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El Violento por isaya

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Notas del fanfic:

Holaaaa :D bueno despues de mas de un año volvi, mi irresponsabilidad me perseguia xD bueno espero les guste :D

Notas del capitulo:

La idea no era hacer algo así dramatico, pero no puedo evitarlo salios así xD Sorry

— Suéltame idiota— grito un muy enojado Hanamiya Makoto, cuando el alto vecino que tenía lo arrastraba. Miraba los ojos decepcionados de su madre. Vamos, el no necesitaba ayuda... Está bien tal vez sí, pero no la quería.

 

— Es por tu bien—fue lo único que respondió Kiyoshi Teppei, incluso tenía una maldita sonrisa.

 

 Si solo el imbécil fuera más bajo.

 

—Me las vas a pagar maldito—gruño Hanamiya cuando fue dejado al lado del auto.

 

—Tu madre está preocupada Makoto—respondió Kiyoshi, si no mal recordaba, y esta vez estaba serio.

 

 —No es de tu incumbencia—lo sabía, pero... Él ya era un caso perdido, si les molestaba se iría, ya no tenía ningún tipo de salvación, deberían saberlo — y para ti soy Hanamiya—

 

 —Deja de ser tan terco, necesitas ayuda... Makoto—gruño al verlo sonreír de nuevo, era tan nauseabundo—sube al auto, tu madre solo quiere tu bien, hazlo por ella—eso era un golpe bajo.

 

—Está bien, —respiro exasperado— y es Hanamiya— dijo caminando al lado de pasajero.

 

—estoy pensando, tal vez Makky suene me...—

 

— ¡Makoto está bien!—gruño casi en un grito antes de meterse al auto, los escucho reír y cerró la puerta con brusquedad, maldito idiota, imbécil, basura, ¡¡Ah!!

 

 —Deja de hacer pucheros—dijo el hombre, con evidente diversión.

 

—Cállate—respondió sin mirarlo.

 

Cuando llegaron al centro Hanamiya fijo la mirada en el lugar, parecía una clínica, aunque en cierto modo lo era, para la gente enferma, como él.

 

No, no podía hacerlo.

 

— Yo…— miro al otro retrocediendo— yo no… irme… debo…no— ni siquiera parecía tener sentido lo que decía. Pero no importo, sintió como lo tomaba de los brazos.

 

— Solo estás asustado— dijo el otro. ¿Uh? — cálmate—

 

— ¿Asustado yo? — Se burló, aunque su voz se quebró ligeramente, ambos lo ignoraron— ¿te estas escuchando? —

 

— Hanamiya— por primera vez lo llamo correctamente— todos pasan por lo mismo cuando llegan a este sitio— sintió como una de sus manos aflojaba y empezaba a acariciar su brazo— no hay problema, todo será en mi oficina, nadie te mirara o dirá nada—

 

— ¿Seguro? — pregunto medio gruñendo, aunque no sabía si se lo preguntaba a otro o a su mismo.

 

— Seguro — lo apretó de nuevo como para darle apoyo y lo soltó— además, dudo que alguien quiera hablarte— dijo sonriendo— si tu cara es una pista, tu genio es terrible—

 

— ¡Maldito idiota! — grito medio sorprendido por su audacia, ¿era estúpido? — Me vas a pagar eso— sintió que lo levantaba como un saco y entraban, no se fijó realmente en eso, ¿Cómo se atrevía?

 

— ¿Uh? ¿Kiyoshi? — escucho una voz suave casi un susurro, pero no presto atención, seguía golpeando la espalda del idiota pero parecía no prestar atención.

 

— Oh, hola de nuevo. No te preocupes solo es otro paciente—  dijo sonriendo tranquilidad como si no lo tuviera sobre él, al menos muestra que existo, maldición — Nos vemos— se despidió.

 

— Déjame— gruño falto de aire por la presión en su estómago y por los gritos.

 

— ¿Qué? — Dijo entrando a una oficina— ¿eso fue todo? — se rio dejándolo en el suelo— esperaba que durara más tu berrinche—.

 

Intento golpearlo pero este solo tomo su puño con su mano, como si nada.

 

— Bueno, ya que estamos solos — su tono cambio, lo jalo y empujo de nuevo hasta que se estrelló contra el escritorio.

 

— ¿Eh? — vio como el hombre se soltaba el primer botón de su camisa, dándole un aire más informal, entonces se acercó, su sonrisa era… peligrosa. — ¿Qué haces? —

 

— ¿Quieres saber porque fui por ti personalmente? — su tono también era diferente, ya carecía del profesionalismo con el que le había hablado a su madre.

 

— ¿Por qué? — pregunto con cautela, cuando el otro se acercó y puso sus manos a ambos lados del escritorio y lo encerró.

 

— Bueno, decidí que serias mío —

 

— … —

 

— … —

 

— ¿Estás loco? — pregunto enarcando la ceja, Kiyoshi se acercó hasta que sintió su aliento en su oído.

 

— ¿Quieres probar esa teoría? — un estremecimiento lo recorrió.

 

—  Aléjate, animal—  mascullo empujando su pecho, que obviamente no se movió—  no puedes hablarle así a alguien al oído—  recriminó.

 

—  ¿Te gustó? —  pregunto divertido.

 

—  No, mi cuerpo reacciono a la estimulación—  respondió con ironía—  es normal— el idiota pareció sorprendido por un momento.

 

— ¿Cuántos años tienes? — Pregunto de repente, el más bajo lo miro confundido— responde—

 

— 19 — el de cabello castaño se quedó pensando.

 

— ¿Sabes que vas a estudiar? — lo mire y no pude evitar reírme.

 

— ¿Te estas escuchando? — Me reí de nuevo— no voy a estudiar grandote—

 

—  ¿Por qué no? —

 

—  deja las tonterías, no sé, solo sigo el molde, nací pobre, crecí pobre y solo me convertiré en un vándalo más—  respondí con simpleza.

 

Salto cuando dio un manotazo en el escritorio.

 

— Voy a ignorar tan estúpida respuesta— su tono era molesto, uno que no había escuchado hasta el momento y logro silenciarlo— te recuperaras y estudiaras y serás alguien en la vida, además de ser mío, claro—

 

— ¿Por qué tan seguro de ello? — Reclamo enarcando la ceja — deberías saber que no eres mi tipo— se burlo.

 

— ¿Ah no? — Sus labios se curvaron— quieres comprobarlo— dijo acercándose— no me molestaría— sus ojos se fijaron en los labios de más bajo— definitivamente no—

 

— Lo siento — dijo una arrogancia falsa, reprimiendo el instinto de lamerse los labios ante la mirada— me gustan, algo más malos, no sabelotodos y un poco ilegales— sonrió intentando mencionar actitudes contrarias.

 

— Oh, tengo un listillo. No te preocupes— levanto la mano y toco su mejilla con suavidad— cuando acabemos— susurro acercándose— yo seré no solo tu tipo, sino el único. —

 

— Muy seguro de… — su voz se fue perdiendo ante la cercanía del otro— es tarde, solo trae los papeles— su voz ya fue un susurro, los labios del otro estaban casi sobre los suyos. Era incómodo.

 

— Esta bien— Kiyoshi repentinamente se alejó y el pelinegro sintió que respiraba de nuevo— solo tienes que llenar estos documentos, lo que no entiendas puedes preguntármelo—

 

Se quedaron unos minutos mientras hacia lo dicho, esperaba estar haciendo lo correcto.

 

— Aquí tienes— dijo entregando los papeles— entonces eso es todo— dijo levantándose.

 

— Si— los recibió, firmo el mismo unas partes y asintió— se las pasare a Momoi-kun— murmuro para sí mismo— espérame, te llevo— dijo al verlo ir hacia la puerta.

 

— No te preocupes, voy caminando— sin lugar a dudas estaba huyendo, y no sentía la mínima vergüenza por ello.

 

Kiyoshi Teppei llevaba poco siendo su vecino, a lo mucho unos 5 meses,  rara vez socializaba con los demás, aunque cuando lo hacía mostraba una personalidad chispeante, mentiría si dijera que no le había parecido interesante. Igual que cuando había mentido diciendo que no era su tipo. Demonios, el hombre no solo era su tipo, sus fantasías también, pero por lógicos motivos acepto que nunca se relacionarían, sus amistades no eran algo de lo que sentirse orgulloso, pero allí estaba, incluso tenia alguien que si podía considerar un amigo, en tan mala situación como el, pero allí estaba y se había apoyado mutuamente. Aunque pensándolo bien, no sería mala idea sugerirle que siguiera sus pasos, bien podría ayudarle también. 

 

— ¡Ah! — salto ante el sonido de su teléfono ¿Su madre? — ¿Mamá?—

 

— ¿Hanamiya Makoto? — una voz femenina pregunto.

 

— Si, ¿Por qué tiene el celular de mi madre? — Pregunto frunciendo el ceño y acelerando el paso, tenía un mal presentimiento—

 

— Lamentamos infórmale…— el resto pareció no ser entendido por su cabeza, ¿Su madre qué? Empezó a correr a la dirección que le habían dado, tenía que llegar.

                                

No, no, no, no. ¡No!

**

 

 Cuando Kiyoshi llego a su edificio sintió que algo andaba mal, los ocupantes estaban afuera y algunas mujeres incluso parecían estar llorando.

 

— ¿Paso algo? — pregunto a uno de los señores.

 

— Es terrible. La mujer, Hanamiya, salto desde su balcón— el hombre negó con la cabeza parecía sorprendido, su esposa lloraba, según sabia eran buenas amigas. — La llevaron al hospital, pero según escuche ya había muerto—

 

— ¿Sabe que hospital? — cuando le dijeron se fue inmediatamente— demonios, no hagas nada loco Makoto— sintió un nudo en la garganta, odiaba esta situación.

 

Cuando iba a entrar vio una silueta conocida en una banca, cuando se acercó, efectivamente era quien pensaba.

 

— Dicen que debo reconocer el…— su voz pareció estrangularse. Se sentó a su lado.

 

— Si quieres, puedo hacerlo yo— Hanamiya levanto la mirada sorprendido.

 

— Dicen que debe ser un familiar— su voz era rasposa, sus ojos estaban idos y dado que no los tenía rojos presentía que no se había desahogado, eso era malo, retener algo así le haría más mal que bien. Necesitaba privacidad rápido.

 

— No te preocupes, me las apañare, ¿me esperas? —  recibió un asentimiento leve y corrió dentro del hospital preguntando por lo ocurrido.

 

— Es necesario un pariente, la mujer tenía un hijo— dijo el hombre de la morgue.

 

— Vera, soy el psicólogo del chico, y eso le haría mucho daño en este momento— no había empezado el tratamiento pero eso eran detalles— Por favor—

 

— Está bien —

 

**

 

Hanamiya se sentía mareado, como si todo pasara demasiado rápido alrededor, ¿Por qué estaba en el hospital? Alguien había muerto, sí, eso; pero ¿Quién? No podía recordar.

 

— Mokoto, es hora de irnos, dijeron que viniéramos mañana—  Kiyoshi se acercó y lo levanto, lo miro significativamente, como si entendiera que le pasaba. — hora de irnos—

 

Subieron a su auto y fueron a su casa, todo se sentía aún muy confuso, sentía que olvidaba algo importante, pero le estaba doliendo ya la cabeza

 

— Kiyoshi— llamo, cuando el otro lo miro dudo un momento—… Siento que estoy olvidando algo — frunció el ceño.

 

— No te preocupes ya entenderás, ¿bien? — decidió creerle, su cabeza no parecía procesar mucho de todos modos.

Sin embargo cuando llegaron su cuerpo pareció paralizarse, no quería entrar a su casa ¿uh? No estaba drogado, la sensación era diferente.

 

— Kiyo…— el otro tomo su mano y lo alejo de la puerta de su casa— ¿Por qué estamos en tu apartamento? — cuando entro siguió mirándolo confundido.

 

— Lo siento Makoto—  el hombre tomo su rostro es sus manos— pero debo hacer esto, te estas perjudicando— le iba a preguntar de qué demonios hablaba pero… — tu madre murió Makoto, tienes que aceptarlo—

 

¿Uh?

 

— No, es imposible— dijo negando pero la mano en su nuca le impidió alejarse— Estas loco, ¿cómo puedes decir algo así? — pero fue como si todo dejara de girar de repente.

 

— Lo siento— susurro el otro mirándolo con tristeza— lo siento— repetía.

 

— No, no es cierto— empezó a decir cuando su visión se hizo borrosa, estaba llorando— No… — ah, ya recordaba; cuando fue con el hombre, cuando volvía… la llamada. Kiyoshi parecía tener un perro porque estaba respirando muy fuerte y estaba cerca, quería decirle que alejara el animal de él, cuando sus rodillas cedieron. No lo soltó, bajo con él, acariciando su rostro.

 

— Respira Makoto— exigió con voz dura, entonces notó que no había ningún perro, era él. — Respira— exigió de nuevo, su respiración empezó a normalizarse solo para empezar a aspirar con brusquedad. Estaba sollozando. — Esta bien, aquí estoy— consoló el otro, no se quejó del ruido o las lágrimas, lo apretaba contra si como si fuera importante, como solo hacia su madre.

 

— Mi…— intento hablar— mi ma…— pero empezó a llorar de nuevo, levanto la mirada y encontró lo ojos castaños fijos en él.

 

— Lo sé, estoy contigo, no te preocupes— acaricio su rostro.

 

Hanamiya lo miro de nuevo y se acercó por un beso, Dios sabrá porque rayos lo quería, pero el otro se alejó.

 

— No es un buen momento Makoto— sonrió con tristeza— estas muy alterado—

 

— No digas tonterías— se acercó más— solo dame un beso— sus ojos no se movieron pero cuando lo tomo del cuello de la camisa y lo acerco, no se negó.

 

Sus labios fueron cálidos y suaves, parecía temeroso, el mismo no tenía idea de qué diablos hacía. ¿Estaba loco?

 

No quería suavidad, aunque intento imponer un ritmo más rápido, sintió una mano apretando su nuca, y se tuvo que conformar con esa calidez, no es que no la necesitara, solo que, podía sentir las lágrimas de nuevo. Cuando se separaron Kiyoshi beso sus húmedas mejillas, él se acercó y puso su cabeza en el pecho ajeno.

 

Se durmió pensando que tal vez al otro día su madre lo despertaría con una caricia en su cabeza, diciendo que si los vagos ganaran dinero, ya sería millonario.

 

Notas finales:

Bueno este es el primer capitulo, como saben en el segundo viene el lemon, despues de recuperarse del drama claro

bueno estoy indesisa, que pareja quieren ahora

¿MidoTaka o ImaSaku?

Haganme saber su eleccion :D Nos vemos en el proximo capitulo :*


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