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Excelsior por Samy_DBS

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Después de ese pequeño enfrentamiento, Itachi se dedicó a leer los libros que había pedido en la biblioteca. Y leyó y leyó sin descanso, incluso en alguna ocasión su madre le llevó té y algunos bocadillos para que acompañara.

 

El cielo estaba pintado de un profundo negro y terminaba la ultima hoja, se quedó en trance por un segundo. -¡Pero que idiotez! –Lanzó el libro por la ventana rompiendo el cristal en el acto.

 

Sin previó aviso y ganándose un susto de Mikoto irrumpió en la habitación de sus padres los cuales se vieron obligados a encender las luces, Fugaku miró mal a su primogénito por despertarlo así.

 

-Acabo de leer los libros que utiliza Naruto y no creerán lo que pasó.- explicaba dando vueltas como león enjaulado.

 

-Itachi querido…-su madre pronunció apenas debido a que estaba adormilada. –Son las cuatro de la mañana…-

 

Ignorando olímpicamente a la mujer continuó. –Primero Katherine la cual está tan perdidamente enamorada de Marcos, ella solo pide que regrese sano y salvo de la guerra. –Sus padres se resignaron a escuchar el relato. –Marcos regresa de la guerra después de una explosión y huye con Katherine a las montañas, y resulta que está embarazada, ¡Perfecto! Después hay escenas de ellos bailando, son aburridas, pero me gustaron. –Y justo ahí cambia su semblante. –Pero hay otro final…-Miró profundamente a los mayores. –Katherine muere, ¡como si el mundo no fuera ya de por sí una mierda! No puedo creer que enseñe esto a los niños, Digo porque no ser positivos y hacerle un lindo final feliz. –

 

-Itachi, creo que nos debes una disculpa. –Habló Mikoto por fin.

 

-No. Discúlpame mamá pero no me disculparé por esto. –Iba directo a la puerta dispuesto a retirarse. –Si buscan culpables, culpen a  Ernest Hemingway. –sentenció antes de salir.

 

-Dile a Ernest Hemingway que venga a disculparse. –Dijo en voz alta Fugaku antes de apagar las luces de nuevo.

 

- - -

 

Al día siguiente se vio obligado a ir a sus terapias, odiaba la idea de ir, pero sabía que era una de las condiciones para no volver al centro psiquiátrico.

 

Mientras escribía su nombre en un formulario una música bastante conocida comenzó a sonar, no tardó en ponerse nervioso.

-Quita esa canción. –Le ordenó al joven de la recepción el cual lo miró mal.

 

-No puedo hacerlo. –

 

-¿Por qué no? –

 

-No tengo los controles, perdón pero..-Fue interrumpido.

 

-¿Kakashi lo ordenó? –Indagó de inmediato. Las personas en la sala de espera comenzaron a mirar el pequeño alboroto. -¿Hay una bocina aquí? –Paranoico comenzó a buscar en el perímetro del pequeño salón. Preso de la ira mandó a volar una estantería de revistas.

 

Ante el ruido provocado varias personas fueron a investigar que pasaba. Excelsior –Disculpen. –más nervioso que antes el Uchiha comenzó a levantar las revistas. –Déjenme recogerlo todo. –Se apresuró a hacerlo bastante apenado. Sintiéndose sofocado bajo las miradas dirigidas a su persona.

 

 

Estaba relajado sobre un sofá, sentado en una pose elegante su terapeuta, Kakashi Hatake.

 

-Una disculpa por lo de hace rato.- rompió el hielo el Uchiha. –No debió…-

 

-Disculpa lo de la canción Itachi. –Cortó el peli plata. –Quería saber si aún era un detonante. –

 

-Pues ahí lo tiene, es un detonante. –Hubo un periodo de silencio. –No tomaré medicinas, se lo digo desde ahora. –Dijo tajante.

 

-Tienes que tomarlas. –

 

-No, me ponen tonto y no soporto estar así. –Hablaba nervioso. –No soy explosivo. –Murmuró lo ultimo.

 

Kakashi le dirigía una mirada serena. –Sé cómo te sientes, y créeme que me gustaría ayudarte pero tú no cooperas. -

 

Itachi bufó, su mirada cansada fue a dar a un punto en la nada. –Esa maldita canción, me hizo recordar todo y simplemente no pude contenerme… -

 

-Háblame de eso. –lo invitó Kakashi.

 

Itachi suspira con resignación, su labio le tiembla al hablar su ojos negros se desvían al suelo.

 

-Llego a mi casa, ese día era el cumpleaños de Naruto, le traía un lindo obsequio. –pasó saliva. –Le pediría que se pusiera ese bonito conjunto e iríamos al mejor restaurant de Los Ángeles, uno bastante caro y poco accesible. –

 

Kakashi al notar que el relato se trababa en esa parte, debido a que Itachi se rehusaba a continuar. -¿Qué pasó después? –el Uchiha carraspeó con nerviosismo.

 

-Entré a la casa, me sorprendió no verlo cerca de la cocina. –murmuró. –Él amaba hornear y siempre que regresaba del trabajo me recibía con un postre diferente cada día. –explicó sintiendo que las lagrimas amenazaban con salir de sus ojos oscuros.

 

-Desahógate, tienes que dejarlo salir Itachi. –le decía comprensivo su terapeuta.

 

El nombrado negó necio con la cabeza limpiando todo rastro de lagrimas con la manga de su suéter gris que llevaba puesto. –Maldita sea…-murmuró con disimulada desesperación. Luego rió forzadamente tratando de buscar un lado gracioso a la situación. –Subí a la segunda planta y noté que la radio de mi despacho estaba encendida, casualmente estaba sonando la canción de nuestra boda y pensé ¡Que conveniente! –esta vez miró hacia el techo acomodándose más en el sofá. –Y sabe qué más noté. –preguntó retóricamente. –El agua de la ducha estaba sonando, que mejor que sorprender a mi esposo mientras se baña y darle su regalo y de paso acariciarnos un poco. –

 

Kakashi notaba con tristeza lo destrozado que lucía el hombre pelinegro.

 

-Abrí la maldita puerta y me encontré con algo que nunca hubiera imaginado. –Su mirada se ensombreció. – Estaba mi hermano empotrando a mi esposo contra la pared, Naruto estaba tan apasionado que ni siquiera notó mi presencia. –Su ceño se contrajo con rabia. –Tomé a mi hermano de la espalda y lo separé con fuerza, y comencé a golpearlo con fuerza. Pero lo que más me puso enfermo fue que Naruto lo defendió a él. –gruñó. –Me gritó un montón de cosas, y se agachó para recoger a Sasuke y lo abrazó contra su pecho mientras le daba un jodido masaje en los hombros. –Y sin poder evitarlo comenzó a soltar pequeñas lagrimas. –Simplemente perdí el control, no soporté verlo del lado de Sasuke, y lo golpeé. Fue tan solo un par de veces ya que mi hermano me detuvo. Luego de eso solo supe que la policía entró a la casa y me llevaron lejos. –

 

Kakashi no dijo nada por un par de segundos. –Escucha, lo que tienes que hacer ahora es relajarte, cambiar de aires… busca un pasatiempo que te aleje de esos recuerdos, tienes que superarlos y seguir adelante. –

 

Itachi escuchaba con la mirada perdida. –Eso ya lo hago. –respondió sin más. – Mis pasatiempos son salir a ejercitarme por las mañanas y leer los libros que usa Naruto para enseñar. –

 

Kakashi ya intuía a donde llegaría todo eso. –Y eso lo haces porque… -

 

-Para mejorar y de este modo reconquistar a Naruto. Estoy convencido de que cuando vea que he cambiado volveremos a empezar, esta vez sin errores. –

 

-¿Estas consciente de que él te engañó con tu hermano? –

 

-Yo desconozco las razones de ambos. –dijo con falsa tranquilidad. –Pero sé que Naruto me escogerá a mi. –

 

-Como tu terapeuta te digo que persigas tu Excelsior y que sigas superándote. Pero como amigo te digo que dejes de perseguir a un doncel que no te ama ni te supo valorar. –

 

Itachi tragó duro. –Me quedo con su consejo como terapeuta. –se levantó del sillón. –Es algo que la mayoría no entiende pero Naruto y yo nos amamos y vamos a superar este episodio juntos. –

 

Y cerró la puerta, dejando a un Kakashi preocupado.

 

. . .

 

Después de esa sesión fue prácticamente obligado a tomar los medicamentos, Itachi no soportaba la idea pero le convenía simplemente parecer dócil.

 

-Por favor ten cuidado. –le decía Mikoto acompañándolo a la puerta.

 

-Sí mamá, lo tendré. –Itachi llevaba puesta su ropa deportiva, iría a trotar como todas las mañanas.

 

-¡Y no intentes buscar a Naruto! –le gritó desde la puerta preocupada. Fugaku la acompañaba compartiendo su pesar.

 

Y comenzó con su rutina, corría por las banquetas, sintiendo la brisa matutina en el rostro. Extrañaba la sensación de estar libre.

 

Mientras corría divisó la escuela universitaria del pequeño pueblo, sin poder evitarlo corrió a la entrada, sabía que lo que hacía era incorrecto.

 

-Buen día. –saludó al entrar a la recepción.

 

La mujer que atendía se congeló del miedo al ver a Itachi Uchiha, “El loco que masacró a su hermano y que golpeó brutalmente a su esposo”

 

-¡Aléjese! –le ordenó con voz chillona.

 

-¿Por qué me dice eso? –preguntó sin darle importancia. -¡Soy un hombre renovado! –

 

-Si, le creo… ahora por favor vallase. -

 

-Si ya me voy, solo quiero hacerle una pregunta, ¿Naruto sigue trabajando aquí? –

 

-No puedo responder eso, ahora por favor salga. –

 

-Está bien. –

 

Itachi notaba la hostilidad de los demás, pero trataba de ser positivo e ignorar esos sentimientos negativos.

Iba corriendo por unas cuadras más cerca de la casa de sus padres cuando de pronto divisó a alguien muy conocido.

 

-¿Itachi eres tú? –preguntaba asombrado. El nombrado sonrió nerviosamente. –Adelgazaste demasiado, casi no te reconozco. –

 

-Si he tratado de ponerme en forma… -le dijo tratando de desviar el tema. -¿Y que tal vas con Nagato? –

 

-¡Excelente! –dijo emocionado. –El trabajo es bueno, Nagato me hace feliz y ya tuvo a la bebé. –

 

-Enserio me alegra escuchar eso, felicidades. –

 

-Si esto de la paternidad es algo nuevo pero seguro que consigo hacerlo. –sonreía el buen Yahiko. –Por cierto esta noche tendremos una cena, Nagato me pidió que te invitara. –

 

-No mientas. –soltó el Uchiha. –Nagato me odia, no trates de negarlo. –

 

-Claro que no. –le decía con dejes de nerviosismo. –Él ha cambiado en estos meses, está feliz de que hallas salido por fin, y queremos celebrártelo. –

 

-Está bien iré. –Rápidamente el brillo de sus ojos negros cambió. -¿Ustedes tienen contacto con Naruto? –

 

-Si. –respondió Yahiko. –Pero sabes que no puedo ayudarte a contactarlo o podrían meterme a la cárcel. –

 

-Lo sé, solo preguntaba. –el ambiente se puso incomodo.

 

-¿Recuerdas a Deidara? –Dijo de pronto.

 

-A sí, es el hermano de Nagato ¿qué pasa con él? –preguntó.

 

-Vendrá esta noche a cenar, ya sabes para que no te sientas tan incomodo estando solo con Nagato y conmigo. –

 

-No sé como la presencia de Deidara podría mejorarlo, ni siquiera he hablado con él, lo conocí cuando fui a tu boda con Nagato, parecía odiar a todos y simplemente se fue. –

 

-Si bueno, el es algo “especial” pero sé que te la pasarás bien. –

 

-Está bien. Nos vemos al rato entonces. –

 

CONTINUARA…


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