada positivo en esos momentos
- Quiso hacerse el valiente y bueno – introdujo su mano diestra entre su larga gabardina y de ella fue mostrándome… una pequeña pistola…
Mi mirada estaba ahora desorbitada, mi pecho agitándose con desesperación y un terrible alarido fue a relucir de mis labios, mientras él soltaba una fuerte carcajada casi tan sonora como mi grito.
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Abrí los ojos de golpe, con mi respiración descontrolada y un sudor frío recorriendo todo mi cuerpo.
- Una pesadilla…
Sin poder contenerlo, mis ojos fueron de a poco derramando lágrimas…
- Sasuke… - susurré levemente mientras cerrando mis ojos con fuerza, intentando sacar de mi cabeza aquella espantosa imagen de mi Sasuke muerto…
¿Por qué?... ¿por qué no voy a buscarlo?... ¿por qué sigo aquí esperando?...
¿Y si no llega?... ¿si algo le pasó?...
Mi mente tenía una confusión del tamaño del mundo, quería responder todas las preguntas que venían a mi cabeza, pero no podía. Una parte de mí quería correr ahora mismo y buscarlos… y la otra me decía que esperara… que confiara en las palabras que él me dijo…
¿Qué debo hacer?...
¿Dejarlo todo a la suerte?...
- Que así sea… - mencionando en voz alta mi decisión, me puse de pie aun bajo la tormenta que poco a poco iba desvaneciéndose, saqué de mi bolsillo izquierdo una moneda, mirándola por un momento – Por una sola vez ponte de mi lado destino… y ayúdame a elegir correctamente…
Sin pensarlo más, lancé la moneda diciéndome en el fondo… “cruz voy… cara me quedo…”
Pero la moneda no cayó…
Con una facción sorprendida veía delante de mí a quien tanto esperaba.
- Dobe… no es hora de jugar a los volados… - con un tono tenue de burla Sasuke me expresó aquel comentario que no me causó gracia alguna
Tenía la ropa rasgada y golpes bien marcados en el rostro… prácticamente, estaba hecho un desastre… pero de pie…
- ¡Sasuke idiota! – volviendo a retomar las lágrimas en mis ojos grité eufórico, repitiéndole una y otra vez la palabra “idiota”
La moneda sonó caer al suelo. Dejándose ver “cara”… mientras mi cuerpo había sido rodeado por los brazos del moreno recién llegado.
- Aquí estoy… mi niño llorón… - nuevamente con un tono burlón pero cansado susurró sobre mi oído diestro no dejándome ver más su rostro
Mis brazos fueron a corresponder aquella muestra de cariño que tanto necesitaba en esos momentos. Llorando sobre su hombro como una “niña”… aferré mis manos con fuerza sobre su amplia espalda…
Quería saber que había pasado… pero… no quería interrumpirme este momento tan enternecedor…
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CONTINUARÁ...