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Hominum por an_cafe_nyapyy

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Notas del capitulo:

Los personajes no me pertenecen, son de sus respectivos creadores. 

Espero que les guste el capitulo. (:

Estaba agradecido en realidad que el “saco de pulgas” se haya alejado de él, estaba suficientemente bañado en baba, muchas gracias, el solo pensamiento en realidad le hacía resoplar de irritación.

La calle ya estaba suficientemente sola, desde que estaba consciente, había visto un par de veces pasar esas extrañas maquinas que parecían transportar personas, sin embargo, no parecía ser muy frecuente debería ser porque en la calle solo podía ver esas casa una parecida a la otra, gruño mientras se incorporaba, llevaba sus pantalones negros de algodón que estaba cuatro dedos debajo de la rodilla, su playera de manga larga igualmente de algodón y del mismo tono que los pantalones, su chaleco largo de un color rojo quemado y su bandana en uno de sus brazos y su inseparable bufanda que se encontraba más bien enredada entre su cuerpo, su túnica de Kazekage estaba a un lado junto con su sombrero, lo primero que hizo fue acomodarlo todo, su túnica se la echo en el hombro y su sombrero se lo amarro en el cuello, aun oía los quejidos del perro mientras trataba en vano de soltarse del que parecía ser su amargado dueño, el chucho seguía ladrando y le miraba, como tratando de llegar una vez más a él, le recorrió un escalofrió al imaginarse al perro una vez más encima suyo, mientras le lamía libremente la cara, no fue una experiencia grata y no le apetecía volver a experimentarla. Una vez todo acomodado procedió a traer consigo nuevamente su amada calabaza, así que ni lento ni perezoso, comenzó a moldearla con ayuda de su chakra, aun no entendía cómo fue que esta termino por convertirse en su cama de arena y como es que había llegado a ese extraño lugar, tenía que investigar acerca de eso, y para comenzar que mejor que tener a su fiel compañera.

Una vez termino, tuvo una vez más tenía al perro frente a él, tenía una mirada mucho más intensa, lo que volvía a plantearse su anterior pregunta ¿por qué ese animal era capaz de expresar tantas emociones?

-Tú vendrás con nosotros. La voz llena de veneno, ahora estaba cargada de una orden, con una ligera amenaza incluida, sin más el hombre le tomo del brazo y lo jalo con él.

-Suélteme ahora mismo. El perro volteo a mirarle sorprendido, era extraño que ahora pareciera caminar por su cuenta junto al hombre que hace pocos minutos lo estaba jalando del pescuezo hacia la misma dirección que ahora parecían jalarle a él.

-Ningún niñito estúpido me va a dar órdenes lo tiene claro. Gruño en clara advertencia el moreno, mientras le fulminaba con esos ojos negros llenos de aversión. Está en grandes problemas por hacer magia sin varita entre los muggles. Ahora él estaba sorprendido, el hombre agrego la última oración en un susurro, casi como un siseo; lo suficientemente fuerte para que el alcanzara oírle, no obstante, el hombre se había vuelto loco, ¿Magia? ¿Varita? Pareciera que no solo estaba en un lugar desconocido, sino que además estaba siendo jalado por un desquiciado, su día sí que no podía mejorar.

-Y ningún hombre desquiciado va llevarme a un lado en contra mi voluntad, le quedo claro. Gruño mientras con su arena lograba zafarse del molesto hombre, comenzaba a enojarse, ya estaban en el pórtico de una de las casas, y sinceramente estaba lo suficientemente nervioso por toda la situación de hallarse en un lugar desconocido, como para que ahora se le sumara un hombre que hablaba locuras de magia, varitas y con palabras que no entendía como muggles.

Fue entonces que lo vio, el perro comenzaba a brillar y a cambiar de forma, lentamente pareciendo una figura humanoide, hasta tomar forma de un hombre, con su cabello, ondulado hasta los hombros, una barba de días y el mismo color de ojos del perro.

-No te alteres cachorro, no somos tus enemigos. Fui yo el que te vi por la ventana esta mañana, bienvenido a mi hogar. Una vez cruzaste por la puerta del pórtico en realidad los muggles no pueden vernos pero agradecería que habláramos más cómodamente dentro de la casa y tomaras un chocolate caliente, para que termines de recuperar fuerzas, te has levantado muy débil. Oficialmente era un desquiciado más, eso o estaba soñando, está bien que había ninjas muy hábiles, pero según su gran sabiduría, no existía ninja que pudiera convertirse en un animal, sin que si transformación terminara en una clase de “poof” y no como lo que acaba de presenciar. Volteo a ver la calle, viendo como ahora la poca gente que pasaba en realidad parecía ignorarlos sin una mirada de reojo, normalmente algunas personas voltearan a curiosear, sin embargo ellos parecían que no eran capaces de verlos.

Las cosas comenzaron a ponerse extrañas, pero ambos hombres parados frente a él, le hacían sentirse inquieto, los dos eran opuestos, el hombre-perro, tenía el cabello oscuro, pero con algunos mechones castaño, sin embargo, el amargado, tenía el pelo lacio casi llegando al hombro, y un par de penetrantes ojos negros, igual de inquietante que un Uchiha, oscuros y fríos, lo único que les diferenciaba es que el este hombre carecía del característico porte de orgullo y altanería, chasqueo mentalmente, el hombre tenía el aura oscura, e imponente, su piel era tan pálida como la suya o un poco menos, sus rasgos eran fuertes y marcados, y era más alto que el hombre-perro, esté tenía rasgos igual de masculinos y perfectos, pero mucho más exquisitos, tenía por adorno una larga sonrisa y casí podía ver una cola invisible de perro agitándose ansiosa, sus ojos eran mucho más amigables y escondían una personalidad bromista, sin embargo había una sombra desgarbada, se le veía por mucho más flaco que el amargado, y con bolsas negras debajo de sus ojos azules.

Todo era demasiado extraño, Tanuki estaba encrespado, parecía saltar dentro de el ante cualquier sonido, sin dejar de murmurar que efectivamente había algo muy extraño alrededor de ambos hombres especialmente un “algo” muy diferente que rodeaba la casa, “algo” que no estaba ahí cuando estaban del otro lado de la acera.

Suspiro, no sabía dónde estaba, acaba de presenciar una “transformación” de perro a humano, que no tenía pinta de ser un jutsu.

Un par de adolescentes pasaron apenas a unos centímetros, separándolos por apenas una fina línea que dividía la propiedad, pero ambos adolescentes parecieron no percatarse de su presencia, y el perfectamente pudo distinguir sus perfumes, no estaba en territorio conocido.

-No soy ningún cachorro, sin embargo, me apetece obtener información, del lugar en donde estoy. Dijo de forma más seria, logrando que el ojinegro alzará una de sus cejas, parecía mucho más interesado en él. Comenzó a caminar hacia la puerta, dejando ambos hombres atrás. Subió los desgastados escalones de piedra sin apartar los ojos de la puerta. La pintura de la misma ere negra, y estaba mucho más desgastada que las puertas del resto de las casas, e incluso tenía arañazos.

Fue el más alto que se acercó detrás de él, y pasando su brazo por un costado de su cabeza, entre sus largos dedos sostenía un palito de madera, suficientemente pulido y con detalles que un palito cualquiera no iba a poder obtener por sí solo, que lo llevo a deducir que aquello era la famosa “varita”, el hombre dio un golpe con ella, se fijó entonces que era la mano que había dañado, y que aún seguía sangrando, muy dentro sintió un revoltijón en la tripa, aparto la mirada ante el evidentemente acercamiento innecesario a su persona.

Unos fuertes ruidos provenientes de la puerta lo hicieron volver a voltear al frente, eran ruidos metálicos y algo que sonaba como a una cadena. La puerta se abrió con un chirrido.

Pronto había atravesado el umbral y no pudo evitar hacer una mueca de desagrado, estaba sumergido en una casi total oscuridad de un vestíbulo. El olor a humedad era penetrante, igualmente se mezclaban olores tales como a polvo, algo podrido y un leve olor dulzón; todo le daba una pinta de casa abandonada. De reojo pudo ver que el hombre-perro tenía una mueca de derrota y casi como un puchero, de aquel que se ve obligado a ir a un lugar que no quería, y por unos instantes vio a su bello ángel, haciendo una mueca parecida, gruño internamente y continúo dando un par de pasos más.

Ambos hombres lo llevaron a una oficina igual de polvorienta, con un penetrante olor a abandono y desolación, había un escritorio grande, había libreros, y los que supuso eran cuadros estaban cubiertos de telas, una alfombra con un dudoso color gris bajo sus pies, y lámparas que tintineaban encima de él, había una sala verde oscuro de cuero y fue ahí donde ambos hombres se adelantaron y se sentaron lo más lejos posible entre sí, no quedando de otra que sentarse “en medio” de ambos hombres.

Pasaron varios minutos en donde se sentía completamente violado al tener dos pares de penetrantes miradas, mirándolo minuciosamente de pies a cabeza, Ichibi comenzaba a maldecirlos internamente, murmurando cosas como irrespetuosos, merecen castigo, sangre, entre otras cosas que le comenzaban a doler la cabeza, dejo su calabaza y su túnica de Kazekage junto con su sombrero a un lado de él.

No pensaba comenzar la charla, se sentía en completa desventaja, y aún estaba dudoso de no tener su calabaza en su espalda, y su equipo de shurikens y kunai no los traía consigo, maldijo internamente por su estupidez, gruñendo más al momento en que Ichibi le daba la razón con creces, la humedad le comenzaba a molestar, y sentía crecer el dolor de cabeza.

-Te apetece un poco de té antes de comenzar, aun pareces un poco mal después de tu despertar. Le miro larga y tendidamente, realmente no sabía cómo sentirse ante la manera en que el hombre-perro se dirigía a él, era un tanto desconcertante que se tomara tantas libertades, asintió levemente, el hombre sonrió y se paró saliendo rápidamente de la oficina.

Paso otros largos y agonizantes minutos, en donde el amargado, le miraba y de pronto dirigía su miraba a la gran ventana que estaba detrás del gran escritorio, fruncía más su ya de por si ceño fruncido y amargado que se cargaba y le miraba como si pudiera matarle-necesitaba ser un Uchiha para estar cercas de volverse realidad-. Después de una eternidad, el hombre perro regreso haciendo malabares para no tirar la bandeja que tenía una tetera, tres tazas de té, y otros dos envases en donde supuso estaría la crema y en el otro el azúcar.

-Me alegro que no hayas sido tan estúpido como para terminar rompiendo todo, perro pulgoso. Gruño el hombre mientras tomaba la tetera y servía el té en las tazas, sin embargo, fue el hombre-perro quien le acerco la suya antes de tomar una para sí mismo.

-Eso quisieras maldito grasiento. Gruño lo suficientemente fuerte para que el mencionado le dirigiera otra de sus características miradas asesinas, y él comenzaba a desesperarse, comenzando a tentarse ante el plan de Ichibi de atraparles con la arena y hacerlos hablar lo que él quería saber y que dejaran de lado sus peleas infantiles, comenzaba a extrañar al perro al menos su ladrido era menos desesperante.

-No crees que es extraño Black, gruño el amargado y su primera pista de un nombre con el que nombrar mentalmente al hombre-perro ahora conocido como “Black” aunque no muy seguro de que sea su nombre de pila

-¿A qué te refieres Snape?, gruño en respuesta con la misma hostilidad que ha habido entre los dos

-No habido una carta del ministerio sobre la magia de un menor de edad echa hace casi 30min, normalmente estas no tardan en enviarse. Volvió a mirarle como si ahora tuviera una razón para mirarle cual fenómeno. Black se sorprendió ante la probable veracidad de las palabras del ahora “Snape”, su vena asesina comenzaba a despertarse al oír menor de edad, le hacía sentirse inferior como a un niño al que cuidar.

-Sugiero que dejen de mirarme como un fenómeno, comienza a molestarme. Fue de la forma más suave, con tintes de advertencia. Mi nombre es Sabaku no Gaara. Finalizo con una oración seria y más calmada mientras daba otro sorbo al té, más bueno de lo que llego a imaginar, en realidad lo suficiente como para tomar más de una taza y miraba a ambos hombres esperando una contestación.

-Gaara, que nombre más extraño, bien pues pequeño cachorro, soy Sirius Black y estas en mi ahora hogar, que es una pocilga lo sé. Gruño lo último con un puchero acompañado, era extraño que el hombre parecía en realidad odiar el lugar.

-Severus Snape. Asintió estaba conforme con el intercambio de nombres y mucho mejor al poder nombrarlos mentalmente de una manera más formal, eso de hombre-perro y amargado, le dejaba una sensación de un chiquillo malcriado nombrando a personas que le caían mal.

La taza de té se había terminado, dejo la taza y con una gran sonrisa Sirius rápidamente le volvió a llenar la taza y antes de que le acercara el azúcar él ya le había dado un trago al té, lo prefería así,

-Me alegro que el té te guste, asintió una vez más, mirando a la misma ventana que Severus había estado viendo momentos antes de que llegara el oji-azul,

-Entonces, ¿a qué se refieren cuando dicen “magia”?, ambos hombres dejaron de fulminarse cuando estaban a punto de tomar de la crema al mismo tiempo y le miraron a él, como si de pronto le hubiera crecido otra cabeza

-Magia es lo que hiciste al crear esa cosa, Gaara ¿es que acaso no lo sabías?, pregunto de manera suave el oji-azul como si fuera un retrasado al que tener que explicarle las cosas lentamente para entenderlas, conto hasta tres, realmente no entendía absolutamente nada y eso le hacía frustrarse.

-Aunque ciertamente es la primera vez que veo a un mago mezclar su magia con arena, y tampoco había oído hablar de arena mágica utilizada de esa forma, agrego el ojinegro, más para sí mismo que para los otros dos acompañantes. ¿Dime es que acaso no eres de Gran Bretaña?, parecía que ambos hombres tenía el don de desconcertarlo, y hacerlo sentir ignorante con creces, cada que hablaban se sumaba algo que o bien no sabía que era o no entendía, gruño y atino a negar.

Lo que obtuvo fue una mirada de veneno el, le sostuvo la mirada, estaba acostumbrado a miradas similares y hace muchísimos años que esas miradas dejaron de afectarle, e incluso aunque una parte de él no se sintiera feliz por ello, pero tuvo su época que en realidad le divertía, realmente le agradaba demostrarles que el valía por mucho, gruño ante lo mismo, y pronto sintió un ligero dolor agudo en su cabeza, Tanuki dejo de maldecir por unos segundos y decir en voz confusa “Han intentado leerte la mente” abrió levemente los ojos, ellos eran capaces de eso, eso le molesto, frunció el ceño mirando más penetrante al hombre de ojos negros, que ahora le miraba asombrado y levemente desconcertado, acompañado obviamente con su mueca de odio.

-¿Puedo saber exactamente qué has intentado hacer? Gruño elevando levemente la voz, con voz mucho más autoritaria, el hombre chasqueo la lengua y le miraba como si fuera superior pese a que él sabía que seguía levemente consternado.

-Dices que no haces magia, ¿cómo has logrado bloquearme? El hombre parecía como si hubiera ganado una victoria, sonrió levemente, sinceramente comenzaba a saborear levemente un buen entretenimiento.

-Eso no le incumbe. Contesto mirándole largamente, con una cara más serena, mientras el hombre seguía con su cara de estreñido.

-Dejemos la hostilidad de lado cachorro, la voz del tercer acompañante dio señales de vida, logrando romper levemente la tensión que se había acumulado-Grasiento, no debiste hacer eso.

-El mocoso nos quiere ver la cara Black, bien puede ser un espía de Voldemort, contesto de manera exasperante como si tratara con dos idiotas. El comenzaba a sentir su arena moverse levemente ansiosa de actuar y callarle la boca.

-Deje de faltarme al respeto, no sé porque llegan a la conclusión de que hago “magia”, la arena es mi escudo y mi arma, así que le sugeriría, que hablemos de manera más civilizada y dejen de atacarme verbalmente, lo que conseguirán es terminar con mi paciencia, contesto con palabras serias y claras, sin embargo, el ojinegro chasqueo la lengua, y sostuvo firmemente su “varita”, tomando una pose defensiva.

-Comencemos con el principio Gaara. Su nombre fue pronunciado de tal manera que sirviera como un calmante ante las poses de ataque tanto suya como la del desquiciado. Somos magos, utilizamos esta varita para canalizar nuestra magia y realizar hechizos entre otras cosas, nosotros pensamos que lo eras, porque bueno, ninguna persona que no sea mago puede realizar cosas extraordinarias, algo parecido a lo que hiciste, al momento de crear esa cosa. Termino señalando su calabaza, poco a poco las cosas fueron cobrando un sentido surrealista, “cosas extraordinarias”, así lo había descrito, supuso que para un civil, realizar cosas con chakra eran cosas extraordinario, para él, era algo tan normal de realizar como el respirar.

La conclusión era bastante un poco más firme sin tener el tinte de locura, ellos realizaban cosas extraordinarias, con una fuerza que quería creer es parecido al chakra, “magia”, es como le nombran, parte de la que probablemente es su energía vital, y los “muggles” serían como los civiles, a los que aparentemente no debían saber de las personas que realizan “cosas extraordinarias”. Magos y muggles, es como ninjas y civiles, la diferencia es que los civiles confían en sus ninjas para sentirse seguros, pero los muggles no deben saber de la existencia de los magos. Ahora teniendo un poco las cosas claras, es cuando todo comenzaba a complicarse.

-Entonces, es la magia su energía vital, son llamados a sí mismos como magos y son las personas normales, las que supongo nombran muggles, los que no deben de saber de su existencia. Vio que ambos hombres le miraban sorprendidos y uno de ellos con una mirada complaciente.

-Eso es correcto, me alegra que en realidad para ti haya sido sencillo comprenderlo. Contesto el más pequeño de ambos hombres con una radiante sonrisa.

-Sin embargo, no acabas de incluirte en esa misma clasificación, ¿cómo es que usted se considera? Su voz fue sarcástica y acida, ese hombre realmente era bastante pesado.

-Yo no le pongo el nombre de magia, y no necesito una “varita” para canalizar mi energía a la que llamo “chakra”, usualmente con sellos realizadas con manos en ocasiones escritos, es lo que necesito, para realizar “cosas extraordinarias”. Contesto con una sonrisa divertida, y completamente relajado, la información era corta pero sentía que en realidad daba la información necesaria para que ambos hombres entendieran su situación sin dar demasiada información inecesaria y personal. Ahora yo no vengo de ningún lugar llamado Gran Bretaña, vengo de un país llamado “viento” y soy de una aldea nombrada “Aldea de la Arena” o “Sunagakure”.

-Chakra, nunca oí de algo similar, fascinante.

-No existe ningún lugar en el mundo llamado así, e igualmente no reconozco lo del “chakra”, supongo que no recuerdas como llegaste en la acera de enfrente. Negó con la cabeza, esa misma duda le cabreaba. La única conclusión sería entonces, que eres de un universo alterno, la teoría de universos alternos, parecidos a este son probables pero no ha sido comprobada.

Vaya que las cosas se habían complicado, la siguiente hora y media, tuvo que explicar acerca de su “mundo alterno” o “universo”, acerca de la utilización de chakra, en ocasiones con demostraciones, simples y básicos, como el cambio de apariencia, el de sustitución, los más sencillos que se pudieran en un espacio cerrado, ellos tardaron otra hora y un tanto en explicar acerca de su mundo, dejando la mayor parte de la explicación al más pálido, sus facciones estaban un poco más relajadas, desde que habían llegado a la idea de que en realidad el no venía con la intención de pelear o de espía, el hombre ya no era tan severo con él.

Resulto que Snape, era muy bueno resumiendo y explicando los principios de la magia, explicando cómo es que su comunidad-que era mucho más grande de lo que aparentaba-, tuvo que verse en la necesidad de resguardarse para no ser encontrado por los muggles, después de saber las razones, entendió cuan necesario fue hacerlo, y como es que en la actualidad estaban las cosas, y vaya que no pudo haber llegado en mejor momento, a los inicios de una posible guerra de poderes-cabe agregar el evidente sarcasmo-.

Al final de casi 4horas de intercambio de conocimientos, fue mi estómago el que termino por hacer ruido, me avergoncé largamente, de verdad que ni siquiera tenía idea de cuándo fue la última vez que había comido, fue Black, el que se levantó rápidamente.

-Hemos estado aquí encerrados un rato, yo no sé tú Snivellus, pero tanto como el cachorro como yo estamos muertos de hambre y muy seguramente ese odioso elfo ya tendrá algo preparado. Muy dentro de él esperaba que la comida fuera normal, en realidad lo de los “mundos alternos” lo dejaba nervioso.

-Alto ahí Black. Gruño con voz severa, el hombre se paro y detuvo al otro antes de alcanzará la puerta. ¿Cómo explicaras la presencia del chico?, vio que el hombre parecía replicar algo para después cerrar rápidamente la boca. El oji-negro volteo a mirarle. ¿Cuántos años tienes?

-Tengo 15años. Contesto sin siquiera pensarlo, sentía que se había perdido en lo últimos 5min y ya no tenía idea de que estaba pasando.

-Veras esta no es una simple casa, es una base, un cuartel, mejor dicho, el cuartel general de la Orden del Fénix, nosotros “formamos” parte del bando de la “luz”, el-que-no-debe-ser-nombrado es el líder del bando contrario “oscuro”, y por circunstancias personales, en realidad yo no puedo decir que estas aquí gracias a mí, en teoría, esta casa es mi cárcel y no debería comunicarme con el exterior y menos el traer desconocidos a aquí, aunque sea mi casa, pero tampoco puedo mantenerte oculto, no sería justo. Sus ojos tormentas de pronto perdieron su brillo, algo en su estómago se estrujo, el hombre era lindo cuando sonreía tan abiertamente, el más alto alzó los ojos extrañado, hubo palabras mencionadas que quizás le dejaron en ese mismos estado, hubo tonos vocales extraños que también había notado.

-Pero imagino Black, que me darás permiso para traer a un ahijado mío que tengo en oriente, llamado Gaara Sabaku No, cuya familia lamentablemente ha perdido en un accidente muggle siendo el único sobreviviente, que solo necesita finalizar sus estudios y que no debería tener ni un deseo de participar en una guerra que no le corresponde y de que si en dado caso que quiera tomar un papel en la misma sería bajo su propia decisión. Ahora el asombrado era él, estaban dándole el permiso de varias cosas, de permanecer con ellos, presumiblemente en la casa Black, estudiar magia, y por sobretodo no le obligarían a tomar un papel en la guerra, acepto los términos, viendo la sonrisa complacida de ambos, el brillo de los ojos tormentas volvió más fuerte.

Se vio arrastrado a lo largo del pasillo, escuchando cosas, tales como, ahijado, Harry, bromas, diversión, Remus, magia, entre otras cosas, los tres se sentaron a comer, los mayores comenzaron hablar entre ellos de manera seria, sobre personas probablemente, el degustaba felizmente su comida, pollo y patatas, con más té, -le dieron jugo de calabaza, pero no le gusto en lo absoluto-.


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