Se encontraba caminando hacia el centro de Tokyo. No le había tomado mucho llegar hacia allí tomando el tren. Tsukushi iba vestido con lo mejor que tenía en su armario y aún se sonrojaba al recordar a su madre diciéndole que todas las chicas se morirían por él.
"Si ella supiera quién es la persona que en realidad quisiera me mirara de esa forma"
Llegó a la cafetería dónde el rubio y él se habían quedado en encontrar y se alegró inmensamente al divisarlo a lo lejos. Estaba muy apuesto son su expresión desinteresada de siempre mientras observaba su celular.
Trató de que su rostro no se coloreara aún más y se acercó a él.
-Kazama-kun, hola, perdón por hacer que esperaras
-N-No te preocupes- se sonrojó al ver a Tsukushi- solo fueron unos cuantos minutos
-Ya veo, bueno- el pelinegro sonrío- ¿vamos a comprar lo que necesitas?
-Sí, claro
Entraron a varias tiendas y luego de una hora, lograron dar con un conjunto de color negro con rayas blancas que le gustó bastante al rubio.
-Te queda muy bien y se ve que es muy cómodo
-Sí, tienes razón- Kazama se acercó a la caja a paga junto al más bajo- ehh... ¿no te gusta algún conjunto? Puedo comprarte uno, por el dinero no hay problema
-Con el par de tenis que me regalaste tuve suficiente, Kazama-kun, no te preocupes
-Pero, Tsukushi...
-Mi ropa deportiva está en buen estado aún, gracias de todas formas
-Ahh- suspiró- está bien, pero de castigo me dejarás invitarte un helado
-Ehh, pero los dos podemos...
- Yo quiero invitarte, además, yo te obligué a acompañarme hoy ¿cierto?- el rubio sonrió
-No me obligaste, Kazama-kun- lo miró fijamente- a mí me agrada pasar tiempo contigo
El rostro del rubio se sonrojó ligeramente, iba a responder algo pero la cajera lo llamó para entregarle su cambio, Tsukamoto solo le sonrío.
Salieron de la tienda y se dirigieron a la heladería. Estuvieron caminando mientras disfrutaba cada uno de un gran helado sabor a chocolate para luego ir a una cancha de fútbol que había cerca del centro. Jugaron un largo rato mientras reían y Kazama le mostraba ciertos trucos que le serían muy útiles en el juego.
...
...
Eran ya las dos de la tarde. Los dos se dirigían hacia un restaurante cercano a la tienda donde antes habían conseguido la ropa deportiva del rubio, cuando al llegar a la entrada de este se toparon con sus sempais, quienes al parecer salían de almorzar del lugar.
-K-Kimishita-sempai, Oshiba-sempai, buenas tardes
Tsukamoto saludó cordial aunque un poco confundido. No era un secreto ni para él ni para el equipo el que sus sempais no se llevaban nada bien, era muy raro que salieran juntos de un restaurante sin matarse en el proceso.
"Es muy extraño"
-Hola- Kazama miró a Oshiba y sonrió divertido- no pensé que estarías aquí con Kimishita-sempai, que coincidencia
-Tsk, yo me largo, adiós mocosos
Kimishita pasó de largo a los de primero y se fue del lugar dejando a Oshiba
-Será mejor que no digas nada, Kazama, o si no te mataré
-No te preocupes sempai, no lo haré
-Ehh... ¿sempai?
Tsukamoto no entendía nada de lo que hablaban, quería que le explicasen la situación también
-Me voy de igual manera, adiós - caminó y pasó al lado del rubio- no pensé que esa persona sería Tsukamoto, espero no le hagas nada pervertido o sino le diré a Mizuki
Un frío le recorrió todo el cuerpo, asintió y luego de que Oshiba se marchara dio un gran suspiro.
-¿Kazama-kun?
-Oh, Tsukushi, vamos a comer, muero de hambre
-S-Sí- el pelinegro observó de reojo a los mayores, quienes se alejaban poco a poco
-Lo sempais no se llevan tan mal como parece, así que no te preocupes
-Parece que sí- volvió la vista a su amigo y sonrió
-Ahora andando
...
...
-Atsushi, espera, no te enojes
-Muérete idiota
Caminó rápidamente y tomó del brazo a su compañero de equipo
-Se supone que hoy nos divertiríamos ¿no?- Oshiba abrazó al contrario y lo apegó a su cuerpo- idiota, no arruines nuestra cita por esos críos
-Suéltame, no pensé que le dirías a Kazama acerca de nuestra relación- se zafó del abrazo y cruzó los brazos enfadado
-Tsk, no le conté ¡baka! hace una semana fue a hablar conmigo y me dijo que nos observó teniendo sexo el otro día en los vestidores del club, pensé que me chantajearía pero solo fue a pedirme un consejo
-¿Qué consejo?
-Problemas amorosos, fue todo un rollo, lo importante es que por lo que vi hoy ya averigüe quién es la persona que le gusta
-No me digas que...- Kimishita abrió grande los ojos y se dispuso regresar al restaurante
-¿A dónde vas?- el más alto lo detuvo
-Déjame Kiichi, no dejaré que ese idiota le haga algo a Tsukamoto
-Ya se lo advertí, no tienes porque preocuparte
-No creo que tome en cuenta las palabras, él necesita unos buenos golpes
Oshiba jaló del brazo fuertemente al más bajo y lo arrinconó contra la pared del callejón dónde se hallaban- estoy celoso
-¿Eh? suéltame imbécil
El número once abrió con una de sus piernas las piernas de Kimishita y lo besó profundamente. Su lengua saboreaba cada rincón de la cavidad el pelinegro mientras con una de sus manos acariciaba el pecho de su amante por sobre la ropa.
-nngh... K-Kiichi idiota...
Atsushi gemía al sentir las caricias del más alto sobre él. Ese imbécil sabía cómo hacerlo sentir bien.
-No quiero que te preocupes por nadie más que por mí- atacó el cuello del número diez haciendo que este gimiera fuertemente.
-Ahh... no digas estupideces
-Ya no puedo controlarme más- el más alto tomó de la mano a Kimishita- te haré el amor ahora mismo- lo jaló y lo obligó a caminar a su lado, si bien recordaba había un hotel del amor muy cerca de dónde se hallaban, esa noche haría que su amante comprendiera que solo debía preocuparse por él, por él y por nadie más.
...
...
-¿Te gustó la comida?
-Sí Kazama-kun, estuvo deliciosa
- Ehh... aún es temprano ¿quieres ir a mi casa? podemos jugar videojuegos
-¿Tu casa? está bien, vamos
Tsukamoto sonrió tratando de simular su nerviosismo. Ir a la casa de Kazama no estaba en sus planes y menos cuando había decidido confesársele ese día.
"Lo haré allí, le diré todo lo que siento por él"
...