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Un amor sin palabras por Neko_Gamer

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Notas del fanfic:

Esta historia va a ser conmovedora conforme vaya avanzando la trama, esto nació de una idea algo loca que tuve al imaginarme a estos dos personajes en una situación como esta.

Espero sea de su agrado total el fanfic.

Las actualizaciones de este fic siempre serán los jueves. A menos que haya un día especial que necesite un capítulo con dicha temática.

Notas del capitulo:

Este es el primer capítulo de este fic, como dije iba a regresar con un nuevo fic de estos dos como protagonistas <3 los amo en serio.

Espero sea de su agrado y les guste mucho.

Bartemius no recordaba cuando había sido la última vez que sonrió ante alguien, o que simplemente dicho gesto hizo acto de presencia en su rostro.

Desde la muerte de su madre las cosas habían cambiado de forma drástica en su casa, él venía de una familia pudiente, por ende era el heredero de una de las empresas más importantes de Inglaterra. Su padre nunca lo trató con cariño, para ese hombre él era solo una pieza más en su juego para hacer crecer su imagen.

Su madre era diferente, siempre lo trataba con cariño, se preocupaba por él, y consideraba que era más importante seguir lo que uno quería y no lo que te imponen contra tu voluntad, lástima que poco tiempo después de cumplir él los seis años, su madre falleció. A pesar de que ella se comunicaba con él en cualquier momento, e incluso jugaba y le enseñaba muchas cosas, ella sufría de sordera. Había nacido con dicha discapacidad, pero aun así la obligaron a casarse con el infeliz de su padre, corriendo el riesgo de engendrar a un hijo con el mismo problema.

Bartemius a pesar de eso no tenía ningún problema de audición, pero aún así aprendió el lenguaje de señas para poder hablar con su mamá,

Los únicos recuerdos que tenía de ella eran su sonrisa, aquella que siempre mostraba cada vez que llegaba del pre-escolar mostrándole algún logro que había conseguido, fotografías de ella en donde se veía siempre hermosa con el cabello rubio cob ligeras ondas, piel blanca y unos ojos azules algo oscuros, muy diferentes a los ojos amarillentos que él había heredado de su padre, y por último las experiencias que vivió con ella.

Todo eso lo tenía bien guardado solo para él, porque una vez pasó el luto por su muerte su padre decidió deshacerse de todo aquello que haya pertenecido a la mujer con la que se había casado, algunos objetos Bartemius había llegado a rescatar y también lo ocultaba muy bien junto a las fotografías y una que otra carta que tenía de sus primeras conversaciones cuando aun no dominaba el lenguaje de sordomudo.

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Ahora con doce años, se encontraba iniciando la secundaria, claro está que en una prestigiosa escuela donde solo podían asistir hijos de las más importantes familias de la ciudad. Su padre lo obligaba a frecuentar con esos tontos a pesar de que no congeniaba bien con ninguno de ellos, pero a veces era mayor el miedo que le tenía al mayor que solo acataba cada orden que este le impusiera.

Bartemius normalmente utilizaba polos manga larga y pantalón, no solía estar nunca descubierto, y es que, quien iba a querer mostrar el maltrato que recibía día a día en su casa. Cada vez que desobedecía a su padre esté lo golpeaba y a veces el abuso podía ser mayor cuando utilizaba un fierro. Muchas veces quiso desaparecer y morir de una vez para encontrarse con su madre nuevamente, pero algo lo detenía al final, y él odiaba esa cobardía que lo invadía cuando estaba cerca de su cometido.

Soía mantener buenas notas para no brindarle más disgustos o motivos para agredirlo, sin embargo, a pesar de nunca haber jalado ningún curso, a veces no podía evitar sacar una nota menor de la que le pedía su padre por lo que lo castigaban por eso.

Esa casa pasó de ser el mejor lugar a ser su pesadilla, un infierno en en vida.

Estaba harto, sentía que en cualquier momento no iba a poder soportarlo más, pero tenía que mantener la imagen presuntuosa que su padre le había inculcado.

En ese momento ise disponía a salir del salón, aprovechando que se había al fin deshecho de Malfoy, Avery y Mulciber, no los consideraba sus amigos, así que no veía la necesidad de aprenderse sus nombres, para él solo eran personas igual de enfermas de poder al igual que su padre, y por ende no eran de su más sincero agrado.

Después del instituto se supone que el coche de su familia lo tenía que recoger para llevarlo a su clase de música, porque sí, su padre consideraba importante que aprenda a tocar instrumentos como el piano o el violín, que eran bien visto entre las personas de status social alto. Creo que era lo único que le gustaba de todo eso, ya que había empezado a plasmar gran parte de sus sentimientos en las pequeñas composiciones que realizaba en dichas clases, y de esa forma de defogaba de todo el estrés que lo aquejaba día a día.

Se encontraba de pie esperando en la puerta, pero no aparecía el vehículo, algo raro a su parecer, si tan solo supiera como llegar sin necesidad de ayuda tal vez ya se hubiese ido, pero al ser criado con ese tipo de trato practicamente lo volvió un inútil, algo que en verdad no quería ser.

Habían veces en las que quería conocer mejor la ciudad, u otros lugares, por lo que sabía gracias al internet Inglaterra tenía paisajes muy bonitos, pero su padre le prohibía cualquier tipo de distracción que no sea estudiar, además de ser estrictamente controlado para estar en su casa, en el instituto, en el taller de música o en las reuniones de negocio acompañando a su progenitor. No tenía otra opción.

Pensaba colocarse sus audífonos para distraerse en lo que esperaba cuando un sonido proveniente a unas cuadras lo sacó de sus pensamientos. En un comienzo tenía miedo de ir, y si aparecía el coche y el chofer lo acusasba de no haber hecho caso al esperar, o peor aun si era un ladrón, pero de repente los sonidos aumentaron y se escuchó varios quejidos, ya que no se escuchaba una voz clara.

Sujetando con fuerza su bolso fue corriendo acercándose a dicho lugar y sorprendiéndose al ver lo que presenciaba.

Se encontraban Malfoy junto con otros tres de sus compañeros rodeando a un chico que no podía visualizar bien.

-Oh Crouch, qué bueno que vienes por aquí, pensé que te habías ido –me dirigió la palabra una vez se dio cuenta de mi presencia.

-¿Qué haces? -  le pregunté sin interés alguno y él solo sonrió haciéndose a un lado mostrándome por completo al otro chico.

Era de tamaño menudo, y parecía incluso menor que nosotros, por su ropa se notaba que era de una de las escuelas públicas de la ciudad y se encontraba aferrado a su mochila mientras soltaba pequeños sollozos con el rostro completamente oculto por su cerquillo, proveniente de un cabello castaño cercano al rubio. Lo que me preocupó fue no solo verlo temblando por los sollozos sino también por los espasmos que su cuerpo generaba por estar empapado.

-Nos ayudas a darle su merecido, hace rato le estábamos hablando para pedirle que nos brinde lo que tiene oculto en su maleta, pero el muy sinverguenza nos ignoró todo el camino, así que le estábamos dando un escarmiento – empezó a hablar y yo me enojé.

-¡¿Están locos?! – pregunté inmediatamente acercándome al chico – ¿oye, estás bien?, oye – empecé a llamarlo, pero no me hacía caso, cuando le toqué el hombro recipen hizo otro movimiento, levantando su cabeza con miedo y de esa forma perdí toda mi atención al perderme en sus ojos, eran azules, azul oscuro como los de ella, pero en estos no había el brillo que siempre veía en la mirada de mi madre. Solo veía lágrimas y profunda tristeza. Con miedo volvió a aferrarse a su mochila y negaba con la cabeza – ustedes lárguense, no creo que a tu padre le guste saber lo que haces después de clases – amenazé a Malfoy y este con un mirada de desprecio se fue, pero antes no podía irse sin molestar como siempre.

-Suerte con ese mugroso, tu padre es el que estaría avergonzado al saber que defendiste a alguien de clase baja – dicho eso se largó, yo esperé a que se fueran para tratar de hacerle hablar, pero parecía no escucharme y en serio me estaba exasperando, me estaba demorando demasiado y lo más probable es que el coche ya esté esperando por mí.

-Oye niño, en serio quiero ayudarte, pero necesito irme – empecé diciendo, pero él solo me miraba con duda y vi que aun temblaba de frio, sí que fui idiota, inmediatamente me quité mi saco del uniforme y con cuidado traté de quitarle el polo y la chompa que llevaba puesta, pero él ponía resitencia, no me quedó de otra que aprovechar la diferencia de fuerza física y logré despojarlo de su ropa superior y sin perder el tiempo le puse el saco – te vas a resfríar de seguir así, será mejor que me digas donde están tus padres – le indiqué, pero obtenía la misma respueta, silencio.

No fue hasta que me dí cuenta del escudo de su chompa que mis ojos se abrieron con fuerza y empecé a temblar, eso era el símbolo de un colegio especial.

Con duda empecé a mover mis manos y le pregunté por medio de señas sí podía escucharme y al ver como me respondía con las mismas señales fue que mi cuerpo se paralizó.

Notas finales:

Este es el final del primer capítulo, los primeros capítulos ellos dos serán aun niños, ya que es el desarrollo inicial de su relación, ya más adelante se va a ver como crecen juntos.

Sería feliz si me dejan reviews para saber si es de su interés la historia.


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