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Lo nuestro por sumire00chan

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Notas del fanfic:

Un drabble que escribí para un grupo que le gusta el AoKaga.

 

Notas del capitulo:

Espero que les guste.

Gracias por leerlo.



Se escuchaban las noticias desde una diminuta radio colocada con sumo cuidado en el alfeizar interior de la ventana, por donde la luz del amanecer pasaba para poder acariciar la rojiza cabellera de un joven que freía huevos y bacon en la sartén, ponía pan en la tostadora, servía el café recién hecho en una desgastada pero todavía útil taza de la policía que había sido un regalo por parte suya, y esperaba la llegada de quien minutos después se acercaba lentamente para darle un beso en la nuca y decirle con un suave susurro, buenos días.
—Buenos días, Aomine—contesto ruborizándose por el reciente beso.

“Me gusta sentir como tu cuerpo se estremece cada vez que mis labios rozan tu piel”

—Luces delicioso Taiga—dijo con una sonrisa maliciosa mientras recorría con la mirada el cuerpo de su novio desde su habitual asiento en esa mesa que compartían desde que empezaron a vivir juntos.
Al ver esto el muchacho se quitó rápidamente el delantal que traía puesto, lo coloco en el respaldar de su silla y salió de la cocina a paso ligero, después de un rato volvió con el abrigo ya puesto listo para salir.
—Llego tarde al trabajo—dijo tratando de mantener un tono serio—hoy tienes guardia de noche ¿verdad? yo tengo turno hasta pasadas las 9.
—Si—respondió secamente al ver como su chico se marchaba dejándolo solo.
—Entonces hasta mañana—dijo dándole un ligero beso en la mejilla como despedida.
Antes de poder reaccionar el muchacho de cabello rojo había sido empujado contra la pared.
—Eso no me vale, Taiga—dijo para luego darle un beso mucho mas profundo.
El beso duro unos eternos minutos que terminaron abruptamente por un ligero empujón que hizo un avergonzado Kagami Taiga.
—Ma-mañana podemos continuar…ahora…tengo prisa—dijo con la cabeza gacha para que el muchacho moreno no viera el rubor de sus mejillas. Luego de decir eso se dirigió a la puerta rápidamente para no quedar atrapado nuevamente—Me voy, hasta luego.
—Hasta luego, que te vaya bien—escucho decir antes de que la puerta de la casa de ambos se cerrara.

"Me excitaba forzar un beso entre ambos en los momentos mas inoportunos pero nunca te desagrado al contrario disfrutas de mi posesiva atención

Mientras estaba en el ascensor se tocó los labios que seguían ardiendo por el beso a hace unos minutos, recordando como lo había conocido, ese día hace 5 años ni siquiera pensó que el atractivo agente de policía Aomine Daiki estaría compartiendo su vida con él ahora.

 


 
Aquel día estaba prácticamente desbordado de trabajo, los recientes incendios causados posiblemente por un pirómano ponían al bombero Kagami en una difícil situación porque la policía continuamente ponía trabas a su investigación, todos sabían que desde hace un tiempo la estación de policía y el departamento de bomberos tenia serios problemas de comunicación y toda a causa de sus capitanes que a menudo competían por el reconociendo del alcalde que significaba una mayor parte del presupuesto anual. Estas dificultades no permitían al pelirrojo resolver con eficacia estos incidentes.
En ese instante sonó la sirena que avisaba que un nuevo incendio. Se apresuró como todos sus compañeros al camión que los conduciría al lugar para realizar el trabajo del que estaba tan orgulloso, salvar a las personas.  La mayor parte del fuego estaba controlado llegaron los vehículos de la policia, solo uno ya que se trataba se trataba de un terreno baldío como últimamente ocurría.
Un muchacho, de piel morena y cabellos azules que combinaban perfectamente con su uniforme, se acercaba al bombero mas cercano para preguntarle sobre el incendio.
—¿Cuál es la situación?, rápido—dijo con tono grosero que hizo sentir al bombero furioso.
—Lo mismo de siempre, ahora estoy ocupado vuelve luego—dijo alejándose del oficial, no quería tratar con otro obstinado personaje que acabaría contradiciéndolo en casi toda su conclusión.
—Hey, espera—dijo sujetando su muñeca al darse cuenta de la mala actitud que había tomado hacia el bombero—Lo siento, no debí hablar de esa manera.
La cara de sorpresa de Kagami fue tan divertida que el muchacho de uniforme soltó una carcajada.
—¿A ti que te pasa? —dijo el pelirrojo zafándose del agarre y listo para volver a marcharse pero el joven ojos azul oscuro te corto el paso.
—Solo trato de conversar, mira mi forma de responder no fue la mejor y tampoco mi reacción de hace un momento—dijo calmadamente—solo dame otra oportunidad.
Todo este alboroto se sentía mas como un descarado coqueteo aunque eso es imposible, pensó Taiga.
—Esta bien, como en mis anteriores informes me atrevo a decir que se trata de una solo persona, un pirómano.
—Bien, todavía no he leído esos escritos, asi que para poder ayudarte me hare cargo del caso junto a ti, si no te importa—dijo guiñando un ojo.
Se esta burlando de mí, pensó un rabioso Kagami.
—Haz lo que quieras.
Recibiendo como respuesta una amplia sonrisa.
De lo que Kagami no se había enterado fue que su rostro había colado muy profundo en el corazón de ese apuesto oficial.


 
 
Justo al llegar al primer piso despertó de ese recuerdo, se dirigió a la calle, cuando de pronto escucho una voz que reconocería en cualquier lugar.
—Cuídate amorcito—grito desde el balcón del sexto piso agitando el brazo.
—Tonto—dijo en un mensaje de voz enviado el imprudente de su novio.

 

“Amo atrapar tu cuerpo para sentir como tiembla con mí toque, mis labios toscamente presionaban los tuyos, te sostenegó incluso con mas fuerza para sentir los latidos de aquel hermoso corazón contra mi pecho,  recorro con mi mano izquierda tu espalda hasta llegar a tu nuca que ansiosamente marco  para confirmar que me pertenece”

 

Caminando se dio cuenta que el día de mañana seria su aniversario, cumplirían el primer año de casados.


 
Su relación se desarrolló en mayor parte por el esfuerzo de Aomine que no podía dejar de pensar en esos profundos ojos color carmesí, que lo hipnotizaron al instante. Solo por insistencia logro que joven de melena roja aceptara tomar un café él, esa bebida se transformó en el desayuno, luego en la comida esperando con entusiasmo la cena que parecía no llegar por las negativas del sensual bombero. Cuando por fin acepto a regañadientes, la cita por completo fue un desastre, mientras caminaban de regreso encontraron una bonita heladería.
—¿Quieres un helado?—pregunto Kagami sorprendiendo a Daiki con la propuesta.
—S-si
Comprar uno de chocolate y otro de menta.
Decidieron dar un paseo, pasaron por un parque donde el de cabellera rojiza se comportó como un niño y fue directamente a los columpios.
—Ven siéntate, es divertido—dijo con una sonrisa.
El de piel bronceada acepto.
Ambos se quedaron en silencio tras acabar con su postre.
—Kagami, yo-
Sabes…nuestro trabajo podría ser el mas peligroso de todos…nunca sabes cuando situaciones que creías tener controladas se volvieran en tu contra…por eso…tengo….miedo...de ti…mejor dicho de lo nuestro…si esto se vuelve serio y te perdiera yo…me asfixiaría…
De pronto sintió la cálida mano de su acompañante.
—Yo siento lo mismo…pero…aun asi quiero estar a tu lado, Taiga.
A partir de ese momento el corazón del muchacho de aliviano dejando ver en su rostro una dulce sonrisa que provoco que joven de pelo azul le besara repentinamente.
Fueron novios en secreto durante un tiempo por la mala relación que se tenían sus departamentos.

 

“Ambos buscamos cada mañana la mirada del otro que dura solo unos segundos pero en los que transmitímos la calidez de esa pasión en la que nos ahogamos en secreto a través de nuestros cuerpos cada noche”

 

Todos se enteraron en la fiesta de año nuevo de hace tres años donde el moreno de ojos azulados beso a la preciosidad de ojos carmesí, tomó por sorpresa a muchos a unos cuantos más cercanos a la pareja no tanto aunque con asombro presenciaron ese acto impulsivo.
No fue fácil hacer su relación pública pero poco a poco sus compañeros fueron aceptándolos e incluso mediando en las discusiones que en su mayoría eran culpables.

"Siempre acaricio tu cabello que desprende una dulce esencia, la misma que compartmíos esa que forma un vínculo invisible entre ambos"


Pasaron casi dos años viviendo juntos, en un pequeño departamento de bajo alquiler,
al entrar apreciabas dos cursis llaveros con la mitad de un corazón para cada llave, un par de abrigos que sobresalían de la puerta de un pequeño armario colocado en el recibidor, a la derecha la cocina con aire hogareño, una cómoda mesa para dos, una taza con el logo de la policía y otro con el distintivo de los bomberos. A la izquierda un agradable salón con un cómodo sofá, la televisión, un tocadiscos antiguo donde cada domingo día libre por la noche escuchaban música.

En el dormitorio casi siempre desordenado, se quedaban dormidos cada noche hablando.

 

"Jugueteo con tu hombro desnudo, lo mordisqueo ligeramente solo para escuchar esa risa burlona que me diverte"

"Observabo tu cuerpo desnudo y admiro como plácidamente duerme a mi lado"

"Este soy yo narrando tontamente las cosas que amo hacer contigo"

"Deseo poder compartir más, más ,cada día más sin quedar nunca satisfecho"

"Solo di que sí, y nunca me apartaré de tu lado"

Todo este discurso salía de una diminuta radio, era la grabación de un casusette que se acababa de terminar con esa frase. Entonces mientras se balanceaba en el mismo lugar donde se dieron su primer beso, saco la cinta que tenía escrito con rotulador azul.


"Cásate conmigo, Taiga"

 

 


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