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Last Chance por Witch Chameleon

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Notas del capitulo:

¡He regresado! Aunque lo termine hace unos días, no podía hacerme el tiempo para poder publicarlo. Aquí está  el final del fic, aunque asumo que una vez más, me arrepiento de haberlo terminado como lo termine (?) Lamento anunciar que dado mi poco tiempo actualmente no podre subir fics TAN SEGUIDO, pero que fueron tres meses realmente maravillosos y si siempre vuelvo a escribir es porque me gusta el apoyo y me siento contenta de poder escribir para quienes me lo piden. Estoy dispuesta a tomar más fics a pedido, pero ahora tendrán que tener un poco más de paciencia (aclaro que tengo intensión de  terminar los que deje en el tintero, pero me cuesta mucho seguirlo cuando el tiempo pasa tanto) Desde ya espero que lo disfruten de este capítulo.



¡Muchas Gracias  a Geno y Kao por haberlo comentado! Dedicado a las chicas, Sabri, Natty, Yesi, Geno, Kao, Fanely y Shikure!

 

 

 

 

El castaño vocal fue arrastrado por el rubio hacia una de las agencias,  subieron las escaleras hasta ingresar por la puerta. Una vez dentro,  una amable joven los recibió con una sonrisa que casi se salía de sus labios. Les preguntó que se le ofrecía,  Shou no fue capaz de responder, pero Hiroto no lo necesitaba, el mismo mencionó que previamente había enviado unas fotos y que por lo que tenía entendido había quedado para unas de las posibles campañas.   La amable señorita buscó en el registro de la pantalla, encontrando a Ohara para ingresar en el piso tres a la reunión previa.  Hiroto agradeció,  antes de tomar la mano de su pareja, evitando la mirada curiosa del resto de las personas que esperaban. Shou maldecía entre dientes por haber sido engañado de aquel modo. En cuanto los dos ingresaron al ascensor, el más alto aprovechó que se encontraban solos para increpar al menor.

 

 

-       No recuerdo haber enviado ninguna foto y mucho menos haber aceptado ser modelo de partes. ¿Desde cuándo? –  Pregunto completamente perdido, podía sentir un nudo en su garganta de la bronca que ello le estaba causando.

 

 

 

 

-       Yo lo hice, y si aceptaste.  Anoche me dijiste que aceptabas. – El menor hizo hincapié en la conversación que había mantenido con el castaño en el auto  camino a la casa.

 

 

 

-       Espera… No me des vuelta las cosas. Yo acepté llevarte y hacerte conocer con todos los que trabajo. No recuerdo haber mencionado algo de ser modelo. –  Cuestiono el más alto,  negando rotundamente aquello.

 

 

 

 

 

-       Eso no lo podrás cumplir.  Porque mientras tú estés divirtiéndote con tu banda proyecto,  el resto de la banda, incluyéndome trabajaremos para la vuelta de Alice Nine. Así que técnicamente  has aceptado a lo que te propuse de un principio, dado que si puedes ser modelo de partes, porque ya lo has hecho antes. – Hiroto mencionó aquello incluso cuando carecía de lógica y dejó sin posibilidad de réplica por parte del vocalista, ya que justo la puerta del ascensor se abría, dándole el paso al tercer piso. Shou se soltó de las manos ajenas y sólo se dedicó a seguirlo.

 

 

 

 

 

 

Desde que cruzaron la puerta del ascensor, el vocalista no pudo denominar la vorágine de situaciones y tampoco adaptarse a la misma. De un momento a otro  había firmado para una campaña publicitaria de una famosa crema, accediendo exactamente a todas las pautas que la publicidad requería.  Hiroto era como su representante, hablaba con normalidad con aquellas personas y era casi como su voz, no era como si Shou no pudiera mencionar algo más,  pero en su actual posición, no podía hacer un escándalo en medio de una formal reunión,  por lo que atinó sólo a responder lo necesario y a poner su firma, avalando aquella locura del menor, aunque en verdad el castaño estaba accediendo a aquello por  orden de su pareja.

 

 

 

 

 

Cuando todo terminó,  salieron del edificio,  Hiroto tenía una enorme sonrisa dibujada en sus labios, la misma indicaba triunfo. Mientras que Shou se mostraba todo lo contrario, estaba derrotado, dibujando muecas molestas que para nadie pasaba desapercibido. Al subir al auto, Hiroto tocó juguetonamente sus mejillas para obligarlo a sonreír, provocando que el castaño se  negara  aquello de forma repentina.

 

 

 

 

-       ¿Cómo pude enamorarme de alguien tan cruel como tú? – Preguntó el mayor, bajando su mirada por unos segundos,  volviendo mirar al guitarrista.

 

 

 

 

 

-       ¿Quién sabe? Es probable que nos complementamos por esa razón,  Rey Demonio. – Bromeó el guitarrista que parecía estar en su salsa, disfrutando de la nueva situación del mayor. – Kazumasa debes entender que conmigo no se juega. Y deberías agradecer que es sólo una campaña publicitaria. – Tomó la mano de su pareja para acariciarla con dulzura. – Son tan preciosas que quién podría negarse…-

 

 

 

 

 

-       Conduce. – Exclamó aun ofuscado el mayor que por alguna extraña razón se estaba dejando arrastrar a aquella locura, es probable que sea por el amor que sentía por aquel sentado a su lado. Pensar en ello le hizo dibujar una extraña sonrisa a la que Hiroto interpretó. 

 

 

 

 

-       Me amas… Lo sé. – Agregó risueño,  antes de dar vuelta la llave y poner en marcha el auto, para volver a la casa.

 

 

 

 

 

 

Los días posteriores a la reunión formal con la marca, Shou comenzaba a sentirse nervioso, no era su primera vez frente a una cámara fotográfica pero llevaba tanto meses sin hacerlo que no se sentía preparado y mucho menos para una campaña publicitaria,  estaba tan inseguro que apenas lograba dormir.  Si bien no había elegido aquello y prácticamente se lo habían impuesto, dada toda la situación que acarreó una de sus decisiones, prefirió compensar la rabia de su pareja aceptando aquello sin chistar.  Y tal como Hiroto se lo había señalado la paga por ser modelo de partes era buena, aunque lo de él solo sería de forma esporádica.  Pero cuanto más cerca del día se encontraba, mayor era la ansiedad, algo que incluso Hiroto había notado, pero que estaba dejando pasar.

 

 

 

 

 

El día en que Shou debía presentarse para la sesión de fotos, el castaño sufrió un importante dolor de cabeza que apenas le permitía mantener los ojos abiertos. No había dormido bien y eran apenas las siete de la mañana cuando  despertó con aquella insoportable molestia.  Hiroto se preocupó y estuvo a punto de llamar a la prestigiosa marca para avisar que el modelo no podría hacerlo,  puesto que el guitarrista había pensado que estaba  llevando  la situación hasta el límite de terminar enfermando a su pareja.  Pero Shou reaccionó rápido y lo detuvo, aclarándole que él lo haría sea como sea. Aun faltaba tiempo, quizás en unas horas se iba a reponer y de todos modos su rostro (que era donde más se notaba su dolor) no sería fotografiado por lo que podría salir todo bien. Al menor no le estaba gustando nada de aquella situación y comenzaba a sentirse culpable por no haber frenado antes  aquella locura, pero trato de no seguir perdiendo el tiempo en lamentos y dado que su pareja no podía moverse a causa del dolor, le ayudó a cambiarse de  prendas, para luego darle el desayuno al cual acompañó con una pastilla para calmarlo. Hiroto se encargó  de buscar absolutamente todo lo necesario para aquel día;  preparando el bolso del castaño y el propio, antes de poder partir desde la casa hacia la ciudad. El vocalista se aferro al mismo para poder caminar y subir al auto, acomodándose en asiento con la clara intensión de poder dormir y recuperarse.

 

 

 

 

 

Durante el trayecto de casa al set, Hiroto solo pensaba en que Shou debía reponerse no por la sesión de fotos, que a esta altura comenzaba a importarle poco, sino por él.  A través del espejo retrovisor podía notar como el entrecejo del más alto se mantenía fruncido, y muecas de dolor se dibujaban sus labios apenas abiertos. Intentaba no pensar pero le era imposible, de pronto un sin fin de posibilidades se le cruzaron por la mente, entre ellas la posibilidad de terminar haciendo él la publicidad,  aunque sus manos eran tan poco atractivas. 

 

 

 

 

Al llegar al set, el rubio despertó a Shou suavemente para no asustarlo, el mismo no tardó mucho en reaccionar, aunque se encontraba algo desorientado. Hiroto comenzó a hablarle con calma,  explicándole todo como si de pronto Shou sufriera de amnesia y no recordará ni siquiera su nombre. Poco a poco el castaño fue recuperando todo ello, antes de asentir y tocarse con los dedos su frente, comentándole al menor que se sentía mucho mejor. No había necesidad de preocuparse, Hiroto creyó aquello por lo que sólo se limitó a sonreír. 

 

 

 

 

 

En cuanto ambos ingresaron al set, observaron muchas personas caminar de un lado al otro, se podía notar exactamente que eran incluso más grandes que los set donde ellos habían trabajado anteriormente con el doble de personal. Shou fue reconocido por uno  de los ejecutivos que rápidamente lo condujo hasta uno de los camarines para poder ser maquillado acorde al producto, sus manos debían verse como una seda. Hiroto por su parte sólo se quedo mirando todo, pasando desapercibido, aunque no del todo, puesto que notaba algunas miradas que iban dirigida directamente a sus labios y las mismas no eran nada discretas. El guitarrista debía admitir que aquellas miradas comenzaban a incomodarle, pero buscaba el modo de no mostrarse sofocado.   No estaba seguro de cuánto tiempo tardarían en hacer aquellas fotos pero si tomaba cómo referencia las veces que ellos tuvieron que hacer ese tipo de sesiones, se tardaban horas. La diferencia  aquí se debía a que se hablaba solo de las manos del más alto. O eso pensaba.

 

 

 

 

Los minutos pasaron y el castaño no volvía de los camerinos,  aquello le preocupaba enormemente al menor, dada la condición en que su pareja había llegado hasta el set. Nervioso, comenzó a caminar de un lado al otro del set, escuchaba las conversaciones que se mantenían pero sin prestarle demasiada atención. Comprobó la hora en su reloj y busco su iPhone para encontrar algunas llamadas perdidas y mensajes de sus compañeros de banda, mismos que no sabían absolutamente nada de esta locura.  Apago el dispositivo cuando oyó alto y claro la voz de inicio a la sesión,  aquello significaba ubicar las luces, los colores, el producto exactamente como se tenía en los cuadros de diseños para luego armonizar aquello con la figura del modelo.

 

 

 

 

Hiroto esperó un poco más,  sintiendo como su estrés se elevaba un poco más de lo normal. Hasta que pronto apareció Shou cubierto por una bata, dejando al rubio guitarrista con la boca casi completamente abierta. El director de la publicidad junto al productor,  le indicaron a Shou como era exactamente  la pose que necesitaban para hacer aquellas primeras tomas, el vocal sólo se dedicó a asentir a cada una de las indicaciones,  sin objetar nada. Mientras que Hiroto estaba a punto de poner el grito en el cielo, se suponía que la publicidad era para una crema de manos y ahora resultaba que pretendían sacar a su pareja de cuerpo entero. Esto era literalmente ridículo. 

 

 

 

 

 

El rubio guitarrista estuvo a punto de meterse en la conversación que Shou mantenía con el director, pero pronto el diseñador se acercó a hablarle,  explicando que se percataron que no sólo sus manos podían ser mostradas en la campaña sino otras partes del cuerpo, tales como cuello, espalda, pies o piernas. Estaba claro que con ello, Shou cambiaría de contrato, lo que significaba que cobraría el doble por cada parte de su cuerpo. Una oferta tentadora, a la cuál Hiroto comenzó a dudar, si bien Shou se mostraba tranquilo (aun cuando había sido un manojo de nervios todos los días previos) sabía que el mismo no estaba dispuesto a mostrar más partes de su cuerpo. En realidad Hiroto no quería aquello, no le gustaba la sola idea de que otros miraran más partes de la piel del mayor. Una vez más la sesión se retrasaría debido al cambio de contrato, algo que el “representante” (Hiroto) y Shou debían discutir. 

 

 

 

 

La pareja decidió reunirse alejados de las miradas curiosas, por lo que optaron como lugar alternativo, el camerino que el castaño había utilizado para maquillarse.  Una vez que cerraron la puerta y quedaron totalmente solos, Hiroto fue contundente:

 

 

 

 

-       No quiero que lo hagas. – Sus palabras fueron tan sinceras como letales.

 

 

 

-       ¿Por qué no? ¿Tu acaso no querías el dinero? Aparte de eso recuerda que mencionaste que debíamos divertirnos, pues aceptemos el desafío. – Por una razón que Hiroto desconocía su pareja estaba hablando en plural como si ambos hicieran la foto.

 

 

 

 

-       No… La firma dice claramente que sean las manos.  No hay necesidad de involucrar otras partes del cuerpo. – Hiroto estaba que trinaba y era precisamente por los celos que aquello le causaba. 

 

 

 

 

 

 

-       No te entiendo… ¿No era lo que querías?  ¿Qué modelara y ganara dinero? Pues tengo la oportunidad. – Hiroto negó repetidamente con la cabeza, estando en desacuerdo.

 

 

 

 

-       Te recuerdo que hace días que estas sufriendo por sólo mostrar tus manos y ahora de repente quieres mostrarte completamente desnudo. – Hiroto movió sus manos desesperado para abrir la bata y encontrarse al castaño casi desnudo, salvo por la ropa interior que le cubría.  Inmediatamente lo volvió a cerrar, siguiendo con la negación y sus mejillas rojas de furia. 

 

 

 

 

-       Eso quiere decir que lo has notado pero no hiciste nada para calmar mi pesar. Eso es demasiado cruel Ogata Ahora estoy decidido a hacerlo y resulta que no quieres.  – Ofuscado el castaño se sentó en una silla, cruzándose de brazos, intentando comprender la alocada mente de su pareja. Durante varios minutos los rodeo un silencio profundo, como si cada uno se enfrentará a una batalla interior entre lo que se debía hacer y lo que se quería hacer.

 

 

 

 

-       No quiero que nadie te vea desnudo...Tus manos sí.  Tu cuerpo no. –  Hiroto confesó aquello en un tono de voz monocorde que impresionó a Shou.

 

 

 

-       ¿Tienes...Celos? – Se atrevió a preguntar, antes de reír por la afirmación singular del rubio guitarrista quién solo meneo la cabeza, como si no quisiera reconocer  lo que le sucedía. – Sin embargo hiciste que hiciera esto por celos inexistente y ahora no quieres que lo haga. – Exclamo el castaño completamente risueño.  – ¿Y qué pasa si yo acepto hacerlo?

 

 

 

 

Hiroto elevó una ceja y sin mediar palabra alguna, tomó asiento sobre las piernas de su pareja para una vez más comenzar a quitarle la bata y esta vez comenzar a besarlo antes de dirigirse justo sobre el cuello ajeno, esta vez dejando marcas visibles por doquier, llegando incluso al pecho del vocal, el mismo reaccionaba con suspiros y jadeos que le hacían morderse los labios. Shou tuvo intensión de detenerlo,  pero cuando Hiroto le besaba su cuerpo definitivamente se hipnotizaba y no  tenía reacción alguna.

 

 

 

 

Los chupones continuaron un  poco más  hasta que alguien llamó a la puerta, para saber si tenían una decisión.  Hiroto estaba algo agitado pero como pudo respondió que ya saldrían. Shou comenzó a reír ante la reacción ajena, algo que el propio Hiroto se había contenido durante aquellos días, primero por su enojo y luego porqué debía cuidarse para la campaña.  Hiroto se escondió en su cuello para respirar un poco más del aroma ajeno y negarse suave.

 

 

 

 

 

-       No harás la campaña,  salvo que si quieran con   tus manos y sino nada. – El guitarrista estuvo seguro de ello, antes de salir del camerino y dar a conocer la decisión al equipo técnico de la campaña.

 

 

 

 

Una vez más todo se atrasó un poco debido a que el equipo publicitario debía definir si aquello era bueno o si era necesario contratar un nuevo modelo. Tantas idas y vueltas,  terminó por definir  lo que el contrato remarcaba desde un principio. Una campaña publicitaria de manos como la seda gracias a la ultima crema de aquella prestigiosa marca. 

 

 

 

Así fue como al cabo de varias horas, al fin el vocalista de Alice Nine pudo empezar con las poses. Ya no llevaba la bata, sin una camisa blanca que relucía parte de un escote bien marcado y maquillado (dada las marcas que Hiroto había dejado sobre su piel) y que llamo la atención de curiosos pero aún así,  nadie se atrevió a preguntar nada, quizás porque no hacía falta.

 

 

 

 

El equipo de producción,  buscó exactamente las poses que servían para la campaña,  las mismas que remarcaban el fino concepto de aquellos dedos que parecían tallados.  No fue difícil encontrar exactamente como hacer lucir las “manos de seda” dado que Shou tenía unas bellas manos que no pasaban desapercibidas. Por una hora el vocalista movió sus dedos y la palma de sus manos sobre objetos con distintas posiciones para remarcar su belleza. Lo que ninguno espero es que el diseñador dispusiera que tocara una mejilla y más aún que la mejilla elegida iba a ser exactamente la de Hiroto. En un principio el rubio se rehusó a hacerlo, pero le explicaron que solo seria parte de su mejilla y no se vería absolutamente más nada.

 

 

 

 

En un abrir y cerrar de ojos, Hiroto fue maquillado solo en sus mejillas y posicionado de tal forma que solo debía sonreír a la cámara,  mientras los dedos del vocalista le tocaban suavemente los pómulos.  Aquella toma les hizo brincar el corazón a ambos,  aunque ni siquiera fuese la primera vez, pero dado que estaban rodeados de personas desconocidas, era como si se revelaran de algún modo. Tanto Shou como Hiroto rieron de una forma absurda, ante el aplauso de todos los que se encontraban presentes al terminar aquella sesión.  Pronto recibieron las felicitaciones y el agradecimiento por el trabajo elaborado, y la propuesta para seguir trabajando en otras campañas.  Ambos se negaron ante ello, manteniendo en sus comisuras unas sonrisas cómplices. 

 

 

 

 

Un mes y medio después,  cuando la llegada de la primavera estaba casi en la puerta, un nuevo cartel adornaba las calles de Tokio.  En el mismo se veía impreso unos bellos dedos que acariciaban sutilmente una mejilla con un pliegue hacia arriba que significaban una sonrisa. Sobre la imagen se leía “Suaves manos que trasmiten alegría”. Aunque probablemente aquello podía solo significar una forma de llamar la atención del público con una imagen fingida, pero  en realidad era más auténtica que cualquiera. Nadie conocía la historia detrás de la imagen,  solo Shou e Hiroto guardaban el recuerdo y la experiencia de haber sudo por un día modelo de partes.

 

 

FIN-

 

 

Notas finales:

¿Qué les pareció? Espero sus opiniones y en verdad estoy agradecida de haber hecho este desafío, ¡me gusto mucho!  ¡Gracias a todos los que leen y comentan! Espero volver pronto quizás cuando alguien me regale un fic de ToraxSaga (?)

 

¡Cuídense Mucho!

¡Besos!


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