-¡¡Siwooooon!!- Heechul corría hacia Siwon con los brazos abiertos- Si-wooon donde te metiste, estuve toda la mañana aburrido- sus pucheros eran encantadores, todo él lo era. -Estuve trabajando, - lo tomo con los brazos- sabias que tenía que madrugar. -Si como sea ¿iras conmigo a el cine cierto? -se sentó en el sofá- lo prometiste. -¡Demonios¡- lo había olvidado, y no era la primera vez, Siwon siempre estaba trabajando, las pocas veces que estaba con Hee estaba callado, en las salidas al cine siempre se quedaba dormido, lo que Heechul odiaba. Odiaba que él no tuviera tiempo, odiaba que siempre llegaba tarde a casa, pero aun así lo quería. -lo siento enserio, es que tenía planeado llegar a casa y pasar la noche contigo. -¡OYE PERVERTIDO NO SOY UNA CHICA PARA QUE LA COMPRES!- estaba furico. -No cariño no me refería a eso- le tomo el mentón y acercándose a el le dijo- a menos que tu quieras. -yo…amm….yo..- su sonrojo se notaba desde el espacio, era otra cosa que Hee odiaba de Siwon; que siempre lo sonrojaba al grado de quemarle la cara. -Es una broma, - le beso la nariz tiernamente- no debemos precipitarnos. - ¿Precipitarnos? -Si ya sabes, tener relaciones antes del matrimonio es pecado. -Tu siempre…tan... religioso, ni quien te crea que eres virgen. – se levantó a la cocina y se sirvió un vaso con agua. - Heechul… tu… - mirándolo directo a los ojo- ¿tu eres virgen? -AAAHGGHHH – se atraganto con el agua- yo? Oh porque me preguntas esas cosas, eres un pervertido. -Tienes razón debería dejar de cuestionarte….- le sonrió y se acercó a el- La perversión también es un pecado. -Siwon…. – lo mire inquiero, pero el se alejo de el rápidamente- -adiós cariño me voy a trabajar. -hey, pero acabas de llegar. -lo sé, pero solo vine por mi chaqueta… -lo beso y subió a su habitación- debo de irme te veo más tarde. - Pero... Cerro la puesta dejándolo completamente solo. Ahhh sé que no debería molestarme, pero detesto que me deje solo, se sentó en el sofá, encendió el televisor, cuando su celular sonó. -¿Diga? -hola cenicienta… -una voz seductora y gruesa contesto. - quien diablos es… Siwon? -¿Vamos Hee, que no tienes mi numero registrado? -Lo siento si no me dices quien eres colgare. -YA Hee soy yo princesa…. -¿Hangeng? -DING DING DING…. no solo eres lindo también eres muy listo. -reia -Hang cómo es posible, hace tiempo que no me llamabas. - Lo se cenicienta… trataba de encontrar una razón para llamarte. -una razón? - Si, llamarte solo porque si, sería raro… -Estas loco solo porque ya no estemos… emmm juntos no significa que no podamos convivir. -si… yo temía que, estuvieras molesto conmigo – su voz cambio a ser seria y melancólica, tocar ese tema lo ponía incomodo, pero más triste de alguna manera. - pero, quisiera verte… -a mi…? -Si cenicienta salgamos. Su corazón latía, el simple hecho de pensar que saldría con Hang lo ponía nerviosa, hace tiempo que no lo veía. - ¿A dónde? -pasare por ti en un minuto, espero que estés listo. -Espera que… un minuto. -Si Hee… ábreme… -eh? – corrió a la puerta y ahí estaba el… recargado en la puerta con un pequeño ramo de flores… una chaqueta negra un pantalón de mezclilla y una camisa blanca. Parecía un chico rebelde. - Y esas flores… - “Siwon nunca me ha regalado flores” penso – ¿son para mí? -Hahaha, ¿las quieres?,-extendió el ramo- en realidad una chica me las dio cuando salía del aeropuerto, pero no pude ponerlas en agua porque tomé un taxi y vine a verte. -ah… ya veo -bajo la cabeza tímidamente- espera, tomaste un taxi? -Bueno si, este viaje estaba imprevisto. - ¿viaje de negocios? -No, de placer… vine a verte… - lo miro directo a los ojos-. Sigues estando igual de lindo que siempre Hee. -sonrió, el corazón de Hee latía rápidamente, sus manos sudaban - ¿pero no me vas a invitar a pasar? - Por favor – le dio el pase y cerró la puerta detrás de él. -Linda casa… ¿Dónde están todos’ -La mayoría trabaja hasta tarde. -Ya veo entonces nadie va a extrañarte- lo abrazo por atrás- Hee, te extraño mucho. Se quedó congelado ante le acción de Hang. -… ¿Qué estás haciendo? - Hang se quedó quieto, pero cada vez lo abrazaba más fuerte. -Ya te lo dije… te extraño… - dijo tiernamente Su cuerpo vibraba junto con el de Hangeng, su corazón palpitaba, sus manos sudaban, estaba inquieto, y sus mejillas le quemaban. -Bueno Hee, vámonos podemos ir al cine, a un restaurante, a donde tú quieras. – le tomo la mano y lo jalo hasta la salida. - esta noche solo seremos tu y yo.
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