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Hominum por an_cafe_nyapyy

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Notas del capitulo:

Agradezco a todas las personas que siguen mi historia, de verdad les agradezco. Mando un gran abrazo aquellas a las que me dejan un comentario, no saben lo feliz que me hacen. 

Sin mas, aqui les traigo un capitulo más. Espero que lo disfruten.

Entones llegaron. El señor Weasley tenía tal sonrisa en su cara que era imposible no saber los resultados. El moreno de bellos ojos verdes habia sido absuelto de todos los cargos.

Pese a los obvios resultados reflejados en la cara del mayor, Harry tenía aun, un semblante de conmoción y alivio.

Los gemelos extasiados tomaron a Harry hasta colocarlo en sus hombros, dando vueltas y leves brincoteos, gritando en unísono “El grandioso Harry Potter” y “Se ha librado”, como locos por todo el recibidor. Remus igual irradiaba una felicidad enorme por toda la cara. Fue cuando Sirius y Severus aparecieron por la puerta, que sacaron las bebidas, golosinas y chucheras que comenzó la verdadera celebración.

Los gemelos no dejaban de gritar acerca lo que se había librado Harry y de lo felices que estaban por ese hecho, Remus igualmente contento celebraba con ellos con una botella de cerveza de mantequilla, Sirius les hacía segunda en el coro, entre grandes victoreos jocosos y risas, Severus estaba conmigo, con un vaso de alguna bebida alcohólica, mientras que con una ligera sonrisa complacida los observaba.

¡Gaara! El moreno llego ante mí, con las mejillas rojas y los ojos grandes brillando detrás de esas horribles gafas. No fui expulsado de Hogwarts. Murmuro entre un jadeo contenido un poco gangoso, fue cuando sus ojos se llenaron de lágrimas que lo comprendí, debió de haber estado atemorizado con la idea de no volver al colegio, entonces se colgó de mi cuello, derramando esas lágrimas contenidas que me dejaron congelado.

Chiquillo estúpido. Solo le importaba la expulsión habiendo otras tantas razones para atemorizarse. Gruño el moreno de ojos negros cerca de nosotros, y aunque su comentario fue un tanto duro, ni de cercas parecía llevar su veneno usual, así que el niño le ignoro y me abrazo con más fuerza.

No lo fuiste Harry. Contesté levemente, dando suaves palmadas a su espalda en un intento de calma.

 

Los días venideros no pasó desapercibida la actitud de Sirius, se mostraba malhumorado y hosco; cada vez hablaba menos, tanto conmigo como con Harry. Remus me alegaba que en realidad era por la falta de Severus –el hombre desde la absolución de Harry no volvió a venir por la mansión-, Shukaku en cambio sabía que era porque aunque sonora cruel, si Harry hubiese sido expulsado de Hogwarts habría una ligera posibilidad que se quedara con él. Ridículo. Harry hubiese sido mandado con sus horribles familiares.

Fue en esos días que Harry comenzaba a desintoxicarse por la alegría de verse libre de culpas, que comenzaba a resentir la falta de su padrino, dejo de sonreír e igual que Sirius comenzaba a encerrarse solo en alguna habitación, -en la mía/nuestra,- o en la biblioteca, o dormir por horas.

Los gemelos trataban por todos los medios en hacer sonreír a Harry. En intentar de sacarle algo a Sirius, pero fallando en el intento. Me sentía extraño entre las actitudes negativas que comenzaban a pulular por el lugar.

¿Dónde se habrá metido el murciélago de Snape? Gruño George una mañana, mientras había bacón y huevos revueltos para el desayuno.

Es increíble que dependamos de ese amargado para levantar el ánimo. Agrego Fred, comiendo un crujiente pedazo de bacón.

Nuestra única esperanza. Gruñeron juntos en un tono más bien fúnebre y derrotado.

Igual que los gemelos la falta de Severus me extrañaba, no había dado alguna señal de volver, y Remus pasaba gran parte del día fuera. No sabía qué hacer y esto comenzaba a desesperarme.

Cuando los tres casi habíamos terminado el desayuno, Harry apareció por la puerta, sin decir palabra se sentó y lleno su plato de comida.

Harry ¿Cómo has amanecido?

¿A que es un día esplendoroso?

El moreno solo asintió en señal afirmativa y comía sin mirar a nadie en particular.

No deberías de estar desanimado. Igual que con los gemelos hubo prácticamente cero de interés. Sirius tiene un pequeño conflicto interno, no tienes que resentir su actitud.

Ambos gemelos mordisqueaban unas magdalenas que había de postre, mientras serios veían la falta de respuesta del oji verde.

Él pensaba que quizás pudieras hacerle compañía si hubieses sido expulsado. El chico se tensó, mostrando una clara respuesta negativa, su cara demostraba claro enojo. Sin embargo, él sabe que eso no era lo correcto. Harry, Sirius se quedara solo. Todos volveremos a Hogwarts.

Las emociones pasaron rápido por ese par de bellos ojos verdes, enojo, sorpresa, pena. Detuvo su ingesta de los alimentos y apretaba ligeramente las manos.

Él no es-estará solo. Su voz salió tan titubeante que era obvio que el ya no creía en eso.

En el tiempo que estemos con él es mejor pasar buenos momentos. Volteo a mirarme con los ojos llenos de sorpresa, mientras parecía pensar acerca de lo que había dicho.

Fuimos con Sirius que pese a que su humor era igual de malhumorado. Harry y los gemelos sin rendirse, lo sacaron de su habitación para jugar con el juegos de cartas, en algunos casos, Fred o George le mostraban algunas de sus bromas, haciendo complot para después jugársela a un pobre incauto que llegara primero –aunque terminaba siendo Kreacher la víctima-, Harry reía cuando los gemelos probaban sus propias creaciones y como se las ingeniaban para deshacer los efectos.

La comida fue una variación de golosinas, chucherías y postres, con bebidas endulzantes y gaseosas, eran como cuatro niños pequeños con exceso de azúcar, brincando y corriendo, por la sala, por el comedor y los pasillos, estaban en un estado de éxtasis y felicidad. Y no parecía haber en realidad un adulto responsable que pusiera un orden.

 

Severus llego pasada la cena de galletas, bizcochos y magdalenas, llegó con una caja de chocolates los favoritos de Sirius. Con una ligera sonrisa presuntuosa, con un brillo extraño en los ojos. Sirius al verle, por la emoción del día le brinco encima, estampándole un gran beso en la boca, entre risas y jadeos, tomándolo de las mejillas, logrando con ella que pareciera que este hacia muecas o mohines graciosos.

Bienvenido a casa Severus. La voz salió radiante, contagiosa, risueña. Aun en los brazos de su amante con las piernas enganchadas en su cadera y los brazos alrededor de su cuello. Severus que pareció sorprendido en un primer momento, su sonrisa pedante cambio a una cariñosa, le devolvió el beso, más calmo, para finalizar con una mirada profunda y un acercamiento nariz con nariz.

He vuelto. La sonrisa de Sirius seguía tan arraigada por el azúcar o la emoción, que aun entre risillas jubilosas le proporciono más de tres besos, antes de bajarse de él.

Harry para entonces se encontraba desmallado, no sabría decir el momento exacto, porque penosamente toda mi concentración murió frente a la escena conmovedora y llena de cariño que era presentada ante mí-nosotros- en estos momentos. Avergonzado pero mucho menos notorio que en los gemelos, que tan rojos como jitomates, nos llevamos al pequeño Harry a la habitación-mi habitación-.

Severus y Sirius estaban platicando en la oficina, después de un par de horas que duraron en una de las habitaciones. Una vez se habían mudado, colocaron fuertes hechizos de silencio, para la sorpresa de todos-incluyéndome- sobre todo para un muy cabreado, celoso y revivido Harry, Remus se encontraba con nosotros en la sala de estar, bebía chocolate caliente, mientras murmuraba cosas, el moreno estaba junto a él, con la misma mirada asesina, ambos entonces se complementaban bastante bien, en un aura oscura aclamadora de dolor.

—Últimamente las cosas se ponen interesantes. Dijo Fred acostado en las piernas de George, traía una pelota dorada que veía distraídamente. No parecía ser afectado por el par a escasos metros de nosotros.

No pareces muy interesado. Le contesto mientras bebo de mi taza de té, mirando al oji verde de reojo en busca de un movimiento amenazante.

Es solo que, es raro que el profesor Snape se haya encerrado con Sirius en la oficina. Complemento George

Ya lo creo que es raro, ¿qué se traerá Snivellus? Gruño del otro lado el castaño,

Ese maldito murciélago lo único que quiere es quitarme a Sirius.

Violarlo. Corearon los gemelos, ahora con sonrisas pervertidas. Eso es lo que quiere el profesor Snape, Harry.

Violarlo, ¿están locos? Acaso creen que Sirius sería capaz de dejar que ese feo murciélago le toque. Están mal de la cabeza. Tanto Remus como yo, comenzamos a ahogarnos con la bebida, era inimaginable la inocencia selectiva de Harry. Los gemelos soltaron fuertes risotadas

Pues algo me dice que la serpiente de Snape. Comenzó Fred con una sonrisa desvergonzada. Ya hizo mucho más que solo tocar. Finalizó George con una sonrisa idéntica.

¿Serpiente? ¿De qué hablan?, Snape no tiene ninguna serpiente.

Últimamente notaba que me sonrojaba muchísimo más que cuando estaba en mi mundo, las situaciones hilarantes y hecho de tener alguien-de mi edad-, que en realidad no captara las “señales”, y que aparentemente yo si era capaz, era en extremo raro.

Los gemelos aullaron divertidos mientras reían casi revolcados en el piso, parte del chocolate de Remus había caído sobre Harry. Un muy avergonzado castaño limpiaba las mejillas de un Harry ceñudo con una adorable mueca de vergüenza y enojo.

Después del accidente el humor de todos había mejorado, Harry ahora estaba perdido en sus pensamientos, de pronto soltando sonrisas de la nada.

“Soñé que alguien…” “Soñé que Sirius seria libre”, un recuerdo de días anteriores me vino a la mente tan fresco como el momento en que sucedió, Ichibi igualmente había quedado gravemente sumido en sus pensamientos. ¿Realmente fue un sueño? El moreno había tenido esa mirada de esperanza y algo más, como si de alguna forma supiera que en realidad podría suceder, como si realmente alguien se lo hubiese dicho que era un hecho.

Finalmente Sirius entro en el recibidor donde nos encontrábamos, sin Severus y sin rastro de él, se fue, sin decir adiós, pero lo que dejo atrás fue un hombre atorado en una sola expresión… desconcierto, duro largos minutos con la misma expresión, aun cuando Harry y Remus le bombardeaban con preguntas, uno con gruñidos y otro en reproche-realmente se sorprenderían quien fue el de los reproches-, el cuestionado no respondió, ni dio señales si quiera de prestar atención, si quiera de en realidad tener la mente en este mundo, finalmente sin más se fue a su aposentos.

Remus durmió con nosotros esta noche, esta vez fui echado de lado el oji esmeralda estaba en medio, y pese a que ambos murmuraba posibles razones para que el moreno mayor haya terminado en ese estado, ninguno podía imaginar la razón.

Al principio Remus solo había sido arrastrado a nuestra habitación para que el moreno intercambiara posibles escenarios que pasaron en la oficina-evidentemente nada sexual-. Ya era muy entrada la noche, así que todos en realidad estábamos exhaustos, la espera había sido largo, “Y más si cuentas las horas de diversión que tuvieron antes Severus y Sirius, cachorro” rio divertido Ichibi, haciendo que salieran murmuro que indicaban mi molestia, lo cual ocasionaba más risas. Entonces ya era más que entrada la madrugada.

Remus quedo profundamente dormido en una posición incómoda, así que antes de dormir en mi resignado hueco en la cama, quite los zapatos al hombre y su túnica y acomodarlo junto al oji esmeralda, para después acomodarme debajo de esas cálidas sabanas. ¿Algún día volvería a tener mi cama para mí solo? “¿Desde cuándo esta es tu cama, cachorro?”, algo se encogió dentro de mí, pero antes de poder prestar mayor atención caí rendido sobre la suave almohada.

Los días pasaron, Sirius estaba contento, bromeaba con los gemelos, pinchaba las mejillas de un sonrojado Harry, reía con un castaño, y me revolvía el pelo, tarareando canciones muggles, o al menos eso decía el moreno menor. Recibía a Severus, a veces con bromas, a veces con un comentario sarcástico y una sonrisa suntuosa en su rostro, entonces Severus reaccionaba igual de sarcástico, con una ligera expresión más presuntuosa, antes de comerle la boca a su amante.

El pasatiempo de Harry era no despegarse de su adorado padrino, casi colgado de su brazo, mientras gruñía cual perro al pocionista que solo le miraba largamente. Para desgracia del pequeño, siempre le era arrebatado exitosamente de su amado padrino, muchas veces con dulces, o engaños tales como “El señor tenebroso está detrás de ti”, al principio fue un poco impactante ver como Harry reaccionaba soltando rápidamente a Sirius para voltear a buscar con un brillo singular en los ojos, al que-no-debe-ser-nombrado.

También el mayor engañaba el menor con frases que nadie entendía, como “Potter, el batimovil está afuera”- frase dicha con expresión de emoción y seguridad-, el oji verde soltaba rápidamente a su padrino y corría como si el mismo Voldemort estuviera persiguiéndolo hacia la entrada, para después entrar echando casi literalmente humo por las orejas. Nunca nadie ha sabido a que se refería Severus con esa frase.

Los días eran felices, tanto para los gemelos como para mí, cuando Severus viene trae consigo, pirulíes de sabor sangre, los diablillos de pimienta y tés para mí. A los gemelos les traía equipamiento para Quidditch o dotaciones de bromas, haciendo que estos chillaran emocionados canturreando “El grandioso murciélago” “Snape el magnífico”: También traía ropa para todos –incluyendo Remus- y dotaciones de chocolate. Y regalos suntuosos, ramos de flores y muchas cosas, dirigidas a Sirius. El único que no aceptaba nunca los regalos era Harry, que intentaba por todos los medios nunca dejarlos solos, pero siempre, siempre era frustrado en sus intentos, después de todo Severus era muy astuto.

Estábamos en la sala de estar, mientras leía un libro interesante sobre magias asiáticas-regalo de Severus- comía una deliciosa rana de chocolate y te de menta.

Los gemelos pulían sus Saetas de fuego-regalos de Severus-, mientras con un aparato que producía música-regalo de Severus-, tarareaban al son de las melodías.

Remus estaba comiendo una tableta de chocolate-regalo de Severus- echa por aztecas una mezcla de cacao y chile, un sabor por demás interesante, que el castaño degustaba goloso.

Harry se sentó después de haber sido frustrado de su honorable misión de separar a Severus de su amado padrino. Murmurando cosas como “grasiento pervertido” “roba padrinos”.

Malditos traidores. Gruño el moreno viéndonos con reproche, los gemelos rieron y tararearon con mayor fuerza la melodía pegajosa que sonaba. Remus igual a los gemelos ignoro a Harry.

¿A qué te refieres? Le mire sin entender lo que pasaba.

Fueron comprados. Ladro molesto viéndome penetrantemente. Le devolví la mirada confundido “Comprado”, no me han comprado. ¿o a que se refería? Ese estúpido grasiento les ha regalado cosas para que no se metan entre Sirius y él, eso pasa. Traidores.

¿A qué te refieres? Volví a cuestionar.

Es como cuando tu madre soltera comienza a salir con alguien que no te agrada pero para que le empieces a querer-aceptar en sus vidas- te regala cosas para que le agrades más.

Pero Severus me agrada. Respondí anonadado. ¿Eso significa ser comprado? Vi entonces a los gemelos, nunca nadie les había regalado cosas caras, incluso mucha de sus ropas eran heredadas de sus hermanos. Remus igualmente se le veía más cómodo con sus dotaciones de chocolates importados.

Mi libro sacado de un lugar misterioso y probablemente dudoso, mi ropa de buena calidad y los dulces traídos sin razón aparentemente. “A los niños se le dan dulces para que no molesten cachorro” Irremediablemente entendí lo que pasaba, por eso los regalos para todos, todos estábamos más felices, los gemelos incluso le tenían más respeto al hombre y Remus salvaba menos a Sirius cuando se lo pedía.

Su favorito era Severus por los regalos que el hombre traía, ¿Éramos tan fácil de complacer?

Aún así Severus me agrada. Tome otra rana de chocolate. Después de todo Harry soy su protegido.

Acéptalo Harry. Severus ya es novio de Sirius.

El chillido agudo logro espantar hasta Ichibi dentro de su jaula de arena. 

Esta vez nadie hizo amago de en realidad auxiliar al desmallado moreno, gruñí, me era imposible ver al oji verde tirado en el sofá con medio cuerpo de fuera. Cogí un pirulí de sangre me la metí en la boca y me dirigí al bello durmiente-inconsciente-, no fue complicado acomodarlo en mis brazos y llevármelo a la habitación.

Le quite las zapatillas y los calcetines-Nunca de los nunca Harry dormía con medias-, le retire las gafas, y por debajo del flequillo vi su singular cicatriz. “La tuya es más elaborada, pero la de él es más interesante”, chiste ante el comentario de Shukaku, “Es de ahí de donde siento la rareza de mocoso”, Harry no era raro, era un niño normal, “Claro que no, acércate más a la cicatriz”, no quise hacer caso a Ichibi pero antes de darme cuenta, mi mano delineo suavemente la llamativa marca.

Era extraño, el destino del pobre niño, marcado con tan sencilla marca, y que representa tanto.

Gaara, ¿Sirius es feliz? Su voz gangosa con sus ojos verdes apenas asomándose entre las pestañas, inundados de derrota y tristeza.

Severus no te quitara a Sirius, Harry. La cara del niño, era literalmente la expresión de decepción. Y si es Severus alguien que ama a tu padrino y el al hombre. ¿Evitarías un cariño así?

Dio un largo suspiro, como si el alma se le saliese por la boca. Me miro con sus bellos ojos.

¿Realmente el profesor Snape es bueno? Pregunto dudoso.

¿Por qué no te das la oportunidad de comprobarlo? Tendré asesorías en una hora, únete a nosotros.

A regañadientes el pequeño azabache acepto. Con sus mofletes inflados se sentó junto a mí en la sesión de asesorías-los gemelos desaparecían misteriosamente de la mayoría de las sesiones-, Severus parecía sorprendido en un principio, quizás un poco mosqueado por el cambio de rutina. Pese a todo el mayor parecía dar un esfuerzo extra para que el niño lograra relajarse.

Comenzamos por Runas Antiguas, al principio Harry parecía completamente perdido. Severus tuvo que volver a retomar los principios de la materia, conceptos básicos y explicarlos de tal manera que el moreno lograra comprenderlos mucho mejor.

La clase para mí fue un repaso prácticamente desde los inicios. Severus nos puso ejercicios, en mi caso mucho más complejos en caso de Harry le dio unos más sencillos, entre ellos algunos eran ejemplos que el propio hombre había explicado en el repaso.

Severus apoyo a Harry más de lo que en realidad hubiera esperado, le tuvo más paciencia de la que tenía incluso conmigo.

Para la siguiente materia a abordar Harry continuaba sentado en el mismo lugar, el mayor sonrió complacido, el oji verde decidió por voluntad propia el quedarse y eso era más de lo que esperábamos.

Al finalizar la jornada el azabache menor seguía con nosotros, Severus le ayudo a corregir a algunos de los ensayos de las materias que tenía, dándole consejos por aquí y por allá.

Los días siguientes Harry no hacia mayor esfuerzo en separarlos, y ahora Severus se prestaba más en pasar tiempo con todos, no solo encerrar a su amante en alguna de las habitaciones. Los gemelos toleraban más al hombre aun cuando este ya traía solo un par de ranas de chocolate, o días en los que en realidad llegaba con manos vacías. Los demonios le aceptaron, comenzando a entrar en nuestras asesorías de Pociones, Severus hacia un esfuerzo en darles un conocimiento más avanzado a los gemelos, que gustosos hacían anotaciones de los ingredientes, sus usos, sus efectos, secundarios, positivos o negativos, sus apuntes eran sorprendentemente detallados, había incluso anotaciones con diferentes combinaciones, y posibles efectos, según el efecto de cada ingrediente.

Notas finales:

No olviden dejarme un review. me haran inmensamente feliz. 


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