Prologo:
"Ahora me preocupa ese chico"
Nunca me había puesto a pensar en porque ese chico era rechazado por el resto. De hecho, no recordaba que fuese mi compañero, pasa tan desapercibido, es como un alumno fantasma, con suerte solo los profesores lo notan u otros alumnos de grados menores, pero en lo que concierne a mi, nunca antes había llamado mi atención, hasta ese día.
Fue un día como cualquier otro, entré al salón saludando a quienes estaban dentro, entonces este muchacho entró tras de mi con un andar algo cansado, casi arrastraba sus pies mientras miraba el piso. Mis amigos miraron a ese chico, hicieron un comentario pesado y rieron, por alguna razón no me causó gracia.
— Oigan, no se burlen— Les dije viéndoles serio y yo no suelo ponerme así, si no es para cuando algo realmente lo amerite.
Estos me miraron extrañado y luego de unos momentos soltaron un par de carcajadas.
— Vamos Oikawa, no te pongas tan serio— Dijo uno de ellos.
— ¿Desde cuando te preocupa lo que digamos sobre ese chico?— Cuestionó el otro.
Me estaban exasperando, pero no pensaba en hacer un show y mantuve la calma mientras continuaba escuchando sus estupideces.
— Eso es cierto, ¿A ti que te importa de lo que le ocurra a Kozume?— No era que me importara, tan solo pensaba en que él no pasaba por algo bueno y no necesitaba que un trío de imbéciles hablara cosas a sus espaldas.
Eso les dije y también se rieron.
— Son unos idiotas, no se puede hablar enserio con ustedes— Dije mirándoles gelidamente, creo que se asustaron, porque no me dijeron nada más— Trío de inútiles
Luego me fui a sentar completamente irritado. Saqué mi teléfono para ver la hora, no faltaba mucho para que el timbre sonaba, así que trate de calmarme y dejar los malos pensamientos atrás. Entonces, mi vista se enfocó en el pupitre de Kenma, este se sentaba un par de asientos más adelante que yo en la fila de la derecha. Pude notar que jugaba con una consola portátil, pero nada más.
Lo miré con detención, creo que nunca antes lo había hecho y ahora que lo hacía, pude notar que es muy guapo, con delicadas facciones como las de una chica. Su cabello, algo largo y estaba teñido; se notaban las raíces oscuras. Sus ojos, bueno, no los pude ver, pues los escondía y desde el angulo en que yo estaba no se veía con claridad. Lo seguí observando y ahí me hice la pregunta, ¿Por qué Kozume Kenma es rechazado?
Horas más tarde, nos tocó gimnasia y deportes. Me encontraba en los vestidores, terminando de cambiarme de ropa. Era el último, o eso creí, cuando de pronto oí el sonido de arcadas, lo cuál me impresiono mucho y pensé de inmediato en que era uno de mis compañeros o la segunda y horrible opción, un fantasma. Decidí obviamente pensar en la primera opción, por lo cual comencé a buscarlo, entonces lo encontré, estaba Kenma arrodillado frente al w.c de uno de los cubículos, vomitando.
— Kozume...— Me limite a decir, nada más salió de mi boca.
— Oikawa-san— Dijo él alzando la vista hacía mi— Por favor, vete. No me veas.
Se encontraba muy palido y tenía unas enormes ojeras bajo sus ojos. Él no estaba para nada bien.
— Tienes que ira a la enfermería, estas enfermo— Le tome del brazo tratando de colocarlo de pie, pero este se soltó de mi agarre inclinando su cabeza frente al w.c volviendo a vomitar.
— ¡Vete!— Exclamó dando un suave sollozo.
Pensé en ir a buscar a algún profesor, pero me iba a demorar mucho y todos se terminarían enterando de que él estaba enfermo y obviamente lo tomarían como tema de burla, no quería que eso ocurriera. Así que actué por mi cuenta y lo tomé en brazos.
— Por favor, aguanta hasta llegar a la enfermería— No quería que vomitara sobre mí y estaba rogando en que no lo hiciera.
Llegamos sanos y salvos al lugar. Al parecer Kozume estaba más tranquilo, pero aún tenía nauseas y se encontraba mareado. La enfermera, rápidamente atendió a mi compañero, me quedé junto a él hasta que este estuvo un poco mejor. Al parecer, su malestar estaba siendo provocado por un fuerte resfriado, el cual no se estaba tratando con ningún medicamento. Que chico más descuidado y se lo dije.
— Eso a ti no te importa— Replicó con los ojos cerrados.
Un largo suspiro escapó de mis labios.
— Al menos deberías agradecerme por haberte traído hasta aquí, corriendo el riesgo de que me vomitaras— Un suave bufido manifestó el rubio.
— Tampoco te lo había pedido— Es un chico muy testarudo.
— Solo fui amable y ahora volveré a clases— Este no me dijo nada, aún esperaba mi gracias—Le diré al profesor que estas enfermo.
— Haz lo que quieras, total ni debe recordarme— Vaya chico, no se queda con nada dentro.
— Descansa, Kozume—
Luego volví a clases, me regañaron un poco aún sabiendo que había llevado a mi compañero a la enfermería, pero que más da, no es como si otras veces no me hubieran reprendido. Procuré en que nadie se enterara de lo que le había ocurrido a él.
En la siguiente clase Kenma no estuvo, tampoco estaban sus pertenencias, deduje que su madre o algún familiar lo había retirado, y que bueno que lo hayan hecho, espero que le den los medicamentos que necesita para que se recupere.
Después de ese día no dejé de preocuparme por ese chico.